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domingo, 30 de julio de 2023
domingo, 23 de julio de 2023
ESTRATEGIAS PARA PEDIR AYUDA
Deborah Grayson Riegel y Sophie Riegel en “ Goto help. 31 Strategies to offer, ask and accept help”, que estamos comentando,
plantean que aunque con frecuencia hemos tenido pensamientos como “No quiero
molestar” o “Todos están ocupados”, la realidad es que como especie hemos
evolucionado hasta ser criaturas prosociales, a las que ofrecer y recibir ayuda
les ha ayudado a sobrevivir.
Desde
el punto de vista de la evolución los humanos tienen que ayudar a los demás
como un mecanismo de supervivencia. Si, por ejemplo, la persona A ayuda a la
persona B a recolectar moras, seguramente si la persona A necesita comida en otro
momento la persona B le facilitará alguno de sus recursos. Esto es lo que se
conoce como “altruismo recíproco”, por el que las personas se ayudan unas a
otras con la expectativa de que si necesitan ayuda en el futuro alguien les
devolverá el favor. Cuanto más nuestros antepasados ayudaban a otros, más ayuda
recibían, lo que les ofrecía mayores posibilidades de sobrevivir y reproducirse.
Adam Grant, en su libro “Give and take: a revolutionary approach to success”,
mantiene que dar es contagioso. Parece que crea un espacio seguro en los grupos
en el que la personas pueden adoptar comportamientos altruistas,
sin tener que preocuparse de que los demás se provechen de ellos.
Pero,
querer ayudarnos y saber cómo hacerlo son cosas distintas. En ocasiones un
familiar, amigo o compañero de trabajo puede estar dispuesto a ayudarnos pero
no sabe que enfoque adoptar porque piense que:
a).-
Existen demasiadas opciones. El hecho de tener un exceso de posibilidades puede
conducir a la indecisión y, como consecuencia, a la ausencia de acción.
b).- Hay muy pocas opciones. Por ejemplo, nuestro amigo puede pensar que no puede hacer
nada por alguien que está afligido o que por mucho que ayude algo va a ir mal.
Este patrón de pensamiento puede volverse obsesivo y ocurre cuando la persona
tiene tantas ganas de ayudar que se preocupa mucho por no saber hacerlo de la
manera correcta. Estas reflexiones pueden ser paralizantes y llevar a que la persona
en lugar de actuar se eche para atrás.
c).- No sabe de qué forma ayudar y cómo
abordarnos y termine sin ayudarnos para nada. No todas las relaciones están
bien definidas. Por ejemplo nos podemos llevar bien con nuestro jefe, pero eso
no quiere decir que seamos amigos o nuestro padre pude ser nuestro confidente
pero también es nuestro padre. Existen, por tanto, dinámicas en la relación que
gestionar, por lo que la falta de claridad en la manera en la que nosotros y la
otra persona definimos nuestra relación dificulta la forma en la que ellos
sepan cómo ayudarnos adecuadamente.
d).-
En el pasado ha intentado ayudar y la
experiencia no salió bien. Resultará complicado para esa persona en el futuro
abordarnos para ofrecer su ayuda por pensar que puede no ser bien recibido el
ofrecimiento o malinterpretado.
Cuando
aun necesitando ayuda no la pedimos los demás pueden pensar que no lo hacemos
por una de estas tres causas normalmente:
1.-
No me necesita, está bien sin mi ayuda.
2.-
No confía en mí, piensa que soy incapaz de ayudarle.
3.-
Todavía no es el momento. Cuando la relación con la otra persona no es muy
clara, parece lógico pensar que no pide nuestra ayuda porque no existe todavía
la confianza necesaria, al ser la relación superficial. Pero si ésta es buena
la otra persona se puede sentir dolida.
Aunque
ninguno de nosotros puede controlar cómo se sienten los demás si tenemos la
capacidad de influir en las presunciones que las personas hacen sobre nosotros.
No queremos que los demás asuman que les consideramos inalcanzables o que no
podemos confiar en ellos, por lo que debemos o pedirles ayuda (aunque nos
resulte duro) o asegurarnos de que les decimos por qué no les estamos pidiendo
ayuda. Si no lo hacemos podremos asumir que los demás están construyendo una
historia sobre cómo nos sentimos hacia ellos y, normalmente, ésta no va a ser una
historia feliz.
Una
vez que tenemos claro que los demás quieren ayudarnos y las presunciones que
pueden hacer si no lo hacemos, es el momento de identificar el tipo de ayuda
que necesitamos y el que no necesitamos.
Ken Blanchard y Paul Hersey plantearon que aunque tengamos miles de opciones de
ayudas se pueden simplificar en dos categorías:
a).- Dirección
Es
asertiva, práctica y clara. Puede significar: “ve allí”, “haz esto” o prueba
esto”, por ejemplo. Es útil cuando estamos desarrollando una habilidad o
competencia y necesitamos instrucciones, consejos, metas claras, ejemplos de lo
que significa “bien hecho” y feedback frecuente de nuestro progreso para
aprender a hacer algo por nuestros medios.
También
puede significar que nos hacemos a un lado ya que cuando existe una competencia que no
estamos planeando desarrollar, podemos necesitar a alguien que lo haga por
nosotros. Por tanto nos apartamos para dejar el espacio suficiente para que
esto pueda ocurrir.
b).- Apoyo
No
se debe limitar exclusivamente a situaciones tensas y cargadas de emociones
como la enfermedad o la muerte. Por ejemplo, podemos tener una conversación
complicada con un cliente muy demandante y aunque podemos no necesitar que nuestro
jefe nos diga cómo abordarla si podemos utilizar una charla preparatoria con
él.
Mientras
dirección supone marcar el camino, remover obstáculos que puedan encontrarse en
el camino o apartarnos directamente para que otro tome las riendas, el apoyo
supone ayudar a encontrar el propio camino, en los buenos y en los malos
tiempos, por medio de la empatía, la escucha y transmitiendo ánimos.
La
siguiente etapa, tras saber el tipo de ayuda que necesitamos consiste en
identificar quién debe ayudarnos. El proceso para determinar a quién debemos
pedir ayuda pasa por preguntarnos:
1.-
¿Quién es adecuado?
Si
necesitamos dirección debemos decidir quién sabe hacer la tarea bien y tiene la
formación formal o informal apropiada. Si necesitamos apoyo debemos considerar
quién nos ha apoyado en el pasado de una forma que nos resultó útil, porque
se centraba en nosotros y no en él o quién nos apoyo de la forma que
necesitábamos en una situación particular.
2.-
¿Quién está dispuesto?
Una
vez hemos identificado quién nos puede ayudar debemos pensar en quién nos puede
ayudar en el momento en el que lo necesitamos. Por ejemplo, podemos pensar que
nuestro jefe nos puede ayudar para preparar un informe pero puede ser que esté
muy ocupado y no pueda hacerlo.
La
disposición a ayudar está también unida a la confianza que la persona tenga de
tener la experiencia y conocimientos necesarios para poder hacerlo. Si se lo
pedimos a alguien que no la tiene puede resultar frustrante para ambas partes, por
lo que al hacer la petición tenemos que asegurar a la otra persona que estamos
convencidos que es la persona ideal para hacerlo.
Otro
factor que tenemos que tener en cuenta es la motivación de la persona, porque
si, por ejemplo, al ayudarnos piensa que puede entrar en conflicto con sus
intereses, no va a estar dispuesta.
3.-
¿Con quién puedes contar?
A
la hora de pedir ayuda debemos pedirla a alguien en quien confiemos que sea
sincero, diciéndonos la verdad y considerando el impacto, de fiar y, por tanto, que cumpla sus compromiso, competente y que sabe hacer lo que se supone que tiene que
hacer y que se preocupe y que interesándose por nuestras necesidades, valore sus intereses. Pero no siempre son imprescindibles todas estas características ya
que, por ejemplo, si pedimos ayuda para arreglar nuestro coche necesitamos que
la persona sea de fiar y competente fundamentalmente.
Finalmente
ha llegado el momento de hacer nuestra petición y para ello el primer paso es
tener el patrón mental correcto para preguntar. Luego debemos dedicar algunos
minutos para reflexionar sobre éxitos pasados y sobre qué es lo que hizo que la
petición lo fuera: las palabras utilizadas, el momento, el lenguaje corporal, …
En
ocasiones tenemos que pedir ayuda a personas con las que mantenemos una
relación insegura o inmadura, lo cual no es lo ideal pero es real, y con las
que no funcionó en alguna ocasión anterior la petición de ayuda. En estos casos
podemos iniciar la conversación reconociendo este hecho y pidiendo feedback
sobre su opinión sobre los motivos del fracaso o acudir a una persona a la que la persona a la que queremos pedir
ayuda haya ayudado en el pasado con éxito para que nos aconseje sobre la mejor
forma de abordar a la persona que necesitamos. Otra alternativa es buscar otra
persona que nos pueda ayudar.
Las
autoras recomiendan que cuando hagamos una petición evitemos los siguientes
enfoques:
a).-
“Quid pro quo” : “ Necesito ayuda y te
recuerdo que me debes una”,
b).-
Última esperanza: “Le he pedido ayuda a todo el mundo que conozco y como no
podían ayudarme te lo pido a ti”.
c).-
Culpa: “ Después de todo lo que he hecho por ti lo menos que puedes hacer es
ayudarme”.
d).-
Manipulación: “ Crees que puedes dejar de pensar en ti mismo por una vez y
ayudarme”.
e).-
Sarcasmo: “ Sí ¡Cómo si alguna vez me hubieses ayudado¡”
f).-
Insulto: “Ya sé que tú tampoco eres bueno en esto, pero a pesar de todo, quizás
puedas ayudarme”.
Si
hemos conseguido una respuesta afirmativa debemos agradecer su disposición, aclarar
muy bien nuestras expectativas, discutir el camino a seguir y dejar que nos
ayuden.
Existen
algunos escenarios en los que la respuesta es negativa y en estos casos
podemos:
1.-
Si dicen que no, agradeceremos que nos hayan escuchado y pediremos que nos
digan las razones de su negativa o expresaremos nuestra desilusión y/o que lo
comprendemos.
2.-
Si se enfadan con nosotros por pedir su ayuda podemos solicitar que nos digan
sus razones utilizando un lenguaje neutral para conocer sus motivos y ver si
podemos reformular la petición o no.
3.-
Si expresan un juicio por nuestra petición y necesidad de ayuda podemos
compartir con ellos el impacto que su reacción está teniendo en nosotros. Por
ejemplo diremos: “Me parece que cuando te pedí ayuda tu respuesta ha sido
decirme por qué no debo necesitar ayuda. El impacto que tus palabras tienen en
mí es que creo que no puedo volver a solicitar tu ayuda en el futuro por miedo
a que me juzgues negativamente al hacerlo. ¿Era esa tu intención?
4.-
Si dicen que si, pero pensamos que no desean o no pueden ayudar podemos ponernos
nosotros como ejemplo y decir: “
Agradezco tu ofrecimiento de ayuda pero
me da la impresión de que no estás seguro de si puedes ayudarme ahora. Se que
yo, en ocasiones, acepto ayudar a alguien sin pensar bien si puedo. ¿Te
gustaría pensarlo y mañana hablamos?” Posteriormente aceptaremos su respuesta
final y agradeceremos el interés.
5.-
Si dicen que sí y luego no nos ayudan debemos hablar y pedir que nos digan las
razones, sin hacer interpretaciones previas.
miércoles, 19 de julio de 2023
LA IMPORTANCIA DE LAS MENTES ESTRATÉGICAS PARA UNA GOVERNANZA EFICAZ
Yves L. Doz y KeelyWilson en INSEAD Knowledge del pasado 10 de julio plantean que los directivos y
altos ejecutivos necesitan desarrollar rasgos específicos para poder abordar
con eficacia asuntos estratégicos y ayudar a modelar el futuro de las compañías.
La relación entre gobernanza
y estrategia en las organizaciones ha sido tenue. Los CEOs con frecuencia la
interpretan como un mero requerimiento regulatorio, delegando en los directores
de finanzas, auditores y expertos legales todo lo que tiene que ver con ella.
Pero el diseño de estrategias y la gobernanza deberían estar
estrechamente ligados. La creciente complejidad del entorno de los negocios
necesita un enfoque estratégico de la gobernanza.
La clave para diseñar
la dirección estratégica de una compañía radica en cultivar la estrategia en
las mentes de los directivos, independientemente de los conocimientos,
experiencias y habilidades que éstos aporten en los comités de dirección. Es esencial
que sean expertos estrategas.
Una mente estratégica
está compuesta por la combinación de rasgos innatos que permiten a los
individuos ver el mundo de manera diferente a la mayoría, cuestionar cosas que
otros no se plantean o no valoran y establecer conexiones entre hechos e
informaciones aparentemente dispares de forma que puedan aflorar nuevas
oportunidades o amenazas.
Los autores han
identificado una serie de rasgos que
caracterizan las mentes estratégicas. Entre éstos tenemos:
1.-
Flexibilidad cognitiva
Interpretamos el mundo
a través de la lente de nuestra experiencia, lo que nos rodea, las normas
prevalentes y los marcos mentales resultantes. La flexibilidad cognitiva es la
habilidad que nos permite ir más allá de este contexto para reconocer,
interpretar, sintetizar y ver el significado de las cosas que están
cognitivamente distantes, son difíciles de percibir o no familiares, para
después descubrir y explorar las relaciones y puntos de unión entre estos
hechos u observaciones distantes.
2.-
Pensamiento no lineal
El pensamiento lineal o
secuencial es vital para operaciones eficaces, ya que nos permite ir de la A a
la Z a través de pasos definidos, pero diversos estudios han mostrado que los
enfoques de pensamiento no lineal, tales como el pensamiento sistémico o el pensamiento asociativo producen más
resultados creativos. Es este tipo de pensamiento el que necesitan las mentes
estratégicas. Las personas con mentes estratégicas tienen mentes más abiertas que la mayoría y son capaces de
conscientemente asociar libremente, ligando múltiples inputs al conocimiento
existente. No ven el mundo de una sencilla forma lineal sino como una serie de
complejos sistemas interrelacionados en los que pequeños cambios pueden
originar efectos dramáticos.
3.-
Comodidad en el manejo de la ambigüedad
La mayor parte de las
personas no se encuentran cómodas con la ambigüedad prefiriendo la claridad y una
visión del futuro en la que se requieren pocos cambios, ya que esto les permite
mantener algún sentimiento de control. No ocurre lo mismo a las personas con
mentes estratégicas, porque tienen una alta tolerancia a la ambigüedad y entienden que ésta es un hecho y que el
control es ilusorio por lo que se mantienen abiertas a múltiples hipótesis
sobre los cambios que perciben.
