miércoles, 14 de octubre de 2020

LOS MENSAJES PARA QUE NOS SINTAMOS BIEN NO SIEMPRE FUNCIONAN

 

Mathew Amengual y EvanApfelbaum en hbr.org del pasado 9 de octubre plantean que la idea de que nuestras acciones en el trabajo contribuyen a la mejora de la sociedad nos resulta inspiradora. Investigaciones recientes sugieren que también pueden ser un importante factor motivador. Los profesionales quieren verse a sí mismos como buenas personas y que trabajan en organizaciones que contribuyen positivamente en la sociedad. Consecuentemente cuando sus actividades promueven una causa prosocial pueden trabajar más horas, esforzarse más y recibir una compensación económica menor.

Por este motivo cuando los líderes quieren motivar a sus trabajadores utilizando comportamientos “ganar-ganar” , aquellos que son buenos tanto para la sociedad como para la organización, muchos asumen que es mejor formular sus mensajes en términos prosociales. El problema surge porque si afirmamos que nos mueve el deseo de mejorar la sociedad nuestros profesionales pueden cuestionarse nuestra sinceridad, por lo que es oportuno pensar en si es mejor inspirar a nuestros trabajadores a través de un sentimiento de propósito prosocial  o comunicándoles unas razones menos atrayentes pero más genuinas para cambiar su comportamiento.

.En una investigación, que  va a ser publicada en breve, los autores han analizado esta cuestión estudiando una iniciativa de cambio en una universidad en la que los participantes tenían que considerar los motivos prosociales, de ahorro o instrumentales (económicos) y ambientales, estudiando, posteriormente los cambios en la conducta.

Los hallazgos, para su sorpresa, mostraron que el mensaje prosocial era el menos eficaz para cambiar comportamientos y el instrumental el mejor porque en este caso los motivos parecen ser los más sinceros. Este resultado contrasta con la idea de que ante la duda las organizaciones deben resaltar sus contribuciones a la sostenibilidad medioambiental y a otras metas prosociales.

Esto no implica que los mensajes prosociales sean malos ya que tienen muchas virtudes como el hecho de que asociar un propósito y un significado prosocial al trabajo nos puede facilitar la inspiración, el sentido de pertenencia y un compromiso más profundo con la organización, siempre que sea percibido como cierto.

En muchos contextos organizacionales la idea de unos motivos puramente prosociales pueden ser interpretados con escepticismo salvo que en ellos se haya actuado de forma consistente aunque haya supuesto un coste para la organización.

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