Rick Brinkman y Rick Kirschner, medicos naturópatas, expertos en comunicación, en la
tercera edición de su libro “Dealing with people you can´t stand”(“Tratando con personas a las que no aguantas”),
del que llevan más de dos millones de copias vendidas, plantean que mientras
existen personas a las que no aguantamos (a las que definen como aquellas
personas difíciles que o no están haciendo lo que nos gustaría que hiciesen o
están haciendo cosas que no queremos que hagan y a las que no sabemos cómo
tratar) y a las que no podemos cambiar, lo que sí podemos hacer es comunicar con ellas de una
manera que facilitemos el que ellas elijan cambiar. La clave se encuentra en
cómo lograr llegar a ellas para influir positivamente cuando están actuando
incorrectamente.
El
libro comienza con la identificación de diez patrones de conducta a los que
recurrimos cuando nos sentimos amenazados o frustrados y que representan
nuestra lucha contra o nuestra retirada de las posibles consecuencias
indeseadas, seguidos con tres patrones de mal comportamiento que suelen
ocasionar problemas a nivel familiar. Son 13 comportamientos que presentan la
cara más negativa de las personas:
1.- EL “TANQUE”:
este es el comportamiento que busca la confrontación. Se caracteriza por
ser mordaz, agresivo, iracundo y poco respetuoso.
2.- EL “ FRANCOTIRADOR”: esta
conducta destaca por sus comentarios groseros, por el sarcasmo y por
ridiculizar a los demás.
3.- LA “GRANADA”: tras
un breve periodo de calma explota en un comportamiento vociferante
indiscriminado y con comentarios disparatados sobre cosas que nada tienen que
ver con las circunstancias actuales.
4.- EL “SABELOTODO”: cuando
adoptamos esta conducta casi nunca dudamos, tenemos una tolerancia baja a que
nos corrijan o nos contradigan. Si algo va mal hablaremos con autoridad sobre
quien es el responsable que siempre será otro.
5.- EL “QUE CREE QUE TODO LO SABE”:
los
que se comportan de esta forma no suelen engañar a todas las personas de su
entorno, pero si consiguen hacerlo en muchas ocasiones sólo por el placer de
llamar la atención.
6.- EL “QUE SIEMPRE DICE SI”: este
comportamiento se caracteriza por los intentos de agradar y evitar la
confrontación, que conducen a quienes lo adoptan a decir sí sin pensar bien en
las consecuencias. Reaccionan ante las últimas demandas que les hacen olvidando
compromisos previos y se sobrecargan de obligaciones ajenas con lo que no
tienen tiempo para ellos, lo que les ocasiona sentir resentimiento hacia los
demás.
7.- LA PERSONA “QUIZÁS”:
cuando tienen que tomar una decisión procrastinan con la esperanza de que surja
una mejor elección. Lo que suele ocurrir es que llega un momento en que la
decisión va a surgir por si sola cuando ya puede ser demasiado tarde.
8.- LA PERSONA “NADA”: no
surge nada de este comportamiento, ningún feedback verbal o no verbal. No se
puede esperar nada de la persona que adopta esta conducta.
9.- EL “QUE SIEMPRE DICE NO”: este
comportamiento es capaz de derrotar grandes ideas con una sola sílaba: “No”. Es
destructivo para la moral de los demás. Disfrazados como personas suaves y
normales si adoptamos esta conducta estamos librando una batalla sin fin para
conseguir la desesperanza y la futilidad.
10.- EL “QUEJICA”: el
que actúa de esta forma se siente sobrepasado e indefenso ante un mundo
injusto. Su estándar es la perfección, pero nadie ni nada lo alcanzan, No sólo
se sienten ellos mal sino que buscan compañía y nos traen sus problemas. Si les
ofrecemos soluciones nos convertimos en mala compañía y las quejas arrecian.
11.- EL “JUEZ”: suele
proponer un estándar que nadie puede alcanzar, para posteriormente juzgar y
criticar.
