David Sinkinson en
fastcompany.com del pasado 23 de octubre plantea que como especie adoramos los
ejemplos en los que hay que elegir entre blanco y negro por lo que tendemos a
gravitar hacia los extremos. Buscamos claridad por lo que somos capaces de
afrontar mejor las situaciones si, por ejemplo sabemos con tiempo que vamos a
tener que trabajar con un “cretino alfa, pero competente ” o con un “tonto, aunque adorable”. Y, con mayor
frecuencia elegiremos al “cretino alfa” porque en el mundo de los negocios se
recompensa el tesón y la crueldad y falta de compasión, ya que son aspectos
clave del capitalismo: competir mejor, aplastar a la competencia y ganar a
cualquier costa. Admiramos a los cretinos competentes porque consiguen que se
haga el trabajo y creemos que hacen lo que tienen que hacer para ganar, lo que
es crítico para la supervivencia de la compañía en el mundo de los negocios. En
ocasiones hasta nos parece que no existe otra vía.
Los sorprendente es que
los cretinos competentes no son “alfas”, ya que éstos son muy distintos a la
imagen que tenemos de ellos, por lo que tenemos que liberarnos de la percepción
tradicional que existe sobre ellos, para lo que tenemos que reflexionar sobre
los siguientes mitos:
MITO1:
PENSAMOS QUE SABEMOS LO QUE ES UN “ALFA”
Si visualizamos un “alfa”
tradicional en el trabajo seguramente estamos pensando en el equivalente a un
gorila: grandes personalidades con enormes egos, que persiguen sin piedad sus
intereses profesionales, en nombre de su carrera y de su empresa. Demandando de
sus equipos el que sean casi perfectos y teniendo cuidado de no incurrir en el
tremendo error de fallarles o de meternos en su camino, ya que nos expulsarían
de éste sin ningún remordimiento ya que, para ellos, el fin justifica los
medios.
Esta visualización
es a la vez correcta e incorrecta. Este cliché
sobre los “alfa” fue originariamente acuñado por Newt Gingrich después de leer “Chimpanzee politics”,escrito por el
primatólogo Frans de Waal y de pensar que las lecciones obtenidas del
libro servirían para “endurecer” a los congresistas novatos. De Waal destaca que los chimpancés “alfa” no
son generalmente los más fuertes, pero si son los más capaces de establecer
coaliciones, ser generosos con los demás y mostrar empatía, procurando mantener
la paz. Lo hacen porque comprenden que el camino más rápido hacia la cumbre y
de mantenerse es construir una coalición colaborativa con sus tropas.
Por tanto, hacen lo que
sea para mitigar disputas sin prejuicios, consolar a los miembros de su tropa
en tiempos difíciles y para conseguir que crean y confíen en ellos. Empatizan y
lideran con el ejemplo, por lo que son el jefe que todos desearíamos tener. Son
líderes inspiradores, por lo que a la hora de pensar en líderes y
comportamientos “alfa” nos tenemos que centrar en las conductas no tóxicas.
MITO2:
LOS “ALFA” EN EL TRABAJO SON LOS QUE CONSIGUEN LAS COSAS, GRANDES LÍDERES Y SON
LOS QUE OBTIENEN MÁS DE SUS EQUIPOS
Tenemos que hacernos la
siguiente pregunta: “Son los cretinos competentes más eficaces que sus
compañeros que no lo son? ¿Su ego y actitud despiadada se combinan para generar
una estrategia de negocio potente que obtiene mejores resultados? La mayor
parte del tiempo las respuestas son negativas y no solo no consiguen en
ocasiones los resultados esperados, sino que pueden arruinar a sus
organizaciones.
Cuanta más presión tengan
los “alfas” para la obtención de altos rendimientos más variarán su estilo de
liderazgo de constructivo y retador a intimidados y hasta abusivo. Las organizaciones
se convierten en disfuncionales cuando sus profesionales evitan tratar y gestionar
a los complicados “alfas” y en cambio trabajan alrededor de ellos o les alaban
de boquilla. Los 2alfa” tradicionales, de esta forma se convierten en bullies,
con sus efectos negativos sobre su organización.
MITO3:
CONVERTIRSE EN UN “ALFA” EN EL ENTORNO LABORAL ES EL RESULTADO IDEAL PARA
CUALQUIER PROFESIONAL
Si consideramos los dos
primeros mitos juntos, el tercero será que tenemos que desear convertirnos en
un “alfa” tradicional, lo cual hemos visto que es erróneo. Lo que sí tenemos
que ser es “alfas” reales, liderando por el ejemplo, con empatía y construyendo
coaliciones. Debemos tratar de que nuestros profesionales saquen lo mejor de sí
mismos y buscar oportunidades para colaborar e invertir en las personas como
personas. Cualquier equipo que esté formado por profesionales que se preocupen
por las metas de su organización y por sus clientes va a ser más competitivo y
a tener más éxito.
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