John C. Maxwell en “High road leadership. Bringing
people together in a world that divides”, que estamos comentando, plantea que el mejor camino para liderar y vivir es el que nos eleva y lleva
hacia arriba, ya que presenta muchos beneficios
prácticos que producen mejores resultados:
1.-
UNIR A LAS PERSONAS
Este tipo de líderes no
se centra en el cisma entre las personas. Se centran en las conexiones entre
ellas. Construyen puentes en lugar de muros. Encuentran el terreno común para construir
puentes para llegar hasta donde las otras personas están. Confían
intencionadamente en los demás y dan pasos hacia ellos, estando dispuestos a
dar primero, servir primero y construir primero. Saben que estos son los pasos
que tienen que dar para crear mejores relaciones, entornos laborales, comunidades,
ciudades y culturas.
2.-
SACAR LO MEJOR DE LAS PERSONAS
Este tipo de liderazgo
se ocupa de valorar a las personas de acuerdo con su potencial. Cuando creemos
lo mejor de las personas y les damos lo mejor que podemos ofrecerles,
obtendremos lo mejor de ellas. Cuando valoramos a las personas y les añadimos
valor, creamos un mundo de valor. Si queremos ser este tipo de líderes debemos
dar más de lo que recibimos e intentar tratar a las personas en sus días buenos
igual que en sus días malos. Es verdad que algunas personas intentarán
aprovecharse de nosotros pero ese es su problema. Los líderes que siguen el
camino que les eleva no se enfadan o tratan de vengarse, se limitan a seguir
adelante y a trabajar con aquellos que desean convertirse y dar lo mejor de sí
mismos.
3.-
CREAR GANADORES, SIN CREAR PERDEDORES
Cada vez más líderes en
la actualidad consideran el liderazgo como un juego de suma cero, donde la
única forma de asegurarse que ganan es lograr que la otra persona pierda.
Cuando elegimos el camino “hacia arriba” no intentamos crear perdedores y no
consideramos cada desacuerdo como una guerra. Si definimos una ganancia como “dar
primero”, no podremos perder y podremos sentir placer al ayudar a los demás a
mejorar ellos mismos y su situación. Podemos procurar asegurarnos de que la
otra persona gana primero y, si recibimos algo a cambio, estaremos creando una situación de ganar- ganar.
4.-
DESTACAR COMO LÍDER AL SEGUIR EL CAMINO MENOS TRANSITADO
Si elegimos ser este
tipo de líderes estaremos siguiendo el camino menos transitado. Mientras
estamos sirviendo a los demás y uniéndoles, otros líderes estarán sirviéndose a
sí mismos. La mayoría estarán viajando por el camino central y los peores lo
harán por el que va “hacia abajo”. Al seguir el camino “hacia arriba” el líder
destacará porque sus acciones serán muy diferentes a las de los demás y atraerá
a las personas hacia él, porque la mayor parte de las personas desean pasar
tiempo con líderes que sean positivos y generosos.
5.-
TENER UNA VIDA CON UN SIGNIFICADO IMPORTANTE
Cuando nos centramos
solo en nosotros y en lo que podemos
lograr en nuestro beneficio, puede ser que tengamos éxito y esta es la vida que
muchas personas escogen. Pero el significado de nuestras vidas está ligado a
ayudar a los demás y en hacer el mundo mejor. Si trabajamos para ver las cosas
desde las perspectivas de los demás, si hacemos el esfuerzo de añadir valor
para ellos y empezamos a ayudarles independientemente de si nos beneficia,
nuestra vida será más plena.
El
autor recomienda hacer lo siguiente si queremos ser un líder que sigue el camino
“hacia arriba”:
1.- Unir a las personas
2.- Valorar a todas las
personas
3.- Reconocer nuestra
humanidad
4.- Hacer las cosas
correctas por las razones correctas
5.- Dar más de lo que
recibimos
6:- Desarrollar nuestra
capacidad emocional
7.- Poner a las
personas por encima de nuestra propia agenda
8.- Abrazar la
autenticidad
9.- Ser responsables de
nuestras acciones
10.- Vivir con una
actitud abierta
11.- No llevar la
cuenta de lo que damos
12.- Desear lo mejor
para los demás
Este tipo de liderazgo
requiere paciencia. Unir a las personas requiere tiempo, pero mantenerse en
este camino merece la pena. Aunque existan ocasiones en las que tomemos malas
decisiones o nos comportemos como si estuviésemos en el camino “hacia abajo” ,
no debemos sentirnos avergonzados y cuando pensemos que hemos hecho algo mal
debemos admitir nuestra falta, pedir perdón e intentar hacer lo correcto, si podemos,
lo que nos volverá a poner en el buen camino.
