Yves L. Doz y KeelyWilson en INSEAD Knowledge del pasado 10 de julio plantean que los directivos y
altos ejecutivos necesitan desarrollar rasgos específicos para poder abordar
con eficacia asuntos estratégicos y ayudar a modelar el futuro de las compañías.
La relación entre gobernanza
y estrategia en las organizaciones ha sido tenue. Los CEOs con frecuencia la
interpretan como un mero requerimiento regulatorio, delegando en los directores
de finanzas, auditores y expertos legales todo lo que tiene que ver con ella.
Pero el diseño de estrategias y la gobernanza deberían estar
estrechamente ligados. La creciente complejidad del entorno de los negocios
necesita un enfoque estratégico de la gobernanza.
La clave para diseñar
la dirección estratégica de una compañía radica en cultivar la estrategia en
las mentes de los directivos, independientemente de los conocimientos,
experiencias y habilidades que éstos aporten en los comités de dirección. Es esencial
que sean expertos estrategas.
Una mente estratégica
está compuesta por la combinación de rasgos innatos que permiten a los
individuos ver el mundo de manera diferente a la mayoría, cuestionar cosas que
otros no se plantean o no valoran y establecer conexiones entre hechos e
informaciones aparentemente dispares de forma que puedan aflorar nuevas
oportunidades o amenazas.
Los autores han
identificado una serie de rasgos que
caracterizan las mentes estratégicas. Entre éstos tenemos:
1.-
Flexibilidad cognitiva
Interpretamos el mundo
a través de la lente de nuestra experiencia, lo que nos rodea, las normas
prevalentes y los marcos mentales resultantes. La flexibilidad cognitiva es la
habilidad que nos permite ir más allá de este contexto para reconocer,
interpretar, sintetizar y ver el significado de las cosas que están
cognitivamente distantes, son difíciles de percibir o no familiares, para
después descubrir y explorar las relaciones y puntos de unión entre estos
hechos u observaciones distantes.
2.-
Pensamiento no lineal
El pensamiento lineal o
secuencial es vital para operaciones eficaces, ya que nos permite ir de la A a
la Z a través de pasos definidos, pero diversos estudios han mostrado que los
enfoques de pensamiento no lineal, tales como el pensamiento sistémico o el pensamiento asociativo producen más
resultados creativos. Es este tipo de pensamiento el que necesitan las mentes
estratégicas. Las personas con mentes estratégicas tienen mentes más abiertas que la mayoría y son capaces de
conscientemente asociar libremente, ligando múltiples inputs al conocimiento
existente. No ven el mundo de una sencilla forma lineal sino como una serie de
complejos sistemas interrelacionados en los que pequeños cambios pueden
originar efectos dramáticos.
3.-
Comodidad en el manejo de la ambigüedad
La mayor parte de las
personas no se encuentran cómodas con la ambigüedad prefiriendo la claridad y una
visión del futuro en la que se requieren pocos cambios, ya que esto les permite
mantener algún sentimiento de control. No ocurre lo mismo a las personas con
mentes estratégicas, porque tienen una alta tolerancia a la ambigüedad y entienden que ésta es un hecho y que el
control es ilusorio por lo que se mantienen abiertas a múltiples hipótesis
sobre los cambios que perciben.
4.-
Facilidad de abordaje de problemas complejos
Quizás, por todos los
rasgos anteriores las personas con mentes estratégicas no rehúyen los problemas
complicados, ni intentan simplificarlos. Por el contrario la mayor parte de los
managers tienden a evitar los problemas difíciles y cuando no pueden hacerlo
recurren a la simplificación cognitiva para poder aplicar hipótesis ya
existentes.
5.-
Capacidad de contemplar el entorno global
Las mentes estratégicas
se sienten más atraídas por la situación en su conjunto que por hechos aislados,
por lo que cultivan un amplio conjunto de relaciones tanto dentro como fuera de
la organización, buscando el conocimiento
en múltiples disciplinas y campos.
6.-
Hábilidad para cuestionar
Al avanzar por la
educación y las jerarquías corporativas somos formados para facilitar respuestas, hasta el punto de
que las preguntas pueden ser consideradas como debilidades, que muestran que no
hemos sido capaces de entender algo. Las personas con mentes estratégicas,
guiadas por sus mentes inquisitivas hacen preguntas para ampliar su
comprensión, cuestionar sesgos y prejuicios potenciales y ayudar a los demás a
ver nuevas amenazas u oportunidades.
7.-
Capacidad para la escucha activa y para buscar un sentido
Para la mente
estratégica el camino nunca está completo. Es consciente de que las ideas y
presunciones tienen que ser continuamente cuestionadas y refinadas al entrar en
juego nuevas experiencias o conocimientos. Pero, poseer gran capacidad de
percepción no es suficiente, las ideas abstractas y las percepciones deben ser
trasladadas a marcos de acción posibles que tengan un sentido para el resto de
la organización, lo que implica, que el propósito está definido.
8.-
Consciencia de sí mismos
Es raro que una persona
con una mente verdaderamente estratégica sea narcisista o esté sedienta de
poder. La propia esencia de tener una mente estratégica implica el constante cuestionamiento activo de las
propias presunciones y visión del mundo y por tanto de la propia identidad y
poder, lo cual es anatema para la mayoría de los directivos. Se necesita un
alto nivel de autoconsciencia para ser capaz de continua y abiertamente
cuestionar y minar potencialmente el contexto en el que se opera y para no caer
víctima de la lógica dominante en la compañía. También es imprescindible para incorporar
a los demás a las nuevas ideas o direcciones, especialmente cuando hay que
lidiar con CEOs que están a la defensiva en compañías de éxito y maduras.
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