LaRae Quy en SmartBrief on Leadership del pasado 21 de Julio plantea que las personas están
experimentando muchos tipos de estrés en la actualidad en la actualidad, por la
pandemia y por múltiples causas.
Un estudio reciente ha
mostrado que 65,9% de los encuestados manifestaban tener mayores niveles de estrés
y un 57,2% mayores niveles de ansiedad desde la aparición de la pandemia. Los
factores que más preocupan y generan estos niveles son: COVID- 19 y los
problemas de salud que conlleva, la situación económica, el confinamiento, la
soledad y el aislamiento social y los temores sobre la seguridad de mantener el
trabajo.
Las personas se encuentran
en un punto crítico. Sus preocupaciones y ansiedad están afectando su desempeño
en el trabajo, lo que se convierte en la razón de gran parte de su estrés,
llegando a condicionar su vida personal y convirtiéndose en un círculo vicioso.
Por ejemplo investigaciones realizadas en la Universidad de Illinois
encontraron que cuando el profesional recibe correos irrespetuosos en el
trabajo les genera negatividad que con frecuencia trasladan a su vida personal.
Los profesionales
necesitan tener líderes con empatía que sean capaces de conectar con ellos de
forma significativa. Existen cuatro razones científicas que muestran que la
empatía es la competencia de liderazgo más importante:
1.- Investigaciones han
mostrado que la empatía no es una competencia “blanda” sino una respuesta
basada en la neurobiología. Las imágenes de resonancia magnética pueden
demostrar como un mecanismo de transmisión en el cerebro permite que a los
individuos empáticos puedan reproducir de forma inconsciente las posturas y
gestos de los demás en mayor grado que aquellos que no son empáticos.
Diversos estudios
demuestran que cuando las personas inconscientemente reproducimos las acciones
y expresiones faciales de otros, nuestras mentes reflejan los circuitos
neuronales que producen expresiones de alegría, disgusto, ira, dolor y otras
emociones. Los observadores sienten lo que otros sienten hasta un cierto grado:
por ejemplo la frase “siento tu dolor” puede ser algo más que un comentario
hueco.
Las diferencias
étnicas, raciales, religiosas y físicas pueden inhibir la empatía, pero la
capacidad de ver la situación de una persona desde su punto de vista puede
vencer a prejuicios no intencionales, por lo que si logramos valorar a personas
que son distintas a nosotros, repentinamente veremos similitudes escondidas.
Las neuronas espejo en
nuestro cerebro se activan cuando vemos una emoción expresada en la cara de la
otra persona. Reproducir sus expresiones faciales y posturas corporales
comunica de forma instantánea empatía y señala que comprendemos sus
sentimientos.
2.- Ser naturalmente empático implica ser curioso. Como
líderes ya sentimos curiosidad sobre cómo lograr que el entorno de trabajo sea
más colaborativo y nos preocupamos por los resultados y eficiencia. La curiosidad
y el deseo de mejorar continuamente y hacerlo mejor son rasgos de las personas
que tienen éxito, por lo que dedican esfuerzos a aprender algo nuevo sobre las
personas que les rodean, haciendo preguntas y escuchando para obtener perspectivas
exclusivas. Todo esto requiere humildad, porque la humildad reconoce que no
saben todo y conduce a la empatía y compasión.
Distintas
investigaciones sugieren que la expresión “sed de conocimiento” tienen sus
raíces en la neurociencia porque la adquisición de información activa la
corteza cerebral prefrontal por lo que cuando nos mostramos más curiosos
podemos recordar más información, no solo las respuestas a las preguntas.
La curiosidad es una
poderosa herramienta de liderazgo por lo que el líder debe preguntarse primero
si siente curiosidad por sus colaboradores y si conoce sus esfuerzos y
ansiedades y si la respuesta es negativa debe cuestionarse porqué es así. Luego
tiene que hacer lo mismo con los
profesionales a su cargo, especialmente los que tienen algún tipo de responsabilidad
directiva.
3.- Cuando el burnout
se ha instalado las habilidades empáticas pueden contrarrestar muchas de las
emociones que nos agotan porque ayudan a crear un entorno positivo. Para
promover la positividad los líderes empáticos necesitan realizar una evaluación
honesta de las metas, fortalezas y debilidades junto al reconocimiento de dichas
revelaciones.
La empatía es algo más
que un enfoque para sentirnos bien. Un estudio reciente ha encontrado que
tienen efectos positivos en tres áreas clave:
a).- Innovación. Cuando los
profesionales tienen líderes empáticos son más innovadores (61% manifestaban
esta opinión).
b).- Compromiso. El 76% de las personas
que experimentaban la empatía de sus líderes se sentían más comprometidos y
prosperaban en su trabajo.
c).- Reducción del burnout. Evidente
fundamentalmente, en el estudio, en el
caso de personas de color.
Las circunstancias de
la vida han cambiado para todos y los líderes deben reconocer y comprender esos cambios y, por
ejemplo: fomentar las reuniones cara a cara, preguntar por la salud y la
familia, prestar atención, reconocer las contribuciones especiales en el
trabajo, preguntar lo que los demás necesitan para hacer bien su trabajo o
expresar interés por el bienestar de sus colaboradores.
4.- La empatía implica
permitir que las experiencias de los demás resuenen en nosotros y responder de
forma apropiada. Cuando mostramos a los demás que nos preocupamos, estamos
mostrando que somos compasivos, lo cual no quiere decir que vamos a dejar que
nos avasallen. Para demostrar interés debemos comenzar por callarnos y escuchar
atentamente, dejando a un lado lo que esté sucediendo en nuestras vidas en ese
momento, permitiendo que los demás expongan cómo se sienten y esperando unos
segundos antes de responder.
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