Ranya Nehmen en “The chamaleon leader. Connecting with millennials”, que estamos comentando, plantea que entre las 9 características que demandan
fundamentalmente los millennials en sus líderes , además de la capacidad de
comunicación, tenemos:
II.-
HONESTIDAD
La sinceridad, honestidad
y transparencia son rasgos que los millennials aprecian. Puede ser el resultado
de crecer en un mundo online en el que no existe un lugar para ocultarse y en
que su sentido de privacidad está alterado, pero si hay algo a lo que esta
generación siente que tiene derecho es a la información. Por ejemplo, si sabemos
que previsiblemente se van a tener que producir cambios en un proyecto que
estemos realizando con nuestro equipo debemos comunicarlo o si un miembro del mismo está esperando una
promoción y ésta no se va a producir debemos informarle. Con gran frecuencia
los millennials se sienten desanimados con su entorno laboral porque perciben
que sus líderes no son abiertos y honestos con ellos lo que propicia su
distanciamiento emocional.
Uno de los aspectos que
más valoran de la honestidad es el de la autenticidad, que en el campo del
liderazgo implica que el líder no se avergüenza a la hora de admitir sus fallos
y errores. Cuando los millennials sienten que sus líderes son humanos como
ellos mismos se sienten conectados emocionalmente con ellos. Como ejemplo es
famoso el discurso de Steven Jobs en la Universidad de Stanford en el que admitía
que esa era la ocasión en la que había estado más cerca de una graduación
universitaria, para pasar a contar las razones por las que había abandonado sus
estudios universitarios.
Un líder auténtico no teme hablar de sus equivocaciones, sabe que el hacerlo es un signo de Fortaleza y no de flaqueza.
III.-
RESPONSABILIDAD
Los millennials quieren
que sus líderes se responsabilicen de sus elecciones, conductas y acciones. Éstos,
en este sentido, deben hacerse las siguientes preguntas:
a).- ¿Soy honesto a la
hora de compartir información con mi equipo y mis clientes?
b):- ¿Estoy actuando
tal como soy realmente o trato de aparentar algo que no soy, con falsos pretextos?
c).- ¿Son mis motivos
sinceros?
d).- ¿Estoy dispuesto a
culpar a los demás para evitar ser censurado? o ¿Dejo que otros sean
responsabilizados y castigados por cosas que son de mi responsabilidad?
En el entorno laboral,
con frecuencia, parece que olvidamos que “con el poder viene la responsabilidad”.
Cada vez más parece que estamos viviendo en una cultura de echar las culpas a
los demás en la que los individuos y las organizaciones con toda naturalidad
intentan evadirse de sus responsabilidades y buscar alguien a quien culpar en
lugar de mostrar algo de integridad y reconocer sus desastres.
Los millennials
aprenden a ser responsables por el ejemplo de sus líderes. Desean sentirse
orgullosos de las personas con las que trabajan. Cuando, como líderes,
modelamos un comportamiento responsable, cuando cumplimos nuestras promesas y
cuando somos responsables de nuestros actos, estamos promoviendo una conducta
positiva en nuestros millennials, si no lo hacemos si no existen consecuencias por la
irresponsabilidad y renegamos de nuestras actuaciones estamos mandando un
mensaje a la organización de que la falta de responsabilidad por nuestras
acciones es tolerable lo que fomenta la mediocridad y la ineficiencia y no contribuye a un
entorno de trabajo positivo. Como decía Winston Churchill: “El precio de la
grandeza es la responsabilidad”.
Esta generación no sólo
espera acepten la responsabilidad de sus propios actos sino que, también, les
exijan a ellos ser responsables de los
suyos. Un estudio realizado por Gallup en 2016 encontró que el grado de
compromiso de los millennials se acercaba solo al 29% mientras que si sus
líderes les daban autonomía y les hacían responsables de sus acciones el
compromiso ascendía a un 56%.
La autora recomienda seguir
estos pasos para ser más responsables:
1.- Marcar unos
objetivos y metas claras de lo que se tienen que conseguir. Hacerlo de forma
breve, directa y visualmente atractiva.
2.- Definir los roles, responsabilidades
y criterios de las mismas para cada miembro del equipo.
3.- Establecer unos
plazos claros.
4.- Describir cómo el
proyecto u encargo contribuye a alcanzar las metas de la organización.
5.- Realizar un
seguimiento regular del estado del proyecto, pero sin microgestionar. Felicitar
si se está en el buen camino y permitir la búsqueda de soluciones alternativas
si este no es el caso.
