Alan Gregerman, presidente de de Venture Works Inc., empresa de consultoría
dedicada especialmente al desarrollo de la innovación en las organizaciones y
autor de “The Necessity of Strangers”, en el boletín de la Asociación Americana de Management del pasado 7 de noviembre plantea que uno de los principales
roles que deben asumir los líderes en el momento actual es el de construir
organizaciones y culturas que estén abiertas al mundo que les rodea, un mundo
lleno de destacados” extraños o desconocidos"· e innumerables nuevas posibilidades. Conectar
con y aprender de profesionales que son
muy distintos de nosotros resulta
esencial para el éxito, ya que ayudan aportando valor a través de:
1.- INNOVACIÓN. Las organizaciones para mantenerse y crecer
deben ofrecer valor a los clientes y
usuarios a los que tienen el privilegio de servir. Lo consiguen desarrollando
mejores productos, servicios y soluciones, incrementando la calidad y la
eficiencia de los mismos y procurando
mejorar las experiencias de éstos. Aunque la innovación es un tema recurrente
en el lenguaje de nuestros directivos, la mayoría se apoyan en la noción, ya
algo caduca y limitante, de que la misma va a surgir de reunir a los
profesionales más brillantes de la organización o departamento y hacer una
sesión de brainstorming.
No tienen en cuenta que el 99% de las ideas
nuevas proceden de una práctica o idea que otra persona ha tenido ya. Por tanto
resulta más enriquecedor salir de los despachos y salas de reuniones para
buscar ideas frescas de profesionales ajenos al entorno inmediato. Por ejemplo,
de esta forma se inventó el Velcro o los coches que no chocan de Nissan.
2.- COMPROMISO. Gran parte de los directivos actuales reconocen
que sus profesionales son su activo más valioso, pero si esto fuese verdad no
tendrían problema en descubrir y permitir que aflorasen sus talentos,
manteniendo una actitud abierta ante las ideas de personas que consideremos
“extraños o desconocidos ” porque no tienen muchas afinidades con nosotros. La actitud más
frecuente consiste en intentar orientar a todos nuestros colaboradores para
intentar que “vuelvan al redil” y se adapten a hacer las cosas como siempre se
han hecho, sin cuestionarse si es la forma más adecuada de hacerlo. La postura
más inteligente, por el contrario, sería procurar que cuando se incorporasen a
la organización intentar aprender de su experiencia y de sus ideas
frescas.
Datos recientes sugieren
que el tiempo medio de estancia en un trabajo de los profesionales en Estados
Unidos es de 4 años y en el caso de los menores de 30 años de un solo año. Una
de las razones puede estribar en que este abandono se produce por el fallo en
capturar la imaginación, intereses y talentos desde el primer día y por
tratarles como piezas recambiables de un engranaje, sin ver los valores únicos
que aportan y sin procurar alinear sus metas con las de la organización. Si
fuésemos capaces de detectar estos talentos en cuanto se incorporan al trabajo,
podríamos actuar para inspirarles a que continúen aprendiendo, a tomar más
iniciativas y en comprometerse a mejorar no sólo ellos sino los que les rodean.
Tenemos que ser conscientes de que la mayoría de las personas somos “extraños”
que buscan un lugar donde puedan marcar una diferencia.
3.- COLABORACIÓN. El futuro pertenece a las organizaciones que
son capaces de entender cómo colaborar tanto interna como externamente. En las
grandes organizaciones la mayoría de sus profesionales son “extraños” ya que no
se conocen entre sí. Personas a las que con frecuencia consideramos como un conjunto de estereotipos ligados a
sus roles, puestos, formación o
departamentos. Con frecuencia resulta difícil atravesar estas percepciones para
trabajar juntos. Como consecuencia edificamos muros para proteger nuestros
intereses y guardar nuestro conocimiento a costa de no lograr un bien mayor.
Todavía resulta una situación más complicada si se trata de colaborar con
profesionales de otras organizaciones.
La postura correcta es
intentar conectar con las personas desde el primer momento, buscando encontrar
terreno común, antes de empezar a abordar cualquier proyecto o nueva
oportunidad. Si logramos hacerlo descubriremos que nuestras similitudes
facilitan un fuerte lazo que nos conecta como seres humanos, mientras que
nuestras diferencias son la base de crear nuevas cosas y de obtener resultados
más brillantes juntos. Al mismo tiempo puede que de esta forma consigamos tener
una actitud más abierta a compartir nuestro conocimiento y retos con los demás.
4.- CRECIMIENTO. En una economía en la que las tecnologías de la información juegan un
papel trascendental tenemos que ver cómo podemos conectar y ofrecer más valor a
“desconocidos”, que cada vez tienen más posibilidades de elección y más información
sobre las mismas. Para ayudar a que éstos obtengan el mayor beneficio de
nuestros productos y servicios debemos contar con sus sugerencias.
El autor propone que los líderes asuman los siguientes roles para poder hacer frente a un mundo lleno de “desconocidos”, nuevos mercados y nuevas posibilidades:
1.- Inspirar a los demás para que sean
capaces de detectar y dar una mejor respuesta a las necesidades de los
clientes o usuarios.
2.- Lograr que ellos y sus profesionales sean capaces de reconocer no solo sus conocimientos y
talentos sino, también, las lagunas en los mismos que impiden que alcancen su pleno
potencial.
3.- Animar a que se superen las barreras y a mirar más allá de ellas y de
nuestra experiencia para conseguir conectar y entender la visión, creencias y
perspectivas de los “desconocidos” en todas
las facetas de nuestra vida.
4.- Enseñar y destacar la importancia de dar la bienvenida a los nuevos
profesionales y colaboradores de otros ámbitos como una forma de expandir nuestras
posibilidades.
5.- Construir culturas que fomenten la curiosidad y la conversación, tanto interna como externa
a la organización, como medio de
conectar con nuevas ideas y perspectivas que facilitan la ampliación de nuestro
pensamiento y acciones.
6.- Demostrar su creencia de la necesidad de los “extraños” como un aspecto
clave para lograr el éxito.
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