4.-
Facilidad de abordaje de problemas complejos
Quizás, por todos los
rasgos anteriores las personas con mentes estratégicas no rehúyen los problemas
complicados, ni intentan simplificarlos. Por el contrario la mayor parte de los
managers tienden a evitar los problemas difíciles y cuando no pueden hacerlo
recurren a la simplificación cognitiva para poder aplicar hipótesis ya
existentes.
5.-
Capacidad de contemplar el entorno global
Las mentes estratégicas
se sienten más atraídas por la situación en su conjunto que por hechos aislados,
por lo que cultivan un amplio conjunto de relaciones tanto dentro como fuera de
la organización, buscando el conocimiento
en múltiples disciplinas y campos.
6.-
Hábilidad para cuestionar
Al avanzar por la
educación y las jerarquías corporativas somos formados para facilitar respuestas, hasta el punto de
que las preguntas pueden ser consideradas como debilidades, que muestran que no
hemos sido capaces de entender algo. Las personas con mentes estratégicas,
guiadas por sus mentes inquisitivas hacen preguntas para ampliar su
comprensión, cuestionar sesgos y prejuicios potenciales y ayudar a los demás a
ver nuevas amenazas u oportunidades.
7.-
Capacidad para la escucha activa y para buscar un sentido
Para la mente
estratégica el camino nunca está completo. Es consciente de que las ideas y
presunciones tienen que ser continuamente cuestionadas y refinadas al entrar en
juego nuevas experiencias o conocimientos. Pero, poseer gran capacidad de
percepción no es suficiente, las ideas abstractas y las percepciones deben ser
trasladadas a marcos de acción posibles que tengan un sentido para el resto de
la organización, lo que implica, que el propósito está definido.
8.-
Consciencia de sí mismos
Es raro que una persona
con una mente verdaderamente estratégica sea narcisista o esté sedienta de
poder. La propia esencia de tener una mente estratégica implica el constante cuestionamiento activo de las
propias presunciones y visión del mundo y por tanto de la propia identidad y
poder, lo cual es anatema para la mayoría de los directivos. Se necesita un
alto nivel de autoconsciencia para ser capaz de continua y abiertamente
cuestionar y minar potencialmente el contexto en el que se opera y para no caer
víctima de la lógica dominante en la compañía. También es imprescindible para incorporar
a los demás a las nuevas ideas o direcciones, especialmente cuando hay que
lidiar con CEOs que están a la defensiva en compañías de éxito y maduras.
domingo, 16 de julio de 2023
EL SEGUNDO SECRETO DE LAS ORGANIZACIONES IRRESISTIBLES II
Josh Bersin en “The seven secrets of the world´s most enduring, employee-focused organizations”,
plantea que el segundo secreto que comparten las organizaciones “irresistibles”,
es considerar el tipo de trabajo, no los
puestos de trabajo.
En una entrada anterior
hemos visto como muchas compañías ya están organizando el desarrollo
profesional no en función de una jerarquía sino basándolo en el aprendizaje
continuado y en el trabajo en distintos proyectos y áreas, lo que implica que
los trabajadores deben actualizar sus habilidades continuamente para adaptarlas
a los nuevos requerimientos.
Este enfoque también
afecta a la forma en que se recluta y promociona a los profesionales. Las compañías
irresistibles los seleccionan y promocionan basándose en sus experiencias, no
en su experiencia, en sus capacidades, no en sus habilidades técnicas y en su
disposición para aprender y adaptarse , no en su pedigree académico o antigüedad
dentro de la organización. Investigaciones realizadas por Bersin sobre este
tema antes de la pandemia le mostraron que las compañías con el desempeño más
alto no se apoyaban ya en la experiencia y en la formación universitaria para
evaluar a un candidato sino que buscaban las habilidades cognitivas, la
ambición, la pasión y el encaje del aspirante en la organización.
El estudio realizado
por Deloitte “2021 Global Human Capital Trends Report” afirma que: ”El
potencial de la fuerza laboral no se debe referir a lo que los trabajadores
fueron reclutados para hacer, o a lo que están certificados para hacer y ni
siquiera a lo que las organizaciones o sus líderes quieren que hagan, sino a
conceder a los profesionales mayor libertad para elegir cómo pueden abordar
mejor problemas críticos mientras las organizaciones y ecosistemas evolucionan”.
En este nuevo entorno
en el que se deben “acumular” habilidades, el desarrollo continuo es más
importante que nunca. Los ejecutivos deben permitir que los managers e individuos actualicen su trabajo de forma
regular ante el avance de la tecnología.
Al ser necesario que
las personas vayan cambiando de rol a rol se impone que las descripciones de los
puestos de trabajo sean cada vez más amplias y abiertas, centrándose en el
crecimiento. Por ejemplo, en Yelp cientos de ingenieros comparten el mismo
nombre de puesto:” ingeniero senior” y aunque existen niveles detrás del
escenario (utilizados para promoción y
para el salario), todos son considerados iguales, por lo que los profesionales
construyen su reputación y habilidades a través de la experiencia y el trabajo
bien hecho y no por su puesto de trabajo.
En lugar de dedicar
nuestras energías a llegar a lo alto las
debemos emplearlas en tratar de ampliar y mejorar el conjunto de nuestras
habilidades. Tenemos que visualizar nuestra carrera profesional como si las olas
nos llevasen a lo más alto, luego a la playa y luego tuviésemos que volver al
mar a buscar la siguiente ola. Con cada ola iremos evolucionando, construyendo
nuevas habilidades y ampliando nuestra contribución y aunque nos hundamos con
frecuencia el poder del patrón mental de crecimiento nos ayudará a volver a
intentarlo.
La economía bajo
demanda o “gig” economy, donde los profesionales aceptan trabajos
independientes de una duración concreta y carentes de exclusividad continua
creciendo cada día. El reto a abordar consiste en incorporar a este tipo de
trabajadores en los equipos para la realización de proyectos o trabajos
especializados.
En la era
pre-irresistible las compañías clasificaban a sus trabajadores como empleados a
tiempo completo o parcial, pero en la actualidad las organizaciones deben ser
más flexibles. Empresas como Deloitte y la mayor parte de las farmacéuticas ,
por ejemplo, establecen de manera formal puestos para trabajadores “a demanda”
en relación con determinados proyectos o encargos y los gestionan como una
parte ampliada de su fuerza laboral y, por ejemplo, los trabajadores de Uber reciben
formación y comunicaciones como si fuesen empleados a tiempo completo.
La pandemia abrió una
nueva dimensión del trabajo a demanda. Al nacer cientos de compañías que trabajan
de esta forma las herramientas intermediarias para gestionar las agendas han
surgido. Por ejemplo una de las compañías más famosas Legion utiliza la
inteligencia artificial para ayudar a este tipo de trabajadores “gig”para
programar en sus agendas los diversos trabajos de forma que puedan optimizar
sus ganancias.
Usando la plataforma
Legion, por ejemplo, una persona puede
ser contratada y entrenada para trabajar en Starbucks y otras cadenas
similares, cada una con distintas prácticas de trabajo. El sistema monitoriza
las certificaciones, programa el tiempo distribuyéndolo entre las compañías y
hace posible trabajar en Starbuck por la mañana, en otra compañía por la tarde
y en otra el día siguiente.
Esta forma de trabajar
está creciendo, en parte, porque las personas quieren ganar más y porque
facilita oportunidades a las personas que no tienen las conexiones adecuadas, pero pueden hacer un gran trabajo, para obtener trabajos que de otra forma no
podrían conseguir.
