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domingo, 26 de julio de 2020

EL LÍDER "NODAL": LIDERAR MILLENNIALS III


Ranya Nehmen en “The chamaleon leader. Connecting with millennials”, que estamos comentando, plantea que entre las  9 características que demandan fundamentalmente los millennials en sus líderes además de la capacidad de comunicación, la honestidad, el sentido de responsabilidad y la capacidad de motivación, tenemos:

V.- LA CAPACIDAD DE ESTAR PRESENTE

Consiste, esencialmente, en la consciencia de dónde estamos y de lo que estamos haciendo en cada momento, no pensando en el pasado ni proyectándonos en el futuro, de forma que nuestra mente serena, reflexiva y abierta se torne contagiosa para los que nos rodean.

Para ello la autora recomienda seguir las siguientes recomendaciones:

1.- Dedicar unos minutos todos los días para reflexionar.

2.- Estar presentes, durante este tiempo, centrándonos en el ahora, en lo que somos en cada momento, en lo que sentimos  y en los pensamientos que nos vienen a la cabeza.

3.- Utilizar la respiración para centrar nuestra mente. Cada vez que ésta se disperse centrarnos en nuestra respiración, en inspirar y espirar, durante unos minutos. Inspirar profundamente por la nariz, mantener la respiración durante unos segundos y exhalar con la boca abierta. Cuando la mente está serena podemos llegar a tener momentos muy creativos.

VI.- CONDUCTA ÉTICA

Cuando observamos a los millennials la ética no se puede interpretar como un idealismo juvenil sino en la creencia profunda de que las personas y el planeta deben ser tratados con respeto. La encuesta realizada sobre este colectivo por Deloitte en 2018 mostró que menos de la mitad de los millennials encuestados creían que las organizaciones se comportan éticamente y están comprometidas en la mejora de la sociedad. El 86% de ellos pensaban que el éxito en los negociso debe medirse no solo por los resultados financieros sino que debe tener en consideración aspectos tales como el respeto a los trabajadores, a los clientes y al medio ambiente, así como la integridad y la transparencia.
Los millennials se sienten atraídos hacia compañías que contribuyen a construir un mundo mejor y son socialmente responsables. Entre ellos existe una gran preocupación por temas como la pobreza, el hambre, el entorno, el calentamiento global, la importancia de la sostenibilidad, los derechos humanos y la educación.  Las organizaciones que no compartan estos valores de cambio social no resultarán atractivas para trabajar en ellas.

Por ejemplo, según un estudio realizado por Cone Communications en 2015, un 45% de ellos cambiarían de marcas para apoyar una causa, un 87% comprarían un producto que ofrezca un beneficio social o ambiental y un 62% estarían dispuestos a aceptar un recorte en su salario para poder trabajar en una empresa socialmente responsable.

Al igual que están preocupados y buscan marcas éticas a la hora de efectuar sus compras desean trabajar con un líder que tenga un comportamiento ético.

VII.- LA CAPACIDAD DE ESCUCHA ACTIVA

Los millennials quieren que sus opiniones, perspectivas y conocimientos sean escuchados y cuenten. Muchas de las decepciones que experimentan en el mundo laboral están relacionada con la falta de una escucha activa: sienten que no son oídos y que no se les pregunta su opinión.

Desean que sus líderes les pregunten cuáles son sus pensamientos y que dediquen tiempo a escucharles sin interrupciones y les pregunten, después, lo que consideren necesario para entenderles bien.

El respeto, es uno de los componentes vitales de la escucha y los millennials es un aspecto que valoran mucho. Si respetamos a los demás y les escuchamos, ésos nos respetarán a nosotros. La escucha activa mejora las relaciones porque se crean conexiones más sólidas, genera buen ambiente y entendimiento y puede eliminar los conflictos potenciales que pueden surgir por una mala comunicación. Como líderes no seremos capaces de generar confianza y establecer buenas relaciones con el equipo si no aprendemos y practicamos el arte de la escucha activa.

Nehmeh ofrece las siguientes recomendaciones:

1.- Prestar nuestra atención plena. Estar realmente presente cuando la otra persona está hablando ( no pensar en otras cosas).

2.- Hacer una pausa antes de responder para poder reflexionar sobre lo que nos están diciendo.

3.- Observar las respuestas de la otra persona e intentar crear una buena sintonía con ella.

4.- Mostrarnos realmente inquisitivos y curiosos. Hacer preguntas para resumir y aclarar lo que entendemos sobre el  asunto a tratar.

5.- Escuchar con nuestro cuerpo. Prestar atención a las señales no verbales. Mirar de cara a la persona estableciendo contacto visual.

6.- Dejar a nuestro ego a un lado. Cuando estamos escuchando activamente el foco debe estar en la otra persona y debemos dejarnos a nosotros completamente fuera de la ecuación.

VIII.- INTELIGENCIA EMOCIONAL

La inteligencia emocional consiste en la capacidad de la persona para detectar y reconocer sus propios sentimientos  y los de los demás y de responder a ellos de forma racional.

Daniel Goleman, experto en la materia y autor entre otros libros de “Working with emotional intelligence” mantiene que: “ La inteligencia emocional es el doble de importante que el cociente intelectual o que la maestría  técnica para determinar un desempeño “estrella”.