12.- EL “ENTROMETIDO”: cree
que sabe lo que es mejor para los demás, decide que son incapaces y busca dirigir
la vida de éstos.
13.- EL “MÁRTIR”: te
llenan de regalos los quieras o no para después reclamar correspondencia. Cada regalo lleva consigo
una obligación para el que lo recibe.
Los
autores proponen que todos tenemos lo que ellos llaman una “LENTE DE COMPRENSIÓN DEL
COMPORTAMIENTO HUMANO” que nos ayuda a comunicar con eficacia, prevenir
conflictos futuros y resolver los que surgen antes de que sean irresolubles.
Una lente de aumento que nos va a permitir observar el comportamiento de una
persona difícil para intentar comprenderlo y llegar a encontrar los motivos que
lo originan.
Para enfocar nuestra “lente” debemos comenzar por
observar el nivel de asertividad. Éste tiene un espectro que va de pasivo a
agresivo y todos tendemos
a encontrar nuestra zona de confort en este rango. Entre las reacciones
pasivas podemos encontrar la sumisión, la actitud complaciente o flexible o la
retirada o huida. Entre las reacciones agresivas tenemos desde la determinación audaz hasta la
dominación, beligerancia o ataque. Todos reaccionamos ante las situaciones
complicadas con un nivel diferente de asertividad. En los momentos retadores, difíciles o de
stress solemos abandonar nuestra zona de
confort y nos volvemos o más pasivos o más agresivos.
Al
observar con nuestra “lente” podemos contemplar que existen patrones en
relación con lo que centra nuestra
atención. Brinkman y Kirschner destacan dos:
1.-
Atención centrada en la tarea. Ésta nos absorbe tanto que nos impide
concentrarnos en el resto de situaciones que nos rodean.
2.-
Atención centrada en las personas. Se produce cuando lo único que importa son
las relaciones.
Normalmente
nos movemos, según las situaciones, entre los dos extremos. En situaciones
difíciles, retadoras o de stress la mayoría de las personas tendemos a
centrarnos en el “qué” (la tarea) o en “quién” (las personas) de la situación
en lugar de en nuestra forma normal de actuar, más equilibrada.
Para
ser capaces de discernir lo que centra la atención de los demás debemos
escuchar atentamente. Si están centrados en la tarea suelen hacer preguntas del
tipo: ¿trajiste el informe?, ¿Terminaste todas las tareas que tenías
asignadas?, ¿Tienes ya las cifras que te pedí?, ¿Cuánto te falta para terminar
el proyecto?, etc. Si por el contrario su foco de atención son las personas,
las preguntas serían: ¿Qué tal fue el fin de semana?, ¿Cómo está tu familia?,
¿Cómo te encuentras?,…
Los
autores plantean que todo comportamiento tiene un propósito, que condiciona la
actuación. Han identificado 4 propósitos generales que determinan la actuación de las personas ante
cualquier situación:
1.- HACER LA TAREA.
Cuando sentimos que realmente tenemos que hacer una tarea tendemos a acometerla sin demora, a actuar
más que a deliberar y a ser asertivos.
Si la finalización de la misma es urgente podemos llegar a ser descuidados,
agresivos, a actuar y hablar sin reflexionar previamente. Pero no sólo es
importante completar el trabajo, en la mayoría de las ocasiones es más
importante evitar cometer errores y tener la certeza de que todo es correcto.
2.- HACER LAS COSAS BIEN.
Si esta es nuestra máxima prioridad procuraremos dedicar tiempo a observar los
detalles, lo que nos llevará a estar cada vez más concentrados y absorbidos por
la tarea. Normalmente dedicaremos tiempo a pensar antes de actuar y podemos
llegar a no hacerlo si tenemos dudas sobre las posibles consecuencias de
nuestros actos.
Evidentemente
es importante encontrar un equilibrio entre los dos propósitos. En ocasiones
empezamos con el segundo y cuando el tiempo apremia pasamos al primero.
3.- LLEVARSE BIEN CON LAS PERSONAS.
