Roger Fisher y Daniel Shapiro en su libro "Building Agreement. Using emotions as you negotiate" (Construyendo acuerdos. Utilizando
las emociones mientras negociamos), del que hablábamos en una entrada anterior,
destacan que si queremos utilizar las emociones correctamente en una
negociación debemos:
I.- APRECIAR:
Encontrar el mérito
en lo que los demás piensan, sienten o
hacen y demostrarlo. Sentirnos apreciados es importante para que nos sintamos
bien y favorece la motivación a colaborar
y la comunicación. En una negociación sirve para generar emociones que van a
promover la colaboración en las personas con las que negociamos y la
posibilidad de alcanzar acuerdos favorables para todas las partes.
En la mayoría de las
negociaciones pueden aparecer tres obstáculos principales para que los interlocutores
se sientan apreciados:
1.- Falta de
entendimiento del punto de vista de la parte contraria. Argumentamos nuestras
perspectivas pero no intentamos comprender las suyas. Mientras el interlocutor
habla nuestra mente se está centrando en ideas que queremos comunicar. Al no
escuchar, los negociadores no se sienten comprendidos.
2.- Si no estamos de
acuerdo con lo que la otra parte está
planteando podemos criticar el mérito de cualquier cosa que diga o haga.
Asumimos que parte del trabajo de un negociador es poner pegas y desechar las
ideas de la otra parte. Con frecuencia escuchamos intentando encontrar las
debilidades y fallos en lo que la otra persona está diciendo, no los aspectos
positivos. Con esta actitud conseguimos que la otra parte se sientan despreciada,
desalentada y enfadada.
3.- Falta de
comunicación de los méritos que encontramos en las ideas, pensamiento y
acciones de los interlocutores. Si entendemos que la otra parte sólo critica
nuestras aportaciones interpretamos que nuestro mensaje y sus ventajas no se
han escuchado y terminamos defendiendo con más ahínco nuestras opiniones o
abandonando la negociación.
Existen tres elementos que sirven para expresar
apreciación:
1.-
Entender los puntos de vista de todas
las partes. Para apreciar a otra persona la primera
tarea consiste en entender su punto de vista. Las principales herramientas para
hacerlo son la escucha activa y la capacidad de hacer las preguntas adecuadas.
Los autores destacan
dos técnicas de escucha activa que se pueden utilizar par mejorar la capacidad
de entender a los demás:
a).-
Escuchar a la “música”, además de a las palabras. El proceso de llegar a
entender no se limita a escuchar las palabras que dice nuestro interlocutor. Es
importante para el oyente captar el ambiente que le rodea y ser conscientes
del estado de ánimo y tono emocional que
sirven para poner en contexto las palabras
que nos están transmitiendo.
b).- Escuchar los
meta-mensajes. Mientras escuchamos podemos percibir que en ocasiones un mensaje
está enterrado dentro de otros. Los meta-mensajes pueden darnos la idea de si
el interlocutor se muestra receptivo,
ambivalente o resistente a las ideas que
se están discutiendo. Una forma fácil de detectarlos es intentar detectar que
palabras enfatiza nuestro interlocutor en su discurso. Otro aspecto a considerar es el lenguaje
corporal, ya que en ocasiones éste puede expresar algo completamente diferente
de lo que las palabras están comunicando.
2.-
Encontrar los méritos en lo que el interlocutor piensa, siente o hace. Aunque no estemos de acuerdo con el punto de
vista de la otra persona podemos reconocer sus razones para ver el mundo como
lo hacen. Valorar lo que los demás proponen requiere que realmente se encuentre
el mérito. La sinceridad es crucial. Si somos honestos al evaluar las
perspectivas del contrario, éste se sentirá apreciado. Tenemos que procurar expresar que entendemos
las razones por las que sienten, piensan o actúan de una determinada manera. Al
buscar el valor en lo que manifiesta el interlocutor tenemos que procurar
imaginar y entender cuál puede ser su experiencia emocional y qué factores
están motivando sus emociones.
Si el desacuerdo es
profundo Fisher y Shapiro recomiendan
que intentemos actuar como lo haría un mediador imparcial. Éste busca entender
la perspectiva de cada parte y los valores que presentan. Desde este rol se
evita juzgar qué parte tiene la razón o está equivocada, mientras se aprecian
los méritos que presentan cada una de las perspectivas. El primer paso consiste
en descubrir las razones por las que la perspectiva de la otra parte sobre un
tema puede ser importante para ella desde un punto de vista persona. Tenemos
que llegar a conocer cuáles son las creencias y razonamientos que subyacen en
sus planteamientos y aunque no estemos de acuerdo se pueden valorar
positivamente esas creencias y razonamientos que han conducido a sus
conclusiones. En ese momento podremos decir con sinceridad: “ Te entiendo (tu
punto de vista) y lo aprecio (tus razonamientos y creencias).
3.- Comunicar que
entendemos los méritos de los puntos de vista del interlocutor de forma sincera
y sin florituras. Para evitar que éste se muestra a la defensiva es conveniente
expresar el mensaje de forma positiva:
en lugar de decir, por ejemplo, con tono sarcástico que entendemos las razones
por las que solicita un aumento de sueldo, podemos decir que pensamos que tiene
una buen razón para sentir que merece un aumento de sueldo por haber realizado
un trabajo satisfactorio. Al validar lo que la otra parte nos dice no estamos
cediendo y concediendo lo que piden ya que pueden existir circunstancias que
impiden acceder a las demandas.
Apreciar, por tanto, no
significa ceder. Seguimos teniendo la autoridad para decidir.
Los autores proponen
los siguientes pasos para lograr apreciar:
a).-
Decidir a quién queremos apreciar.
b).-
Realizar una simulación. Ponernos en el lugar del contrario
y practicar con un compañero que nos vaya preguntando cómo nos sentimos, cómo desearíamos sentirnos apreciados y cuáles serían nuestras opiniones y
preocupaciones desde el punto de vista de la otra persona.
c).-
Preparar una lista de "buenas preguntas" para llegar a conocer la
perspectiva de la otra persona. Entre ellas se encuentran:
"Ayúdame a
comprender tu punto de vista"
"¿De todo lo que
hemos hablado hoy, qué es lo que consideras más importante?"
"¿Qué otros
aspectos te preocupan en esta
negociación?"
Con
frecuencia los negociadores lanzan preguntas que lo único que intentan es
demostrar que la parte contraria está equivocada y que exigen respuestas
monosilábicas: si o no. Por el contrario si queremos llegar a entender al otro
las preguntas deben ser abiertas y que inviten a hablar sobre lo que consideran
importante. estas preguntas suelen comenzar por "cómo" o "qué" :
"¿Cómo sientes que va n las
cosas?"
"¿Qué ventajas encuentras a esa
opción?"
d).-
Lograr que la parte contraria te aprecie. Una negociación
se resentirá si una parte trata de encontrar el mérito en las propuestas
contrarias y la otra parte no lo hace. Para conseguirlo podemos:
1d).- Proponer dedicar un tiempo específico para que nos
escuchen.
2d).- Buscar la forma de expresar nuestro mensaje de la forma
más adecuada para que nos entiendan y
no de pie a malentendidos.
3d).- Pedir a la otra parte que intente encontrar los méritos
de nuestra propuesta, ayudándoles
a reflexionar sobre la misma. Podemos decir, por ejemplo: "No estoy seguro de que hayas captado completamente
mi perspectiva. ¿Por qué crees que encuentro
que mi visión de estos temas es importante?
4d).- Simplificar nuestro mensaje, teniendo en cuenta a quién
va dirigido, si pensamos que van
a intentar entenderlo o rechazarlo. Posteriormente podemos pedir feedback para omprobar si lo han entendido.
e).-
Apreciarnos nosotros mismos para aumentar nuestra autoestima.
II.-
AFILIAR. CONVERTIR UN ADVERSARIO EN UN COLEGA:
La creencia de que las
personas con las que negociamos son adversarios domina gran número de
negociaciones e influye negativamente en los resultados de la misma.
Al negociar nos vamos a
encontrar con opiniones distintas a las nuestras. tenemos que tratar esas
diferencias de forma que nos deje satisfechos y que nos hagan perder el menor
tiempo y recursos posibles. Esto se consigue si todas las partes trabajan
juntas para obtener un resultado satisfactorio para todos.
Un factor que
interviene de forma importante para lograr esa colaboración es la afiliación. este
término procede del latín donde significa adoptar o recibir en la familia.
Significa lograr una sensación de conexión con una persona o grupo, por la que
percibimos poca distancia emocional y nos sentimos cerca de la otra persona o
del grupo.
Al sentirnos mutuamente
afiliados es fácil trabajar en conjunto,
vemos al otro no como un extraño sino como parte de nuestra "familia".
La consecuencia es que ambas partes tiende a preocuparse por el otro, a
proteger sus intereses y a buscar su bienestar. Existe menos resistencia ante
las nuevas ideas y una actitud más abierta ante la posibilidad de tener que
cambiar nuestra opinión. La lealtad que se establece hace que ambas partes se muestren
honestas, procuren buscar un acuerdo con beneficio mutuo y mantengan los
compromisos adquiridos en dicho acuerdo.
Si queremos construir
el sentido de afiliación Fsher y Shapiro proponen que hay que actuar:
1.-
MEJORANDO LAS CONEXIONES ESTRUCTURALES: con la finalidad de
llegar a ser miembros de un grupo común. Para conseguirlo podemos:
a).-
Encontrar aspectos comunes que nos liguen a la otra parte.
