Christine Porath, en “Mastering civility. A manifesto for the workplace” que estamos comentando, destaca la importancia de considerar el respeto al seleccionar a profesionales que van a trabajar en nuestra organización. Los investigadores Dylan Minor y Michael Housman, por ejemplo, han encontrado que un empleado tóxico puede neutralizar las ganancias en productividad obtenidas por dos o más “superestrellas”. Los “superestrellas” son el 1% de los trabajadores en términos de productividad. Los estudios de la autora sobre el tema demuestran que los profesionales irrespetuosos ejercen un impacto negativo más fuerte que el positivo que transmiten los que son respetuosos. Por este motivo es muy importante detectar a las personas tóxicas para evitar reclutarlas.
Porath recomienda al ENTREVISTAR a candidatos potenciales el
utilizar técnicas para eliminar a los
aspirantes irrespetuosos y estar atentos a señales de respeto. No
utilizar preguntas hipotéticas tales como: ¿Cómo manejarías……? o ¿Qué harías
si….? Y por el contrario preguntar de forma específica cómo gestionaron
determinadas situaciones concretas en el pasado. Explicitar los valores de la
organización e investigar cómo el pasado del candidato se adapta a los mismos.
No aceptar únicamente la primera respuesta sino pedir dos o más ejemplos.
Debemos utilizar
entrevistas estructuradas planteando a todos los candidatos al puesto las
mismas preguntas en el mismo orden. Las siguientes preguntas resultan de
utilidad:
a).- ¿Qué es lo que nos
diría tu anterior jefe de ti, tanto positivo como negativo?
b).- ¿Qué es lo que nos
dirían tus anteriores subordinados de ti, tanto positivo como negativo?
c).- ¿Cuáles son
los tres aspectos que consideras que
debes mejorar?
d).- ¿Qué es lo que te
hace perder el control? Cuéntame que ocurrió la última vez que te pasó.
e).- ¿Qué hiciste en
una ocasión en la que hayas estado sometido a una situación estresante o
conflictiva en tu trabajo?
f).- ¿Cómo detectas que
estás experimentando un gran estrés?
g).- ¿Cuándo has
fracasado? Describe las circunstancias y cómo lo gestionaste y qué aprendiste
de la experiencia.
h).- ¿Cuáles son
algunos ejemplos que demuestren tu habilidad para gestionar y supervisar a
otros profesionales?
i).- ¿Con qué tipos de
personas te cuesta trabajar más? ¿Cómo gestionaste una ocasión en la que tuviste dificultades
para trabajar con alguien?
j).- ¿Con que tipo de
personas trabajas mejor? ¿Cuál ha sido tu mejor experiencia de trabajo en
equipo?
Tenemos que observar,
también, estos tres comportamientos:
1.- La puntualidad del
candidato, si llego o no a tiempo para la entrevista.
2.- Los comentarios que
hace sobre sus antiguos jefes y compañeros, si son negativos o positivos.
3.- La aceptación del
candidato de su responsabilidad sobre comportamientos y resultados o si prefiere culpar a los demás
si no son positivos.
Es recomendable
registrar no sólo lo que el candidato dice sino, también, lo que no dice, por
lo que hay que prestar atención a su lenguaje corporal. Por ejemplo si se
muestra cómodo al hablar de respeto o si está inquieto o si parece que está de
acuerdo con nuestros valores. Como parte del proceso de la entrevista debemos
procurar conocer la opinión de todos aquellos profesionales de nuestra
organización que han podido tener algún contacto con el candidato y que no
pertenezcan al equipo entrevistador sobre cómo éste ha interactuado con ellos: si ha sido amable con el personal
de recepción o de secretaría,…. Otra opción es pedir a los miembros del equipo
que vayan a algún evento con los candidatos o coman con ellos. De esta forma el
candidato podrá observar cuáles son los valores y cultura del equipo del que
quiere formar parte y tomar la decisión de si quiere seguir uniéndose a él o no
y el reclutador puede tener una imagen más completa del aspirante.
Es esencial hacer
nuestros deberes sobre los candidatos y para ello los controles de referencias
son una herramienta muy útil. Si conocemos cómo se han comportado en el pasado
será más sencillo valorar si se mostrarán respetuosos en un nuevo trabajo.
Tenemos que solicitar referencias sobre determinados comportamientos asociados
al respeto y para ello podemos hacer preguntas del tipo:
¿Qué tal se trabaja
con…..?
¿Cómo se sentían los
subordinados del candidato trabajando a sus órdenes?
¿Mostraba el candidato
inteligencia emocional en sus relaciones? ¿Era capaz de entender a sus
compañeros y adaptarse a ellos?
