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miércoles, 18 de julio de 2012

THE SCHOOL OF LIFE


 

The School of Life es una iniciativa del filósofo Alain de Botton que nació como respuesta a la creencia sentida por su creador de que todas las personas necesitamos ayuda y que no tenemos que avergonzarnos por ello. Buscó la colaboración de diversos intelectuales de amplio espectro y con ellos puso  en marcha, en el verano de 2008, esta institución que se encuentra situada en el centro Londres.
The School of Life defiende con pasión la creencia de que el aprendizaje es relevante y por ello ofrece cursos sobre los aspectos más importantes de la vida diaria: el trabajo, relaciones, viajes, política, familia, para ayudar a vivir bien la vida.
Una de sus últimas propuestas es la edición de una colección de seis libros que pueden ser descritos como  un canto coral a la vida y que hablan de reflexionar sobre el modo en que vivimos y nos relacionamos, de cómo podemos conocernos  y de cómo aprender a cuidarnos para poder disfrutar de la vida: “Cómo encontrar un trabajo satisfactorio”  de Roman Krznaric, Cómo pensar más en el sexo” cuyo autor es  Alain de Botton,Cómo prosperar en la Era digital”  de Tom Chatfield, Cómo cambiar el mundo escrito por John-Paul Flintoff, Cómo estar mentalmente equilibrado”  cuya autora es Philippa Perry y Cómo preocuparse menos por el dinero” escrito por John Armstrong.
 

 Roman Krznaric, autor de varios libros, entre ellos el ya mencionado “Cómo encontrar un trabajo satisfactorio”, en el boletín de  de “The school of life” de esta semana habla del dilema que se plantea actualmente a los profesionales de elegir entre ser un generalista o un especialista. Retrocede  a la época de Adam Smith en la que éste argumentaba que los trabajadores en las industrias rendirían más si se especializaban exclusivamente en la realización de una o dos tareas, en lugar de fabricar el producto completo. Inventó la división del trabajo.
El autor considera que esa idea es uno de los legados más desastrosos de la revolución industrial ya que ha conducido a la creencia de que el convertirnos en expertos en un campo limitado es lo que podemos esperar y aspirar en nuestra vida profesional, con lo que en contadas ocasiones tenemos el privilegio  de realizar una tarea completa, desde su inicio hasta su finalización, tal como hacían los artesanos.
Roman Krznaric se pregunta si ser un especialista es la mejor forma de utilizar nuestros talentos. Reconoce que determinados especialistas son necesarios, poniendo como ejemplo a los cirujanos cardiacos, pero estima que el coste de ser especialistas a nivel personal es el abandono de los beneficios de ser generalista que se centran fundamentalmente en la posibilidad de desarrollar muchas facetas de nuestra personalidad  y de utilizar la multiplicidad de nuestros talentos. Como ejemplos menciona a los grandes generalistas del renacimiento y entre ellos a Leon Battista Alberti que era escritor, artista, arquitecto, poeta, criptógrafo, lingüista, filósofo, músico y gimnasta.
Distingue entre dos abordajes clásicos para ser un generalista:
1.- Seguir el ideal de Karl Marx  que consistía en trabajar a tiempo parcial en varias actividades simultáneamente: “ser cazador por la mañana, pescador por la tarde, pastor al atardecer y crítico literario por la noche, sin llegar a dominar nunca ninguna de las disciplinas”. En la actualidad se les llama a estos profesionales “trabajadores del portafolio”.
2.- Convertirse en un “especialista en serie” que va dominando una carrera tras otra. El autor reconoce que ha elegido  esta opción por lo que ha trabajado primero como académico, luego como jardinero y posteriormente como consejero financiero, carpintero y en la actualidad como escritor.
Como conclusión reivindica la necesidad de no olvidar la importancia de ser generalista para poder desarrollar todo nuestro potencial.


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