Amy Gallo, investigadora y contribuidora habitual de Harvard Business
Review, en HBR Blog Network del pasado 16 de octubre planteaba que cuando un
compañero en el trabajo se muestra mezquino con nosotros es difícil saber cómo
debemos responder. Los expertos dicen que cuando nos enfrentamos a mal
comportamiento en el ámbito laboral tenemos un amplio espectro de conductas que
van desde los “bullies” a las personas que son simplemente maleducadas. Gary Namie fundador del Workplace Bullying Institute y autor de “The Bully at Work” mantiene que si nos encontramos ante un “bully” puede
ser muy difícil o imposible lograr que cambie de actitud. Pero siempre tenemos
que buscar una solución, para lo que gallo propone las siguientes tácticas:
1.- Procurar
entender las causas del comportamiento. Una investigación realizada por
Nathanael Fast, profesor en la Escuela de Negocios de la Universidad del Sur de
California prueba una idea ampliamente aceptada: las personas pueden actuar de
esa forma cuando ven su ego amenazado. Con frecuencia vemos como personas que
tienen poder actúan de forma agresiva con personas que tienen menos poder
cuando sienten que su competencia está siendo cuestionada. Namie añade que:
“Las personas que son competentes y queridas se convierten en las dianas más
frecuentes porque las ven como amenazas. Por tanto puede ayudar el acariciar
su ego, haciendo cumplidos sobre facetas de la persona que podamos
admirar.
2.- Analizar lo
que estamos haciendo. Estas situaciones requieren que realicemos algo de
introspección por nuestra parte. Es muy fácil decir que una persona es impresentable,
pero puede ser que estemos trabajando dentro de una cultura altamente
competitiva o en una que no de importancia a la buena educación. Debemos
considerar si podemos estar malinterpretando o reaccionando de manera exagerada
ante un comportamiento o si inconscientemente estamos contribuyendo a acentuar
el problema. Es conveniente preguntarnos si de alguna manera hemos ocasionado
que la otra persona se sienta amenazada o crea que estamos siendo desleales. La
autoevaluación puede ser complicada por lo que podemos solicitar la opinión de
alguien en quien confiemos y que esté dispuesto a decirnos la verdad y no lo
que queremos escuchar. De todas formas no debemos culparnos en exceso, es
importante que busquemos el equilibrio entre no resultar amenazador y no
permitir que nos avasallen.
4.- Buscar aliados. Hablar con ellos y ver que pueden hacer para ayudar,
confirmando nuestra perspectiva o defendiendo nuestra postura. Siempre recordando
que primero hay que intentar resolver la situación de forma informal antes de
apelar a la jerarquía.
5.- Demostrar cómo la situación está afectando a los resultados de la
organización. Si necesitamos emprender acciones formales debemos comenzar por nuestro
jefe (siempre que no sea él el agresor), pero podemos necesitar ascender en la
jerarquía y explicar cómo la actitud de esa persona está perjudicando a la
moral y al desempeño en la organización,
así como argumentar cómo le está costando dinero.
6.- Conocer nuestras limitaciones y si vemos que la situación no va a
cambiar buscar salida, ya que si no nos apoyan y como sabemos que el “bully” no
va a cambiar lo más conveniente es que nos protejamos y si no va a ser
despedido o sancionado los que tenemos que irnos somos nosotros, si existe la
posibilidad, pensando siempre en nuestro bienestar.
Amy Gallo recomienda que recordemos siempre los siguientes principios:
Hacer:
Recordar que las personas que actúan de forma agresiva en el trabajo lo
hacen porque se sienten amenazadas.
Preguntarnos si estamos siendo demasiado susceptibles o estamos
malinterpretando una situación.
No aceptar los comportamientos inapropiados en el momento en que se
producen.
No hacer:
No rechazar la culpa. Muchos “bullies” eligen como potenciales víctimas a
los profesionales más experimentados y respetados.
Incrementar la tensión hasta que hayamos tratado de solucionar la
situación de forma informal y con ayuda de aliados.
Sufrir innecesariamente. Si la situación persiste y podemos abandonar,
debemos hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario