Anne – Laure Fayard, John Weeks y Mahwesh Khan en
la edición de marzo – abril de Harvard Business Review, plantean que el
experimento natural que se ha visto forzado a vivir el mundo debido al
coronavirus demuestra que los académicos y visionarios de la tecnología que
habían estado hablando desde la década de los 80 del pasado siglo sobre las
posibilidades del trabajo a distancia no estaban exagerando. Investigaciones
anteriores a la pandemia establecían que algunos trabajadores en los ricos
países industrializados podían trabajar eficazmente desde sus domicilios y que
aproximadamente el 80% desearía poder hacerlo, al menos parcialmente. Después
de varios meses de teletrabajo los profesionales han aprendido, también, que la
mayor parte de las tareas se pueden abordar y que la mayoría de las reuniones
funcionan bien sin la presencia física en una oficina.
Cuando la comunicación tiene lugar en remoto la conexión es mucho más débil y las señales no verbales son más difíciles de captar, aunque las personas se puedan ver unas a otras a través de una pantalla. En los “momentos humanos” las personas con frecuencia se llenan de energía y normalmente van a empatizar entre sí, lo que supone un apoyo a la cultura organizacional y a la colaboración. Investigaciones de la neurociencia sugieren que la química de las personas en estos momentos humanos es distinta de la de los que son puramente transaccionales.
Muchos encuentros a
distancia están centrados exclusivamente en la tarea y libres de conexiones
emocionales. Las reuniones son importantes, pero no más que los “momentos humanos,
porque es con las relaciones y no con los meros actos de colaboración con lo
que se genera confianza. Diversos estudios han mostrado que las interacciones
frecuentes cara a cara conducen al compromiso, al apoyo y a la cooperación entre
los miembros de los equipos. Esta es la razón por las que muchas compañías
tecnológicas que se enorgullecen de realizar el 10%% del trabajo online siguen
manteniendo oficinas físicas.
2.-
LA OFICINA COMO ESCUELA
Cuando las
organizaciones se centran en el trabajo on line necesitan considerar el impacto
que puede tener en la forma en que se comparte el conocimiento. Gran parte
puede ser codificado y distribuido por sistemas de gestión del conocimiento a
todos los empleados, ya trabajen en una oficina o a distancia. Pero el
conocimiento realmente crítico para las organizaciones no se puede hacer
explícito. Si, por ejemplo, preguntamos a los trabajadores nuevos en cualquier
compañía dirán que aprendieron lo mismo al observar a sus compañeros y jefes y
al interaccionar con los distintos grupos de interés que al asistir a las
clases de orientación de nuevos empleados o de formación especializada, si no
más. Clásicamente este aprendizaje en el puesto de trabajo se realiza a través
de observar directamente lo que ocurre alrededor de ellos: “cómo se hacen las
cosas aquí”, especialmente de sus mentores.
La tecnología se
puede utilizar para facilitar este tipo de aprendizaje, pero en un entorno
laboral físico es más fácil. En septiembre de 2020 Jamie Dimosn, CEO de
JPMorgan Chase dijo que tras seis meses de trabajo en casa los empleados más
noveles estaban perdiendo los beneficios intangibles de estar juntos en una oficina
y del aprendizaje espontáneo y de la creatividad que surge del contacto humano.
Las personas solo tienen que estar separadas por una distancia de 50 metros
para que la comunicación decrezca.
3.-
LA OFICINA COMO CENTRO DE COLABORACIÓN NO ESTRUCTURADA
Cuando las personas
con distintas funciones y de distintos departamentos colaboran pueden
solucionar problemas complejos y generar nuevas ideas innovadoras. Esta colaboración
normalmente se genera por encuentros casuales, como por ejemplo alrededor de la
máquina de café o de la fotocopiadora, en las que las personas conocen e
identifican a otros con los que pueden trabajar o pedir su ayuda.
Aunque no podamos
planificar estas conversaciones informales podemos facilitar el que ocurran creando
espacios para ello.
Este tipo de
colaboración no estructurada requiere contacto personal cercano lo que no es
posible si las personas trabajan desde casa. También es difícil de alcanzar si
los compañeros están situados en el mismo edifico pero muy separados entre sí.
4.-
LA OFICINA DEL FUTURO
La tecnología
actualmente disponible no solo está facilitando el teletrabajo, también está automatizando
progresivamente gran parte las tareas rutinarias que tradicionalmente definían los puestos de trabajo de las personas. Juntos
estos dos factores están redefiniendo el significado del trabajo y el rol de
los empleados en las organizaciones. Cada vez más lo que estás necesitan de las
personas es su creatividad, y como hemos visto las personas son más creativas
cuando están juntas y pueden compartir “momentos humanos”. Por esta razón se
necesitan los espacios físicos, pero las oficinas del mañana tendrán que ser muy
diferentes de las actuales y tres aspectos las definirán, por lo que tendrán que:
a).- Estar diseñadas para los “momentos
humanos”. El
nuevo enfoque requiere un equilibrio entre la privacidad y el espacio abierto,
incorporando elementos que promuevan las interacciones sociales de muchos
tipos, desde una charla breve al lado de una escalera a los cotilleos en la
máquina de café. Entre estos elementos podemos tener una habitación donde unas
pocas personas se puedan reunir para preparar una presentación o una mesa
amplia de reuniones para que puedan sentarse alrededor de ella y puedan
compartir ideas entre sí y con todos los
que pasen cerca, por ejemplo.
