“El mal que existe en el mundo casi siempre procede de la ignorancia y las buenas intenciones pueden dañar tanto como la malevolencia si carecen de comprensión” Albert Camus
Cristopher L. Kukk , en
“The compassionate leader. How helping others fuels success”, plantea que para
conseguir ser verdaderamente compasivos tras el primer paso: escuchar para
aprender, que hemos comentado en una entrada anterior, tenemos que avanzar y
pasar al segundo paso que es:
II.-
COMPRENDER PARA CONOCER
Esta etapa se va a
centrar en conectar todas las piezas de información que hemos ido recogiendo en
la fase anterior en un todo que tenga sentido. Para ello deberemos prestar
atención al modo en que las personas con las que estamos hablando ven el mundo
que les rodea para conocer cuáles son las creencias y sentimientos que moldean
su perspectiva de la realidad.
Comprender consiste en la
búsqueda de un significado y éste puede cambiar al evolucionar las situaciones,
al salir a la luz nueva información o si se introducen nuevos retos.
El autor recomienda tres
habilidades para conseguir alcanzar una comprensión holística de un problema y
para que sepamos qué debemos hacer y no hacer para resolverlo de forma eficaz.
Éstas son:
1.- Reconocer los mapas
mentales de las personas a las que tratamos de ayudar.
2.- Desarrollar nuestra
inteligencia emocional para fortalecer nuestra comprensión.
3.- Realizar conexiones
entre personas, hechos e ideas para poder contemplar un problema con claridad y
en su totalidad.
1.-
RECONOCER LOS PATRONES MENTALES DE LAS PERSONAS A LAS QUE TRATAMOS DE AYUDAR. Descubrir
la forma en la que las personas enmarcan sus conocimientos y cómo responden a
la información que reciben es el primer paso para comprender para conocer.
Reconocer el patrón
mental de nuestro interlocutor es importante al comienzo de una conversación es
importante porque nos va a permitir comunicarnos mejor al adaptar nuestro
enfoque a su mentalidad. Se mostrarán más receptivos a nuestras sugerencias y
preguntas si enmarcamos nuestras ideas de forma que encajen con su forma de ver
el mundo.
Kukk clasifica a las
personas según su reacción ante el aprendizaje como:
a).-
“Astronautas del conocimiento”. Son aquellos que adoran
aprender cosas nuevas, sin temer los cambios que la nueva información puede
traer. Carol Dweck considera que tienen
un “patrón mental de crecimiento”. Se caracterizan por:
·
Admitir que no conocen algo.
·
Hacer preguntas tipo: “¿Qué quieres decir
cuando dices…..?”
No contemplar la vida desde la perspectiva
blanco o negro y se sienten cómodos en las zonas grises de la vida en las que
no existe un solo modo de vivir o exclusivamente dos caras de un argumento.
·
Abrazar la idea de que no existe una
frontera final para el conocimiento y deciden explorar todas sus posibilidades.
La forma de ayudarles es
haciendo preguntas.
b).-
Personas que se sienten amenazadas ante los nuevos conocimientos.
Carol Dweck considera que tienen un patrón mental “fijo”. Creen que ya poseen
saben todo lo que necesitan saber y tratan a los nuevos conocimientos como un
boxeador considera a un adversario:
tienen que noquearlos. Las nuevas
informaciones no solo pueden contribuir a debilitar su comprensión de un
problema sino que piensan que les va a hacer que parezcan fracasados. Se pueden
identificar porque:
·
Temen admitir que no saben algo que
necesitan saber.
·
Suelen hacer la siguiente pregunta: ¿Qué
tiene que ver esto con lo que estamos hablando?
·
Al enfrentarse a una idea o perspectiva
que se opone a la suya intentan distanciarse de ella diciendo que eso no tiene
nada que ver con ellos porque…..
·
Tienden a contemplar la vida desde la
perspectiva blanco o negro y no consideran las áreas grises.
·
Intentan evitar la complejidad.
·
Creen que la única alternativa es la suya.
