Mark Mortensen en
INSEAD Knowledge del pasado 19 de junio plantea que el final de las disrupciones
en los entornos de trabajo causadas por la pandemia pasada ha originado una
serie de nuevos desafíos para las organizaciones. El principal ha sido el
establecimiento de nuevas políticas para una fuerza laboral que en gran parte
ha abrazado el trabajo flexible y ha expresado sus deseos de que esta situación
se convierta en algo permanente.
Pero las organizaciones
de diversos sectores han implementado el estricto retorno al trabajo
presencial, incluyendo los gigantes tecnológicos, lo que ha encontrado
oposición por parte de los profesionales. Por ejemplo, casi 30000 empleados de
Amazon se manifestaron contra esta política de retorno por medio de una petición
interna y los trabajadores de Apple, Meta y Google han realizado protestas
similares.
El equilibrio de poder
parece estar del lado del empleador ante la posibilidad de una recesión y el
creciente incremento del coste de la vida, pero debe ser consciente del
incremento de la competencia por atraer y retener talento.
Ante esta situación
compleja existe una necesidad creciente de acordar las nuevas reglas básicas de
los nuevos entornos de trabajo, que promuevan una cultura y ambiente que
fomente la retención y el compromiso de los trabajadores, así como el desempeño
organizacional.
Trabajando en
colaboración con Amy C Edmonson, el autor ha podido observar como la sencilla
estrategia adoptada por muchas organizaciones consistente en preguntar al
empleado lo que desea y tratar de concedérselo no es la táctica más eficaz. Por
ejemplo, el trabajo remoto tiene el inconveniente de que el trabajador se
siente menos conectado con la compañía, con lo que la lealtad se reduce. Por
tanto Mortensen y Edmonson han desarrollado la “Proposición de valor integrada
para el empleado” (iEVP) como un medio
para que las organizaciones puedan adoptar un enfoque más equilibrado al
proceso. El sistema holístico está compuesto por cuatro factores
interrelacionados: ofrecimientos materiales, crecimiento y desarrollo, conexión
y comunidad y significado y propósito.
Los cuatro factores se
mueven en diferentes dimensiones:, corto-largo plazo e individual vs colectivo,
pero deben ser tratados como partes de un sistema integrado y abordados de
forma holística para asegurar que el foco en uno de ellos no mina a los demás.
Muchas compañías
tienden a centrarse en los ofrecimientos materiales cuando intentan satisfacer
las necesidades de los empleados. Además de las compensaciones económicas esto
incluye aspectos como el espacio físico en la oficina, el equipo, ayudas para
el desplazamiento, flexibilidad, etc. Son importantes y no deben ser
menospreciados, pero considerados de forma aislada solo tienden a abordar los
aspectos materiales del trabajo que son relevantes para las personas en el
momento y para los rivales es sencillo imitarlos y hasta superarlos. Son, también,
los que tienen un efecto más fugaz en la retención. Las organizaciones deben,
por tanto, integrar estas ofertas inmediatas con otras soluciones a más largo
plazo.
Un segundo elemento de
iEVP es conceder a los empleados oportunidades para crecer y desarrollarse, por
ejemplo facilitando formación, promociones, asignación de nuevos roles, etc. Una
de las razones por las que las personas se mantienen en las organizaciones es
que pueden progresar en sus carreras, siendo una fuente de energía, compromiso
y realización personal que representa una parte importante del puzzle que las
compañías no pueden no considerar.
Un tercer aspecto del
iEVP es la conexión y comunidad – las conexiones entre los compañeros. Los lazos
sociales fuertes actúan como una red de apoyo crucial, promueven la
responsabilidad mutua y hacen que los profesionales se sientan apreciados y
valorados por quienes son. Como consecuencia surge una cultura inspiradora que
permite que las personas se expresen sinceramente y fomenta un profundo sentimiento de
pertenencia.
El cuarto elemento es
el desarrollo de un propósito que explique claramente lo que hacen los
empleados y por qué lo hacen. Prestar atención a este aspecto del iEVP puede
ayudar a asegurar la alineación entre los valores y objetivos personales de los
trabajadores y los de la compañía. Por ejemplo diversas investigaciones muestran
que los profesionales pueden estar dispuestos a aceptar salarios menores sin
hacen un trabajo que tenga un propósito y un significado importante para ellos.
El iVEP facilita un lenguaje común
para ayudar a los empleadores y empleados a reunirse y conversar. Pero su
implementación eficaz requiere compromiso, tiempo y esfuerzo para asegurar que
los cuatro elementos se abordan de forma holística, lo cual puede hacer
necesaria la reestructuración de los procesos internos ya que muchas organizaciones
gestionan los cuatro elementos de forma separada o secuencialmente.
El primer paso que tienen que dar los líderes es recoger y medir los datos sobre
lo lo que la compañía está ofreciendo en relación con los cuatro factores, sobre la forma
en la que los empleados los experimentan y sobre lo que éstos desean,
especialmente en términos del propósito, oportunidades de desarrollo y
comunidad.
Una vez obtenidos estos datos se pueden utilizar como base para las
conversaciones entre las distintas partes. La última fase para completar el
puzzle consiste en crear algo sostenible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario