Bill Murphy en
SmartBrief on Leadership del pasado 30 de noviembre plantea que el éxito, tanto
a nivel profesional como personal, requiere resiliencia y la habilidad de
capear las tormentas que inevitablemente van a presentarse. La clave para
construir resiliencia está en centrarnos en las áreas de nuestra vida en las
que tenemos un 100% de control. Esto implica.
1.-
RODEARSE DE LAS PERSONAS ADECUADAS
Si ponemos un cangrejo
en un cubo, saldrá fácilmente. Pero si ponemos unos cuantos cangrejos en un
cubo, no saldrá ninguno porque los demás no le van a dejar. Los cangrejos
empujarán hacia abajo a cualquiera que quiera escapar. Esto es lo que se conoce
como “la mentalidad del cangrejo” e ilustra perfectamente como las personas que
están en nuestras vidas pueden frenarnos.
Debemos comenzar por
analizar si las personas con las que pasamos más tiempo o están más cercanas a
nosotros nos inspiran o nos desaniman. Pero debemos ser conscientes de que las
influencias negativas pueden proceder de diferentes áreas de nuestra vida. Una
vez que las identificamos resulta más fácil limitarlas o eliminarlas.
Al final atraemos a los
que están en el mismo camino que nosotros o ya han llegado a dónde queremos
estar. Aquellos con valores y metas alineadas con las nuestras, pero es
importante que sean honestos con nosotros y que no nos rodeemos de personas que
siempre nos digan lo que queremos oír, para recibir críticas sanas y
constructivas que nos permitan crecer y ser mejores.
Contar con personas que
entiendan lo que estamos pasando es invaluable porque cuando estamos atascados
o tenemos problemas pueden ayudarnos a cambiar nuestra perspectiva.
2.- OPTIMIZAR NUESTRO
ENTORNO
De esta forma
eliminaremos los elementos que vayan a dificultar el logro de nuestras metas,
como puede ser el caso de comida basura si queremos adelgazar o prepararemos el
entorno para facilitar nuestros objetivos, como puede ser dejar lista la ropa
de deporte la noche anterior si queremos correr por la mañana temprano.
3.-
SER RESPONSABLES
Uno de los patrones más
comunes que las personas tienen que romper es el de hacerse la víctima o buscar
excusas. Para hacerlo debemos crear el hábito de ser honestos con nosotros
mismos. Es natural que procuremos poner una venda sobre nuestros ojos para
sentirnos mejor, pero esto lo único que hará será impedir que progresemos. Por
el contrario, si aprendemos a sumir nuestra responsabilidad, para l lo bueno y
para lo malo, estaremos aclarando el camino y seremos capaces de crecer.
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