Timothy R. Clark, en “The 4 stages of psychological
safety. Defining the path to inclusion and innovation”, plantea que la tarea de un líder consiste en
simultáneamente incrementar la fricción intelectual mientras disminuye la
fricción social. La mayor parte de los líderes no entienden la importancia de gestionar estos dos tipos de fricciones para
crear un ecosistema de colaboración.
El contexto social y
cultural ejerce una profunda influencia en la forma en la que las personas se
comportan y el líder es en gran parte responsable de ese contexto. Otro aspecto
fundamental del liderazgo es aprender que el miedo es el enemigo. La presencia
del miedo en una organización es la primera señal de un liderazgo débil por lo
que es necesario garantizar la seguridad psicológica de los profesionales,
siendo ésta la situación en la que éstos se sienten:
a).- Incluidos
.
.
b).- Seguros para poder aprender.
c).- Seguros para poder contribuir.
d).- Seguros de poder
desafiar el estatus quo.
Todo esto sin sentir
miedo a ser avergonzados, marginados o castigados. Si no somos capaces de
eliminar el miedo y de crear un entorno que permita a las personas mostrarse
vulnerables mientras aprenden y crecen éstas tendrán un desempeño muy debajo de
nuestras expectativas y de las suyas.
Las personas,
independientemente de nuestras vivencias exclusivas compartimos experiencias
comunes. Todas hemos sentido el dolor del rechazo y de los reproches, al tiempo
que también hemos exluido, segregado y manipulado a otros en alguna ocasión. Tenemos
tendencias destructivas y constructivas.
El concepto de
seguridad psicológica es tan antiguo como las primeras interacciones entre humanos,
pero sólo se ha consolidado en los últimos años bajo este término acuñado por
William Kahn en la década de los 90 del pasado siglo y se puede considerar como
una manifestación de nuestra necesidad de auto- preservación en un sentido
emocional y social. Si tenemos en cuenta la jerarquía de necesidades descrita
por Abraham Maslow abarcaría las de auto –realización, pertenencia y seguridad.
Una vez que las necesidades básicas físicas de alimentación y cobijo están
aseguradas la seguridad psicológica se convierte en una prioridad.
En las organizaciones
es un hallazgo no cuestionado que el contar con altos niveles de seguridad
psicológica incrementa el desempeño y la innovación, mientras bajos niveles
generan costes discapacitantes como baja productividad y alto desgaste.
Cuando los niveles son
elevados las personas se esfuerzan más, pero si son bajos se encierran en sus
miedos, se autocensuran y dirigen su energía hacia el control de riesgos, la
eliminación del dolor y la autopreservación.
Clark en su trabajo de
campo realizado en diferentes organizaciones y culturas ha identificado un
patrón consistente sobre la forma en la que las unidades sociales conceden
seguridad psicológica y sobre cómo los individuos lo perciben. Se produce una
progresión natural a través de 4 estadios de desarrollo basados en una
combinación de:
a).- Respeto, que
implica el nivel general de estima y consideración que nos damos unos a otros.
b).- Autorización o
permiso que damos a los demás para participar como miembros de una unidad
social, el grado en que permitimos que influyan en nosotros y en el nivel de participación
en lo que estamos haciendo.
Si las organizaciones
conceden elevados niveles de respeto y permiso los individuos generalmente van
a actuar en una forma que va a reflejar el nivel de seguridad psicológica que
se les está ofreciendo.
Por ejemplo cuando un
equipo ofrece cierto nivel de respeto pero un grado bajo de permiso acaba
siendo víctima del paternalismo. Los líderes paternalistas actúan como dictadores
benevolentes que microgestionan a sus seguidores. Con el tiempo el paternalismo
genera cinismo y falta de compromiso.
En el caso contrario,
si el equipo favorece cierto nivel de permiso para contribuir pero poco respeto
el equipo va a caer en la explotación, una situación en la que el líder va a
intentar extraer valor mientras no valora a aquellos que están creando dicho
valor.
Los cuatro estadios son
los siguientes:
I.-
SEGURIDAD DE INCLUSIÓN
Consiste en la admisión
informal en el equipo o grupo, por la que los miembros de un colectivo social
nos aceptan y nos conceden una identidad compartida. Supone que ya estamos
desestigmatizados como extraños y que hemos entrado en la comunidad. Esta seguridad
de inclusión no implica exclusivamente tolerancia, ni supone un
intento de ocultar diferencias o de educadamente pretender que no
existimos, sino que realmente nos han invitado a formar parte de esa sociedad basándose
en nuestras cualificaciones.
No hay que olvidar que:
1.- La necesidad de ser
aceptados precede a la necesidad de ser escuchados. Nos sentimos muy dolidos
cuando somos excluidos y se nos deniega la aceptación. Un ejemplo de esta aguda
necesidad de inclusión la ofrece una encuesta realizada por la American College
Health Association a estudiantes universitarios que mostró que el 63% se
sentían muy solos, lo que demuestra que a pesar de nuestra riqueza material
cada vez sufrimos más debido a la pobreza emocional y social en que vivimos.
