Ian C. Woodward en
INSEAD Knowledge del pasado 21 de agosto plantea que el líder tiene que poner límites a la hora de organizar su
trabajo y ha identificado cuatro
principios clave para lograrlo. Son los siguientes:
I.-
DEFINIR Y ACLARAR CUÁLES SON NUESTRAS PRIORIDADES Y LÍMITES
El establecimiento de límites
efectivos comienza con el autoconocimiento. Sin saber claramente qué es lo que
más nos importa es difícil marcarlos.
Los profesionales se
pueden beneficiar de realizar una “auditoría de límites” haciéndose las
siguientes preguntas:
1.- ¿Qué es lo que más
valoro en el trabajo y en mi vida?
2.- ¿Qué es lo que me
roba mi energía o me ocasiona frustración recurrente?
3.- ¿Qué
comportamientos o expectativas ya no me sirven?
4.- ¿Qué implicaciones
tiene para mí y para otras personas el hecho de que no ponga límites?
Posteriormente debemos identificar
los límites no negociables y las áreas flexibles. Por ejemplo entre los no
negociables puede estar el no contestar correos después de una hora determinada
o no aceptar tareas no directamente relacionadas con nuestro rol específico o
nuevos proyectos sin acabar antes el que tenemos en marcha. Los límites
flexibles pueden ser ayudar en tareas urgentes ocasionalmente siempre que
exista tiempo y alineación con nuestro trabajo.
El contexto importa. En
ocasiones situaciones diversas pueden tener distintos límites. Se trata de
establecer y comprender las expectativas. Así como entender los límites d elos
demás. Los líderes y compañeros se benefician cuando las prioridades y límites
se comparten abiertamente.
II.-
COMUNICAR LOS LÍMITES DE FORMA CLARA Y CONSISTENTE
los límites no pueden
funcionar sin una clara comunicación. Esperar que los que nos rodean intuyan
nuestras necesidades conduce a malentendidos. Para ello debemos articular
nuestros límites:
1.- Siendo proactivos y
comunicando desde el principio nuestros límites, no cuando nos sintamos
desbordados.
2.- Utilizando lenguaje
directo pero respetuoso.
3.- Explicar cuándo las
verdaderas emergencias pueden hacer que modifiquemos nuestros límites.
4.- Ser consistentes. Mantener
nuestros límites ayuda a reforzar nuestra credibilidad y las expectativas sobre
nosotros.
5.- Preguntar a otras personas
sobre sus límites para que éstos se conviertan en algo normal.
III.-
PRACTICAR DECIR NO DE FORMA APROPIADA
Hacerlo adecuadamente
no es fácil y necesita ser practicado:
1.- Comenzar diciendo
no a pequeñas demandas para ir ganando confianza.
2.- Ser firmes pero educados
y explicar nuestra carga de trabajo en el momento actual.
3.- Ofrecer
alternativas si es posible.
Una forma de mantener
nuestros límites, especialmente cuando nuestro jefe plantea demandas poco
realistas, consiste en redirigir la conversación hacia las prioridades., para
que el líder reconsidere sus
expectativas sin sentirse rechazado.
IV.-
ACTUAR COMO EJEMPLO RESPETANDO LOS LÍMITES DE LOS DEMÁS Y LOS PROPIOS
Al respetar los límites
de los otros reforzamos una cultura en la que los límites son fomentados y
apreciados. Lo demostraremos si:
1.- Preguntamos antes
de hacer peticiones que interfieran con el tiempo de los demás.
2.- Aceptamos las
respuestas negativas a nuestras demandas sin presionar o hacer que los otros se
sientan mal.
3.- Respetando nuestros
límites sin pretender justificarnos.
El éxito al establecer
límites no se consigue solo a través de los principios, requiere contar con
hábitos consistentes que los apoyen, especialmente en situaciones bajo presión.
Algunas estrategias para reforzar la práctica de establecer límites son:
a).- Reevaluar
regularmente para ver si los límites deben ser modificados al cambiar las
circunstancias. Reservar tiempo periódicamente para reflexionar sobre lo que no
está funcionando y sobre los ajustes que deben hacerse
b).- Priorizar tiempos de descanso como no
negociables.
c).- Delegar cuidadosamente para alinear last areas con
las habilidades requeridas. Empoderar a los miembros del equipo
al asignarles responsabilidades que se ajusten con sus fortalezas, liberando
tiempo para concentrarnos en las materias más importantes.
d).- Construir relaciones
sólidas basadas en la confianza y en la seguridad psicológica, escuchando atentamente, mostrando aprecio y
reconocimiento y respetando los límites de los demás
e).- Preparar
respuestas respetuosas con antelación ante posibles incumplimientos de los límites.
f).- Practicar la
autocompasión para perdonarnos cuando fallemos y cedamos para recuperarnos sin
sentirnos culpables.
g).- Anclar los límites
con un propósito para recordarnos los motivos por los que los hemos
establecido.
h).- Celebrar el cumplimiento de los mismos.
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