La forma de ayudarles y de conseguir que sean capaces
de contemplar distintas alternativas es conseguir que cada nueva idea se
convierta en parte de su marco mental de comprensión. Cada persona tiene un
marco mental estándar al que recurren cuando evalúan opciones y toman
decisiones. Si tenemos claro cuál es esa perspectiva estándar seremos capaces
de adaptar nuestra ayuda para que sea bien recibida.
c).- Personas que se bloquean ante la nueva
información. Cuando se enfrentan a ideas y datos nuevos se sienten sobrepasadas
e inseguras y no saben cómo utilizar la nueva información. Se pueden identificar porque:
·
Se mantienen apartados y callados y no
participan en la conversación.
·
No hacen preguntas y prefieren que los
demás tomen las decisiones por ellos.
·
No saben si absorber u oponerse a la
información que acaban de recibir por lo que la ignoran y pretenden que no
existe.
·
Tienen dificultades para ver las cosas en
términos de blanco, negro o gris porque todo lo ven borroso ya que todo es demasiado
complejo como para que sean capaces de manejarlo.
·
Abordan los problemas cotidianos pensando
que los deben “congelar” y que así desaparecerán.
Si queremos ayudarles debemos procurar que se
incremente su autoestima y como tienden a paralizarse en el momento debemos
procurar que se vayan moviendo hacia la búsqueda de una solución para su
problema. Tenemos que hacerlo de forma sutil para que no se den cuenta de lo
que intentamos hacer para que no cuestionen nuestra sinceridad si lo averiguan.
Una forma de hacerlo es halagarles con ejemplos específicos del tipo:
“Demostraste unas excelentes habilidades para el pensamiento crítico en la
reunión de la semana pasada”. Podemos recordar situaciones en las que superaron
obstáculos y ayudarles a que se muevan hacia delante mostrándoles un camino
para abordar su problema, centrándonos en sus fortalezas.
Identificar a qué grupo de los expuestos pertenecemos
es tan importante como reconocer el de la persona a la que queremos ayudar, ya
que juega un papel fundamental en la determinación de la información que vamos
a recoger y cómo la vamos a enmarcar.
Normalmente vamos a oscilar entre los tres dependiendo del tema y de la emoción
que experimentamos.
2.-
DESARROLLAR NUESTRA INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA FORTALECER NUESTRA COMPRENSIÓN.
Ser
conscientes de nuestras emociones y de las de los demás es esencial para ser
verdaderamente compasivos. No podemos comprender a las personas si no sabemos
cuál es su respuesta emocional ante un problema, ya que sus emociones van a
filtrar la forma en la que perciben la situación en la que se encuentran. Si
intentamos entender las emociones y sentimientos de los demás sobre un hecho
llegaremos a conocerles mejor. Desarrollar nuestra inteligencia emocional es,
pues, clave para incrementar nuestra capacidad de comprender para conocer.
En su libro “Working with emotional intelligence” Daniel Goleman define la inteligencia emocional como la
capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y de los demás, de
motivarnos a nosotros mismos y de gestionar nuestras emociones bien con
respecto a nosotros mismos y a nuestras relaciones.
Kukk plantea que es
importante distinguir entre emociones y sentimientos para poder desarrollar y
manejar correctamente nuestras habilidades de inteligencia emocional.
Las emociones originan
los sentimientos, son reacciones físicas, instintivas que surgen en las
regiones subcorticales del cerebro y crean reacciones bioquímicas en nuestro
cuerpo que ocasionan cambios físicos que
pueden ser medidas, por ejemplo, a
través de la actividad mental y observadas a través de las miecroexpresiones.
Las emociones generan los sentimientos.
Los sentimientos son las
reacciones mentales que tenemos después de experimentar emociones y se
originan en las regiones neocorticales
del cerebro. Son el resultado de que el cerebro asigna significados a las
emociones utilizando nuestras creencias personales, temperamento, memorias y
experiencias para definirlas. Cada sentimiento es una interpretación subjetiva
de una emoción y es difícil medirlo.