b).-
Estar personalizadas para adaptarse a la tecnología. La
tecnología nos ha ayudado a llevar a casa trabajo que podemos realizar de forma
más eficiente en solitario. También nos puede ayudar a comprender mejor cómo
operamos socialmente y este entendimiento nos puede conducir a un diseño y a un
uso más eficaz de los espacios sociales.
La tecnología
puede, asimismo, apoyar las relaciones entre las personas que trabajan en sus
casas y las que trabajan en la oficina. Por ejemplo en la década d elos 80 del
pasado siglo investigadores de Xerox PARC crearon un espacio que combinaba
vídeo, audio y tecnologías de computación para apoyar las interacciones entre
sus laboratorios en Palo Alto y Portland. Esto permitía a los profesionales
concertar desde áreas de descanso unos con otros virtualmente. Experimentos similares
en el reino unido y en la Universidad de Toronto muestran que aunque sea un
contacto periférico entre las personas ayuda a las personas que trabajan en
remoto a sentirse más cerca a los que no lo hacen y viceversa.
c).-
Estar gestionadas para fomenten las relaciones. Los
directivos deben asegurarse de que cuando las personas vayan a trabajar a las
oficinas sientan que están autorizados a socializar y conectar con sus
compañeros. Además deben reforzar este comportamiento pasando tiempo ellos
mismos en las áreas comunes y participando en los eventos sociales.
Un ejemplo es la
consultora Frog que tiene oficinas o “estudios” en numerosos países que la compañía
utiliza para cementar las conexiones sociales entre sus profesionales y para enseñar a los
nuevos cuál es su cultura. Los rituales que promueven el aprendizaje van desde reuniones
los lunes por la mañana donde se discuten nuevos proyectos u otros temas de interés para los
profesionales a los miércoles de bienestar cuando, por ejemplo pueden recibir
los trabajadores clases de yoga a tiempo para compartir el café todas las
tardes o “happy hours” para los miembros del equipo y ocasionalmente para los
clientes.
Estos rituales
ofrecen la oportunidad a los empleados más jóvenes y más maduros para
mezclarse, compartir historias sobre sus proyectos y vidas e informalmente
pedir consejos. El trabajo y el aprendizaje fluye tanto en estos entornos como
en otros más formales.
Cuando todos volvamos
al trabajo en las oficinas será esencial evitar identificar el presencialismo
con el trabajo duro. Si volver a la oficina significa el realizar solo trabajo
individual y reuniones centradas en tareas se habrán perdido las lecciones positivas
aprendidas durante la pandemia y el desempeño y la cultura de la organización podrán
verse comprometidos. Para que esto no ocurra los líderes cuando estén en las
oficinas deberán ser un modelo del tipo de conductas sociales que quieren fomentar
en sus profesionales y procurar, también, que un día en la oficina no
signifique un día de reuniones, y que éstas deben incluir actividades que puede
resultar complicadas abordar a distancia como una sesión de brainstorming en la
que los participantes se mueven alrededor de una mesa. Asimismo las compañías
deben asegurarse de que sus empleados no estén siempre conectados si quieren
garantizar el compromiso y la creatividad. Hacer pausas puede resultar
complicado sobre todo si son monitorizados por software de vigilancia o si
están dirigidos por jefes que piensan en el tiempo en pantalla más que en un
resultado productivo.
Como conclusión los
autores exponen que como muchas organizaciones permiten a sus profesionales que
trabajen en remoto al menos durante parte de sus jornadas laborales merece la
pena recordar que la colaboración distributiva ya tiene una larga historia y lo
que ésta nos dice y nuestra experiencia contemporánea muestra es que la
infraestructura de apoyo, la tecnología y los procesos son necesarios pero no
suficientes para una colaboración productiva. Las personas seguimos necesitando
tener puntos de contactos personales que ofrecen oportunidades para aclarar y
alinear las expectativas, para refrescar reglas y prácticas laborales y para
construir o revivir la confianza. En un mundo que promueve y permite el trabajo
desde casa es muy importante volver a reunir a las personas en oficinas para
que puedan satisfacer esas necesidades humanas.
Actualmente un Secretaria online se le reconoce por cumplir con responsabilidades en una empresa siendo un empleado externo, algo así como un freelancer. Muchas veces son confundidos por asistentes personales, pero en realidad solo se ocupan de esa área en específico. Tienen una gran ventaja que es ofrecer sus servicios a distancia, ya que todo su trabajo se desarrolla en diversas plataformas en internet
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