Amy Gallo, en hbr.org del pasado 11 de
enero de 2016, plantea cómo podemos actuar si tenemos un colaborador pasivo
agresivo.
Con frecuencia nos encontramos en el
ámbito laboral con compañeros que, por ejemplo, defienden una idea en una
reunión y hacen después lo contrario, que se cruzan con nosotros y no nos
saludan o que no nos dejan hablar y nos interrumpen cuando hablamos y que
cuando pretendemos hablar con ellos sobre su comportamiento nos dicen que todo
va bien y que el problema se encuentra exclusivamente en nuestra cabeza.
Resulta muy frustrante trabajar con alguien que actúa de forma pasiva-agresiva.
Gallo recomienda que si
nos encontramos con este tipo de conducta:
1.- No caer en sus redes. Cuando un compañero pretende que no pasa nada o nos acusa
de reaccionar de forma exagerada es complicado no enfadarse o ponerse a la
defensiva, pero estas son situaciones en las que no es conveniente responder al
fuego con fuego, sino que debemos mantenernos calmados ya que la otra parte
está buscando desequilibrarnos para como forma de liberar parte de su ansiedad.
Responder de forma emocional puede hacer que parezcamos y nos sintamos
ridículos.
2.- Considerar qué es lo que está motivando
su comportamiento. Las personas que
actúan de forma pasivo- agresiva de forma rutinaria no siempre son estúpidos,
ya que puede ser que su conducta venga motivada por no saber cómo comunicar o
por tener miedo a los conflictos. Con frecuencia se pueden estos
comportamientos manifestar por la
presunción de que los demás deben saber lo que está sintiendo y que sus
necesidades y preferencias son más importantes que las de los que le rodean.
3.- Reconocer nuestras posibles
responsabilidades. Normalmente no se
puede decir que no somos en parte responsables de la situación. Tenemos que
preguntarnos si algo de lo que hacemos está contribuyendo a la dinámica u
ocasionando el que la otra persona sea pasiva agresiva. Debemos procurar,
también ser capaces de detectar cuando intentamos ganar tiempo o evitar algo y
dejamos fluir emociones que pueden dañar a los demás.
4.- Centrarnos en el contenido. Hay que tratar de ver las situaciones desde la
perspectiva de la otra persona para descubrir qué es lo que está intentando
transmitir con los comentarios fuera de tono. Si somos capaces de concentrarnos
en el tema de fondo y no en la forma en que lo expresa podremos avanzar hacia
el reconocimiento del verdadero problema.
5.- Verbalizar el asunto a tratar, sin
hacer referencia a la forma de expresión. No
escuchar ni conceder ninguna importancia a la parte tóxica la
conversación.
6.-
Cuidar nuestro lenguaje. Nunca acusemos a la otra persona de ser pasiva agresiva, ya que puede
perjudicar nuestros intereses. Si es posible intentar mostrar cómo ese
comportamiento está actuando en contra de algo que le puede interesar y de sus
intereses, por lo que no debe mantener esta conducta.
7.- Buscar aliados. De esta forma
confirmaremos que nuestras percepciones no son erróneas, siempre intentando que
no se interprete como un cotilleo o la pretensión de hablar mal de un
compañero.
8.- Marcar directrices
para todos. De acuerdo con el resto del equipo definir unas
normas que permitan alcanzar soluciones y ejercer presión para evitar
comportamientos inadecuados.
9.- Buscar ayuda en
situaciones extremas. Cuando un colega trata de
forma persistente entorpecer nuestro trabajo o intentar evitar que lo hagamos y
observadores externos confirman nuestra impresión podemos intentar recabar la
ayuda de nuestro superior inmediato.
10.- Protegernos. Si existe una interdependencia en el trabajo debemos asegurarnos que
nosotros cumplimos nuestros objetivos. No tenemos que dejar que nos represente
o hable por nosotros en reuniones y después de las mismas recoger los
acuerdos y pasos a seguir
documentalmente. Si tenemos que trabajar
juntos procurar hacerlo con otras personas, para que tenga que comportarse
mejor. Podremos no conseguir cambiar los hábitos del otro pero podemos intentar
controlar nuestra reacción ante los mismos.
PRINCIPIOS PARA
RECORDAR:
Hacer:
Procurar entender la
razón, puede ser que consideren que no se están viendo satisfechas sus
necesidades.
b Centrarnos en el
mensaje, aunque la forma de transmitirlo sea errónea.
Asegurarnos de que no
estamos contribuyendo a la situación con nuestra conducta.
No hacer :
a Perder los nervios. Reaccionar
de forma serena.
Acusar a la otra
persona de actuar de forma pasivo agresiva, ya que contribuirá a que se
enfurezca aún más con nosotros.
Pensar que podemos
cambiar su conducta.
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