Adam Kahane, en strategy+business del pasado 3 de abril, plantea que en ocasiones nos vemos obligados a tener que colaborar con personas con las que no estamos de acuerdo o en las que no confiamos. En estos casos aunque los conflictos parezcan irresolubles debemos ser capaces de avanzar y buscar soluciones.
El modelo convencional de
colaboración en el mundo de las
organizaciones consiste en asistir a numerosas reuniones para intentar llegar a
acuerdos sobre:
a).- El propósito común.
b).- El problema.
c).- La solución al
problema.
d).- El plan para
ejecutar la solución.
e).- Lo que tiene que
hacer cada persona para ejecutar el plan.
Conseguirlo requiere
normalmente el equilibrio entre la autoridad del directivo y la adaptación del
colaborador ya que en caso de no lograrlo, por ejemplo, el jefe puede pensar en
una solución pero puede malograrse por la resistencia de sus colaboradores si
pretende forzarla de forma unilateral. Para alcanzar este equilibrio los
equipos tienden a colaborar y el jefe procura conseguir que los miembros de su
equipo lleguen a ver la situación de una forma común para acordar una salida
para poder avanzar.
En ocasiones puede
ocurrir que cada persona tenga unos intereses diferentes, que el nivel de
confianza entre ellos sea muy bajo, que nadie sea capaz de controlar la
situación y que en lo único en lo que se pongan de acuerdo es en que la
situación es inaceptable y que debe ser cambiada.
Cuando las personas
tienen desacuerdos fundamentales entre ellas no pueden llegar a articular unos
intereses mutuos armoniosos y pensar que pueden alcanzar acuerdos es irreal,
por lo que existen pocas alternativas posibles. Se puede intentar imponer la
solución y afrontar las repercusiones que se van a generar, podemos tratar de adaptarnos
a una situación inaceptable o escaparnos y evitar la situación. Pero estas vías
pueden no ser posibles y entonces la única salida es encontrar una forma de
colaborar a pesar de las discrepancias.
Kahane propone, en estos
casos:
1.- Aceptar la pluralidad
de la situación. No tenemos que estar de acuerdo con la solución que se
plantea, ni siquiera con el problema para avanzar. Cada persona puede buscar
una misma solución por razones distintas.
2.- Experimentar para encontrar
un camino hacia delante. Debemos procurar seguir intentando acometer diferentes
planteamientos siendo conscientes de que no podemos controlar el futuro pero sí
podemos influir en él. El éxito no consiste en hallar una solución sino en trabajar
para conseguir una.
Construir escenarios
juntos es una buena forma de trabajar con personas que no nos gustan porque no
tenemos que estar de acuerdo en cuál es el problema y además al construir cada
uno una historia podemos llegar a ver las realidades de los mundos de los
demás.
3.- Considerarnos una
parte del problema y no vernos como algo ajeno al mismo. No podremos avanzar
hasta que no aceptemos que si no somos parte del problema no podemos ser parte
de la solución.
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