Dennis Sherwood, director de The Silver Bullet Manufacturing Company, empresa especializada en innovación y creatividad a nivel de
las organizaciones y autor de nueve libros,
entre ellos: “Smart Things to Know about Innovation and Creativity” y “Seeing the Forest for the Trees – A Manager’s Guide to Applying Systems Thinking”, plantea
en Business Strategy Review de London Business School del pasado 19 de noviembre que tomando como modelo las
tres leyes de la termodinámica podemos plantearproponer la nueva ciencia de la dinámica
organizacional u organodinámica.
Si preguntamos cuáles
son las características clave de los equipos de alto rendimiento una de las
respuestas más frecuente suele ser que el todo es mejor que la suma de cada una
de las partes, poniendo de relieve el hecho de que en estos equipos el
resultado colectivo es superior al que cada uno de los miembros podrían
alcanzar a nivel individual. El autor propone, por tanto, que un equipo de alto
rendimiento está formado por un grupo de personas que se juntan originando un
sistema bien conectado, que mantiene un nivel bajo de entropía, con el
resultado emergente de que el equipo consigue muchos más resultados que los
individuos trabajando por su cuenta. Por tanto si queremos construir y mantener
un equipo de esas características debemos primero crear un sistema bien
conectado y segundo debemos mantener la entropía del sistema a un nivel bajo a
lo largo del tiempo. Esto último presenta el problema de que el mantener en el
tiempo un nivel bajo de entropía en un sistema aparentemente es contrario a una
ley de la física conocida como la segunda ley de la termodinámica que sostiene
que la entropía del universo se incrementa, lo que implica que todos los
sistemas que mantienen un orden de forma espontánea y natural terminan
descendiendo al caos. Es posible, a pesar de todo, vencer a esta ley y crear el
orden, pero sólo si se inyecta energía continuamente en el sistema. Esto es
válido para los equipos, ya que si queremos mantener el alto desempeño del
mismo, no sólo deberán estar bien conectados sus miembros, sino que se debe
insuflar un flujo continuo de energía dentro del equipo. Energía que mantendrá
la entropía del equipo baja y el orden, así como evitará que esté se sumerja en
el caos.
La termodinámica fue
desarrollada en el siglo XIX entre otros por Lord Kelvin, Max Planck y James
Clerk Maxwell y se plantea la pregunta de cuánto trabajo productivo se puede
obtener de una máquina.
La organodinámica se ocuparía, por tanto,
de explorar cuánto trabajo útil se puede obtener de una organización y por
tanto de cómo construir y mantener equipos de alto rendimiento. Se centra, como
la termodinámica en tres leyes:
1ª LEY:
La energía
organizacional debe ser creada continuamente si no queremos que la organización
se destruya. Los líderes se deben ocupar de esto. Esta ley centra la atención en la importancia de que se
inyecte energía continuamente y en que ésta debe fluir a través de toda la
organización, para mantener niveles elevados de orden y bajos de entropía.
Insuflar energía constantemente a los profesionales puede resultar agotador para los líderes y hace que surja la
pregunta: ¿Quién insufla energía a los líderes?
Teniendo como
referencia la primera Ley podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Cuáles son los flujos
de energía que surcan nuestra organización?
¿Cuáles son las
fuentes de dicha energía?
¿Cómo se mantiene ¿
¿Todos los niveles de
liderazgo tienen una visión compartida y la articulan de forma consistente?
¿Cómo líder, qué estoy
haciendo para transmitir energía a mi equipo y para asegurarme de que fluye sin
diluciones ni distorsiones?
¿Cómo sé que lo que
hago tiene el efecto deseado?
¿Cómo recargo mis
fuentes de energía y qué hago cuando veo que estoy flaqueando?
¿Qué hago para
fomentar que los demás busquen sus propias fuentes de energía para que dependan
menos de mí?
¿Cómo miembro de un
equipo que estoy haciendo para demostrar al líder que aprecio sus esfuerzos?
2ª LEY:
Las organizaciones
degenerarán espontáneamente en el caos y este hecho sólo se podrá evitar si aseguramos
una conexión efectiva entre todas las partes que la constituyen y si conseguimos que éstas voluntariamente adapten
su comportamiento a los intereses del equipo.
Esta segunda Ley, por
tanto, destaca la necesidad de que no sólo se requiere un flujo de energía
constante para mantener el orden, sino que además, si queremos que ellos
equipos sean de alto rendimiento los miembros deben voluntariamente constreñir
sus deseos y conductas individuales por el bien del equipo y trabajar juntos
para alcanzar el objetivo común.
