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domingo, 26 de febrero de 2023

LOS 4 SISTEMAS MENTALES LIGADOS A LA DOPAMINA, SEROTONINA, TESTOSTERONA Y ESTRÓGENOS. SU INFLUENCIA EN NUESTRA PERSONALIDAD

 


Friederike Fabritius en “The Brain – friendly workplace. Why talented people quit and how to get them to stay”, cuestiona la utilidad de muchos de los test de personalidad que se utilizan en la actualidad. Estos tests como el de Myers – Briggs, por ejemplo, carecen de una base científica y son muy susceptibles ante el sesgo de confirmación.

En 2015 Joseph Stromberg y Estelle Caswell  confirmaron los resultados fuertemente inconsistentes en aproximadamente el 50% de los participantes en un estudio,  en el que cumplimentaron dos veces el test de Myers – Briggs en un periodo de 5 semanas. Pero las empresas continúan utilizando esta prueba para separar a los profesionales en “tipos” y asignarles a diferentes responsabilidades y  programas de formación.

El Inventario del Temperamento de  Helen Fisher en 2005 es el único validado por la neurociencia en la actualidad. Los cuatro sistemas mentales que mide han demostrado en investigaciones posteriores ser universales y se encuentran en todas las culturas.

La autora describe 4 “firmas o distintivos” mentales, mencionadas en la entrada anterior,  basándose en las investigaciones de Fisher. Éstas varían ampliamente dentro de un espectro: por ejemplo podemos tener un sistema cerebral elevado en dopamina pero solo manifestar algunos de los rasgos de la personalidad asociados con niveles elevados de dopamina en el cerebro. Además la naturaleza y la nutrición son factores igual de importantes: nuestros cerebros en el feto están determinados por el estrógeno y la testosterona en el útero y el desarrollo de nuestro sistema mental se ve afectado por las experiencias positivas y negativas mientras crecemos.

Nuestro entorno actual tiene, también, un enorme impacto en la forma en que se muestra nuestra personalidad. Por ejemplo en un entorno laboral muy estresante una persona con actividad alta en sus sistema mental de testosterona puede mostrarse enfadada y agresiva. Por el contrario una persona con niveles altos de estrógeno puede reaccionar volviéndose muy indecisa, emocional y agobiada; otra con niveles altos de dopamina se puede volver muy impaciente y hasta hiperactiva y por último si tiene niveles altos de serotonina puede actuar con rigidez, cabezonería y sentirse extremadamente preocupada.

En un entorno laboral amigable las personas con testosterona elevada pueden liderar con energía y decisión, las que tienen los estrógenos altos fomentarán las relaciones en el equipo y utilizarán el pensamiento lateral para ofrecer soluciones sorprendentes a problemas complicados, los profesionales con altos niveles de serotonina  se preocuparán de detalles críticos como la regulación y normativa y los de niveles elevados de dopamina aportarán creatividad a la solución de problemas y mantendrán a los demás optimistas y orientados hacia las metas.

Todos tenemos además de un “sistema” dominante los otros tres, pudiendo pasar de uno a otro en función de la circunstancia. Por ejemplo, como explica Helen Fisher: “Puedo tener niveles elevados de estrógeno con sus rasgos que se manifiestan cuando estoy en un grupo, pero al trabajar sola puedo ser fundamentalmente dopamina para ser creativa y estar centrada en mi trabajo. “

CARACTERÍSTICAS DE LOS SISTEMAS:

I.- DOPAMINA EN ACCIÓN

 Las personas con niveles altos de dopamina buscan sensaciones nuevas. Son energéticas, curiosas, creativas e impulsivas, tendiendo a ser optimistas y generosas. También pueden ser temerarias y vulnerables ante las adicciones. Por ejemplo enfermos de Parkinson tratados con L – dopa, precursores de la dopamina, en ocasiones han dilapidado en juegos de azar su fortuna o se han convertido en adictos al sexo porque el fármaco elevó sus niveles de dopamina en exceso.

