Dave Coffaro en
SmartBrief on Leadership del pasado 18 de Julio plantea que cuando olas
tormentas de cambio se avecinan los equipos miran al líder para que les dirija.
Independientemente de
la nueva tecnología, estrategias o datos que tengamos a nuestra disposición los
principios fundamentales sobre cómo navegar durante los cambios no han
cambiado. Los líderes con frecuencia se ven desbordados por la búsqueda de la
nueva herramienta o modelo pero cuando las “aguas” se ponen turbias son los
principios atemporales los que mantienen al barco equilibrado. Éstos son:
1.-
Los líderes son los que marcan primero el tono
Cuando todo está
cambiando los miembros de los equipos instintivamente miran hacia arriba, hacia
su líder. Si el líder titubea, reacciona excesivamente o parece confuso la
disonancia se extiende con rapidez. El primer movimiento para navegar durante
un cambio es interno, no externo. El líder no va a poder liderar a los demás a
través de un cambio si no se ha preparado previamente. El autoconocimiento, la
regulación emocional y la capacidad de cambiar nuestros ajustes internos se
mantienen como aspectos cruciales y no negociables.
2.-
La claridad vence a la certidumbre
Con frecuencia los
líderes se atascan porque no tienen todas las respuestas. Pero el cambio
demanda no tanto certidumbre como claridad. Los líderes deben encontrar
serenidad y calma dentro del caos, no pueden esperar a que las aguas se calmen
para actuar.
Tratar de predecir cada
“ola” es fútil. En lugar de eso deben comunicar con claridad lo que saben, lo
que no saben y lo que es más importante en cada momento. Su labor no consiste
en predecir el futuro sino en aportar claridad al presente.
3.-
El movimiento es la norma, no la excepción
Seguimos considerando
al cambio como una modificación en la rutina cotidiana y no lo es, ya que es un
proceso continuo. La labor del líder consiste en construir equipos y sistemas
que prosperen dentro de los cambios.
4.-
La adaptabilidad es más importante que el dominio
No necesitamos dominar
todas las herramientas, pero si nuestra capacidad de adaptación. Los líderes
que se aferran demasiado fuertemente a las competencias que les hicieron
triunfar en el pasado con frecuencia tienen dificultades para liderar hacia el
futuro.
Esto no significa que descartemos
nuestra experiencia, sino ampliar su
ámbito. La adaptabilidad es una competencia esencial para el liderazgo.
5.-
El elemento humano es siempre fundamental
Todo trabajo de
transformación al final es humano. Podemos tener la mejor estrategia en el
mundo pero si nuestros profesionales se sienten inseguros sobre el camino hacia
el que se dirige la organización, confusos o poco comprometidos, la estrategia
no va a servir para nada.
Los líderes deben
mostrar empatía, estar presentes y fomentar la conexión, no olvidando que por
muy atractivas que las nuevas tecnologías y estrategias puedan parecer sin lsa personas
no se consigue nada.
6.-
Las herramientas cambian, los principios se mantienen
Podremos tener cada vez
herramientas, sistemas y datos más
sofisticados a nuestra disposición , pero no hay que confundir las herramientas
con los principios. Lo que nos mantiene a través de una tormenta es la firmeza
de la mano del líder en el timón.
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