John C. Maxwell, en su libro”Good leaders ask great questions”, que estamos comentando, plantea que toda persona que aspire a ser un líder debe hacerse fundamentalmente, las siguientes preguntas:
I.- ¿CUALQUIER PERSONA TIENE EL
POTENCIAL DE SER UN LÍDER EFICAZ?
El
autor opina que la respuesta es que todos tenemos el potencial de ser líderes a
un determinado nivel y tenemos la capacidad de
mejorar nuestras competencias para ello. En el desarrollo del liderazgo
intervienen tres componentes:
1.- El entorno, la encarnación del
liderazgo.Éste ejerce una enorme influencia en las personas.
Si crecemos en uno de liderazgo positivo seremos capaces de reconocer nuestras
propias habilidades de liderazgo y éstas serán estimuladas para que florezcan.
El ambiente adecuado facilita el aprendizaje. Si no hemos estado en contacto
con un entorno de estas características tendremos dificultades para ser
conscientes de lo que supone liderar. William Bernhach, director de una agencia
de publicidad, dice en este sentido: “Me divierte cuando los competidores
tratan de contratar a mis profesionales. Tendrían que “contratar” a todo el
entorno. Para que una planta dé flores, necesitas la tierra adecuada, además de
las semillas”.
Maxwell
destaca las siguientes características para poder identificar un entorno de
crecimiento:
a).-
Otros están por delante de mí.
b).-
Me enfrento a retos continuamente.
c).-
Me centro en avanzar.
d).-
La atmósfera es asertiva.
e).-
Con frecuencia me encuentro fuera de mi zona de confort.
f).-
Me siento estimulado.
g).-
Los errores no son mis enemigos.
h).-
Otros están creciendo.
i).-
Mis compañeros fomentan los cambios.
j).-
El crecimiento se diseña y se demanda.
2.- La exposición, la inspiración
del liderazgo. Uno de los factores que más ayudan al
desarrollo del liderazgo es el contacto con grandes líderes. Se puede lograr
leyendo sus obras, escuchando sus conferencias y haciéndoles preguntas.
3.- La formación, la intención de
liderar. El liderazgo tiene un componente muy importante de
influencia y podemos aprender cómo conectar con las personas, cómo
comunicarnos, planificar, priorizar y
diseñar estrategias para conseguir que las personas trabajen juntas. Tenemos la
capacidad de adquirir las competencias necesarias para ser buenos líderes.
II.- ¿CÓMO PODEMOS SER LÍDERES EN
NUESTRO PUESTO ACTUAL, AUNQUE ESTEMOS EN EL NIVEL MÁS BAJO DEL ESCALAFÓN?
La
buen noticia, según el autor, es que podemos ser líderes independientemente de
la posición que ocupemos. Lo único que necesitamos para empezar es sentir el
deseo de liderar y la disposición a aprender. La clave está en la influencia.
El
liderazgo comienza con la influencia. Ésta es una invitación que cualquiera
hace a otra persona. Es una elección que hacemos, pero el hecho de que podamos
tener influencia sobre una persona no quiere decir que lo tengamos sobre todas,
ya que cada una es distinta. Nunca debemos olvidar que la influencia conlleva
una enorme responsabilidad ya que va a afectar al bienestar de las personas
sobre las que la ejercemos, por lo que debemos procurar que ésta sea positiva y
no negativa, añadiéndoles valor.
III.- ¿CUÁL ES EL PROPÓSITO ÚLTIMO
DEL LIDERAZGO?
El
liderazgo se tiene que centrar fundamentalmente en lograr añadir valor a las
personas. Para lograrlo Maxwell propone:
1.- Escuchar sus historias y hacer
preguntas. No podemos llegar a comprender a las
personas hasta que conocemos su vida. Si lo hacemos, entenderemos sus
esperanzas, sus aspiraciones y aquello que les ha dañado. Seremos capaces de
ponernos en su lugar, de saber lo que es importante para ellos y de
transmitirles que nos preocupamos por ellos y que deseamos añadir valor a sus
vidas.