Es necesario si queremos crear y desarrollar relaciones. En estos casos podemos
ser menos asertivos, ya que podemos poner las necesidades de los demás por
encima de las nuestras. El deseo de llevarnos bien con determinadas personas va
a hacer que nuestros deseos personales tengan menos importancia.
4.- SER APRECIADO Y RECONOCIDO POR
LOS DEMÁS. Requiere un mayor nivel de asertividad y de enfoque
hacia las personas para lograr ser vistos, oídos y reconocidos. El deseo de
contribución hacia los demás y de ser apreciados es uno de los factores
motivadores más fuerte.
Como
con los propósitos anteriores es fundamental encontrar un equilibrio. Para ser
apreciado es fundamental apreciar, también, a los demás.
Brinkman
y Kirschner sugieren que aunque la prioridad de cada propósito varía en cada
momento lo ideal es intentar encontrarnos normalmente en la zona central de
cooperación, en la que aunque los propósitos sean diversos las personas que se
encuentran en ella no están en conflicto ni se sienten amenazados. Tenemos que
tener en cuenta que para que el trabajo en equipo tenga éxito cada integrante
se debe sentir apreciado y reconocido.
Cuando
nuestros propósitos no se consiguen nuestro comportamiento puede empezar a
cambiar. Si tenemos como objetivo hacer las cosas y tememos que no lo vamos a
conseguir nos volvemos más controladores, si queremos hacer las cosas bien y
creemos que las podemos hacer mal nuestro comportamiento se vuelve más
perfeccionista y detectamos y encontramos posibles errores y
fallos continuamente. Si tememos no llevarnos bien con los demás podemos
sacrificar todas nuestras necesidades para intentar agradar a los demás. Por
último si creemos que no estamos siendo adecuadamente reconocidos podemos
intentar captar su atención, llegando a forzar a los demás a reconocernos. Al
final, si no tenemos cuidado podemos
estar reproduciendo los comportamientos de personas a las que no aguantamos,
entrando en lo que Brinkman y Kirschner llaman la "zona de peligro".
Si
observamos como las intenciones positivas cuando se sienten amenazadas o
frustradas conducen a los comportamientos nocivos anteriormente, tenemos que ANTE AMENAZAS A :
1.- HACER LA TAREA: pensamos
que los demás están perdiendo el tiempo, desviándose de los objetivos o
tardando mucho. La intensidad del propósito crece y el comportamiento se vuelve
más controlador y surgen sobre todo las conductas:
a).- "Tanque":
centrada en cumplir una misión, sin poder enlentecer el ritmo, forzando las
cosas o pasando por encima de los demás, no tiene ninguna inhibición para
destrozar a los demás a nivel personal. Lo irónico es que no es nada personal
ya que su objetivo es exclusivamente controlar el proceso y cumplir la misión.
El comportamiento oscila entre una leve agresividad a una agresión directa.
b).- "Francotirador":
el control intentan lograrlo avergonzando y humillando a los demás. La mayoría
de las personas tememos que nos avergüencen en público , circunstancia de la que se
aprovechan los que utilizan este comportamiento para hacer comentarios cargados
de intención dañina y sarcástica en los momentos en que somos más vulnerables.
c).- "Sabelotodo":
controlan dominando la conversación con argumentos tediosos y arrogantes, eliminando a la oposición al
encontrar fallos y debilidades para desacreditar otros puntos de vista. Como las personas que
suelen adoptar este comportamiento normalmente son competentes suelen agotar a
los demás con su estrategia y se rinden
ante ellos.
