Alaina Love en SmartBrief on Leadership del pasado 27 de noviembre plantea que entre las cualidades más sobresalientes que tienen los líderes más eficaces destaca la habilidad de encontrar sentido a sus experiencias derivadas de las interacciones que se producen cotidianamente en el trabajo, especialmente cuando las situaciones suponen un desafío.
Esta cualidad reflexiva
es como un músculo que se desarrolla si se ejercita y se atrofia si no lo
hacemos. Es el músculo del liderazgo que
requiere que se practique un trabajo reflexivo para que éste no consista en
apagar fuegos constante que consume todo el tiempo y roba toda nuestra energía
y permita al líder mantenerse centrado del que sus profesionales pueden
depender.
La autora recomienda una
serie de acciones para mantener esta actitud reflexiva en el trabajo:
1.-
Conocer quiénes somos. Para muchos de nosotros el trabajo
constituye una parte importante de nuestra identidad y nuestra conexión con la
organización es, con frecuencia, la forma como nos describimos a nosotros
mismos ante los demás. Pero los mejores líderes son conscientes de que son más
que un cargo y operan de acuerdo a un conjunto definido de valores que se
alinean con su identidad y que son el ancla que les ata a su verdadero norte,
permitiéndoles en situaciones desafiantes actuar de forma centrada y auténtica.
Love sugiere escribir los
cinco valores que son más importantes para nosotros y articular cómo pensamos
que se pueden traducir en acciones.
2.-
Desarrollar prácticas introspectivas. Diversas investigaciones
han mostrado los beneficios de dedicar
tiempo a reflexionar tranquilamente sobre nuestros pensamientos, por ejemplo
antes de una reunión o de la meditación.
3.-
Respirar. El entorno laboral suele estar lleno de estresores
que pueden periódicamente arruinar nuestro equilibrio y dificultan que trabajemos
reflexivamente. Una de las señales de que esto está ocurriendo es que nuestro
patrón de respiración varía y puede disminuir la llegada de oxígeno al cerebro
al contener la respiración. Si aprendemos a respirar de forma reflexiva
lograremos reducir los efectos del estrés como ha mostrado la Dra. Emma Seppala con sus investigaciones sobre el efecto de la
respiración para la disminución del estrés.
4.- Evitar realizar
varias tareas a la vez. Las demandas diarias en el trabajo pueden llevarnos a
creer erróneamente que el abordar diversas tareas simultáneamente es la única forma
de conseguir que todo se haga. Pero el resultado real es que la atención que
prestamos a cada actividad se diluye reduciendo la calidad de nuestro trabajo.
5.-
Programar una reunión semanal de 20 minutos con nosotros mismos.
Los mejores líderes dedican tiempo semanalmente para una reunión privada en la
que son los únicos asistentes. Este tiempo lo dedican a reflexionar y responder
a la pregunta. “¿Qué he aprendido sobre mí a través de todas las experiencias
de esta semana?” Practican una forma de contemplación a la que la autora llama “reflexión
inspirada en el trabajo” que les permite encontrar el significado de sus
experiencias, aprender más sobre su liderazgo y planificar cómo aplicar estas
enseñanzas en el futuro.
6.-
Fomentar el trabajo reflexivo en el equipo. No es suficiente
que el líder practique el trabajo reflexivo sino que es necesario que anime a
los miembros de su equipo a que lo hagan también. Compartir sus metodologías es
una forma de ir creando la cultura adecuada así como generar situaciones que
inspiren a los integrantes de su equipo
a ser más reflexivos.
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