Mark Mortensen y Amy C.Edmonson, en la edición de enero –febrero de Harvard Business Review , plantean
que un mercado laboral muy competitivo y el fenómeno del “gran abandono” del
trabajo han hecho que atraer y retener talento sea un desafío para las
organizaciones. Para afrontarlo en muchos casos están recurriendo a una
estrategia básica: Preguntar a los profesionales lo que desean e intentar
concedérselo,
Esta respuesta, que
parece tentadoramente sencilla, puede convertirse en una trampa. Tiende a
centrar las discusiones en los aspectos materiales de los trabajos que son más
importantes en las mentes de los empleados y candidatos en el momento. En el
pasado, lo principal era con frecuencia la retribución económica, pero
recientemente está siendo la flexibilidad, fundamentalmente en relación con el
trabajo híbrido y en remoto. Y, mientras las ofertas materiales son las más
sencillas de ofrecer (por ejemplo, podemos decidir dar una bonificación de un
día para otro) y son apreciadas inmediatamente, resultan fáciles de imitar para
los competidores y su impacto en la retención del profesional es el menos
duradero.
Existe un enfoque más
adecuado, uno que mejora la contratación y retención y que desvía el foco tanto
de los líderes como de los profesionales de lo que quieren en un determinado
momento a lo que necesitan para construir un futuro sostenible y próspero para
el futuro de la organización y para ellos mismos. Consiste en diseñar e
implementar una PROPUESTA DE VALOR PARA EL EMPLEADO compuesta por cuatro factores
interrelacionados. Éstos son:
1.-
OFERTAS MATERIALES
Incluyen la
compensación económica, el espacio físico en la oficina, la localización del
trabajo, ayudas para el desplazamiento, equipamiento informático, flexibilidad,
horario y gratificaciones.
2.-
OPORTUNIDADES DE DESARROLLO Y CRECIMIENTO
Comprende todas las
formas en las que una organización puede ayudar a un profesional a adquirir
nuevas habilidades para poder ser más valioso e el mercado laboral, por ejemplo
asignando nuevos roles, facilitando las rotaciones en distintos puestos de
trabajo, ofreciendo formación y promociones.
3.-
CONEXIONES E INTEGRACIÓN EN UNA COMUNIDAD
Éstos son beneficios
que surgen de ser parte de un grupo grande. Incluyen ser apreciado y valorado
por quienes somos, un sentimiento de responsabilidad mutua y la posibilidad de
mantener relaciones sociales. Su fundamento es una cultura que permita a las
personas expresarse con sinceridad y que genere un sentimiento de pertenencia.
4.-
SENTIDO Y PROPÓSITO
Configuran las razones
para la existencia de la organización. Deben alinearse con los deseos de los
profesionales de mejorar la sociedad a nivel local y global. Son la respuesta a
la pregunta clave de por qué los empleados realizan el trabajo que hacen.
Estos factores varían
según la forma en la que los profesionales los experimentan:
a)- Primero pueden
influir a largo o a corto plazo. Las ofertas materiales y los contactos y
relaciones se experimentan a corto plazo ( mientras las conexiones e
integración en una comunidad pueden necesitar mucho tiempo para crearse, se
experimentan en el presente y los empleados se sienten motivados por las
relaciones y cultura con las que se encuentran en el momento presente). El
crecimiento y el desarrollo junto al sentido y propósito se experimentan a
largo plazo.
b).- Los factores
pueden ser individuales o colectivos. Las ofertas materiales y las oportunidades
de crecimiento y desarrollo se ofrecen a las personas a nivel individual,
mientras las relaciones, pertenencia a una cultura o comunidad y significado y
propósito se experimentan a nivel colectivo.
Los líderes deben
abordar estos factores de forma holística para asegurar de que el foco en uno
de ellos no mine a otro. Por ejemplo, aunque una de las demandas más frecuentes
actualmente de los profesionales es la posibilidad de trabajar en remoto, el
hacerlo puede perjudicar las posibilidades de relación. En este sentido una
encuesta realizada recientemente por Generation Lab a 544 estudiantes
universitarios y recién graduados preguntando qué es lo que más echarían de
menos al trabajar en remoto mostró que un 74% lamentaría perder o disminuir las
relaciones entre compañeros y un 41% las posibilidades de mentoring.
Otros estudios destacan
los riesgos de centrarse excesivamente en las ofertas materiales. Por ejemplo
investigadores de Microsoft y de la
Universidad de California que analizaron los correos, calendarios, mensajes
instantáneos, vídeo y audio llamadas y horas trabajadas de 61182 trabajadores
de Microsoft durante la primera mitad de 2020 encontraron que el trabajo en
remoto redujo la colaboración y las relaciones se concentraron en silos,
reduciéndose la sensación de bienestar de los profesionales ya que las
relaciones interpersonales son fundamentales para éste.