Unilever y Schneider
Electric, por ejemplo, están operando, en la actualidad, como compañías de
servicios profesionales. Si necesitas
ayuda con un proyecto puedes publicarlo on-line para que cualquier empleado
pueda aplicar. Las personas buscan trabajos que les gusten y al final del año
su desempeño en estos proyectos contribuye a su mejora de nivel en la compañía.
Otro factor importante
que está impulsando estos cambios en la organización de las compañías es la
longevidad. Aunque la pandemia promovió más jubilaciones de la generación de
baby boomers en 2020 que en cualquier otro año anterior muchas personas de más
de 60 años no tienen el deseo de retirarse de la forma tradicional sino que les
gustaría seguir trabajando a tiempo completo o parcial y poder actuar como
mentores y compartir todo lo que han aprendido.
Las compañías
irresistibles eliminan los prejuicios relacionados con la edad y promueven la
diversidad generacional ya que diversas investigaciones muestran que los
equipos generacionalmente diversos
innovan mejor, se sienten más seguros y disfrutan de un clima más
colaborativo.
Uno de los retos
principales a los que se enfrentan las organizaciones en la actualidad si
quieren ser irresistibles es el desarrollo
de nuevas formas de selección de profesionales. No se pueden cubrir puestos
de trabajo porque las tareas a realizar en los mismos están cambiando
continuamente. Hay que contratar en función del potencial, la agilidad para
aprender y adaptarse, los valores y la pasión y para ello tenemos que eliminar
una serie de sesgos y prejuicios que actualmente tenemos en nuestros procesos
de selección como, por ejemplo:
1.-
El sesgo de la educación y el pedigree académico.
Concedemos demasiada importancia a la formación académica. La mayor parte de las
grandes compañías se apoyan en exceso en las escuelas de negocios y tienden a
retornar a las escuelas a las que asistieron sus ejecutivos. Pero existen
estudios que muestran que esta necesariamente no es una buena vía para
encontrar profesionales de alto rendimiento. Por ejemplo, la firma de
consultoría Ernst & Young no ha
encontrado que exista un correlación clara entre la asistencia a estos centros
y el éxito en el trabajo. Por lo que ahora utilizan simulaciones para evaluar a
los candidatos. Google y Meta han dejado de centrarse en titulados en informática
de universidades altamente valoradas y han reducido el número de entrevistas,
centrándose más en aspectos como la pasión y energía, así como en la alineación
con su cultura, en lugar de buscar solo habilidades técnicas.
2.-
El sesgo de la experiencia. Cuando no estamos seguros de cómo
hacer un trabajo existe la tendencia de encontrar a alguien que lo haya hecho
antes, lo cual podría ser lógico en la era industrial, pero no es tan
importante en la actualidad. En el caso de la mayor parte de los trabajos la
capacidad de aprender, de trabajar bien dentro de un equipo y de innovar tiene
más trascendencia que la experiencia directa en un determinado rol.
Otro aspecto que
actualmente resulta fundamental a la hora de contratar en las organizaciones
irresistibles es el seleccionar candidatos que encajen bien con el propósito
del trabajo.
Bersin considera que la
selección de los profesionales es la tarea más importante que los directivos o
líderes de recursos humanos deben abordar. Para hacerlo correctamente
recomienda:
I.-
SELECCIONAR POR LA PASIÓN, ENERGÍA Y MISIÓN
Las mejores
organizaciones tienen un sentimiento muy fuerte sobre quiénes son. Comprenden
qué es lo que hace que tengan éxito y contratan a personas que encajan en esas
características. En lugar de apoyarse en características que pueden conducir a
confusión introducen elementos únicos en su proceso de selección para
identificar a los profesionales que encajan. Por ejemplo IKEA, fiel a su misión
de mejorar las vidas en los hogares a través de una forma de vida sostenible,
pide a sus candidatos que describan su visión de la sostenibilidad global.
Aquellos que valoren la sostenibilidad, el pensamiento colectivo y la toma de
decisiones interdependiente pueden prosperar en esa cultura.
II.-
MANTENER EL TRABAJO FLUIDO
Las compañías en todos
los sectores están repensando en lo que el trabajo realmente es de forma más
imaginativa y creativa. Por ejemplo en la Clínica Cleveland los facultativos se
mueven de un proyecto a otro independientemente de su nivel y en Meta los
profesionales pueden trabajar en diversos proyectos simultáneamente, con
frecuencia trabajando los fines de semana voluntariamente en aquellos proyectos
que les interesen. Esta flexibilidad es la esencia para desemparejar los puestos
de trabajo de los trabajos.
III.-
ABRAZAR METAS CLARAS Y TRANSPARENTES
El modelo de
organizaciones irresistibles con frecuencia utiliza lo que algunos llaman el
enfoque de objetivos y resultados clave (OKR) para definir metas: la alta
dirección marca la dirección y las prioridades, al tiempo que el presupuesto y
los planes anuales, pero durante este proceso los equipos sugieren metas de
abajo a arriba basadas en sus propias aspiraciones y en lo que piensan que
pueden alcanzar.
Diversas
investigaciones muestran que las personas que marcan sus propias metas con
frecuencia tienen más ambición, compromiso y tienen más posibilidades de tener
éxito.
Numerosas herramientas
informáticas han surgido para ayudar a gestionar este proceso. Con ellas fijar
objetivos resulta más sencillo y los equipos pueden utilizar sistemas ágiles
como Jira o Basecamp para actualizar, compartir y comunicar el progreso de los
objetivos. El equipo debe marcar metas claras y transparentes y los individuos
deben sentirse propietarios de ellas.
IV.-
RESERVAR TIEMPO PARA EL DESCANSO
Al ir asumiendo las
organizaciones el paso de los puestos de trabajo a la realización de diversos trabajos, deben reservar tiempo para que los
profesionales descansen, piensen y puedan organizar su trabajo, lo que se ha comprobado
que incrementa la productividad.
Las investigaciones de Bersin
y colaboradores centradas en la respuesta a la pandemia han podido observar que
un signo de una cultura de alto desempeño es la preocupación por la salud y el
bienestar de los profesionales.
V.-
PROMOVER EL APRENDIZAJE
El cambio del enfoque
en el puesto de trabajo a la realización de diversos trabajos es imposible si no se construye
un entorno que facilite el que las personas aprendan.
VI.-
FACILITAR Y APOYAR LA MOVILIDAD DEL TALENTO
El foco exclusivo en el
aprendizaje no es suficiente. En un mundo de trabajo constantemente cambiante
las organizaciones necesitan un proceso que fomente el que los profesionales se
muevan y se incorporen a distintos equipos, diferentes proyectos y distintos
tipos de trabajo.
En la actualidad las
personas con importantes habilidades como los ingenieros, diseñadores o profesionales
de atención al cliente son tan valiosos que los equipos quieren contar con
ellos y con sus conocimientos para muchos trabajos. Las compañías pueden
convertirse en irresistibles si diseñan sistemas de reconocimiento y
recompensas para facilitar este tipo de movilidad horizontal sin requerir que
los empleados busquen promociones.
Los millennials y otros
grupos generacionales actualmente esperan tener la oportunidad de realizar
nuevos trabajos y contar con oportunidades de desarrollo de forma regular. Las
investigaciones sobre compromiso y desempeño de los trabajadores realizadas por
el autor han puesto de manifiesto que el
deseo de crecimiento profesional y experiencias es más importante que el
salario.
miércoles, 12 de julio de 2023
CÓMO CONSIDERAR EL CONFLICTO COMO UN BENEFICIO
Marlene Chism en
SmartBrief on Leadership del pasado 3 de julio plantea que muchos líderes
consideran el conflicto como un problema a evitar pero el conflicto no es el
problema real, la mala gestión si lo es.
