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miércoles, 18 de septiembre de 2024

EL LIDERAZGO AUTOCOMPASIVO

 


Massimo Backus en SmartBrief on Leadership del pasado 10 de septiembre plantea que en un mundo que con frecuencia asimila liderazgo con movimiento sin descanso y perfeccionismo ha llegado la hora para un nuevo enfoque y en lugar de ser cada vez más demandantes sobre nosotros mismos como líderes o luchar por un ideal inalcanzable podemos aceptar nuestra humanidad y liderar con autocompasión.

Muchos líderes piensan que todo lo que no sea la perfección constituye un fracaso. Este patrón mental conduce al burnout, a la frustración y a un profundo sentimiento de inadecuación. Pero en realidad no solo no es sostenible, sino que es contraproducente.

Investigaciones realizadas por Kristin Neff han mostrado que ser amables con nosotros mismos ante el fracaso conduce a una mayor resiliencia y efectividad. Los líderes que practican la autocompasión suelen aprender más de sus errores, mantienen su motivación y crean equipos más fuertemente cohesionados. La autocompasión no implica una bajada de nuestros estándares o aceptar la mediocridad, sino reconocer nuestra humanidad compartida y entender que la perfección ni es posible ni necesaria.

El autor mantiene que este tipo de liderazgo se apoya en tres pilares:

1.- Conciencia de nuestro estado interior, de nuestros pensamientos, emociones y reacciones. Requiere tener la capacidad de observarnos a nosotros mismos sin juzgarnos. Cuando somos conscientes de nuestras experiencias  interiores podemos responder a los retos de forma más eficaz, en lugar de reaccionar de forma impulsiva.

2.- Aceptación. Implica reconocer nuestras imperfecciones y limitaciones sin una crítica severa. No significa complacencia, sino que somos un trabajo en marcha para progresar como todo el mundo. Cuando nos aceptamos como somos liberamos la energía que dedicábamos previamente a juzgarnos a nosotros mismos, permitiendo que nos centremos en nuestro crecimiento y desarrollo.

3.- Responsabilidad, no solo con relación a los demás sino también hacia nosotros mismos. Implica responsabilizarnos de nuestros actos y de su impacto, mientras nos mantenemos amables con nosotros mismos cuando fallamos. En el contexto del liderazgo autocompasivo se refiere a mantener estándares elevados pero comprendiendo que los errores son oportunidades para aprender, no evidencias de fracasos.

Los beneficios del liderazgo autocompasivo se extienden más allá del líder individual. Cuando los líderes lo adoptan crean una cultura de seguridad psicológica en sus organizaciones. Los miembros de os equipos se sienten más cómodos asumiendo riesgos, compartiendo sus ideas y aprendiendo de sus errores, lo que conduce a una mayor innovación, colaboración más profunda y a una organización más resiliente.  Según un estudio publicado en Catalyst, las organizaciones lideradas por líderes autocompasivos consiguen que las tasas de compromiso de sus profesionales sean un 76% más elevadas que las lideradas por líderes más críticos.

Daniel Goleman ha enfatizado desde hace tiempo la importancia del autoconocimiento y de la empatía para el liderazgo. En su ausencia los líderes corren el riesgo de sentirse desconectados emocionalmente e incapaces de conectar con sus equipos. Cuando los líderes cultivan la autocompasión crean un entorno en el que la empatía y la conexión pueden prosperar, lo que conduce a mejores resultados para todos los implicados.

El liderazgo debe  centrarse en mostrar la humanidad, no en la perfección. Consiste en reconocer que  nuestras imperfecciones no son  debilidades sino oportunidades de crecimiento y conexión.

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