En el trabajo los profesionales con niveles elevados de dopamina adoran explorar y probar cosas nuevas. Aportan humor y diversión al entorno laboral y pueden ser muy carismáticos e inspiradores. Ayudan, a través de la risa, a elevar los niveles de dopamina, generando euforia e incrementando así la motivación. Son capaces de elevar el estado de ánimo y el desempeño de todo un equipo.

Si queremos mantener felices a estos profesionales debemos fomentar su capacidad de ser creativos, su libertad y su autonomía, facilitándoles nuevos proyectos, promociones frecuentes y cambios de trabajos. Hay que conseguir que sus vidas laborales sean interesantes, frescas y gratificantes, procurando evitar ahogarles en la rutina, porque se sentirán mal.

Las personas con niveles altos de dopamina pueden resultar estresantes para los que no lo son porque tienen un exceso de energía, adoran los cambios y pueden resultar poco estructurados e impacientes. Especialmente cuando alguien tiene niveles altos de dopamina y testosterona, debe tener cuidado porque tendrá tendencia a ser dominante y puede llegar a mostrarse agresivo si se siente estresado.

II.- NAVEGANDO CON LA SEROTONINA

 Las personas con niveles elevados de serotonina tienden a ser leales y concienzudos. El deber, la respetabilidad, las tradiciones y la moral son importantes para ellas. Respetan a la autoridad, siguen las reglas y se adhieren a las normas sociales y a las costumbres. Adoran las tradiciones y el estatus y lo que piensan los demás de ellos es importante. Quieren sentir orgullo de pertenencia y disfrutan ascendiendo a posiciones con niveles altos de estatus y liderazgo.

Pueden ser cautas, aunque no temerosas, salvo que se sientan muy estresadas. Al desencadenar la serotonina liberación de estrógenos y de oxitocina, la hormona de los abrazos, suelen ser muy buenos a la hora de establecer relaciones. Confianza y sensación de comunidad.

La serotonina tiende a suprimir la testosterona, que puede elevarse como respuesta al miedo, ira y agresividad, lo que ayuda a que estas personas mantengan la calma y estables ante una crisis. Las personas con niveles altos  pueden ser menos agresivas bajo presión que las de cualquiera de los otros sistemas mentales lo que hace que sean valiosas en los entornos laborales.

Las personas con altos niveles de serotonina generalmente prefieren entornos ordenados y bien organizados. Algunas poseen una variante genética en el sistema de serotonina que incrementa su capacidad para entender y procesar información numérica.

En los casos extremos niveles altos de serotonina están asociados a ansiedad y preocupación. Cuando se sienten estresadas las personas con este sistema mental pueden, por ejemplo, paralizarse por la ansiedad pensando en lo que lso demás pueden pensar de ellas.

Algunas drogas psicodélicas como LSD o DMT tienen estructuras químicas que se asemejan a la de la serotonina. Los científicos creen que la activación de receptores de la serotonina es clave en sus efectos alucinatorios y en los sentimientos de alegría que puede engendrar, pero un exceso de actividad en el cerebro causa ansiedad y desmadre y falta de control.

En el entorno laboral las personas con altos niveles de serotonina pueden convertirse en buenos directivos porque las personas que trabajan con ellos pueden considerar que son estables y dignos de confianza, mantienen la calma bajo presión y son buenos a la hora de construir relaciones en los equipos y mediar en los conflictos.

Estos profesionales son meticulosos y trabajarán mejor en entornos que les faciliten una rutina diaria sin grandes sorpresas.  Valoran la seguridad y las oportunidades de ascender a puestos de mayor responsabilidad.

Los ejecutivos con altos niveles de serotonina prefieren desarrollar profundas relaciones con sus equipos y quedarse con ellos durante mucho tiempo más que rotar frecuentemente en distintos puestos y cambiar por cambiar.

III.- VIVIENDO CON TESTOSTERONA

Las personas con altos niveles de testosterona disfrutan compitiendo y son muy independientes. Son francas, directas y centradas. Consiguen hacer las cosas y muchas de ellas son valientes y altruistas, por ejemplo, siendo capaces de entrar en un edificio en llamas para salvar a un extraño.