2.- HACER LAS COSAS BIEN: a
través de la lente distorsionada de los propósitos frustrados o amenazados
para hacer las cosas bien, parece que todo lo que nos
rodea se empieza a volver descuidado y casual. Cuando estos sentimientos alcanzan
la suficiente intensidad el comportamiento se torna pesimista y
perfeccionista, surgiendo sobre todo las conductas:
a).- "Quejica": en nuestro mundo imperfecto los quejicas creen
que no tienen ninguna capacidad para cambiar las cosas. Abrumados y
sobrecargados por la incertidumbre de todo lo que puede ir mal, abandonan la
idea de pensar en soluciones, con lo que su sentimiento de indefensión aumenta y
se centran en cualquier problema que puedan utilizar como evidencia para una
generalización masiva. Comienzan a emitir comentarios quejumbrosos del tipo:
" Nada está bien, todo va mal", con lo que consiguen desesperar a los
demás y deteriorar aún más la situación con el consiguiente aumento de sus
lamentos y quejas.
b).- "Persona NO": al tener la certeza de
que lo que está mal nunca se va a poder corregir, no se sienten inhibidos para
transmitir a los demás sus opiniones ( " Olvídate de hacer eso, ya lo
intentamos y falló, si no funcionó entonces no lo va a hacer ahora y no debes fiarte si alguien te
dice lo contrario". En ocasiones triunfan y transmiten esa desesperanza a
los demás.
c).- "Juez": su
atención se centra en áreas específicas en las que han decidido que los demás
no están dando la talla. Este comportamiento se caracteriza por oscilar entre
ser quisquilloso, centrándose en detalles de poca importancia a la condena y
exclusión. Las críticas poco constructivas son su especialidad. Pueden expresar
sus juicios destructivos directamente al afectado o a otros a espaldas de éste.
d).- "Persona Nada": en
ocasiones cuando los hechos no están a la altura de los estándares de
perfección algunas personas se sienten tan frustradas que se retiran y aíslan
completamente. Desde ese momento no hacen ni dicen nada.
3.- HACER LA TAREA Y HACER LAS
COSAS BIEN: no todos los comportamientos se basan en
una sola motivación. Si tenemos el doble propósito podemos ver a los demás a
través de un ojo crítico que va a ocasionar que los consideremos incapaces de
hacer lo que tiene que hacerse y por lo tanto tomar el mando y hacerlo nosotros
mismos. La conducta más frecuente que aparece en estas circunstancias es la
del:
a).- "Entrometido": al
combinar el ojo crítico perfeccionista del "juez" con la naturaleza
controladora del "tanque" tenemos al "entrometido". Estas personas
saben que es lo mejor para los demás y se meten en sus vidas para tratar de que
hagan lo que están seguros que deben hacer los demás. Su conducta oscila entre
la interferencia indiscreta hasta la manipulación.
4.- LLEVARSE BIEN CON LOS DEMÁS: a
través de la lente distorsionada de los intentos frustrados de llevarse bien
con los demás la incertidumbre sobre lo que piensan los demás sobre ellos les
lleva, a las personas que tienen este propósito, a interpretar las reacciones y
comentarios de los demás como algo personal.
Su comportamiento se dirige a obtener la aprobación de éstos y a evitar
su desaprobación. Las conductas que suelen aparecer con más frecuencia son las
de:
a).- "Persona Nada": tímidos e inseguros las personas que adoptan
este comportamiento son expertos en "morderse la lengua" y callarse.
Si no tienen nada agradable que decir se callan y en situaciones extremas se
callan siempre. Esta puede ser
considerada como una estrategia perfecta para evitar el conflicto o dañar los
sentimientos de los demás y que éstos se puedan enfadar. El problema es que
como no saben relacionarse de forma auténtica con los demás o hablar
honestamente no suelen llevarse bien con nadie.
b).- La "Persona Si": la
persona que actúa de esta forma busca la aprobación y evitar la desaprobación
tratando de complacer a todos. Contesta afirmativamente a todo lo que se le
pide sin pensar en lo que está prometiendo o en las consecuencias de no cumplir
sus compromisos, lo que ocasiona que con frecuencia la sobrecarga de
obligaciones sea grande, así como los
incumplimientos, con lo que consigue enfurecer a las personas a las que
pretende agradar. En las raras ocasiones en las que logra cumplir sus promesas
su vida deja de ser suya ya que las elecciones se hacen
alrededor de las necesidades y demandas de los demás. Estas circunstancias
producen una ansiedad profunda y mucho resentimiento que puede llegar a
producir actos de sabotaje.
c).-
La "Persona quizás": al adoptar este
comportamiento intentamos evitar la desaprobación evitando tomar decisiones, ya
que una elección errónea puede enojar a alguien o algo puede ir mal y entonces
ellos serían culpabilizados. La solución que tomamos, pues, consiste en
posponer la decisión hasta que otro la tome por nosotros o se tome por sí
sola. Este comportamiento perpetua el
problema que se supone se tiene que resolver produciendo en los demás
frustración y enojo y la exclusión de
relaciones profundas con los demás.