2.- Poner a los demás por delante. Demasiados
líderes piensan que el liderazgo consiste en pensar sólo en sí mismos y en sus
intereses particulares. Los buenos líderes se centran en las necesidades y
deseos de las personas que lideran y, dentro de sus posibilidades, procuran que
éstas sean su prioridad.
3.- Creer en las personas. Si
queremos ayudar a los demás debemos creer en ellos. Si somos capaces de
encontrar las fortalezas de cada persona
y les demostramos que las valoramos estamos ayudando, no sólo a la persona,
sino a la organización y a nuestra labor como líderes.
4.- Diseñar planes en los que
encajen las visiones de los profesionales y de la organización. Si
conocemos lo que los mueve y entendemos sus esperanzas y sueños tenemos el
potencial de añadirles valor hablando con ellos sobre la forma de alcanzar su
visión al tiempo que hacen su trabajo para alcanzar, también, los objetivos de
la organización. Posteriormente se pueden formular planes conjuntos.
5.- Ayudar a los colaboradores
hasta que alcanzan sus metas. Consiste en
acompañarles a lo largo de todo el camino.
IV.- ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE
DELEGAR Y ABDICAR DE NUESTRAS RESPONSABILIDADES?
Cuando
los líderes asignan tareas a otros normalmente lo hacen de dos formas: delegan
o descargan en los demás. La segunda opción es indiscriminada y no considera
las fortalezas o debilidades de la persona a la que supuestamente se le encarga
el trabajo. Supone una forma de abdicar de nuestras responsabilidades al
ignorar las necesidades de información del profesional y si tiene la formación
apropiada, al tiempo que manifiesta un
deseo de librarse de un problema. Los buenos líderes, por el contrario, siempre
tienen en cuenta las habilidades, conocimientos e intereses de la persona que
tiene que realizar una tarea y buscan a la persona adecuada. Delegan estableciendo
unas metas claras, concediendo la autoridad para poder realizar el trabajo,
facilitando los recursos necesarios y la suficiente autonomía para que el
profesional pueda actuar con independencia en la toma de decisiones, sin
olvidar que están delegando la autoridad no la responsabilidad.
V.- ¿CUÁL ES EL MAYOR RETO AL
RESPONDER A LA LLAMADA DEL LIDERAZGO?
El
mayor reto, según el autor, se encuentra en tomar decisiones que afectan a
otras personas. Estas pueden ser:
1.- Decisiones valientes: lo que se
tiene que hacer. Peter Drucker decía: “Siempre que
encuentres una organización que tiene éxito alguien ha tomado en alguna ocasión
una decisión valiente”. El progreso con frecuencia es el resultado de la
adopción por los líderes de decisiones
difíciles.
2.- Decisiones prioritarias: lo que
debe hacerse primero. Es responsabilidad de los líderes
el mirar hacia delante, el tener la visión global y el tomar decisiones basadas
en las prioridades de su equipo y de la organización.
3.- Decisiones de cambio: lo que
tiene que hacerse de forma diferente. Una
de las funciones principales del líder es ser un agente del cambio en las organizaciones para vencer a las
resistencias al mismo por parte de muchos profesionales.
4.- Decisiones creativas: lo que
puede ser posible. Los buenos líderes ayudan a sus equipos
a romper barreras y a pensar de forma creativa, siendo ellos los primeros que
utilizan otras formas de pensamiento, como el lateral.
5.- Decisiones sobre personas:
quién tiene o no tiene que estar involucrado. Las
decisiones más difíciles suelen implicar a personas. No es fácil encontrar a la
persona adecuada para cada trabajo o más complicado aún decidir si una persona
debe seguir formando parte de un equipo.
VI.- ¿PUEDE UN LÍDER LIDERAR Y
SERVIR AL MISMO TIEMPO?
Un
malentendido frecuente es el que mantiene que el rol de los seguidores es el de
servir y el de los líderes es ser servidos. Los líderes que asumen que el
liderazgo es un servicio consideran que:
1.- El servicio a los demás es una
actitud.
