Erica Ariel Fox,
profesora de negociación en la Facultad de Derecho de Harvard, cofundadora de
Mobius Executive Leadership y consejera senior de Mc Kinsey Leadership Development, en su libro “Más allá del sí. Un método para superar elautosabotaje y negociar con éxito” ofrece una anatomía de la negociación desde
dentro, para que podamos examinar cómo negociamos con nosotros mismos como paso
previo para negociar con los demás. William Ury, en el prólogo del libro,
destaca la importancia de llegar a acuerdos no sólo con los demás, sino primero
con nosotros mismos, ya que para poder salir al mundo y saber cómo
relacionarnos correctamente con los demás en situaciones conflictivas, tenemos
que penetrar en nuestro interior para relacionarnos bien con nosotros mismos. No
podemos esperar influir en los demás de manera eficaz si no podemos influir
primero en nosotros mismos. El talento para liderarnos a nosotros mismos se
está convirtiendo en el nuevo requisito del liderazgo en la actualidad.
Ariel Fox, en su
libro, propone las siguientes
recomendaciones para poder crear un
cambio perdurable:
I.-
DESCUBRIR NUESTRO DESFASE EN EL DESEMPEÑO.
El fenómeno del desfase
en el desempeño consiste en la contradicción que existe entre lo que las
personas sabemos que deberíamos decir y hacer para comportarnos correctamente (la reacción
óptima) y lo que hacemos realmente (la reacción habitual).
Por muy experimentados
que seamos, todos podemos tener un desfase en el desempeño y no tienen nada que
ver con nuestras competencias. Es algo que sucede dentro de nosotros ya que
ponemos obstáculos sin darnos cuenta de que lo hacemos (decimos cosas de las
que nos arrepentimos, nos ponemos a la defensiva cuando realmente queremos
mantener la calma, decimos que sí cuando queremos decir que no,…). Para generar el cambio real (incorporar una
nueva conducta y obtener resultados que perduren en el tiempo) necesitamos
activar algo dentro de nosotros que nos permita actuar correctamente. Para ello
debemos ser conscientes de que:
1.- Tenemos muchas más facetas
de las que conocemos.
2.- Elegimos partes de
nosotros para definir quiénes somos. Las identidades que nos creamos contienen
algo de verdad. Pero no toda la verdad, ya que construimos nuestro perfil
resaltando algunos aspectos de nuestra personalidad y dejando otros de lado,
con lo que estamos distorsionando el conjunto.
3.- La identidad que
mostramos al mundo, y a nosotros mismos, no es necesariamente falsa, pero no es
totalmente verdadera. Lo que hinchamos y deshinchamos en nuestro perfil produce
el desfase en el desempeño. Ello nos
impide desarrollar todo nuestro potencial en cada uno de los ámbitos de nuestra
vida.
4.- Ganamos algo cuando
el perfil con el que nos definimos le
falta una parte de nosotros y lo ampliamos incluyendo lo que le falta. También
lo hacemos si adecuamos el tamaño de las partes de nuestro perfil que antes
eran excesivas para poder sentirnos centrados y alcanzar, de esta forma, un
alto rendimiento.
5.- El cambio duradero
no se produce de la noche a la mañana.
A todos nos gustaría
reaccionar siempre de manera óptima, pero la mayor parte del tiempo no lo
hacemos y caemos en el Desfase en el desempeño, en parte debido al perfil que
nos hemos creado y también por la desconexión entre nuestras cualidades y
nuestro centro interior. Tenemos que hacer ajustes en nuestro perfil para que
pueda ser útil en cualquier situación que se nos presente. Liderar y vivir de
manera centrada hacen posible esa adaptación.
II.-
CONOCER NUESTROS NEGOCIADORES INTERNOS.