Contemplar los conflictos como problemas hace que construyamos estructuras
invisibles (patrones mentales, emociones, narrativas y deseos) que contribuyen
a una mala gestión y reaccionamos con conductas de evitación, agresión o de
apaciguamiento. Interpretar el conflicto como un beneficio cambia el énfasis en
la evitación hacia un impulso en el
desarrollo de capacidades de liderazgo.
La autora propone 4
formas de contemplar el conflicto como un beneficio y un catalizador de
crecimiento en las capacidades de liderazgo. Éstas son:
1.-
TRANSFORMAR LA IRA
Los conflictos sin
resolver desencadenan indignación y la ira inhibe la capacidad de pensar en la
corteza frontal, que es el cerebro ejecutivo. Cuando la ira nos coge desprevenidos es fácil
que nos sintamos sobrepasados, ataquemos o reaccionemos de forma destructiva. La
ira y el conflicto están tan entremezclados que el evitar las banderas rojas de
aviso se convierte en un mecanismo de afrontamiento. Eventualmente esas
banderas rojas se convierten en el “elefante en la habitación” que va a inhibir
la productividad, la eficacia y la felicidad personal.
Qué
hacer: Cuando empecemos a experimentar ira debemos reconocerla
como una energía que hay que canalizar. Aceptar las emociones y sentimientos
mientras avanzan por nuestro cuerpo. No escondernos de ella pero no actuar
impulsivamente. Debemos calmarnos y diseñar un plan antes de actuar de forma
que luego no nos tengamos que arrepentir.
Preguntas:
¿Qué límite se ha cruzado?. ¿ Qué expectativa no se ha cumplido?, ¿Qué
comportamiento de respuesta como consecuencia de la ira quiero cambiar?
2.-
INSPIRAR CAMBIO
Los conflictos
resueltos no siguen patrones repetitivos, lo no resueltos sí. Estos últimos ocasionan
parálisis, resentimiento y disfunciones en el equipo. Con frecuencia van
asociados a comentarios del tipo: “Se lo he dicho más de mil veces y nada cambia”
o “Siguen incumpliendo los plazos aunque les he dado apoyo y recursos”.
Qué
hacer: Reconocer los patrones repetitivos que ocasionan
cuellos de botella. Ser conscientes de que el comportamiento permitido se ha
convertido en estándar y existe una ausencia de responsabilización. Entender
que las personas hacen lo que hacen porque les funciona. El cambio puede suponer
iniciar una conversación difícil, marcar un límite apropiado o dejar ir a
alguien con dignidad.
Preguntas:
¿Qué está ocurriendo una y otra vez que no debería ocurrir?, ¿Qué es lo que
este patrón repetitivo me quiere decir?. ¿Qué cambio tengo que hacer para
modificar este patrón?
3.-
PRIORIZAR LA CLARIDAD
En el fragor del
conflicto perdemos claridad y olvidamos lo que es más importante. Dejamos de
centrarnos en la misión, visión, valores y resultados deseados y en su lugar
priorizamos “ganar el punto”, tener razón, acariciar nuestros egos o probar que
alguien se equivoca.
Qué
hacer: Observar la calidad de la conversación y los
comportamientos de aquellos que están involucrados, incluyéndonos a nosotros.
Si la conversación va hacia atrás, es acusadora
o emocional o si los comportamientos son condescendientes o faltan al
respeto, la claridad se ha perdido.
Preguntas:
¿Nuestra conversación y comportamientos apoyan la misión, visión y valores de
la organización?, ¿En qué momento y lugar las bajas prioridades han reemplazado
a las altas prioridades? ¿Cómo líder cómo puedo usar la claridad para corregir
el curso de la situación?
4.-
EJEMPLIFICAR EL CRECIMIENTO PERSONAL
El conflicto siempre va
a formar parte de la vida y del liderazgo. El desarrollo de competencias, la
práctica y el trabajo en nuestro “juego interior” es lo que implica abrazar y
modelar el crecimiento personal. El “juego interior” es un compromiso con la
auto consciencia, reflexión, integridad emocional y con vivir alineados con
nuestros más altos valores y con nuestro desarrollo.
Qué
hacer: Identificar a la persona o circunstancia donde
tenemos nuestro conflicto sin resolver más importante. Practicar algunas de las
habilidades que hemos aprendido. Ser conscientes de nuestra necesidad de tener
razón, de cómo nos sentimos y de nuestros deseos de luchar o paralizarnos.
Preguntas:
¿Estoy dispuesto a aceptar mi responsabilidad plena para resolver conflictos
o estoy utilizando estrategias de afrontamiento con la intención de cambiar a
la otra persona? ¿Tengo los conocimientos pero me falta coraje para ponerlos en
práctica? ¿Puedo enseñar gestión de conflictos a directivos menos experimentados
de forma que puedan tener éxito y cambiar comportamientos disfuncionales?
domingo, 9 de julio de 2023
NO ELIMINAR A LOS MANDOS INTERMEDIOS
Emily Field, Bryan Hancok y Bill Schaniger en la edición de julio – agosto de Harvard Businees Review plantean que en meses recientes muchas compañías han anunciado despidos
dirigidos a recortar gastos, siendo el grupo de los mandos intermedios uno de
los más afectados. Prescindir de estos puestos de trabajo demasiado rápido o
profundamente puede convertirse en un error muy costoso.
Los mandos intermedios
se encuentran posicionados cerca del terreno pero no demasiado cerca de la
primera línea, por lo que son esenciales
para ayudar a las organizaciones a navegar a través de cambios rápidos y complejos.
Pueden hacer que el trabajo tenga más significado, sea más interesante y
productivo y, las verdaderas transformaciones organizacionales solo se pueden
producir con su implicación. Son el pegamento que mantiene unidos a los equipos
y a las iniciativas empresariales, promoviendo la inclusión y la seguridad
psicológica que los individuos y equipos necesitan para prosperar.
Si esperamos que los
mandos intermedios cumplan estas expectativas los líderes deberán reimaginar su
roles y facilitarles la formación y el apoyo que necesiten. En lugar de
eliminarlos o relegarlos a un trabajo aislado y administrativo las compañías, a
través de sus líderes, deben repensar
sus responsabilidades, esforzarse en comprender su valor y luego desarrollarles,
ofrecerles coaching e inspirarles para ejercer su potencial como ejes de la
organización.
Los autores han
analizado datos de recursos humanos de 1700 compañías globales ( por ejemplo
índices de abandono, horas de formación y movilidad interna). También han
examinado los datos de McKinsey Organizational Health Index, que se basan en
el análisis de los resultados de desempeño organizacionales, ( tales como
motivación de los empleados o entorno laboral inclusivo), y de las prácticas de
management ( por ejemplo empoderamiento de los empleados o innovación abajo
arriba). Al comparar esta información con los resultados financieros de las
compañías han encontrado que aquellas en las que sus managers sobresalían por
la excelencia de las métricas de capital humano mostraban altos retornos en capital
invertido ( 28%), solían tener un desempeño financiero cuatro veces superior al
del resto de compañías y experimentaron un crecimiento más sostenido durante la
pandemia.
La mayor parte de las
organizaciones no saben cómo aprovechar bien la labor de los mandos
intermedios. En numerosas encuestas estos mandos manifiestan que están
atrapados en tareas burocráticas. Si se liberasen de esas demandas podrían
asumir el liderazgo en diversas áreas críticas para el entorno laboral del
siglo XXI.