2.- El servicio a los demás es una
motivación. Robert Greenleaf, director del Robert K. Greenleaf Center for Servant Leadership, del que hemos hablado en una entrada anterior,
dice:”El líder orientado al servicio sirve primero: todo comienza con el
sentimiento natural de que queremos servir. Luego la elección consciente es
aspirar a liderar para garantizar que las prioridades de los otros están por
delante de las nuestras”.
3.- El servicio a los demás es un
valor. Si valoramos a los demás queremos añadirles valor y
servirles. Sin las personas nuestro éxito como líder estaría muy limitado. El
autor mantiene que no puede imaginar el liderazgo sin servicio y el servicio
sin liderazgo.
Los
grandes líderes sirven, ven su rol como uno de servicio, facilitador, aportador
de valor, fomentador de triunfos, pero lo hacen tranquilamente, sin llamar la
atención.
Maxwell
recomienda que nos hagamos las siguientes preguntas para comprobar si nuestra
motivación como líderes es el servicio:
¿Por
qué quiero liderar a otros?
¿Qué
valor tiene le estatus para mí?
¿Los
demás trabajan para mí o conmigo?
¿Estoy
contento de servir a los demás y lo hago con alegría?
¿Es
mi equipo mejor porque yo estoy en él?
¿Exactamente
por qué es mejor?
VII.- ¿CUÁLES SON LAS HABILIDADES
PRINCIPALES REQUERIDAS PARA LIDERAR EN TIEMPOS DIFÍCILES?
La
mejor manera de abordar las complicaciones es tratar de verlas como
oportunidades. Como líderes debemos ser capaces de ayudar a los demás a
solucionar sus problemas, asumir sus responsabilidades
y trabajar para que las cosas sean mejores. El autor propone que para liderar y
servir a las personas durante tiempos difíciles debemos:
1.- Definir la realidad. La
reacción de la mayoría de las personas ante una crisis es decir: “Vamos a
olvidar todo”. Por esto Peter Drucker decía: “ Un tiempo turbulento es
peligroso, pero el mayor riesgo está en la tentación de negar esa realidad”.
Por tanto una de las funciones principales del líder es definir las cosas que
están entorpeciendo y frenando a los demás para ayudar a que se liberen.
2.- Recordar el marco global. En
momentos complicados el líder debe recordar cuál es la misión última y
facilitar la visión de un marco general, que ayude a superar las
incertidumbres.
3.- Ayudar a desarrollar un plan. Antes
de definir una estrategia para salir de una situación difícil debemos saber
dónde estamos y adonde queremos llegar. Si hemos ayudado a nuestros
colaboradores al definir una realidad y al mostrarles el marco global nuestra
siguiente tarea será ayudarles a identificar los pasos que hay que dar para
llegar de un lugar a otro.
4.- Lograr que sus elecciones sean
las adecuadas. Ayudarles a que descubran cuáles son las
mejores opciones.
5.- Valorar y promover el trabajo
en equipo. Cuando nos enfrentamos a momentos
complicados todos deben trabajar juntos si quieren salir de la situación.
Ningún equipo puede ganar y continuar ganando si no trabajan unidos. Es la
responsabilidad del líder promover el
trabajo en equipo y conseguir que sus miembros
colaboren y trabajen juntos.
6.- Transmitir esperanza. La
función del líder en tiempos de crisis es recordar a sus profesionales las
posibilidades que pueden surgir de ésta y ayudarles a superarla.
VIII.- ¿ES POSIBLE SER UN LÍDER EN
TODAS LAS FACETAS DE NUESTRA VIDA?
La
respuesta es negativa. No podemos influir en todas las personas con las que nos
cruzamos, no tenemos tiempo suficiente. Desarrollar la influencia es un proceso
que necesita el desarrollo de relaciones. Por tanto debemos elegir en qué
facetas de nuestra vida queremos ser influyentes y ser líderes eficaces.
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