El primer paso para
salvar el Desfase en el desempeño es ser capaz de apreciar nuestro propio papel
en los resultados que estamos obteniendo. Es la parte complicada porque puede
significar reconocer que somos nosotros los que nos estamos poniendo obstáculos
y admitir cosas sobre nosotros mismos que puede ser que no nos gusten. Supone
aceptar que tenemos que cambiar aspectos de nuestro perfil, de cómo nos
describimos a nosotros.
Reconocer el Desfase en
el desempeño permite asumir nuestra propia responsabilidad sobre las reacciones
que suscitamos con nuestros actos (por ejemplo si nos mostramos agresivos) ya que nadie quiere aceptar la
responsabilidad por algo que cree que no ha hecho. Si no lo hacemos continuaremos haciendo lo
mismo de siempre: inventando razones para explicar por qué los demás tienen
percepciones y hacen afirmaciones injustas, falsas o equivocadas sobre
nosotros.
El siguiente paso para
salvar el desfase y producir un cambio perdurable es aprender a negociar con
nosotros mismos. Continuamente lo estamos haciendo: “¿Debo plantear este tema
difícil hoy?”, “¿Hago un comentario sarcástico sobre la impuntualidad de un
compañero o pregunto la razón de la misma?”, “¿Presto dinero a una amiga o
pienso que no debo hacerlo porque es una derrochadora?”,…..Todos estos debates
que se prolongan durante todo el día, esas voces contradictorias y el tumulto
interior que producen nos dejan mal preparados para tomar buenas decisiones,
impiden que controlemos adecuadamente nuestra vida y pueden contribuir a que
seamos malos directivos. Estos
conflictos internos no resueltos también nos impiden aprovechar
oportunidades que nos permitirían alcanzar un nuevo nivel.
Según la autora el
viaje hacia el autocontrol implica:
1.- Descubrir nuestros
negociadores internos.
2.- Aprender a
aceptarlos y a apreciarlos.
3.- Aprender a negociar
con ellos para establecer un nuevo a cuerdo.
4.- Aprender a
afianzarnos en nuestro centro de bienestar.
5.- Aprender a realizar
prácticas de “centrado” a lo largo del tiempo.
Tenemos múltiples
facetas, compuestas por partes distintas con funciones diversas. Jay Earley
afirma: “La mente humana no es algo unitario que a veces tiene sentimientos
irracionales. Es un sistema complejo de partes que interactúan, cada una de
ellas con una mente propia”. Daniel Goleman expresó una idea similar en su
libro “Inteligencia Emocional” al escribir que tenemos dos mentes, una que
piensa y otra que siente.
Los negociadores
internos son los que hacen que tengamos que pensar o decir frases como las
siguientes: “No sé por qué he dicho eso; no tenía intención de hacerlo”, “Fue
extraño; algo se apoderó de mí”, “Sencillamente no era yo” o “Lo siento. Yo no
soy así en realidad”. El mitólogo Sam Keen escribe : “Pocos de nosotros
conocemos los personajes fantásticos, las emociones, percepciones y demonios
que habitan en el teatro de nuestra mente. Nos educan para que contemos una
única historia (verdadera), construyamos un carácter coherente, establezcamos
una identidad. Sin embargo, nos definen más las oportunidades desaprovechadas
que las cumplidas”. A medida que vayamos conociendo nuestros negociadores
internos iremos ampliando nuestro perfil y conseguiremos mejores resultados
porque estaremos utilizando habilidades y competencias que no hemos aprovechado
anteriormente y nuestro Desfase en el desempeño comenzará a cerrarse.
Cada uno de los
negociadores internos realiza ciertas funciones y está especializado en
diferentes series de competencias. Caemos en el Desfase en el desempeño porque
no podemos utilizar las competencias de los negociadores que hemos dejado de
lado. Los negociadores internos son personales y universales. Algunos son
familiares como: el juez, el conseguidor, el centinela, el rebelde, el
solucionador de problemas, el jugador, el seductor, el artista, el fracasado,
el místico, el inventor, el destructor o el rescatador.