Al ir asumiendo las
máquinas y los algoritmos tareas realizadas por los humanos las compañías se
enfrentarán a lo que los autores llaman la “gran reconstrucción” para encontrar
formas de reconfigurar el trabajo de los empleados. Aunque estos rediseños se
puedan perfilar de una forma general desde la alta dirección, los detalles solo
los pueden definir aquellos con información de primera mano de lo que ocurre en
el terreno. Las organizaciones
inteligentes asignarán a los mandos intermedios la tarea de desmenuzar y reconfigurar
las partes de los trabajos afectados por las nuevas tecnologías.
Diversas
investigaciones han encontrado que las personas buscan algo más que un buen
salario. Desean comprender cómo un posible trabajo encaja en la estrategia de
la organización y se alinea con su propósito personal. Quieren integrarse en un
equipo que se preocupe, sea de confianza, interesante, de alto desempeño y
divertido. Esperan que sus empleadores participen en su desarrollo y poder
tener más control sobre lo que hacen y sobre cuándo y dónde lo hacen.
Los mandos intermedios
pueden marcar una gran diferencia en la capacidad de una compañía para atraer
talento. Ellos, más que sus compañeros de mayor nivel en el departamento de
recursos humanos pueden diseñar acuerdos individualizados de trabajo que
refuercen el reclutamiento, la retención y la diversidad mientras aportan
trabajo de alto valor.
Al ser cada vez más
dinámico el trabajo, otras prácticas de contratación deben evolucionar. El
departamento de recursos humanos puede asegurar que las políticas son justas,
consistentes y legales, pero solo los managers pueden entender sus unidades
individuales con la profundidad suficiente para comprender las diferencias
entre las antiguas y nuevas realidades y cuáles son las políticas que deben
cambiar para adaptarse a los nuevos tiempos. Por ejemplo si para determinados
roles sigue siendo importante centrarse en los títulos universitarios o es más
adecuado utilizar unas estrategias de selección más creativas.
Los mandos intermedios,
también, conocen a los miembros de sus equipos mejor que nadie y, por tanto,
son los más indicados para ofrecer coaching continuado y para identificar y
abordar problemas en el desempeño desde etapas tempranas.
En relación con el propósito de la organización los altos directivos son los que pueden comenzar por presentar una narrativa atractiva sobre lo que la compañía representa. Pero mantener la conversación requiere que managers con las capacidades adecuadas para poder aprender lo que cada empleado desea, para conectarlo a las necesidades de la organización y para intentar adaptar cada puesto de trabajo a lo que las personas piensan que les inspira más. Por ejemplo la encuesta realizada por McKinsey en 2020 entre sus profesionales en Estados Unidos mostró que dos terceras partes de éstos manifestaban que la pandemia les había hecho reexaminar sus propósitos personales y casi la mitad de ellos, como consecuencia, estaban pensando cambiar de trabajo.
Los mandos intermedios pueden hacer que las metas organizacionales sean relevantes explorando la opinión de los miembros de sus equipos, a través de preguntas como: ¿Cuál es el trabajo que debe hacerse? y ¿Por qué ese trabajo importa?
Los managers
habilidosos también entienden que sus empleados son personas con vidas ricas y
profundas y se preocupan no solo por su trabajo, sino, también, por sus
esperanzas y sueños. Reconocen que si alguien tiene un desempeño bajo
normalmente la razón no es que el profesional no se preocupe sino que no encaja
bien en el puesto de trabajo o por razones de presiones a las que puede estar
sometido a nivel personal. Si ocurre lo
primero el mando intermedio puede buscar si en la compañía existe un puesto que
sea más adecuado. Si las presiones son las culpables, puede tratar de aligerar su
carga de trabajo, mientras estas persistan.
Otro aspecto en el que
pueden ayudar los mandos intermedios es el relacionado con los datos y su
recogida. El descuido y el mal uso de los datos con frecuencia pone a las
organizaciones en situaciones de desventaja especialmente en los entornos
volátiles en los que la naturaleza del trabajo está cambiando rápidamente. Muchos
líderes se quejan de que han invertido en tecnologías de datos muy caras pero
sin ver resultados concretos. Las dificultades con frecuencia proceden del reto
que supone el hacer que esos datos sean comprensibles para los empleados que
están en una posición de poder utilizarlos y en conseguir ofrecer instrucciones
claras para su implementación. Algunas compañías han reunido equipos interfuncionales para recoger, analizar y diseminar información y así ayudar a
gestionar cualquier nuevo proyecto que surja. Los mandos intermedios pueden
ejercer roles claves en estos equipos al poder ayudar a diseñar los análisis y
organizar el trabajo. Al tener el mejor conocimiento de la forma en que se
recogen los datos y cómo se aplican al trabajo diario resultan esenciales para
garantizar que las actividades basadas en datos no perpetuen sesgos o dificulten
el desempeño.
Pero recoger datos no
tiene que implicar la utilización de tecnología compleja. Encuestas a empleados
sencillas, por ejemplo, pueden ser un método eficaz de saber lo que los
empleados desean. Los líderes senior deben trabajar con los mandos intermedios
para asegurarse que las preguntas que contienen están cuidadosamente diseñadas,
ya que éstos últimos son los que mejor conocen los factores que resulta
importante medir. Pueden trasladar los resultados a aquellos que están por
encima y debajo de ellos y ayudar a crear planes de acción que ofrezcan
resultados tangibles.
Los altos ejecutivos, con
frecuencia, no son capaces de transferir poder a los niveles más inferiores y
concederles la autonomía y flexibilidad que necesitan para ser realmente
eficaces. Si se eliminan las tareas que gravan su trabajo, ya sea mediante la
automatización o reasignación o eliminación de éstas, se podrá elevar su
trabajo y permitirles hacer lo mismo con el de sus equipos.
Ese proceso puede
comenzar identificando los roles que generarán los mayores beneficios o
implican los mayores riesgos y pensando cuidadosamente a quién poner en esos
puestos según el trabajo específico que se debe realizar en ellos. Luego hay
que localizar a los managers más influyentes preguntando a los empleados sobre
quienes son las personas a las que recurren con más frecuencia cuando quieren
saber qué está pasando e identificar a aquellos que aportan alto valor a la vez
que son influyentes. A ellos podremos recurrir al tener que tomar importantes
decisiones estratégicas. Los influencers que no ocupen puestos de alto valor
pueden servir como megáfonos y si les mantenemos informados e inspirados pueden
extender su energía y entusiasmo a todos los niveles.
Aquellos mandos
intermedios que son inteligentes e innovadores pero no especialmente
influyentes o no están bien conectados pueden unirse a redes que les ayuden a
generar y compartir ideas y ejecutar los planes resultantes. Y, aquellos que no
destacan por su influencia o valor pueden marcar una diferencia si se les pone
en proyectos críticos o se les conecta con compañeros más influyentes con lo
que podemos ofrecerles la motivación que necesitan para brillar. Los mandos
intermedios que no estén equipados para serlo, a pesar de nuevas asignaciones o
formación, deberán dejar de serlo.
Los líderes deben,
también, modificar la forma en que se evalúa a los mandos intermedios. No deben
hacerlo solo en función de los beneficios que sus departamentos produzcan, sino
que hay que reconocer aquellos a los que se les han asignado trabajos
complicados y sobre todo hay que recompensar a los mandos intermedios por su
trabajo más importante: gestionar.
Al ir trabajando para
volver a insuflar energía entre las filas de los mandos intermedios los líderes
deben:
1.- Asegurarse de que
la organización cuenta con un propósito claro que se alinea con el del mando
intermedio.