Son pensadores lineales que disfrutan averiguando cómo funcionan las máquinas y otros sistemas. La neurociencia ha descubierto que el hemisferio derecho del cerebro que facilita las habilidades espaciales se moldea por la testosterona.

En ocasiones las personas con este sistema mental se muestran vulnerables a ser desbordadas por sus emociones, especialmente por la ira, y pueden recurrir al bullyuing  y a juegos de poder para reafirmar su dominancia. Investigaciones han demostrado que las mujeres se vuelven más asertivas, tienen más seguridad en sí mismas y son más valientes después de la menopausia cuando los niveles de estrógenos descienden, poniendo en evidencia la actividad de la testosterona en sus cerebros.

Los ejecutivos con altos niveles de testosterona son analíticos y directos. Respetan el razonamiento lógico y la investigación sistémica. Sorprendentemente también aprecian cuando sus subordinados les hacen frente, siempre que la intervención sea inteligente, ya que disfrutan con el debate si es de alto nivel.

Los profesionales con altos niveles de testosterona valoran el logro y desean respetar a sus colegas, rechazando las conductas manipulativas. En ocasiones este tipo de personas pueden mostrarse “ciegas” a los sentimientos del os demás, lo que puede hacer que parezcan impersonales, fríos y distantes. Prefieren entornos laborales que les permitan trabajar con mucha autonomía y poca supervisión.  Quieren hacer las cosas rápidamente sin tener que estar constantemente dando cuentas a un supervisor. Pueden llegar a descuidar su salud, especialmente cuando se encuentran muy centrados en un proyecto.

IV.- EXPLORANDO EL ESTRÓGENO

Las personas con altos niveles de estrógeno son muy intuitivas ya que la exposición a estos niveles del feto hace que éste establezca más conexiones laterales entre los hemisferios cerebrales. Esto lleva a que puedan identificar patrones entre datos aparentemente aleatorios. El estrógeno favorece, también, el desarrollo de circuitos neuronales que conectan el cerebro con la piel, el estómago, el corazón y otros órganos, lo que conduce a intuiciones o premoniciones.

Estas personas experimentan, asimismo, una mayor actividad en su sistema de neuronas espejo, que son las que nos permiten aprender por imitación, jugando un papel muy importante en nuestra vida social. También, se sienten muy interesadas por los demás y buscan relacionarse con otras personas y crear conexiones con ellas. Tienden a ser altruistas, pero su altruismo va más dirigido a involucrarse en organizaciones solidarias más que a entrar en edificios ardiendo para salvar a alguien.

Tienen tendencia a la rumiación y a la preocupación lo que les puede llevar al pesimismo y a la autocrítica improductiva. En condiciones de estrés pueden caer en  los chismorreos  y en comportamientos traicioneros. En estos caso en el trabajo puede ser conveniente mantener charlas “corazón – corazón” para intentar disminuir su estrés.

Los ejecutivos con altos niveles de estrógenos aportan intuición, empatía y pensamiento creativo lateral al entorno laboral. Buscan generar cooperación y armonía y tienen el don de la diplomacia. Estos rasgos hacen que sean unos excelentes líderes de equipos que crean entornos laborales positivos y estimulantes.  Pueden tener en ocasiones que esforzarse en ganar el respeto de otros líderes con niveles altos de dopamina y testosterona que pueden confundir se e interpretar sus fortalezas como debilidades. Un líder con gran experiencia y altos niveles de estrógeno normalmente puede vencer estas reticencias y conseguir obtener el respeto de sus compañeros.

El dinero y el estatus no son tan importantes como el tener un impacto positivo en el mundo. Con frecuencia son activistas, promoviendo causas humanitarias. Tienden a tener buenas capacidades verbales y les suele gustar escribir y aprender idiomas.

Como aspectos negativos pueden descuidar aspectos críticos de un proyecto, por lo que es bueno emparejarles con profesionales con altos niveles de serotonina que se fijan en todos los detalles.

Buscan el equilibrio entre vida profesional y laboral y entornos laborales amables que les permitan la conciliación.

 

 

 

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