Teniendo en mente esta
segunda Ley como líderes debemos hacernos estas preguntas:
¿Cómo líder qué
criterio sigo a la hora de seleccionar a los miembros de mi equipo?
¿Qué acciones llevo a
cabo para asgurar que todos los miembros del equipo están bien conectados?
¿Cómo me aseguro de
que todos los miembros del equipo comprenden la importancia de restringir sus
comportamientos y tomar decisiones que van en interés del equipo en lugar del
suyo particular?
¿Qué ejemplos puedo
encontrar de lo anterior y qué podemos aprender de ello?
¿Los derechos y
obligaciones de los miembros de mi equipo son explícitos?¿Son bien conocidos,
comprendidos y respetados por todos los integrantes del mismo? ¿Cómo lo puedo
saber?
¿Cuándo alguien se
incorpora al equipo cómo puede conocer cuáles son estos derechos y
obligaciones?
¿Qué ocurre cuando
alguien sobrepasa sus derechos o falla de forma continuada a hacer honor a sus
obligaciones?
¿Los objetivos y
acciones diseñadas para alcanzarlos favorecen los comportamientos individuales
o colectivos?
¿Cuáles son los
contextos en los que las diferentes partes de la organización
interactúan?¿Estas interacciones son armoniosas y productivas o disfuncionales
y conflictivas?
¿Los objetivos,
políticas, procedimientos y procesos están alineados de forma natural o van
cada uno por un lado?
¿Cuál es la naturaleza
de la comunicación entre las distintas
partes de la organización?
¿Se conocen los
distintos miembros de la organización?
¿Fundamentalmente, qué
grado de confianza existe entre los miembros del equipo yo de la organización?
3ª LEY:
Aunque la tercera Ley
de la termodinámica nos dice que una
temperatura de cero absoluto no se puede conseguir, la tercera Ley de la
organodinámica mantiene que las
organizaciones si pueden tocar fondo ya que éstas fácilmente acaban
generando la cultura que se merecen.
¿Qué ocurre cuando
alguien nuevo se incorpora a una organización? Rápidamente es consciente de
cuáles son los comportamientos recomendables en la misma y cuáles no. En la
mayor parte de los casos no va a existir conflicto entre éstos y los que el
individuo considera correctos, pero si esta situación se presenta nos podemos
encontrar con que:
a).- El profesional
acepta adaptarse y lo hace de buena gana.
b).- El profesional
puede convertirse en poco colaborador y llegar a ser un “terrorista”, fingiendo
que acepta las conductas pero haciendo todo lo posible para “sabotear” en
cuanto surge la oportunidad, hasta que consigue ser expulsado de la
organización.
c).- El profesional
elige marcharse voluntariamente.
En el primer caso el
individuo se adapta y en los dos siguientes el resultado es el mismo: al no
estar conforme, el profesional abandona. Con el paso del tiempo las
organizaciones terminan con la cultura que se merecen, ya que sólo los que
están dispuestos a tolerarla sobrevivirán en ella o decidirán quedarse. La
cultura se perpetuará salvo que el líder
de forma deliberada decida hacer algo al respecto y le inyecte nueva energía y
rediseñe las restricciones.
El líder, en relación
a esta Ley, debe hacerse las siguientes preguntas:
¿Hasta qué punto distintas partes de la organización
compiten por los mismos recursos?
¿Cuál es la naturaleza
de esa competencia? ¿Es cooperativa, ya que todas las partes aceptan que el recurso es limitado y voluntariamente
acuerdan compartirlo para optimizar los resultados a nivel organizacional o
antagonista y cada parte procura hacerse con
todo lo que pueda, sin tener en cuenta las necesidades de los demás?
¿Los procesos de
análisis del desempeño, de reconocimiento y recompensa estimulan o ignoran los
comportamientos que optimizan el desempeño del equipo en lugar del del
individuo?
¿Tiene un nuevo directivo que se incorpora a un
puesto que aceptar todas las decisiones de su predecesor o puede revisarlas?
¿Qué ejemplos
concretos se pueden encontrar en la organización sobre disfunciones y falta de
conexiones y qué se puede aprender de ellos?
¿De qué forma se
concilian los compromisos profesionales y personales?
¿La cultura de la
organización favorece la confianza y la seguridad para que cada profesional puede manifestar lo que
piensa honesta y sinceramente o promueve una red de “tratados de no agresión”,
por los cuales cada cual se ocupa de sus asuntos y espera que los demás hagan
lo mismo sin interferir?
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