2.- Hacer todo lo
posible para mantener a los buenos directivos trabajando como managers. Promocionarles
dentro del ámbito de la gestión de la organización a roles de alto valor y
recompensarles económicamente para que no tengan tentaciones de buscar otros
trabajos.
3.- Comunicar e
insistir en la idea que estos roles son deseables y que pueden ser destinos a largo plazo, no
solo pasos intermedios.
4.- Fomentar las
reuniones entre los mandos intermedios y facilitar la posibilidad de compartir
las mejores prácticas.
5.- Crear una cultura
en la que los mandos intermedios se sientan libres para manifestar sus ideas.
Con frecuencia son los primeros en identificar los problemas sistémicos y en
ver soluciones.
6.- Mostrar hacia ellos
empatía y comprensión, al igual que esperamos que ellos lo hagan con sus
equipos.
Los mandos intermedios
tienen uno de los trabajos más duros. Distintas encuestas muestran que forman la categoría de trabajadores más deprimidos y estresados, por lo que hay que
procurar darles un apoyo total.
miércoles, 5 de julio de 2023
UN ENFOQUE HOLÍSTICO PARA NAVEGAR POR EL NUEVO ENTORNO DE TRABAJO
Mark Mortensen en
INSEAD Knowledge del pasado 19 de junio plantea que el final de las disrupciones
en los entornos de trabajo causadas por la pandemia pasada ha originado una
serie de nuevos desafíos para las organizaciones. El principal ha sido el
establecimiento de nuevas políticas para una fuerza laboral que en gran parte
ha abrazado el trabajo flexible y ha expresado sus deseos de que esta situación
se convierta en algo permanente.
Pero las organizaciones
de diversos sectores han implementado el estricto retorno al trabajo
presencial, incluyendo los gigantes tecnológicos, lo que ha encontrado
oposición por parte de los profesionales. Por ejemplo, casi 30000 empleados de
Amazon se manifestaron contra esta política de retorno por medio de una petición
interna y los trabajadores de Apple, Meta y Google han realizado protestas
similares.
El equilibrio de poder
parece estar del lado del empleador ante la posibilidad de una recesión y el
creciente incremento del coste de la vida, pero debe ser consciente del
incremento de la competencia por atraer y retener talento.
Ante esta situación
compleja existe una necesidad creciente de acordar las nuevas reglas básicas de
los nuevos entornos de trabajo, que promuevan una cultura y ambiente que
fomente la retención y el compromiso de los trabajadores, así como el desempeño
organizacional.
Trabajando en
colaboración con Amy C Edmonson, el autor ha podido observar como la sencilla
estrategia adoptada por muchas organizaciones consistente en preguntar al
empleado lo que desea y tratar de concedérselo no es la táctica más eficaz. Por
ejemplo, el trabajo remoto tiene el inconveniente de que el trabajador se
siente menos conectado con la compañía, con lo que la lealtad se reduce. Por
tanto Mortensen y Edmonson han desarrollado la “Proposición de valor integrada
para el empleado” (iEVP) como un medio
para que las organizaciones puedan adoptar un enfoque más equilibrado al
proceso. El sistema holístico está compuesto por cuatro factores
interrelacionados: ofrecimientos materiales, crecimiento y desarrollo, conexión
y comunidad y significado y propósito.
Los cuatro factores se
mueven en diferentes dimensiones:, corto-largo plazo e individual vs colectivo,
pero deben ser tratados como partes de un sistema integrado y abordados de
forma holística para asegurar que el foco en uno de ellos no mina a los demás.
Muchas compañías
tienden a centrarse en los ofrecimientos materiales cuando intentan satisfacer
las necesidades de los empleados. Además de las compensaciones económicas esto
incluye aspectos como el espacio físico en la oficina, el equipo, ayudas para
el desplazamiento, flexibilidad, etc. Son importantes y no deben ser
menospreciados, pero considerados de forma aislada solo tienden a abordar los
aspectos materiales del trabajo que son relevantes para las personas en el
momento y para los rivales es sencillo imitarlos y hasta superarlos. Son, también,
los que tienen un efecto más fugaz en la retención. Las organizaciones deben,
por tanto, integrar estas ofertas inmediatas con otras soluciones a más largo
plazo.
Un segundo elemento de
iEVP es conceder a los empleados oportunidades para crecer y desarrollarse, por
ejemplo facilitando formación, promociones, asignación de nuevos roles, etc. Una
de las razones por las que las personas se mantienen en las organizaciones es
que pueden progresar en sus carreras, siendo una fuente de energía, compromiso
y realización personal que representa una parte importante del puzzle que las
compañías no pueden no considerar.
Un tercer aspecto del
iEVP es la conexión y comunidad – las conexiones entre los compañeros. Los lazos
sociales fuertes actúan como una red de apoyo crucial, promueven la
responsabilidad mutua y hacen que los profesionales se sientan apreciados y
valorados por quienes son. Como consecuencia surge una cultura inspiradora que
permite que las personas se expresen sinceramente y fomenta un profundo sentimiento de
pertenencia.
El cuarto elemento es
el desarrollo de un propósito que explique claramente lo que hacen los
empleados y por qué lo hacen. Prestar atención a este aspecto del iEVP puede
ayudar a asegurar la alineación entre los valores y objetivos personales de los
trabajadores y los de la compañía. Por ejemplo diversas investigaciones muestran
que los profesionales pueden estar dispuestos a aceptar salarios menores sin
hacen un trabajo que tenga un propósito y un significado importante para ellos.
El iVEP facilita un lenguaje común
para ayudar a los empleadores y empleados a reunirse y conversar. Pero su
implementación eficaz requiere compromiso, tiempo y esfuerzo para asegurar que
los cuatro elementos se abordan de forma holística, lo cual puede hacer
necesaria la reestructuración de los procesos internos ya que muchas organizaciones
gestionan los cuatro elementos de forma separada o secuencialmente.
El primer paso que tienen que dar los líderes es recoger y medir los datos sobre
lo lo que la compañía está ofreciendo en relación con los cuatro factores, sobre la forma
en la que los empleados los experimentan y sobre lo que éstos desean,
especialmente en términos del propósito, oportunidades de desarrollo y
comunidad.
Una vez obtenidos estos datos se pueden utilizar como base para las
conversaciones entre las distintas partes. La última fase para completar el
puzzle consiste en crear algo sostenible.
domingo, 2 de julio de 2023
EL SEGUNDO SECRETO DE LAS ORGANIZACIONES IRRESISTIBLES I: LAS TAREAS NO LOS PUESTOS DE TRABAJO
Josh Bersin en “Irresistible. The seven secrets of the world´s most enduring, employee-focused organizations”, que estamos comentando, plantea que el Segundo secreto que comparten las organizaciones “irresistibles”, es:
II.-
En el año 2020 59
millones de estadounidenses en situación de trabajar lo hacían a tiempo
parcial, microtrabajo (gig work) u otras formas de trabajo “freelance”, lo que
supone un incremento en relación con lo que ocurría en 2014.Y, el estudio de
Deloitte, realizado en 2018 sobre los millennials, encontró que aproximadamente
las dos terceras partes de estos trabajadores tienen trabajos que complementan
los de tiempo completo.
Entre las razones de
esta situación tenemos que muchas personas son cuidadoras y tienen muchas
responsabilidades, otras tienen escasa formación y no pueden encontrar un
trabajo a tiempo completo (un hecho trágico ya que muchos empleadores tienen
muchos trabajos sin cubrir por falta de mano cualificada), otras tienen
restricciones médicas; en otros casos los profesionales realizan microtrabajos
para complementar sus salarios o simplemente prefieren mantenerse
independientes.