Joseph Campbell,
conocido mitólogo, describía a cada persona como “un héroe de mil caras”. La
autora plantea que dominar mil caras parece bastante complicado ya que si se
tienen tantos aspectos diferentes es difícil que podamos empezar a
controlarlos. Por ello, para ayudar a las personas a desarrollarse como líderes
y a cerrar su Desfase en el desempeño propone centrarse en un pequeño grupo de
entre esos cientos de caras al que llama “los
cuatro magníficos”. Éstos son universales e importantes para nuestro
funcionamiento cotidiano. Ariel Fox los describe, en ocasiones, como un equipo
directivo que ocupa la suite ejecutiva que hay en nuestro interior:
EJECUTIVOS
INTERNOS
|
FUNCIÓN Y
PAPEL
|
Director
ejecutivo interno o Soñador
|
Crea
posibilidades
Establece
una visión estratégica, marca el rumbo
|
Director
financiero interno o Pensador
|
Clarifica
perspectivas
Analiza
información, gestiona el riesgo
|
Vicepresidente
de recursos humanos interno o Amante
|
Se
preocupa por las personas
Siente
emociones, gestiona relaciones
|
Director de
operaciones interno o Guerrero
|
Cataliza
el rendimiento
Toma
medidas, alcanza metas
|
De manera ideal los
cuatro magníficos funcionan equilibradamente dentro de nosotros y llegado el
momento podemos convocar a cada uno de ellos, pero no es muy probable que
tomemos una decisión teniendo en cuenta a cada uno de ellos ya que utilizamos mucho más uno o dos, ignorando a
los otros, que pueden no figurar en nuestro perfil. El autocontrol implica el
proceso de reunir a los cuatro y practicar el uso de sus habilidades para que
se equilibren entre sí.
Los cuatro magníficos
nos permiten adoptar cuatro puntos de vista para liderar y vivir:
inspiracional, analítico, relacional y práctico. Cada uno de ellos se ocupa de
diferentes cosas, utiliza capacidades exclusivas y permite desarrollar
diferentes competencias.
Negociador
interno
|
Foco
de atención
|
Fuente
de poder
|
Competencias
para
|
Soñador
|
Lo
que quiero
Lo
que no quiero
|
Intuición
|
Innovación
|
Pensador
|
Mi
opinión
Mis
ideas
|
Razón
|
Análisis
|
Amante
|
Cómo
nos sentimos ambos
Nuestro
nivel de confianza
|
Emoción
|
Relaciones
|
Guerrero
|
Qué
tareas hay que hacer
Qué
línea hay que trazar
|
Fuerza
de voluntad
|
Logros
|
En las organizaciones,
normalmente, a los profesionales se les evalúa por sus capacidades en estas 4
áreas: visión de futuro, análisis, don de gentes y capacidad de ejecución. Los
puntos óptimos de cada uno de los 4 magníficos según la autora son:
1.-
Pensador:
a).- Aplica hechos y
lógica.
b).- Tiene en cuenta
las consecuencias.
c).- Examina todos los
aspectos.
2.-
Soñador:
a).- Genera su visión
de futuro.
b).- Se atreve a
perseguir su sueño.
c).- Detecta el camino.
3.-
Amante:
a).- Conecta con las
emociones.
b).- Genera confianza y
la mantiene.
c).- Colabora con los
demás.
4.-
Guerrero:
a).- Dice la verdad
pura y dura.
b).- Defiende su
terreno.
c).- Pasa a la acción.
El camino hacia el
autocontrol no es sencillo ya que se compone de una serie de prácticas,
estructuradas como un viaje, diseñadas para ayudarnos a avanzar, que pueden
resultarnos complicadas, pero si comenzamos a recorrer este camino y nos
comprometemos con él veremos los resultados de nuestro desarrollo interno en el
mundo exterior: cambiará la manera en la que los demás nos perciben y nuestra
propia autopercepción( nuestro perfil).
No hay comentarios:
Publicar un comentario