El enfoque de los
cuatro factores debe ser, pues,
sistémico. En muchas organizaciones se gestionan de forma independiente
y, por ejemplo, recursos humanos se ocupa del crecimiento y desarrollo mientras
la alta dirección es la propietaria del propósito. En otros casos las compañías
tienden a abordar los factores de forma secuencial, centrándose en ofrecer retribuciones
competitivas para captar a nuevos profesionales y destacando las oportunidades
de desarrollo para retener a los trabajadores existentes. Este enfoque ignora
cómo los cambios en un factor pueden afectar a los demás.
Aunque los efectos sistémicos son fáciles de apreciar
intuitivamente la mayor parte de las organizaciones los ignoran en la práctica.
Por ejemplo emplean muchas horas y dinero en consultorías en benchmarking de
compensaciones, pero rara vez analizan lo que sus empleados opinan sobre sus
compensaciones, particularmente en el contexto del propósito, oportunidades de
progreso y de relación.
Los líderes deben
seguir tres pasos para introducir un enfoque sistémico en la atracción y
retención de profesionales. Éstos son:
I.-
VALORAR LO QUE LA ORGANIZACIÓN TIENE Y LO QUE LOS EMPLEADOS NECESITAN
Hay que comenzar
entendiendo tanto los aspectos de oferta y demanda de la ecuación. Esto requiere
recopilar información sobre lo que la organización está ofreciendo en la actualidad
en relación con los cuatro factores, sobre cómo los profesionales lo están
experimentando y sobre lo que éstos quieren. Los datos obtenidos a través de
métodos de encuesta y entrevista pueden ser suficientes.
II.-
CAMBIAR LA CONVERSACIÓN
Una vez que tenemos los
datos sobre lo que la organización facilita y lo que los empleados necesitan
hay que asegurarse de que los directivos y sus colaboradores están discutiendo
la propuesta de valor para el empleado de forma integrada. Si nos mostramos explícitos
sobre la forma en la que los factores se relacionan reduciremos los desacuerdos
y las malas interpretaciones alrededor del “por qué “ que subyace a las
decisiones clave. No hay que anunciar solo una política. Tenemos que explicar
las razones por las que es importante para la organización ty cómo va a
beneficiar a los empleados a corto y largo plazo.
Como con cualquier otro
intento de cambiar patrones mentales y comportamientos la repetición y la
consistencia resultan críticos. Por tanto, debemos comprobar que mantenemos
conversaciones reflexivas y estructuradas sobre las relaciones entre los
factores cuando estamos en procesos de:
a).- Reclutamiento y acogida. Durante
las entrevistas no solo debemos preguntar a los candidatos qué es lo que buscan
en la compañía, sino que hay que informarles de lo que la organización ofrece.
Al determinar si las necesidades del potencial empleado están alineadas con las
de la organización podemos reducir costosos errores en la contratación. Además,
el discutir explícitamente las razones que subyacen a la propuesta de valor al
empleado ayudará a diseñar ofertas que sean más atractivas que las de los
competidores. Por ejemplo, en las sesiones de acogida de los nuevos empleados
debemos evitar hablarles sobre la cultura de la organización y en su lugar
mostrarles cómo la cultura apoya el desarrollo individual y a la misión de la
organización.
b).- Gestión del desempeño. El
sistema en este caso debe medir los cuatro factores. Se pueden construir las
evaluaciones , tanto para los equipos, unidades de negocios o la compañía en su
totalidad, sobre preguntas que animan a los profesionales a pensar de una forma
amplia en su trabajo, tales como: ¿Cómo contribuye mi trabajo al propósito de la
organización? ¿Qué estoy haciendo para construir relaciones, crear sentimiento
de comunidad y mantener una actitud positiva y la energía en mi equipo? ¿Qué
oportunidades de desarrollo estoy persiguiendo y cómo apoyo a otros en mi
equipo en su aprendizaje? o ¿Qué estoy haciendo para asegurar resultados
excelentes en mi trabajo y en el delos que trabajan conmigo?
b).- Establecimiento y ajuste de políticas. Al
introducir o actualizar cualquier política hay que explicitar cómo afecta cada
uno de los cuatro factores, para ayudar a que los profesionales piensen sobre
sus efectos más generales y posibles ventajas que de otro modo pueden pasar
inadvertidos.
3.-
ACTUALIZAR CONTINUAMENTE
Las necesidades de los
profesionales son dinámicas y deben ser reevaluadas de forma periódica. Recoger
datos anualmente suele ser suficiente para la mayor parte de las
organizaciones, salvo que estén experimentando algún evento significativo como
una fusión o adquisición, en cuyo caso hay que hacerlo con mayor frecuencia.
Los autores recomiendan
para acceder a una encuesta gratuita para ayudar a comprobar lo bien que la
propuesta de valor de nuestra organización sirve a nuestras necesidades ir a
Integratedevp.org
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