¿Parecía que el
candidato se sentía cómodo trabajando en diferentes situaciones con distintos
tipos de personas?
¿El candidato se
mostraba colaborador y era un jugador de equipo?
¿Cómo reaccionaba el
candidato ante la autoridad?
¿Volvería a contratar a
esa persona?
Es preferible
establecer contacto telefónico ya que nos va a dar más pistas sobre la sinceridad de las respuestas y siempre que
se pueda intentar hablar con sus antiguos colaboradores, no sólo con sus jefes.
Otro aspecto
fundamental a la hora de realizar entrevistas es garantizar que el candidato es
tratado en todo momento con respeto mostrando
los valores de la organización de forma explícita para que él también pueda valorar y decidir si quiere
trabajar en un lugar dónde esos valores son los reyes.
Tras la selección no
podemos olvidar que la organización debe recordar constantemente a sus
profesionales cuáles son los fundamentos del respeto y para ello debe ayudarles
a mantener el foco en los mismos. Para ello debe:
1.-
Fijar unas expectativas. Una vez que se han articulado los
valores debemos establecer el respeto como un valor central en la organización
y difundir el código básico de comportamiento entre sus profesionales.
2.- Grabar el “respeto” en la mente de sus profesionales. Si
queremos conseguirlo es fundamental que los líderes sean un ejemplo con su
conducta y establezcan mecanismos para reforzar el respeto en su organización.
3.-
Crear unas normas. Éstas deben ser comentadas con los
profesionales para discutir sobre cuáles deben ser, para evitar imponerlas y para facilitar el
compromiso de los mismos con ellas. La autora menciona, entre otros ejemplos, el código de respeto de una firma de abogados californiana
(Bryan Cave) que en 2015 fue seleccionada como la mejor empresa para trabajar
en el Condado de Orange. Es el siguiente:
a).- Nos saludamos
siempre.
b).- Decimos por favor
y gracias.
c).- Nos tratamos con
respeto y equidad, independientemente de las situaciones.
d).- Somos conscientes
y reconocemos el impacto de nuestro comportamiento sobre los demás.
e).- Nos mostramos
dispuestos a recibir y agradecemos el feedback de los compañeros.
f).- Somos accesibles.
g).- Somos directos,
sensibles y honestos.
h).- Reconocemos las
contribuciones de los demás.
i).- Respetamos los
compromisos de los demás.
No es suficiente con
establecer normas debemos preocuparnos de que todos los profesionales las comprendan
y respeten. Porath menciona como ejemplo de esta necesidad el resultado de una
encuesta en la que el 25% de los entrevistados responsabilizaban a su
organización por no facilitarles la adquisición de las habilidades básicas que
necesitaban, especialmente las relacionadas con la escucha y el feedback. No
podemos asumir que todas las personas instintivamente saben cómo mostrar
respeto. Muchas no han aprendido las habilidades básicas. En un hospital de Los
Ángeles los médicos temperamentales deben asistir a una “escuela de encanto”
para reducir su agresividad y disminuir las denuncias. En ella se recalca la
importancia y se enseña a los médicos a ser ejemplo de respeto para los
residentes. Este hospital entrena a sus profesionales para que detecten señales
de falta de respeto en el comportamiento de sus trabajadores que de otra forma
no se conocerían y no se podrían abordar y solucionar. Especialmente se
responsabiliza al personal facultativo y si no informan de estas situaciones
serán responsables de sus posibles consecuencias negativas.
4.-
Facilitar coaching. No debemos limitarnos a la formación
formal, sino facilitar coaching de determinados fundamentos específicos, para
que sean capaces de escuchar activamente, dar y recibir feedback, aceptar las
diferencias, negociación, gestionar el estrés, mindfulness, y saber cómo trabajar con personas difíciles y
mantener conversaciones complicadas.
La autora recomienda que el coach no debe sólo
impartir información, debe revisar los fundamentos y expectativas básicas y ser
capaz de responsabilizar a sus profesionales por sus actos, señalando los
comportamientos inadecuados para poder abordarlos y solucionarlos.
La organización debe
definir para garantizar que el respeto se ha interiorizado dentro de su cultura,
en la que se premia por cómo se hacen las cosas:
a).- Un sistema de
evaluación de la alineación de los profesionales con los valores de la misma,
que permita, también, conocer lo que cada uno está haciendo para impulsar a la
organización, la colaboración que presta a sus compañeros para conseguirlo y
agradecer los esfuerzos realizados.
b).- Un modelo de
reconocimiento que asegure que estamos motivando y reforzando los
comportamientos que nos permiten alcanzar las metas de la organización.
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