6.- Estar presentes y
prestar apoyo si surgen preguntas durante el camino. Jugar el papel de mentor y
coach y hablar con los participantes en el proyecto, optando por un enfoque
participativo y colaborativo, no por uno autoritario y condescendiente. El
objetivo es lograr tener un compromiso mutuo para actuar.
7.- Permitir que los
profesionales se sientan propietarios del proyecto y hacerles responsables del
cumplimiento de la parte que tienen asignada.
8.- Admitir nuestra
responsabilidad personal si malinterpretamos algo en una conversación o si
cometemos un error.
9.- Comunicar con
tiempos cuáles son los nuevos pasos a seguir o las consecuencias de un
incumplimiento de los plazos.
10.- Mostrar continuamente
nuestra responsabilidad celebrando o afrontando los resultados.
IV.-
CAPACIDAD DE MOTIVACIÓN
La motivación es una
cuestión delicada. La pregunta que nos hacemos en relación a ella es si podemos
motivar a alguien. En su nivel más básico la motivación facilita a las personas
la razón para hacer algo.
Los millennials la
consideran uno de los factores más
importantes que esperan de sus líderes, ya que para permanecer en un trabajo y
no buscar cambiar necesitan sentirse motivados. Estas motivación puede depender
de las metas y misión de la organización. Por ejemplo, el propósito social de
la compañía forma parte de un entorno de trabajo positivo y colaborativo. Pero
la motivación debe venir, fundamentalmente de un liderazgo adecuado.
Motivar a un equipo o a
un individuo no es tarea fácil. La clave para motivar a los millennials está en
ayudarles a tener éxito, lo que implica a dos factores fundamentalmente:
a).-
Mentoring. Los millennials responden positivamente a la
colaboración, participación y diálogo mutuo. Ser mentorizados es muy importante
ya que sienten una gran necesidad de establecer relaciones en las que exista respeto mutuo.
Un buen mentor debe
involucrarse en su desarrollo de carrera, tanto en su puesto actual como en los
sucesivos, guiando y aconsejando cuando lo necesiten, facilitando regularmente feedback
sobre su desempeño y sobre cómo mejorarlo. Tiene, además que preocuparse
realmente por su bienestar y e inspirarle a lo largo del camino. Si los
millennials piensan que pueden confiar en su líder y que éste les va a ayudar
en su camino hacia el éxito, su lealtad, compromiso y productividad no tendrán
límites.
Según la encuesta sobre
los millennials realizada por Deloitte en 2016 si los jóvenes profesionales
cuentan con un mentor en su organización tienden a permanecer en ella más de cinco
años, mientras que los que no disponen
de uno la abandonan antes con mucha más frecuencia( un 50% más). Por tanto el
mentor es crucial no solo para desarrollar habilidades sino para retener a los
profesionales.
Al actuar como mentor
el líder tiene que tener cuidado de tratar a los millennials como compañeros
que mantienen una conversación y no tratar de sermonearles o mirarles por
encima del hombro.
b).-
Oportunidades. Para los millennials el contar con
oportunidades de aprendizaje y crecimiento es clave para mantenerles
comprometidos. El desarrollo profesional y la formación estar siempre
disponibles ya que constituyen un importante factor motivador para esta
generación.
Como líderes
necesitamos adoptar una actitud seria para ayudarles a construir sus competencias
de forma que sea consistente con sus ambiciones en relación a su carrera
profesional al tiempo que genere una cantera de talento para la organización.
En términos prácticos
esto implica la necesidad de crear un entorno de aprendizaje. Una vía de
hacerlo es a través de la provisión de oportunidades de aprendizaje en el
trabajo y de formación online. El informe de Gallup de 2016 mostraba que
aprender en el trabajo es importante para la mayoría de los millennials ( para
un 87% de los encuestados) ya que quieren aprender de sus compañeros tanto como
de los expertos en su sector de actividad. Por otra parte, la formación online
les permite el acceso a los conocimientos que necesiten en el momento en que
los necesiten desde múltiples vías, lo que les facilita flexibilidad tanto en
tiempo como en localización. Como nativos digitales los millennials están menos
interesados en las metodologías más formales de aprendizaje, fundamentalmente
presenciales, ya que pueden acceder a cualquier información normalmente desde
la comodidad de sus casas y de esta forma controlar cuándo y dónde adquieren
los conocimientos.
El líder debe ser
proactivo y ofrecer oportunidades para que los profesionales puedan acceder a
responsabilidades y tareas que les permitan ir incrementando sus conocimientos
y experiencia.
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