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miércoles, 7 de febrero de 2018

CÓMO LIDERAR A LOS CÍNICOS


Theodore Kinni en strategy+business del pasado 30 de enero plantea que, tal como demuestra una encuesta de Gallup realizada en diciembre de 2017, el 28 % de los estadounidenses consideran que la honestidad y los estándares éticos de los ejecutivos son bajos o muy bajos y sólo un 16% los valoran como altos o muy altos. De las 22 profesiones analizadas ocupan el puesto 18, siendo los profesionales de enfermería los que lideran el ranking de confianza.

Por tanto, los líderes ante esta situación de cinismo ante sus actuaciones tienen que saber cómo pueden liderar a profesionales escépticos y cínicos ante su gestión.

La sabiduría convencional mantiene que la perspectiva prejuiciosa que tienen los cínicos hace que sean difíciles de liderar y que las actitudes de desconfianza pueden infectar a sus compañeros. Esto, según el autor que se considera a sí mismo un cínico irrecuperable, no es cierto. Pueden ser grandes profesionales si el líder es capaz de acallar  sus sospechas sobre sus  motivos y conseguir que rebrote el idealismo en ellos.

Para conseguirlo Kinni propone seguir tres sencillas recomendaciones:

1.- Ser honesto. No hay que mentir ni tratar de engañar a un cínico.de ninguna forma. Con ellos hay que ser escrupulosamente honesto, porque si descubren que no se les está diciendo la verdad nunca volverán a creer en el líder.

Esto no quiere decir que tengan que contar todo lo que saben o sospechan. Existen cosas que no necesitan o no deben decir. Si tienen información que no es apropiada o no es el momento que compartan deben comunicarlo. La verdad es más importante que la transparencia para los cínicos.

2.- “Jugar limpio”. Los cínicos esperan encontrarse con injusticias y desequilibrios en todas partes por lo que si el líder es capaz de actuar justamente y contradecir sus expectativas responderán con lealtad y trabajo duro. Para ello deben evitar culpabilizarles de los fracasos para salvar su imagen y procurar tratarles con justicia en todas las ocasiones, teniendo en cuenta que equitativo no quiere decir igual, sino que se obtiene lo que se merece en cada caso. Si los cínicos descubren injusticias pueden desconectar y ser muy difíciles de recuperar.

3.- Ser coherente y hacer lo que se dice que se va a hacer. Jim Kouzes y Barry Possner en su libro “Credibilidad” mantenían que: “si las personas no creen en el mensajero no van a creer en el mensaje. Si lo líderes quieren ser creídos  deben hacer lo que han dicho que harían”.

En el caso de los cínicos esta reflexión es doblemente cierta, ya que son unos excelentes detectores de incoherencias y tienen una memoria sorprendente para recordar las promesas que hacen los líderes. Por tanto si el líder no va a hacer algo que ha dicho que va a hacer lo mejor es que se calle y no haga promesas, ya que si el cínico se siente engañado no va a volver a confiar.


Evidentemente puede resultar complicado estar a la altura de estas sugerencias pero no hay que olvidar que los cínicos detectan con facilidad a los líderes que hacen esfuerzos honestos y están dispuestos a perdonar los lapsos inevitables que van a surgir cuando el líder lucha por reconciliar las demandas que, con frecuencia, entran en conflicto en el desempeño de sus funciones.

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