miércoles, 24 de julio de 2024

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL TODAVÍA NO NOS PUEDE REEMPLAZAR EN EL TRABAJO

 

Valery Yakubovich, director ejecutivo de Wharton Mack Institution for Innovation in Management, como recogen en Wharton at Knowledge del pasado 2 de Julio, plantea que la Inteligencia Artificial ( IA) generativa tiene todavía un largo camino por recorrer antes de que no requiera una intensiva supervisión humana, por lo que los trabajadores pueden dejar de preocuparse ante la posibilidad de ser reemplazados por IA generativa.



En un ensayo publicado en The Wall Street Journal, junto a Peter Capelli y Prasanna Tambe, sugieren que la AI creará más trabajos para las personas porque necesita la supervisión humana intensiva para producir resultados utilizables. Mantienen que el trabajo moderno es complejo y la mayor parte de los trabajos implican más aspectos de los que la IA es buena en la actualidad.

Yakubovich piensa que:

a).- Aunque la IA generativa ha avanzado con gran rapidez todavía tiene que recorrer un gran camino hasta que pueda funcionar de forma autónoma y predecible, factores clave para que sea de confianza.

b).- Modelos amplios de lenguaje (LLM) como ChatGPT son capaces de procesar mucha cantidad de datos pero no pueden diseccionarlos con exactitud y pueden conducir a la información engañosa conocida como “alucinaciones de la  IA”.

c).- Las compañías sienten aversión por el riesgo y necesitan mantener un elevado nivel de eficiencia y control para tener éxito, por lo que no van a precipitarse a despedir a sus profesionales para sustituirles por una tecnología que todavía tiene muchos problemas que solucionar.

A pesar de todas sus debilidades actuales la IA generativa se ha promocionado por su capacidad para gestionar lo que muchos consideran como comunicación “mundana” en el trabajo: la interacción online con los clientes, la producción de informes y la preparación de notas de marketing como las notas de prensa.

Yakubovich destaca que la mayor parte de las interacciones en el trabajo son comunicaciones informales y que gran parte del conocimiento de la organización es tácito y que aunque las herramientas digitales son capaces de capturar ambos nadie quiere que sus correos electrónicos o transcripciones de Zoom, por ejemplo, sean analizadas libremente por un LLM, siendo la calidad de la información extraída difícilmente verificable.

Las organizaciones tampoco quieren que la IA generativa esté involucrada en asuntos políticamente sensibles, especialmente si existen preocupaciones legales. Además muchas de ellas carecen de la estructura necesaria para manejar la tremenda cantidad de información que la tecnología es capaz de recoger, por lo que los seres humanos todavía juegan un papel muy importante en hacer que todo tenga sentido.

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