De esta forma los posibles desacuerdos no van a ser el único motivo que nos
mantiene trabajando con la otra parte. Antes de comenzar una negociación
debemos investigar posibles nexos de unión con los interlocutores. En la fase
de inicio de la misma al encontrarnos por primera vez con la parte contraria
podemos iniciar la conversación haciendo referencia a esos aspectos que nos
pueden unir tales como:
La edad: "en días como estos la idea de la
jubilación es tentadora"
La familia: "¿tienes hijos? ¿Cómo logras
compatibilizar la familia y el trabajo?"
Las aficiones: " Creo que te gusta esquiar como a
mí. ¿Dónde sueles ir? ¿Podemos coincidir
en alguna ocasión?"
b).-
Construir nexos de unión nuevos. Para crear conexiones
como compañeros podemos seguir estos pasos:
1b).- Organizar una
reunión en un ambiente informal.
2b).- Presentarnos de
forma informal sugiriendo que utilicen nuestro nombre de pila.
3b).- Sentarse al lado del otro y no enfrente, si es posible.
4b).- Hacer referencia
a la importancia de tener en cuenta los intereses que son importantes a la otra
parte a la vez que a los que nosotros consideramos fundamentales y dedicar
tiempo a conocerlos en profundidad.
5b).- Resaltar la
importancia de la tarea común que tenemos que abordar para llegar a un acuerdo.
6b).- Evitar dominar la
conversación.
c).-
Estar en deuda con la otra parte: Benjamin Franklin
sugería que hacer un favor contribuía a crear un nexo con otra persona, pero
que en lugar de eso, era mejor dejar que la otra persona nos hiciese un favor. El
pedir un pequeño favor, que sea fácil de hacer, hace que estemos en deuda con
la otra persona y facilita que ésta se sienta generosa y conectada con
nosotros.
d).-
Planificar actividades conjuntas: reuniones creativas
para buscar nuevas ideas, comidas,...Es importante que si alguna persona va a
quedar excluida de alguna de estas actividades se le explique bien la razón.
2.-
REDUCIENDO LAS DISTANCIAS PERSONALES para lograr un alto
grado de afiliación. Los autores sugieren cuatro tácticas que ayudan a fomentar
las conexiones personales:
a).-
Encuentros personales, en lugar de telefónicos, por correo
electrónico o por ordenador. Las distancias personales se reducen en una
conversación cara a cara, se evita crear estereotipos y atribuirles ideas
falsas y se facilita el entendimiento mutuo.
b).-
Hablar sobre los temas que consideramos importantes.
Mantener conversaciones con la parte contraria sobre temas que consideramos
relevantes personalmente: familia, finanzas, dilemas éticos, reacciones
emocionales ante determinados temas,... Una forma de empezar la conversación
consiste en pedir consejo. compartir los errores y las debilidades puede
acercarnos emocionalmente al otro, siempre teniendo en cuenta los límites que
debemos poner a los asuntos confidenciales.
c).-
Conceder espacio para lograr un acercamiento. Lograr
crear un sentimiento de afiliación no consiste en compartir los secretos más
profundos. El propósito es generar confianza para poder abordar los problemas
conjuntos de forma satisfactoria, no hacer amigos. Si vemos que el acercamiento
es excesivo debemos intentar marcar las distancias adecuadas para que no se
convierta en una carga.
d).-
Mantener el contacto. Es una forma de fortalecer los
lazos personales.
Fisher y Shapiro
proponen que en una negociación para construir relaciones personales es
conveniente mantener reuniones privadas y organizar subcomités para centrarse
en temas específicos.
Un aspecto que no hay
que olvidar es la protección frente a la manipulación que puede surgir del
exceso de afiliación. Cuanto más cercanos nos sintamos de otra persona estamos
más predispuestos a considerar favorablemente sus requerimientos, con lo que nos
podemos encontrar en una posición vulnerable y tomar decisiones equivocadas.
Por lo tanto, antes de decidir los autores sugieren:
a).- Pensar
racionalmente, dejando atrás las emociones.
b).- Considerar también
el instinto. No debemos desconfiar de todos aquellos con los que interactuamos,
porque de este modo nunca conseguiremos crear sentimientos de afiliación. Por
ello al tomar una decisión deben influir también nuestros sentimientos e
intuiciones. Podemos hacernos las
siguientes preguntas:
¿Cómo me siento al
comprometerme con esta decisión? : asustado, feliz, confiado, preocupado,...
Si mi respuesta es
negativa ¿Cómo me sentiré mañana?: liberado, frustrado,...
Si mi respuesta es positiva
¿Cómo me sentiré mañana?: alegre, triste, ..., ¿Por qué?
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