Tener inteligencia
emocional significa que somos capaces de gestionar nuestras emociones y
sentimientos de forma que sean positivos y constructivos a la hora de hacer
juicios y actuar. Aunque las emociones generan sentimientos, éstos pueden
influir en las emociones formando un círculo inacabable de interacción. En este
círculo es dónde nuestro pensamiento consciente sobre nuestros sentimientos
juega un papel importante en la determinación de si simplemente vamos a
reaccionar o vamos a responder conscientemente ante cualquier problema o
situación. Cuando reaccionamos estamos actuando instintivamente con nuestras
emociones y cuando respondemos estamos realizando la elección consciente de
actuar de una forma particular basada más en nuestros sentimientos. Si queremos
controlar nuestro comportamiento deberemos gestionar la interacción entre las
emociones y los sentimientos porque la
conducta nace de esa interacción. Podemos gestionarla reflexionando sobre el
problema, sobre nuestros sentimientos y nuestro comportamiento. Dedicando un
momento para pensar en lo que sentimos conseguimos que nuestra conducta sea un
acto reflexivo y no instintivo.
Comprender, por tanto, es
más que la simple combinación de ideas,
información y conocimiento. Implica unir todas estas piezas a través del
significado y la emoción.
Para desarrollar la
inteligencia emocional el autor recomienda centrarnos en las 5 áreas que
Goleman identifica en su definición:
a).- Reconocer nuestras
emociones y sentimientos.
b).- Gestionar nuestras
emociones y sentimientos reflexionando en lo que sentimos y cómo nos afecta y
redireccionando nuestros sentimientos sobre las emociones de forma que resulten en un comportamiento
positivo y no negativo.
c).- Motivarnos a
nosotros mismos para alcanzar el autocontrol y actuar con resiliencia.
d).- Gestionar las
relaciones para que sean armoniosas.
e).- Reconocer e
identificar los sentimientos y emociones de los demás.
3.-
REALIZAR CONEXIONES ENTRE PERSONAS, HECHOS E IDEAS PARA PODER CONTEMPLAR UN
PROBLEMA CON CLARIDAD Y EN SU TOTALIDAD. Nuestra habilidad
para comprender también va a depender de nuestra capacidad para desarrollar
conexiones entre hechos, ideas y personas.
Nuestra comprensión de un
problema o situación cambia dependiendo de las conexiones que realizamos entre
hechos e ideas. En ocasiones la forma más eficaz de entender un problema
consiste en conectar hechos e ideas cuya combinación parece contradictoria,
como puede ser calmar los nervios mediante un shock al sistema nervioso. Otra
alternativa es la que defiende la paradoja de Parrondo cuando muestra que podemos combinar dos ideas
que se pueden considerar perdedoras para crear una que resulta ganadora. El
ejemplo más nombrado de esta última es la forma en la que la combinación
de los gorriones y los insectos ayuda a
que los cultivos crezcan. La paradoja consiste en que aunque los gorriones y los insectos
independientemente pueden devorar una cosecha entera, su combinación crea un
equilibrio ecológico que produce cultivos sanos. La paradoja de Parrondo demuestra
que cuando dejamos a un lado ideas que podemos considerar perdedoras estamos
desperdiciando posible caminos de éxito.
Para ser compasivos debemos contar con redes de conexiones
sociales. La interacción con diversos grupos de personas nos abre a nuevas
formas de comprensión. Nuestro éxito en crear estas redes sociales que van a
incrementar nuestra capacidad de comprensión va a depender de cómo respondemos
a la pregunta de si nos acercamos a las personas o tendemos a apartarnos de
ellas. Cuanto más diversas sean nuestras relaciones más amplia y holística es
nuestra comprensión.
Otro fenómeno asociado
con las conexiones es el “Efecto Medici” por el que grupos diversos de personas
y perspectivas multidisciplinarias y conocimientos confluyen para producir
ideas y conceptos innovadores.
Las redes sociales pueden
ayudarnos a fortalecer nuestra comprensión
al incrementar:
a).- La diversidad.
Contar con una red formada por numerosos y variados contactos ofrece una
multitud de perspectivas e ideas a considerar para resolver un problema.
b).- La confianza. Cuanto
más se utilice la red de forma constructiva mayor confianza se genera entre sus
miembros, con lo que éstos comparten más información porque sienten que no van
a ser traicionados y la comprensión aumenta.
c).- Las preguntas que
nos hacemos. Una red social diversa hace que pensemos en cuestiones en las que
no habíamos pensado previamente. Nuevas formas de plantear un problema nos
ofrecen nuevas formas potenciales de entenderlos.
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