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miércoles, 10 de octubre de 2018

AUTONOMÍA Y APOYO SOCIAL FACTORES CLAVES PARA EL BIENESTAR EN EL TRABAJO


Jeffrey Pfeffer en McKinsey Quarterly del pasado mes de septiembre plantea que el estrés en el trabajo está causando cada vez más estragos a nivel tanto físico como psicológico. En su libro “Dying for a paycheck” trata de mostrar cómo dos de los factores que más influyen en el compromiso de los trabajadores: autonomía y apoyo social, también mejoran su salud, por lo que deben convertirse en dos prioridades para la gestión de los líderes.

Diversos estudios realizados en las últimas décadas muestran que el control sobre nuestro trabajo: la libertad que los profesionales tienen para determinar qué hacer y cómo hacerlo tiene un gran impacto sobre su salud, no sólo física, sino también mental. Las organizaciones pueden protegerse de estos peligros diseñando roles que sean más fluidos y autónomos y erigiendo barreras contra la microgestión.

Uno de los estudios más famosos en este sentido es el realizado por Michael Marmot y conocido como el estudio Whitehall que examinó a los trabajadores de la administración británica. En él se descubrió que cuanto más alto el rango jerárquicos e encontraba una  menor incidencia y mortalidad por enfermedad cardiovascular. Los profesionales de mayor nivel tenían un mayor control sobre su trabajo y sobre cómo hacerlo aunque tuvieran unas mayores demandas. Otro hallazgo del estudio fue la relación entre el estrés inducido por el bajo control y las  altas demandas de trabajo y el aumento de la incidencia del síndrome metabólico.

Un estudio realizado en Suecia entre  8500 trabajadores de “cuello blanco” que habían experimentado reorganizaciones en su trabajo encontró que aquellos que en dichos procesos tuvieron un mayor grado de influencia y control de las tareas sufrían menos síntomas de enfermedad en 11 de 12 indicadores de salud y se encontraban menos deprimidos.

Un entorno de trabajo caótico en el que surjan frecuentemente situaciones incontrolables afecta negativamente la motivación, el aprendizaje y el estado emocional de los empleados. Si a través de sus acciones las personas no van a ser capaces de predecir e intervenir en lo que les ocurre se van a desentender ya que no van a dedicar sus esfuerzos si no tienen ninguna influencia sobre el resultado.

Es por este motivo por el que las investigaciones demuestran que el cortar la conexión existente entre las acciones y sus consecuencias dejando a las personas sin ningún control sobre lo que les pasa en el trabajo disminuye la motivación y el rendimiento, así como el aprendizaje. En una condición de bajo control las personas sienten que tienen menos responsabilidad y autonomía lo que mina sus sentimientos de competencia y contribuye, finalmente, a la aparición del estrés, la ansiedad y la depresión.

Pfeffer recomienda a los líderes seguir estos pasos para favorecer el control y la autonomía:

1.- Evitar la microgestión. Ésta es muy frecuente en los ambientes laborales porque muchos directivos no saben cómo facilitar coaching para ayudar a los demás a realizar mejor su trabajo. Como consecuencia los subordinados pierden su autonomía y sensación de control ante la falta de delegación.

2.- Incorporar más fluidez y autonomía a cada rol. Todas las personas deben tener en su trabajo alguna capacidad de tomar decisiones y de   libertad para controlar su trabajo.

El apoyo social es otro factor importante para conseguir un entorno de trabajo sano. Diversas investigaciones demuestran que existe una conexión entre apoyo social y salud. Tener amigos protege nuestra salud tanto como dejar de fumar y mucho más que hacer ejercicio. Desgraciadamente las encuestas sugieren que el número de estadounidenses que refieren que no tienen amigos cercanos se ha triplicado en las últimas décadas.

La evidencia muestra que el apoyo social ( familia y amigos con los que se puede contar, así como relaciones cercanas) tienen un efecto directo sobre la salud y que pueden amortiguar los efectos de varios factores que actúan como estresores psicosociales, incluyendo el estrés en el trabajo,  y  que pueden comprometer la salud.

Desafortunadamente los lugares de trabajo en ocasiones tienen características que dificultan el construir relaciones y facilitar apoyo. Por ejemplo, cualquier hecho que ponga a unas personas contra otras reduce el apoyo social, así como las organizaciones que consideran que las personas son elementos de producción exclusivamente.

En este sentido el autor recomienda a los líderes para fomentar el apoyo social que:

1.- Demuestren su compromiso con ofrecer ayuda. Por ejemplo SAS Institute que figura entre las mejores organizaciones  para trabajar mantiene las ayudas que estén recibiendo  los hijos de los empleados, en caso de fallecimiento.

2.- Fomentar el que los profesionales se cuiden unos a otros.

3.- Promover el sentimiento de comunidad, por ejemplo refiriéndose a los profesionales como compañeros de equipo y nunca como trabajadores.

3.- Facilitar momentos de encuentro entre los profesionales en ambientes distendidos, celebrando los éxitos, ….





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