Wesley Middleton, en el
la newsletter de American Management Association, Leader´s Edge, del pasado 20 de febrero,
plantea que el liderazgo entraña tomar
decisiones que pueden implicar riesgos significativos. Arriesgarse no siempre
garantiza un resultado positivo por lo que los líderes como el resto de las
personas deben convivir con los fracasos.
Los fallos constituyen
una parte inherente del camino que recorre un líder, pero no siempre deben ser
percibidos como negativos. Muchos de las personas que más han destacado en el
mundo empresarial, como por ejemplo Steven Jobs o Walt Disney, tuvieron que
enfrentarse a grandes fracasos en sus vidas.
El fracaso es una parte
importante del crecimiento personal y juega un papel importante para convertir
a una persona en un líder eficiente y debe contemplarse, por tanto, como un
proceso que puede producir un enorme crecimiento y desarrollo a nivel personal
y profesional.
El autor destaca cuatro
áreas que pueden beneficiarse del mismo:
1.- La experiencia. La
clase de experiencia que se adquiere del fracaso es muy valiosa. Intentar hacer
algo nuevo o tomar riesgos requiere mucho coraje y puede resultar en una experiencia de
aprendizaje que va a moldear nuestra personalidad y competencias. La escuela de
los tropezones y errores ayuda a aprender lecciones y conocimientos que no se
pueden incorporar de otra forma.
2.- La perseverancia.
Levantarnos y superar un fracaso requiere una dosis significativa de coraje.
Para crecer después de cometer errores debemos levantarnos cada vez que caemos.
Este nivel de perseverancia no puede lograrse de ninguna otra forma. Es
necesario que nos enfrentemos al fracaso con resiliencia.
3.- La humildad. Otro
efecto beneficioso de hacer frente al fracaso y de aprender de él es que nos
obliga a ser humildes. Como líderes si fallamos y aceptamos nuestros errores
sin echar la culpa a los demás por ellos desarrollamos una actitud humilde que
nos va a llevar a aceptar la ausencia de perfección en los demás y en nosotros
mismos.
4.- La confianza y la seguridad. Al experimentar el fracaso en sus carreras los líderes van a
prendiendo a tomar riesgos calculados y a no tener miedo ante la perspectiva
del fracaso. En muchas ocasiones los líderes dudan de sí mismos y de sus
habilidades por su temor a cometer errores, mientras que los líderes eficaces
los consideran como una parte inevitable de su crecimiento y aprenden de ellos.
Los líderes deberían ser capaces de confiar en su juicio y utilizar los
conocimientos que adquieren para tomar decisiones más eficientes.
Nunca hay que olvidar
que aprender de nuestros errores para no repetirlos es lo que nos conducirá al
éxito.
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