Julie Winkle
en SmartBrief on Leadership del pasado 14 de Julio plantea que tal como
demuestra un estudio realizado recientemente el 87% de los responsables de
recursos humanos identificaban la retención de los profesionales como la
primera prioridad, para sus departamentos, en los próximos años.
Las organizaciones
y los líderes se han visto obligados a superar numerosos frentes abiertos en
los últimos dos años y medio: nuevos modelos de negocio, plataformas de
distribución creativas, fuerzas laborales dispersas, etc. Han surgido muchos
cambios pero, en muchas ocasiones, nuestros modelos mentales y mitos siguen
siendo los mismos, por lo que, como líderes, tenemos que adaptarnos a la realidad del
entorno laboral de 2022 y para ello modificar una serie de presunciones
trasnochadas, en relación fundamentalmente con:
1.- La importancia del dinero. Antiguamente
considerado como un factor motivador
primario del comportamiento en el trabajo, ya no es, actualmente, la panacea
ante determinados problemas. Ofrecer una mayor retribución económica a los
profesionales ya no es necesariamente suficiente para retener al talento.
Esto no
quiere decir que los trabajadores no sigan esperando recibir un salario justo,
pero buscan algo más de su trabajo y de las organizaciones en las que prestan
sus servicios. Desean que éste tenga un sentido y están más dispuestos a
permanecer en el trabajo si piensan que su empleador también tiene un propósito
que vaya más allá de incrementar sus ganancias. También quieren que su
organización tenga un código ético y prosocial, estando dispuestos a rechazar
ofertas de trabajo con altas remuneraciones de empresas que no actúen contra el
acoso sexual, por ejemplo.
En este
sentido para descubrir lo que motiva a las personas debemos preguntarnos si
comprendemos lo que realmente motiva a cada uno de nuestros profesionales,
cuándo fue la última vez que consideramos y discutimos el propósito de la
organización el papel de los empleados
para alcanzarlo y cómo podemos aprender más sobre las dimensiones de la cultura
de la organización que son conflictivas para los profesionales.
2.- La flexibilidad. Se está convirtiendo en uno
de los factores fundamentales en la retención del talento. Las organizaciones que
ofrecen la posibilidad de trabajo en remoto tienen un 25% menos de rotación y
dedican menos tiempo a contratar nuevos profesionales. Por tanto encontrar
fórmulas que permitan una mayor autonomía sobre dónde y cómo trabajar no es
solo bueno para las personas, también lo es para la organización. Para ello
podemos preguntarnos cómo nos sentimos en relación con el trabajo en remoto y
si esos sentimientos están afectando la forma en que consideramos la flexibilidad
en el entorno laboral, si estamos haciendo todo lo posible para facilitar la
autonomía que los empleados desean y si además del lugar del trabajo existen
otras dimensiones del trabajo que pueden ofrecer a los profesionales
posibilidades de flexibilidad.
3.- El reconocimiento y feedback. Según un
reciente informe de MCKinsey el 52% de los empleados que han abandonado en los
últimos tiempos sus trabajos creían que no habían sido bien valorados por sus
jefes y los profesionales que no sienten que sus contribuciones son reconocidas
tienen un 50% más de probabilidades de buscar un nuevo rol.
Por esta
razón muchas organizaciones están abandonando el enfoque de la evaluación y
reconocimiento anual para recurrir, también, a frecuentes conversaciones más
informales. Este tipo de diálogos contribuye a generar empatía, demuestra una
preocupación y generan los sentimientos positivos que conducen a la retención
de los profesionales.
Para comprobar
si estamos dando respuesta a esta demanda podemos preguntarnos si creemos que
nuestros empleados se sienten valorados sinceramente por nosotros, cuándo ha
sido la última vez que hemos ofrecido feedback informal y cómo podemos asegurar
el flujo continuo de reconocimiento y feedback que los profesionales ansían.
4.- La paciencia. Antiguamente los
profesionales sabían que debían tener paciencia y que con el tiempo irían
adquiriendo nuevas responsabilidades y promociones. Era una inversión para el
futuro. Pero en la época actual este contrato de lealtad ya no existe y los
empleados son conscientes de la rapidez con la que todo cambia y que el futuro
no va acompañado de promesas. Por este motivo los profesionales buscan asegurar
que la experiencia actual garantice sus necesidades y si no lo hace tienen
opciones a las que recurrir. En esta situación los líderes que dan importancia
a las pequeñas cosas además de al momento presente estarán más preparados para
ayudar a que las personas prosperen en el entorno actual.
Las
preguntas que debemos hacernos para ver si estamos dando respuesta a esta demanda
nos plantean si estamos preparados para afrontar y reconocer los obstáculos a los
que se enfrentan los profesionales, cuáles son los pasos que estamos dando para
garantizar una experiencia del empleado atractiva y que favorezca la retención
y si nuestro proceso de captación e incorporación resulta atrayente e
inspirados a los nuevos empleados.
Los líderes
que sean capaces de cuestionar sus creencias podrán cambiar con los tiempos,
adaptarse a los momentos y ofrecer a los profesionales una experiencia que
conduzca a una mayor satisfacción, retención y resultados.
artículo muy interesante, gracias por compartir consejos
ResponderEliminarinformativos.