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miércoles, 3 de febrero de 2021

CÓMO OFRECER FEEDBACK EFICAZMENTE

 


Therese Huston en MIT Sloan Management Review del pasado 20 de enero plantea que diversas investigaciones muestran que el feedback constructivo es más eficaz cuando manifestamos nuestras buenas intenciones verbalmente.

Ofrecer un feedback constructivo es esencial para ser un buen directivo y compañero de equipo pero darlo puede ser complicado. Cuando es de índole negativa podemos caer en la tentación de guardarlo para nosotros mismos, por no querer dañar los sentimientos de la otra persona o porque trabajemos en una organización en la que solo se dicen las cosas agradables. Pero callarnos no es la única opción ya que distintas investigaciones han encontrado que existe otro método que puede suavizar la forma en que los demás pueden percibir un feedback negativo: comenzar diciendo cuáles son nuestras buenas intenciones.

Leslie John y sus colaboradores han estudiado la forma en que las personas respondemos cuando escuchamos algo que no queremos oír. Sus investigaciones revelan buenas y malas noticias para los que ofrecen feedback:

a).- Las malas noticias son que las personas no solo sentimos un momento de intensa aversión cuando alguien nos critica, sino que asumimos que el que nos está dando el comentario constructivo tiene un motivo ulterior, con frecuencia malévolo. Podemos pensar que si este es el caso es mejor no decir nada, pero si no lo hacemos es probable que la persona no modifique su comportamiento. Si decimos algo, en cambio, tenemos la oportunidad de ayudar a nuestros colaboradores y compañeros y de mejorar la cultura de la organización.

b).- Las buenas noticias son que expresar nuestras buenas intenciones cambia la forma en que las personas escuchan lo que tenemos que decir después. John y sus colaboradores encontraron que cuando tranquilizaban a las personas diciendo “deseo lo mejor para ti” antes de hacer un comentario poco grato, éstas percibían al que les estaba hablando como una persona más agradable y no solían rechazar las posibles críticas.

Por tanto es conveniente para asegurar a los demás que tenemos buenas intenciones además de las palabras que decía Leslie John en su experimento, podemos decir: “Quiero que tengas éxito y ahora mismo veo algo que puede estar interfiriendo en tus posibilidades”. Lo mejor es que las buenas intenciones sean específicas para esa persona, por ejemplo a una persona que se dispersa mucho en las reuniones podemos decirle: “Quiero asegurarme de que las personas te escuchen en las reuniones porque tus ideas son muy buenas pero pienso que ahora mismo algunas personas no te escuchan y desconectan cuando hablas”, luego podemos añadir que en la reunión de esa mañana habías percibido que los compañeros cuando él estaba proponiendo una idea estaban mirando sus móviles.

Debemos comentar nuestras buenas intenciones aunque nos parezca algo embarazoso e innecesario, pero son unas pocas palabras que pueden marcar una diferencia en el resultado que queremos obtener.

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