Jack Fuchs, Scott Sandell y Vikram Shanker en la edición de noviembre – diciembre de Harvard Business Review plantean que cuando las compañías se enfrentan a decisiones
complicadas contar con principios bien articulados les puede ayudar a tomar mejores decisiones.
Los principios no son similares a los valores corporativos o a las
declaraciones sobre la misión, pero con frecuencia les sirven de inspiración. Facilitan
puntos de referencia y, en ocasiones destacadas reglas, sobre cómo una
organización debe perseguir su estrategia.
Los principios bien
redactados son claros y factibles y son fundamentales para la identidad de una
compañía y un factor clave de su estrategia para tener éxito. Su poder resulta
más evidente en momentos críticos cuando los empleados se enfrentan a
elecciones difíciles sin una dirección explícita de sus líderes. Si los
principios entran en conflicto los empleados pueden lidiar con ellos y
priorizarlos en el contexto de una decisión. Los principios operacionales con
frecuencia facilitan que los empleados puedan tomar decisiones de forma
independiente, al tiempo que se mantienen alineados con la misión de la
organización.
En el futuro la
necesidad de tomar decisiones complicadas crecerá al tener las organizaciones
que enfrentarse a realineamientos geopolíticos, al cambio climático y a los
incesantes avances tecnológicos. Los principios son necesarios para la
construcción de instituciones capaces de tomar decisiones óptimas en estos
entornos inestables.
Los autores, fruto de
su experiencia y conscientes de esta necesidad, han creado un práctico marco general
que cualquier organización puede usar para desarrollar principios y ponerlos en
práctica:
BASES
DE UN BUEN PRINCIPIO
Muchos individuos y
organizaciones utilizan los términos “valores” y “principios” de forma
intercambiable. Fusionarlos termina siendo una oportunidad perdida. Los valores
comunican un amplio sentido de lo que una organización considera que merece la
pena. Por ejemplo el código ético de Bekshire Hathaway promueve la honestidad,
la integridad, la orientación al largo plazo y el énfasis en el cliente. Los
valores son puntos de inicio importantes para crear la cultura de una compañía
y para destacar sus compromisos. Pero, a diferencia de los principios, no son
eficaces para guiar las decisiones individuales dentro de una organización,
especialmente cuando las elecciones implican importantes compensaciones o
prioridades en conflicto. Los valores comunican aspiraciones , no estrategias.
Los principios son más instructivos. Por ejemplo: “la excelencia en el producto”
es un valor, “No pondremos a la venta un producto hasta que no lo deseemos
usar nosotros” es un principio.
En su trabajo los
autores han hallado que los principios sólidos comparten cinco atributos
críticos que son los siguientes:
I.-
DISTINTIVOS
Los principios con
frecuencia son únicos para una determinada organización y frecuentemente muy
distintos de los de sus competidores. Robinhood Markets, por ejemplo, aspira a
facilitar a sus clientes minoristas un acceso fácil y barato a mercados
públicos a través de su app de inversión. La compañía prioriza, a diferencia de
otras firmas de brokers al cliente sobre los beneficios “puros”, por lo que ha
desarrollado principios como: “la seguridad lo primero”, “participación es
poder” o “foco radical en el cliente”.
Los principios sirven, no solo, para informar las decisiones sino que ayudan, también, a su
implementación.
II.-
DEBATIBLES
Los principios deben
poder ser de forma razonable cuestionados.
III.-
TRANSFERIBLES
Los principios deben
ser articulados de tal modo que puedan aplicarse en diferentes escenarios a lo
largo de las diferentes unidades de negocios y roles. Google es bien conocido
como un pionero de internet con la
misión de “organizar la información en el mundo y hacer que sea accesible
universalmente y útil”. Pero, menos conocido es un principio clave que se ha
diseminado a todos los empleados de la compañía: “centrarse en el usuario y
todo lo demás vendrá”. La repetida aplicación de este principio es evidente en
muchas de las decisiones importantes que la empresa ha hecho en el tiempo. Por
ejemplo, su estrategia de facilitar gratuitamente productos como Gmail o Google
Maps y esperar que los ingresos por publicidad les siguiesen , se alinea con
este principio centrado en el usuario, que también ha guiado decisiones como
las de remover anuncios disruptivos para garantizar una experiencia del cliente
más limpia.
IV.-
ESENCIALES
Los principios son
claves para lo que la organización hace y necesarios para enfrentarse a los
desafíos con los que se encuentra dentro de su sector.