5.-
SER APRECIADO POR LOS DEMÁS: a través de la lente
distorsionada de los intentos frustrados de ser apreciado por los demás la
falta de feedback positivo se combina en la mente de los que tienen este
propósito con la interpretación subjetiva de sus reacciones, comentarios y
expresiones de laos demás y se toma como un desaire a sus personas. Los intentos de obtener reconocimiento se
incrementan en proporción directa con la falta de feedback positivo y el
comportamiento se centra cada vez con más intensidad en intentar conseguir
llamar la atención. Las conductas más complicadas que surgen son:
a).-
La "granada": los que adoptan esta actitud dicen
que no reciben ningún reconocimiento ni respeto y pueden reaccionar con
rabietas acompañadas de delirios y actitudes vociferantes. Como este
comportamiento desesperado produce en los demás atención negativa y disgusto el
que ha tenido esta conducta tipo "granada" se siente más agraviado y es
fácil que ante la siguiente provocación explote con mayor intensidad. Se
diferencia de la conducta tipo "Tanque" en que ésta última va
dirigida en una sola dirección, mientras la "Granada" produce una
explosión sin control que abarca 360 grados e introduce elementos que poco o
nada tienen que ver con las circunstancias actuales.
b).-
El "francotirador" amistoso: utiliza esta conducta
para obtener la atención, porque realmente cree que no es nociva y que es una
forma de demostrar que le gustas. Puede emplear frases como: "Nunca olvido
una cara..., pero en tu caso haré una excepción". Normalmente la mejor
defensa es una buena ofensa porque un comentario irónico puede ser un signo de
reconocimiento, pero si las personas que lo reciben no tienen esta forma de dar
o recibir apreciación pueden estar riendo o sonriendo en externamente mientras están dolidos por una herida
emocional en su interior.
c).-
El que "cree que lo sabe todo": el que emplea
este comportamiento es especialista en exageraciones, medias verdades, jergas,
consejos inútiles y opiniones no solicitadas. Carismáticos y entusiastas estas
personas que están desesperadas por obtener atención pueden persuadir y conducir
a grupos de ingenuos a situaciones complicadas. Si intentas argumentar con
ellos suben el volumen de su voz y de sus opiniones y se aferran a sus ideas hasta
conseguir que el interlocutor parezca tan ridículo como ellos.
6.-
LLEVARSE BIEN CON LOS DEMÁS Y SER APRECIADO: el
comportamiento que mejor se asocia es la del :
a).-
"Mártir": la persona que adopta esta conducta puede
resultar agradable en la superficie, ya que hacen todo lo que sea por
cualquiera. Pero lo que realmente buscan es obtener el aprecio de los demás y
tener un puesto importante en la vida de los demás. Desgraciadamente las cosas
que hacen no necesariamente son las que los demás quieren que se hagan por lo
que con frecuencia no obtienen el reconocimiento que esperan. Pueden terminar
padeciendo un colapso emocional al quejarse de forma excesiva de que hacen todo
para todos y se preguntan por qué nadie se preocupa por ellos.
Como conclusión de lo anteriormente expuesto los autores
plantean que los comportamientos de las personas a las que no aguantamos están
determinado por su percepción de lo que creen que está pasando y se relaciona
con lo que ellos consideran importante. Su conducta interactúa con la nuestra
que se basa en nuestras percepciones de las mismas variables. Esta interacción produce
un resultado que puede ser aleatorio o intencionado y que en gran medida va a
depender mucho de nuestra actitud.