La realidad es que
hemos pasado de una economía en la que el empleador decidía nuestra carrera a
una en la que nuestra experiencia, habilidades y ambición son los motores del
éxito. Las descripciones formales de los puestos de trabajo y las jerarquías se
están eliminando y ha llegado el momento de centrarnos en la tarea y no en el
puesto de trabajo para gestionar, dirigir y construir nuestras carreras
profesionales.
Si miramos a la forma
antigua de organizar el trabajo vemos que la mayoría de las compañías tienen
organigramas marcados por la jerarquía. Estas jerarquías tienen dos vías para
el desarrollo profesional: técnica y de gestión y, en la mayor parte de ellas
la vía técnica se detiene en un nivel más bajo. Por lo que la mayor parte de
los profesionales optan por la vía de gestión para tener posibilidades de
ascender profesionalmente.
Este camino tiene un
límite matemático. El ámbito de control (número de empleados por manager) en la
mayor parte de las compañías es de al menos 6 y está subiendo en muchas
organizaciones a 10. Por tanto si queremos seguir esta ruta la competencia es
grande. En muchos caso hay que esperar que alguien se retire, lo que hace que la
experiencia sea todavía más frustrante.
El proceso de alcanzar
un puesto de gestión se ha basado en el siglo pasado fundamentalmente en la
utilización de una serie de herramientas para decidir quién va a reemplazar a
quién. La más famosa es la matriz del talento de 9 cajas:
|
Situado
adecuadamente |
Potencial para
crecer un nivel |
Potencial para
crecer dos o más niveles |
Desempeño alto |
Retener
como especialista de alto desempeño |
Estimular para mover hacia arriba |
Preparar
para senior management |
Desempeño
sólido |
Desarrollar
para ser especialista |
Estimular para un trabajo más sustancial en el mismo nivel |
Coach
para una mejora en el desempeño en el puesto de trabajo |
Bajo desempeño |
Considerar
despido o reasignación |
Gestionar
con cuidado |
Puede
estar en el puesto equivocado o necesitar coaching |
Esta herramienta evalúa
a las personas basándose en dos ejes el desempeño en el vertical y el potencial
en el horizontal y asume esencialmente que las personas se mueven “hacia arriba”
de alguna forma y que estas progresiones verticales están asociadas
generalmente con puestos de gestión.
En la actualidad estas
matrices solo se utilizan para ejecutivos senior ya que cada vez más compañías
están utilizando lo que el autor llama el modelo del “mercado de talento” que
implica que los profesionales se mueven dentro de la compañía para encontrar
nuevas oportunidades o proyectos y crecen y aprenden en el camino.
Existen múltiples
opciones de desarrollo de carrera profesional, como, por ejemplo:
a),. Un nuevo trabajo del
mismo nivel en otro departamento.( desplazamiento lateral)
b).- Un encargo externo
( trabajar en otra compañía o en una división en otro país.
c).- Un cambio de
trabajo con otro compañero. Muchas empresas han observado como los cambios de
trabajo entre compañías externas son muy valiosos. Por ejemplo Procter y Gamble
ha intercambiado profesionales con Google para que sus trabajadores enfocados
en los productos y consumidores aprendan tecnología y los profesionales de
Google más centrados en la tecnología puedan aprender técnicas de marketing
centradas en el consumidor.
Este tipo de prácticas
se conocen como de“movilidad del talento”. La movilidad interna se puede
considerar, según investigaciones realizadas por el autor sobre prácticas de
recursos humanos, como una de las principales estrategias de management. Las
personas que se mueven de una función a otra siempre superan en su desempeño a
sus compañeros.
En los estudios más
recientes realizados por Bersin y su equipo han podido observar que un
porcentaje muy alto de compañías están rediseñando sus modelos de carreras y,
mientras casi todas promocionan hacia arriba a sus profesionales, dos tercios
de ellas admiten que con frecuencia están concediendo promociones sin obligar a
los profesionales a cambiar de nivel.
En una compañía
organizada como una red los responsables de negocio, diseñadores e ingenieros,
por ejemplo, trabajan juntos en proyectos y los líderes de los equipos con
frecuencia seleccionan a los miembros de los mismos basándose en sus
habilidades, reputación, relaciones, etc. Los individuos tienen metas de
carrera y personales por lo que buscan participar en proyectos y en trabajos en
función de sus deseos e intereses. El objetivo del gestor del proyecto o del
líder del equipo es encontrar a las personas adecuadas, construir un equipo que
encaje y gestionar el proyecto de forma que todos piensen que pueden triunfar. El
equipo decide quién es el responsable de cada tarea y, aunque algunas personas tienen
unas especialidades muy específicas, las tareas pueden variar según el equipo. Con
el tiempo, al crecer o cambiar los equipos, las personas se van a mover de un equipo a otro.
Google, PepsiCo,
Unilever, United Health Group y otras companñías han desarrollado programas de
aprendices donde los nuevos `profesionales de recursos humanos dedican tiempo a
realizar rotaciones para aprender mejor el trabajo en todas las áreas de
recursos humanos. Aprenden sobre reclutamiento, tecnología, beneficios,
retribuciones, desarrollo de liderazgo y
gestión del desempeño. Muchos de ellos rotan, también, por otras áreas
funcionales. De esta forma conocen y respetan el trabajo que realizan otros
profesionales dentro de la compañía.
La rotación por
diversos puestos puede ser también una buena forma de hacer que algunos
problemas desaparezcan al reducir los sesgos y prejuicios en las decisiones ya que,
con frecuencia, en el trabajo hemos pensado que una determinada persona si
trabaja en un área concreta no puede entender a los que trabajan en otra. Por
ejemplo en Unilever durante la pandemia dedicaron a los profesionales de ventas
responsables de productos de alimentación a restaurantes a potenciar la venta de soluciones higiénicas y
a otros que vendían productos de cosmética a tareas de oficina. Personas que de otra
forma no hubiesen tenido casi nada que hacer aprendieron nuevas habilidades y
generaron ingresos.
Existe otra razón por
la que las compañías irresistibles operan de esta forma: este enfoque centra la
compañía hacia el desarrollo constante al compartir y el recompensar las
habilidades.
Cualquier trabajo,
independientemente de lo bien definido que esté está experimentando un cambio
radical y transformacional, debido a que la rapidez en la maduración de la automatización, la inteligencia artificial
y la tecnología cognitiva están modificando las descripciones de los puestos de
trabajo rápidamente.
De hecho, una nueva
disciplina, aquella de crear “caminos de carreras profesionales” está ayudando
a las compañías a gestionar estos cambios. Al volverse los puestos de trabjo
más automatizados las personas deben ser capaces de moverse a roles adyacentes
si desean añadir más valor a sus carreras profesionales.
Cualquier trabajo está
siendo automatizado a una gran velocidad, por ejemplo los profesionales de
ventas están utilizando plataformas de CRM o los ingenieros están empleando
herramientas complejas para diseñar
sistemas.
Las tareas directivas
se están, también, automatizando y, por ejemplo, los líderes cuentan con
sistemas que les muestran la productividad de sus profesionales, su progreso
hacia las metas y, hasta, sus sentimientos en el trabajo. Zoom, Weber y
Microsoft Teams pronto serán capaces de medir las expresiones faciales para
mostrarnos quién está estresado en el trabajo y qué directivos están forzando
demasiado a sus colaboradores.