1.-
UNIR A LAS PERSONAS
La forma más rápida y probada
de unir a las personas en un mundo que busca la división es encontrar un
terreno común. Cuando lo encontramos creamos vías de ir hacia adelante que no
existían antes y hacemos posible que las personas trabajen unidas para mejorar
su equipo, organización o sociedad.
Cuando los demás
construyan muros debemos buscar una puerta, si dicen que no existe nada en
común tenemos que doblar nuestros esfuerzos para encontrar algo en común para compartir para así encontrar una forma de
crear una relación.
Los líderes que siguen
este camino son conectores.
2.-
VALORAR A TODAS LAS PERSONAS
Implica:
a).-
Desear valorar a todas las personas. Para ello debemos creer
que todas las personas son valiosas y merecen ser tratadas con dignidad.
Valorar a las personas
no significa halagarlas o hacer que se sientan importantes, ni intentar
gustarles. Consiste en ver el valor de todas como seres humanos y ayudarles a
que sientan su valía y a que crean en sí mismas.
b).-
Creer en el potencial de todas las personas. Cuando creemos
que las personas pueden mejorar, alcanzar metas y hacer contribuciones al mundo
seremos capaces de valorarlas y de añadir valor invirtiendo en ellas. Para ello
debemos mostrar altas expectativas sobre ellas, invertir en su desarrollo, por
medio, por ejemplo de coaching, mentoring, formación,, etc Al hacerlo estamos
ofreciéndoles todo lo que nosotros podemos darles y va a depender de ellas el
que lo aprovechen o no. También tenemos que mantener conversaciones sinceras si
pensamos que no están procurando ofrecer lo mejor de si mismas o utilizando su
potencial.
Maxwell sugiere que si
queremos valorar a todas las personas y convertirnos en el mejor líder que
podamos ser debemos seguir los tres pasos siguientes:
A).-
DESARROLLAR UNA APRECIACIÓN HUMILDE DE NOSOTROS MISMOS
Ser conscientes de lo
que pensamos sobre nosotros mismos es la clave para entender cuál es nuestro
patrón mental en relación con los demás. Los líderes que siguen el camino hacia
arriba poseen un fuerte y sano sentimiento de su valía, siendo humildes al
mismo tiempo, lo que significa que no piensan demasiado en sí mismos ni se
creen que están por encima de las otras personas. Marilyn Gist define esta
cualidad como la “humildad del líder” y
la describe como la tendencia a sentir y mostrar una profunda consideración por
la dignidad de los demás.
Para valorar a las
personas debemos creer en nuestra propia valía. La forma en la que nos veamos
nosotros se va a trasladar y va a influir en cómo vamos a tratar a los demás.
Al tiempo que reconocemos nuestra valía tenemos que aceptar que no valemos más
que los demás.
B).-
CENTRARNOS EN LOS DEMÁS
Si deseamos mejorar
nosotros, nuestras relaciones con los demás y nuestro liderazgo debemos hacer
una elección y conscientemente comenzar a poner nuestro foco en los demás.
C).-
ACTUAR
Una parte vital del
proceso de cambio consiste en actuar para alcanzar cambios duraderos y para
ello debemos comenzar por modificar, si es necesario, nuestro comportamiento,
mostrando a las personas a través de nuestras acciones que las valoramos.
Para ello podemos
comenzar reconociendo a los demás con palabras amables, buscando terreno común,
por medio de preguntas, identificando el valor que tienen y mostrándoselo, encontrando
formas de añadirles valor y tratándoles con dignidad.
Valorar a las personas
es una acción intencionada, para la que se requiere voluntad para hacerlo.
Al principio cambiar
nuestras acciones para mostrar a las personas que las valoramos puede ser sentido
como una obligación, pero es necesario hacerlo porque si no lo hacemos no
cambiaremos.
Con el tiempo existe un
retorno positivo al hecho de valorar a los demás, fundamentalmente de tres
tipos:
a).- Relacional: al
valorar a los demás estamos generando mejores relaciones.
b).- Emocional: pocas
cosas son más gratificantes que el ayudar a otras personas.
c).- Incremento de la
influencia como líder. Cuando nos preocupamos por los demás, les valoramos y
actuamos teniendo en cuenta sus mejores intereses, nuestra influencia aumenta
porque confían en nosotros y tienen un mayor deseo de trabajar con nosotros.
Al valorar a todas las
personas todos ganan.