2.- Ser ignorados con
frecuencia es tan doloroso como ser rechazados.
3.- Cuando los seres
humanos no obtienen la aprobación y la aceptación de los demás con frecuencia
buscan conseguir atención como una alternativa, aunque ésta sea destructiva.
La seguridad de
inclusión se crea y se mantiene a través de la admisión al grupo y repetidas
indicaciones de aceptación. En el mundo de las organizaciones somos formalmente
admitidos cuando nos contratan pero las personas que van a trabajar con
nosotros son los que nos van a conceder o no la aceptación informal y con ella la seguridad
de inclusión. Garantizar este tipo de seguridad se debe considerar un imperativo moral.
II.-
SEGURIDAD DEL APRENDIZ
Implica que nos
sentimos seguros de comprometernos en un viaje de descubrimiento, que podemos
hacer preguntas, experimentar y hasta cometer errores. Si no contamos con este
tipo de seguridad nos mantendremos normalmente pasivos ante el riesgo de actuar
más allá de una tácita línea de permiso.
Cuando un entorno
subestima, menosprecia, denigra o corrige injusta y severamente a las personas
durante su proceso de aprendizaje, la seguridad del que aprende es destruida. Por
el contrario un entorno seguro para el aprendizaje favorece el desarrollo del
potencial de las personas y les genera auto – confianza, resiliencia e
independencia.
Mientras los individuos
se puede mantener relativamente pasivos en la fase de inclusión esta etapa
requiere que se esfuercen, ya no son meros espectadores, Cuando este tipo de seguridad está presente el líder
del equipo puede estar suministrando algo de la confianza que le falta al
individuo. Por ejemplo, días después de la concesión del Premio Nobel de
literatura a Albert Camus éste escribió una carta de agradecimiento a su
profesor de enseñanza elemental en la que decía: “Querido Sr. Germain, sin
usted, sin la afectuosa mano que extendió al pobre niño pequeño que era yo, sin
sus enseñanzas y ejemplo, nada de esto podría haber ocurrido”.
II.-
SEGURIDAD PARA CONTRIBUIR
Cuando el desempeño
individual se desarrolla en un entorno de crecimiento que ofrece respeto y
permiso entramos en la fase de seguridad de contribución que invita al
individuo a participar como un miembro activo y pleno del equipo. Supone una
invitación y una expectativa para desarrollar el trabajo en un rol determinado
dentro de unos límites ya que se considera que podemos realizar un desarrollo
competente de nuestro rol. Si no hemos ofendido las normas sociales del equipo
se suele conceder este tipo de seguridad cuando tenemos las competencias
requeridas para las tareas asignadas.
La transición a esta
fase puede estar ligada, también, a determinadas credenciales, títulos o posiciones
y a la concesión formal de algún tipo de autoridad.
Independientemente de
la capacidad para realizar un trabajo a un individuo se le puede negar este
tipo de seguridad por razones no legítimas como la arrogancia o inseguridad del
líder, por prejuicios personales o institucionales o falta de empatía entre
muchas otras causas. La seguridad para contribuir surge cuando el individuo
tiene un buen desempeño pero el líder y el equipo deben ofrecer estímulos y la
apropiada autonomía.
IV.-
SEGURIDAD PARA DESAFIAR EL ESTATUS QUO
Es el último estadio de
la seguridad psicológica y permite cuestionar el estatus quo sin temor a
represalias o a dañar nuestra reputación personal. Nos da la confianza
necesaria para decir la verdad a los directivos cuando pensamos que algo debe
ser cambiado. Armados con este tipo de seguridad los individuos pueden superar
las presiones hacia el conformismo y pueden participar en procesos creativos.
Un clima abierto hacia
esta clase de seguridad permite que en la organización circulen los conocimientos locales desde la base hasta
los niveles más altos de la misma para
incrementar su capacidad adaptativa y anima a los profesionales a ser curiosos
y creativos.
Si realizásemos un análisis
postmortem de los fallos de cualquier organización comercial que muere
podríamos observar que la causa de su muerte ha sido la falta de este tipo de
seguridad. Como ejemplos tenemos los casos, entre otros, de Kodak, Toys “R” Us
o Compaq.
El proceso de desafiar
el estatus quo normalmente introduce un cierto grado de conflicto, de
enfrentamientos y en ocasiones de caos. Cuando existe censura o castigos,
cuando el conflicto intelectual se torna en personal o cuando el miedo se convierte
en un factor motivador el proceso se colapsa y las personas se callan.
Si no existe tolerancia
para la sinceridad no se produce una disensión constructiva y, sin ésta no
surge la innovación. Esta clase de seguridad supone una licencia para innovar. Es
una tarea del líder el gestionar las tensiones y obtener el genio colectivo de sus
profesionales y luego el mantener el proceso a través del ensayo y error. La
brillantez va a aparecer fruto de la interdependencia del equipo.
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