V.-
DEFINIDORES DE LA ORGANIZACIÓN
Los principios
establecen las normas que tendrán que estar en primera línea en periodos
cruciales.
Además de mejorar la
toma de decisiones a nivel organizacional al ofrecer a los empleados guías en
momentos de cambio cruciales los principios ayudan a los directivos a comunicar
la lógica que está detrás de complicadas decisiones en relación con los clientes,
empleados, inversores y otros grupos de interés.
Los principios
pobremente definidos pueden atar las manos de los líderes. Por ejemplo, un
principio aislado sobre la supremacía de la libertad de expresión en una
plataforma social puede poner a ésta en un aprieto si los discursos de odio
comienzan a proliferar. Estas decisiones conducen a problemas de comunicación
tanto con los empleados como con los clientes.
Tres tipos de principios:
1.-
Relacionados con los grupos de interés
Éstos transmiten buenas
prácticas para relacionarnos con los clientes, empleados e inversores y pueden
ofrecer claridad sobre cómo priorizar los grupos de interés, en el caso de que
los intereses de éstos entren en conflicto.
2.-
Operacionales
Ofrecen una guía sobre
las actividades cotidianas. Con frecuencia facilitan que los empleados puedan
tomar decisiones de forma independiente, mientras se mantienen alineados con la
misión de la organización.
3.-
Organizacionales
Este tipo de principios
ayudan a moldear la cultura, los procesos y la estructura de la organización,
incluyendo la forma en la que la información fluye y se toman las decisiones.
La formulación y creación de principios pues resultar una tarea
abrumadora. Los autores recomiendan seguir el siguiente enfoque:
a).- Comenzar por lo que nos
distingue de nuestros competidores
Delinear los elementos
de una organización que la diferencian de sus competidores, iguales u otros
miembros de la industria no solo sirve como un punto de inicio concreto, sino
que hace que afloren partes importantes de la estrategia. Debemos recordar que
la diferenciación y la apertura al debate se encuentran entre los cinco
atributos de un principio sólido y que el desacuerdo y la sutileza constituyen
una parte sana del proceso. Las diferencias pueden convertirse en principios
que sean transferibles, definidores de la compañía y esclarecedores,
codificando la ventaja competitiva de la organización.
b).-
Reflexionar sobre los puntos de inflexión de la compañía
Examinar las decisiones
difíciles y los puntos de inflexión de la historia de nuestra organización
puede darnos perspectivas esenciales sobre la misma. Por ejemplo podemos
preguntarnos las razones por las que decidimos eliminar un programa o proyecto
determinado y por los principios, más y menos importantes, que estaban en juego al hacerlo.
Los principios pueden
inicialmente requerir explicaciones y ejemplos para ayudar a los miembros del
equipo a apreciar sus matices. Pero al ir las organizaciones imbuyendo sus
principios con mayor profundidad, los empleados irán interiorizando su
significado para la compañía.
c).-
Reunir a los empleados para formular y revisar los principios
Enrolar a los empleados
en grupos de trabajo puede lograr que los principios sean más realistas y
útiles y crear más compromiso en los que se tienen que apoyar en ellos. Algunos
líderes eligen proponer un conjunto inicial de principios en un grupo pequeño y
luego añaden una sesión más amplia para refinarlos y para su adopción más
general.
d).-
Entregar a cada empleado y a los profesionales de nueva incorporación una lista
por escrito de los valores y principios de la compañía.
La incorporación de
nuevos empleados es una oportunidad única de instilar principios. Los autores
recomiendan ofrecer ejemplos de cómo se han utilizado los principios para tomar
decisiones clave en la organización en el pasado. Las historias ayudan; las
memorables pueden convertirse en el folklore de la organización. Dan validez a
los principios que así dejan de ser palabras en un muro.
e).-
Alinear las metas, las métricas clave y los presupuestos con los valores y
principios
De esta forma
aseguramos que los objetivos estratégicos de la organización son consistentes
con sus acciones y centrarán las decisiones
tácticas de los empleados.
f).-
Hacer referencia a los principios en el momento de tomar decisiones
Cuando un equipo está
debatiendo lo que hacer en una situación complicada, articular un principio
puede hacer que esa discusión se mueva para delante.
g).-
Mencionar los principios de la compañía al comunicar decisiones
Los empleados con
frecuencia emulan a sus líderes, por lo que los líderes que comentan el “por qué”
además del “que” eficazmente van introduciendo los principios en sus equipos,
conduciendo a una toma de decisiones más consistente en toda la organización.
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