Martine Haas y Mark Mortensen, en la edición de junio de
Harvard Business Review ,plantean que los equipos actuales son diferentes de los
del pasado. Son más diversos, dispersos, digitales y dinámicos, con cambios
frecuentes entre sus miembros. Pero
aunque se enfrentan a nuevos retos su éxito sigue dependiendo de una serie de
aspectos fundamentales relativos a la colaboración dentro de los mismos.
Las claves básicas para
la eficacia de los equipos fueron identificadas por J. Richard Hackman, un
pionero en el estudio del comportamiento organizacional en la década de los 70
del pasado siglo. Durante más de 40 años de investigaciones descubrió que lo
que importa más para la colaboración no son las personalidades, actitudes o
estilos de comportamiento de sus miembros sino que lo que los equipos
necesitaban para florecer es el contar con una serie de condiciones. Los
autores han encontrado en sus estudios que tres de ellas continúan siendo
particularmente críticas para el éxito de los equipos. Éstas son: una dirección
convincente y cautivadora, una estructura sólida y un contexto de apoyo. Han
hallado, también, que los equipos modernos son vulnerables ante dos problemas
corrosivos: un pensamiento “nosotros contra ellos” y la información incompleta.
Para vencerlos se requiere una cuarta condición crítica: una mentalidad
compartida.
Para llegar a estas
conclusiones Haas y Mortensen durante los últimos 15 años han estudiado grupos
y equipos en gran diversidad de entornos. Han dirigido nueve investigaciones,
realizando más de 300 entrevistas y 4.200 encuestas a líderes y miembros de equipos. La idea fundamental que se deriva
de su trabajo para los líderes es que aunque los equipos se enfrentan a gran
cantidad de retos complicados sólo un relativamente pequeño número de factores
tienen un gran impacto en el éxito de los mismos. Los líderes pueden obtener
grandes retornos si conocen y entienden cuáles son éstos y se centran en
abordarlos de forma adecuada.
Si queremos crear el
clima adecuado para que los equipos 4D (diversos, dispersos, digitales y
dinámicos) obtengan excelentes resultados tenemos que tener en cuenta las
condiciones mencionadas:
1.-
DIRECCIÓN CONVINCENTE
Las bases de cualquier
gran equipo se encuentran en contar con un liderazgo que transmita energía,
oriente y logre el compromiso de sus miembros. Los equipos no pueden sentirse
inspirados si no saben para qué trabajan ni tienen metas explícitas. Éstas
deben ser retadoras (las modestas no motivan) pero no tan complicadas que su
dificultad desaliente al equipo. Tienen,
también, que tener un sentido, que puede ser extrínseco ( recompensas
económicas, promociones, reconocimiento) o intrínseco como la satisfacción de
sentir que el trabajo tiene un propósito trascendente.
En los equipos 4D la
dirección es crucial porque es fácil que sus miembros procedentes de distintos
entornos culturales tengan puntos de vista distintos sobre el propósito del
equipo.
2.-
ESTRUCTURA SÓLIDA
Los equipos necesitan,
también, contar con el número y tipo adecuado de miembros, un diseño óptimo de
tareas y procesos y normas que disuadan de adoptar comportamientos destructivos
y promuevan dinámicas positivas.
Los equipos de alto
rendimiento incluyen miembros que poseen un balance equilibrado de
competencias. No todos tienen que contar con unas habilidades sociales y
técnicas superlativas, pero el equipo, en su conjunto, necesita altas dosis de
ambas. La diversidad de conocimientos, perspectivas y puntos de vista, así como
de edades, géneros y raza ayuda a que el equipo sea más creativo y evite caer
en el pensamiento grupal. Ésta es una ventaja que presentan los equipos 4D.
Añadir miembros es ,
naturalmente, una forma de asegurar que el equipo cuenta con las competencias
requeridas, pero el incremento del tamaño tiene sus costes. Los equipos muy
grandes son más vulnerables a la mala comunicación, a la fragmentación y al “ir
a su aire”. El objetivo debe ser lograr un equipo con el número mínimo de
miembros que sean necesarios y ninguno más.
La asignación de tareas
se debe realizar, también, con cuidado extremo. No todas las tareas deben ser
creativas o inspiradoras, muchas de ellas tienen que ser rutinarias. Pero los
líderes pueden hacer que sean más motivadoras y atractivas facilitando el que
el equipo sea responsable de un determinado trabajo desde el principio hasta el
final, que los miembros del mismo tengan autonomía en la forma de organizar su
trabajo y asegurándose de que el equipo reciba feedback por su desempeño.
En el caso de los
equipos 4D las personas en las distintas localizaciones con frecuencia se ocupan
de distintas partes de una tarea lo que implica un desafío para su
coordinación. Siempre que sea posible se debe procurar asignar tareas completas
para que el equipo se sienta propietario y responsable de las mismas.
Diversas dinámicas
destructivas pueden también minar los esfuerzos colaborativos, como por ejemplo
en los caso en que los miembros ocultan o no comparten información, presionan a
otros compañeros para que acepten sus ideas, evitan las responsabilidades,
culpan a los demás,…Los equipos pueden tratar de reducir el potencial de
disfunción estableciendo normas claras que reflejen las cosas que todos los
miembros deben hacer como la puntualidad para acudir a reuniones y el conceder
a todos sus miembros en las mismas la posibilidad de hablar respetando los
turnos de palabra y las cosas que no se pueden hacer nunca ( interrumpir por
ejemplo). Incorporar estas normas es especialmente importante cuando los
miembros de un equipo operan en distintas culturas y puede que no compartan las
mismas costumbres ( por ejemplo la importancia de la puntualidad).
3.-
CONTEXTO DE APOYO
Contar con la ayuda
adecuada es la tercera condición que facilita la efectividad de un equipo.
Incluye el tener un sistema de reconocimiento y recompensas que refuerce el
buen desempeño, un sistema de información que permita el acceso a los datos
necesarios para el trabajo, un programa de formación adecuado a las necesidades
del equipo y la seguridad de disponer de los recursos materiales necesarios
para realizar adecuadamente el trabajo.
Asegurar que los
equipos 4D cuenten con todo el apoyo necesario es complicado ya que los
recursos los recursos a disposición de sus miembros pueden variar mucho.
4.-
MENTALIDAD COMPARTIDA
Los líderes de los
equipos 4D deben procurar conseguir generar en estos una identidad común y un
entendimiento compartido.
En el pasado los
equipos estaban compuestos por miembros con características bastante homogéneas
que trabajaban cara a cara y tendían a tener una mentalidad similar. Pero en la
actualidad los equipos se suelen percibir a sí mismos no sólo como un grupo
cohesivo sino como numerosos subgrupos más pequeños. Esta es una respuesta
humana natural: nuestros cerebros utilizan atajos cognitivos para intentar
encontrar el sentido de nuestro mundo cada vez más complejo y una forma de
lidiar con la complejidad de un equipo 4D es clasificar a las personas en
categorías. Pero también estamos inclinados a ver nuestro subgrupo, sea nuestra
unidad, región, cultura, de forma más positiva que al resto y esa costumbre,
con frecuencia genera tensiones y obstaculiza la colaboración.
La información
incompleta también es más prevalente en los equipos 4D. Con frecuencia ciertos
miembros de un equipo tienen información importante que otros no tienen porque
son expertos en el tema o porque sus miembros están dispersos geográficamente o
son nuevos. Esa información no aportará mucho valor si no es compartida con el
resto del equipo, ya que el conocimiento compartido es la clave de la
colaboración eficaz al dar al equipo un marco de referencia, al permitir a sus
miembros interpretar las situaciones y decisiones de forma correcta y ayudar a
que éstos se entiendan mejor entre sí.
La dependencia digital
es un hándicap con frecuencia para el intercambio de información. En los equipos
en que sus miembros tienen contacto cara a cara éstos pueden apreciar todo el
contexto no verbal que les rodea y pueden tener una idea más aproximada de lo
que está sucediendo. Al depender de la comunicación digital la transmisión de
este tipo crucial de información se limita o desaparece.
Afortunadamente existen
muchas formas en las que los líderes de los equipos pueden impulsar la creación
de una identidad compartida y romper las barreras a la cooperación y al
intercambio de información. Un enfoque muy eficaz es el de garantizar que cada
subgrupo se sienta valorado por su contribución al logro de los objetivos del
equipo.
Muchos de los
participantes en las investigaciones de los autores promovían el compartir sus
conocimientos a través de lo que llamaban “tiempo no estructurado estructurado”
que consiste en tiempo bloqueado en las agendas para hablar de temas no
directamente relacionados con la tarea que estaban acometiendo. Con frecuencia
lo hacían reservando los diez primeros
minutos de las reuniones de equipo para
discusiones abiertas. La idea es facilitar el que los miembros del equipo
puedan conversar sobre aquellos aspectos de su vida cotidiana que elijan,
personales o laborales. Esto ayuda a que los integrantes de los equipos puedan
conocerse mejor entre sí y aporta información sobre los diversos entornos
laborales y personales de los compañeros que trabajan en lugares distantes.
Si el líder consigue
facilitar estas cuatro condiciones se debe plantear cómo conocer si sus
esfuerzos están funcionando . Para ello Hackman proponía evaluar la eficacia de
un equipo considerando tres criterios.
a).- Los resultados.
b).- La habilidad para
colaborar.
c).- El desarrollo individual de sus miembros.
Haas y Mortensen
recomiendan para el seguimiento que cada pocos meses se evalúen las cuatro
condiciones y los tres criterios considerando la forma en la que están
conectados. Los resultados mostrarán si el equipo está en el camino adecuado y
si se están cociendo problemas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs muy enriquecedor para cualquier equipo contar con la generosidad de una persona capaz de compartir conocimiento en un blog, como este ejemplo de acercarnos un artículo de la Harvard Business Review. Muchas gracias Isabel.
ResponderEliminarEn una sociedad con nuevos recursos para afrontar los retos que se plantean en nuestras organizaciones, el conocimiento compartido nos ayuda a abrir la mente a nuevas realidades, a nuevas formas de pensar y hacer las cosas.
Este resumen me trae a la mente la particular estructura de la ONT, por la cual siento admiración especial, quizá porque sus comienzos coincidieron con el principio de mi andadura profesional en el mismo hospital donde se gestaron.
Hoy es un ejemplo de Equipo diverso, disperso, digital y dinámico, donde la dirección convincente del Dr Matesanz y la sólida estructura conformada con las enfermeras fundadoras, fueron abriendo camino desde una mentalidad compartida, aún antes de que pudieran contar con un contexto de apoyo. Todos podemos estar orgullosos de los frutos de tanto esfuerzo, celebrando este año el record histórico de pacientes transplantados, de una organización española, 4D y referente mundial.
Me pregunto cuántas posibilidades se pueden estar perdiendo en nuestra Organización por no contar con las condiciones adecuadas, y pienso que quizá sea el momento de evitar poner en riesgo el desarrollo del talento más allá de lo inevitable, trabajando para crear el ambiente más favorecedor con las herramientas del siglo XXI.