En este mundo hiperconectado en el que vivimos la mayor parte de nosotros tiene que enfrentarse a la adversidad diariamente por lo que comprender lo que está pasando en nuestro entorno interno y externo es crucial. Ser consciente de que nuestras emociones pueden  dirigir nuestra conducta y tener un impacto, tanto positivo como negativo, al tiempo que aprender cómo gestionar esas emociones, las propias como las de los demás, especialmente en entornos de alta presión es una competencia clave que hay que dominar como líderes. 

Los millennials quieren sentir que pueden contar con el apoyo de sus líderes.

Si queremos desarrollar nuestra inteligencia emocional la autora sugiere que prestemos atención a nuestros:

1.- Conocimiento de nosotros mismos. Para ello debemos reflexionar sobre si somos conscientes de nuestras propias emociones, si dedicamos tiempo para pensar sobre ellas y para examinarlas. Con frecuencia lo que ocurre es que la mayoría de las personas estamos muy ocupadas y no dedicamos tiempo para hacerlo. Y es crucial que lo hagamos no solo para nuestra vida laboral sino para la personal. Esto implica examinar cómo reaccionamos ante situaciones específicas y cómo reaccionamos ante los demás.

2.- Autorregulación. La consciencia de nuestras propias emociones es el primer paso. El segundo consiste en la monitorización de nuestros propios sentimientos y controlarlos para que ellos no nos controlen a nosotros. Si somos reconocidos como líderes que mantenemos la calma en situaciones estresantes esta estabilidad emocional favorecerá el que los demás confíen en nosotros.

3.- Conciencia social. Debemos escuchar, observar, comprender. Utilizando la escucha activa y la observación seremos más capaces de empatizar y comprender las necesidades y emociones de los demás. Ser socialmente consciente significa que entendemos las dinámicas que se establecen entre las personas y que podemos leer correctamente entre líneas.

4.- Habilidades sociales. Los líderes con alto nivel de inteligencia emocional saben que cada persona es distinta y que, por tanto, deben adaptar su estilo de comunicación para cada ocasión.

Un buen nivel de inteligencia emocional amplia y mejora  las relaciones , genera una mejor comunicación entre las personas y favorece la capacidad para gestionar conflictos porque no solo somos conscientes de nosotros mismos sino que comprendemos las decisiones, necesidades y deseos de los demás.

IX. CAPACIDAD PARA RESOLVER PROBLEMAS

Los millennials suelen ser dinámicos y proactivos y no quieren dedicarse a contemplar los problemas durante mucho tiempo, quieren resolverlos con diligencia y eficacia. Para ello les gusta que se recurra  a soluciones creativas e innovadoras y, con frecuencia, que se salgan de lo normal.

Nehmeh recomienda seguir los siguientes pasos al enfrentarnos a un nuevo problema:

1.- Identificar el obstáculo al que nos enfrentamos en el entorno laboral. Por ejemplo, puede estar relacionado con un cliente, profesional, con la comunicación o con falta de motivación.

2.- Establecer la forma en la que vamos a informar al equipo sobre la existencia del obstáculo ( por ejemplo en una reunión a primera hora de la mañana, en una reunión  del staff,….). es mejor ser inclusivo y abierto salvo que el problema sea de índole personal.

3.- Pensar en diversas formas de presentar el obstáculo al equipo  para que lo vean como algo que puede ser resuelto si todos colaboran y trabajan juntos. En esta fase se puede utilizar la técnica de mindmapping.

4.- Anticipar nuevos obstáculos que puedan surgir durante la reunión, como por ejemplo la falta de sugerencias por parte de un miembro del equipo o que interpreten que ese no es su problema.

5.- Recordar aquellos rasgos que los millennials esperan de su líder y actuar en consonancia.

Los millennials son realistas y optimistas por naturaleza y quieren conocer las decisiones que se tomen, sean buenas o malas. Para ellos es la experiencia y la curva de aprendizaje lo que cuenta. Una vez que una decisión ha sido tomada e implementada desean  saber lo que pueden aprender de la resolución del obstáculo y cómo lo pueden hacer mejor la siguiente vez que se presente. Es conveniente mantenerles al día del progreso de los proyectos y ser honestos con ellos sobre lo que funciona y especialmente sobre lo que no lo hace. No hay que suavizar y disfrazar  los resultados si no son los esperados. De lo que se trata es de conocer el proceso y al final contar con la experiencia, el aprendizaje y el crecimiento que éste puede ofrecer. Aunque la decisión falle siempre será una oportunidad de aprendizaje.

Como conclsuión la autora plantea que el líder que necesitan los millennials sería un LÍDER “NODAL” que sería la persona que es central para que  la información fluya entre los diferentes miembros del equipo, la que interacciona con todos y está ligada a todo el equipo y sin la cual el circuito dejaría de funcionar.

El líder “nodal” entiende a cada uno de los miembros de su equipo, conoce sus fortalezas y debilidades, su  dinámica dentro del equipo, como funcionan, sus diferentes perspectivas y les facilita un entorno seguro en el que todos pueden dar su opinión y hablar de sus ideas sin miedo ni repercusiones. Al mismo tiempo es responsable de tener la visión global para alinear las metas del equipo con las de la organización y de asegurarse que todo el equipo está conectado con el propósito de la misma.



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