Rebecca Knight en hbr.org
del pasado 20 de abril plantea que mientras la pandemia del coronavirus se
incrementa y las complicaciones para los negocios continúan los directivos
tienen que ver cómo se enfrentan a lo desconocido ya que no saben cuándo sus empleados
podrán volver a sus trabajos presenciales o cómo van a ser las cosas cuándo
esto ocurra. Independientemente de estas circunstancias deben estar en
permanente comunicación con sus equipos.
La actual pandemia es un
hecho sin precedentes en la historia moderna pero como mantiene Paul Argenti la
forma de gestionarlo no tiene por qué ser nueva ya que como en otras crisis
anteriores como la del 11 de septiembre de 2001 y la crisis financiera de los
últimos años los trabajadores se sienten asustados y preocupados porque la
incertidumbre desencadena el miedo. Las personas se preguntan qué va ser de sus
trabajos y de su futuro. El papel del directivo en estas circunstancias
consiste en proyectar seguridad y fortaleza. Amy Edmondson recomienda que
aunque las situaciones cambien continuamente y no tengan toda la información el
deber del directivo es ser honesto sobre lo que conoce para lo cual su primera
tarea es ser transparente y explicar a su equipo lo que se sabe, lo que no se
sabe y lo que se va a hacer para intentar superar la situación. La segunda
tarea consiste en articular un sentimiento de posibilidad y esperanza. Lograr
cumplir ambas tareas no es fácil, por lo que la autora ofrece las siguientes
sugerencias para comunicarnos con nuestros equipos en estos momentos de
incertidumbre:
1.- VALENTÍA
Antes de comunicarnos con
nuestros equipos debemos comprender el reto al que nos enfrentamos explica
Argenti: “Tenemos que enseñar a nuestros equipos cómo podemos superar y vencer
la crisis”. Es el reto más importante al que se enfrenta un líder y una
oportunidad de mostrar a nuestros equipos cómo somos. Para ello debemos recurrir
a nuestro coraje ya que nuestra meta es ser la persona a la que los miembros de
nuestros equipos recurran para guiarles y dirigirles.
Edmonson recomienda que nos
preparemos manteniendo nuestras rutinas siempre que podamos y mantengamos unos
hábitos saludables: comer bien, hacer ejercicio y dormir mucho.
2.- PLANIFICACIÓN
Necesitamos contar con una
estrategia sobre cómo y cuándo vamos a comunicar a nuestros equipos cuál es la
situación y su evolución. Cuando una organización está en crisis se debe
comunicar pronto y con frecuencia. Nuestro equipo necesita saber qué es lo que puede
esperar en relación a la frecuencia con la que va a recibir información.
Idealmente nuestra
organización debe contar con un sistema central coordinado de información dónde
puedan plantear sus preguntas y preocupaciones.
3.- COMUNICACIÓN CUIDADOSA:
a).- Considerar a nuestra audiencia y sus perspectivas
procurando, dentro de lo posible apaciguar sus miedos.
b).- Ser humildes y reconocer lo que no sabemos.
c).- No pretender “endulzar” la situación. Si lo hacemos pareceremos mentirosos o que no
nos
estamos enterando de nada, con lo que nadie se fiará de nosotros.
d).-
Actuar con responsabilidad y ser
conscientes de que si no tenemos autorización para compartir una situación no
debemos hacerlo, ya que tenemos una responsabilidad con nuestra organización. Edmonson
sugiere que lo mejor que podemos hacer en estas circunstancias es mantener
nuestra compasión mientras reconocemos explícitamente el alto nivel de incertidumbre
que existe, diciendo, por ejemplo: “Todos querríamos no estar en esta situación
, pero lo estamos y debemos trabajar juntos para hacer lo mejor en medio de la
incertidumbre, los desafíos y el caos que esta crisis ha ocasionado”.
e).-
Intentar ser consistentes. Comunicar
abiertamente con nuestro equipo se vuelve más complicado si nuestro jefe
inmediato o la alta dirección están respondiendo ante la crisis en una forma
con la que no estamos de acuerdo. Argenti, en estos casos, sugiere que como mejor podamos hacer que parezca que
estamos contando la misma verdad pero con un enfoque ligeramente diferente. Debemos
tratar de encontrar un lugar en el que podamos estar de acuerdo mientras
mostramos nuestro desacuerdo de forma respetuosa.
f).- Procurar inspirar. Edmonson
recomienda ratificar las competencias de nuestro equipo y utilizar lenguaje
inspirador para animar a que todos los miembros del equipo trabajen juntos. El
tono no debe ser ni muy positivo ni negativo pero lo más entusiasta posible
dentro de las circunstancias.
3.-
OFRECER APOYO
Es importante realizar un esfuerzo especial para comprender las preocupaciones
individuales de los miembros de nuestro equipo. “No podemos gestionar las
emociones de los demás, pero si podemos minimizar sus miedos” dice Argenti. Tenemos
que escuchar cuidadosamente lo que preguntan y dicen, para intentar tranquilizarles
dentro de nuestras posibilidades.
PRINCIPIOS
PARA RECORDAR
HACER:
1.- Ser conscientes del reto para nuestro liderazgo al que nos
enfrentamos: tenemos que enseñar a nuestros profesionales como superar y
triunfar en una crisis.
2.- Considerar las perspectivas de los miembros de nuestros equipos y
pensar en lo que nos gustaría escuchar si estuviésemos en su lugar.
3.- Animar y motivar a nuestros equipos a través de un lenguaje
inspirador: “Podemos superar esto juntos”.
NO HACER:
1.- Especular. Ser honesto y veraz en relación con
los datos que poseemos.
2.- Minimizar o “endulzar” la situación.
3.- Evitar el contacto personal. Debemos reunirnos
individualmente con cada miembro del equipo o en grupos pequeños y ofrecerles
nuestro apoyo.
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