miércoles, 16 de octubre de 2019

5 FORMAS DE CREAR UN MEJOR ENTORNO LABORAL


Marlene Chism en SmartBrief on Leadership del pasado 7 de octubre plantea que los líderes a todos los niveles tiene  el poder de realizar pequeños cambios que, con el tiempo, van creando entornos mejores para trabajar y de esta forma atraer y retener a los profesionales.
Algunas de sus recomendaciones son:

1.- LIDERARSE A UNO MISMO

William Penn decía que “Ningún hombre está preparado para dirigir a otro si no es capaz de liderarse a sí mismo”. El auto-liderazgo consiste en saber quiénes somos y en qué creemos, para, posteriormente, tomar decisiones e introducir correcciones basadas en esta autoidentificación.

La autora propone crear una máxima que represente la línea de conducta que queremos seguir y comprobar que cada decisión y conducta respeta nuestra máxima para saber si estamos consiguiendo autoliderarnos.

2.- GENERAR CONFIANZA

Seguramente no existe un factor más importante para nuestra reputación como líderes que el de ganar la confianza de nuestros subordinados, compañeros y jefes. Según recoge Stephen M. R. Covey en su libro “Speed of trust”, la confianza se puede desglosar en dos componentes primarios:

a).- Carácter, que incluye nuestra integridad, motivos e intenciones hacia las personas.

b).- Competencia, que incluye nuestras competencias, resultados e historia profesional.

Chism sugiere que creemos nuestra propia auditoria de confianza, compuesta por 5 rasgos de carácter y 5 de competencia y que nos evaluemos del 1 al 10 para comparar los resultados con los de 10 encuestas anónimas realizadas por voluntarios en las que nos valoren.

3.- SER SINCEROS, PERO CON AMABILIDAD

Dar feedback puede ser complicado por lo que muchos líderes noveles tienden a evitar conversaciones difíciles. No cuentan con las competencias necesarias para superar las emociones que les generan por lo que procrastinan. Evitar abordar la realidad solo sirve para ocasionar resentimientos y sorpresas no deseadas más tarde.

La autora recomienda centrarse en hechos y no en emociones o frustraciones. Para ello primero debemos identificar los fallos en el desempeño ( qué están haciendo y qué no están haciendo) y analizar su repercusión sobre la organización. Por ejemplo: decir “Cuando no damos la bienvenida rápidamente a los clientes corremos el riesgo de perderlos” es más adecuado que “No eres muy observador y parece que realmente no te importa nada”.

Cuando aprendemos a establecer los hechos sin dejar que la emoción nos domine es más fácil abordar los pequeños problemas antes de que crezcan y tengan una solución más complicada.

4.- DEJAR DE RESCATAR

Ser líder no significa que tengamos que solucionar todos los problemas. Si lo hacemos estamos creando una codependencia. Debemos distinguir entre ayudar y rescatar. Ayudar consiste, por ejemplo, en enseñar a pescar mientras rescatar sería servir pescado para cenar y luego fregar los platos.

Por tanto cuando un profesional venga a nosotros con un problema debemos estar preparados para ayudar a que pueda resolverlo actuando como un coach. Para ello debemos hacerle preguntas relevantes para la situación. Algunas que son útiles para comenzar pueden ser: ¿Qué es lo que has hecho hasta el momento?, ¿Qué posibilidades y elecciones crees que tienes? o ¿Qué es lo que pretendes conseguir?

5.- EVITAR CAER EN ESTEREOTIPOS Y PREJUICIOS

Como líderes debemos constantemente ser conscientes de cómo “vemos” a nuestros profesionales. Todos somos víctimas de prejuicios inconscientes estereotipando a las personas en función de su edad, antecedentes, raza, educación y otras características. La forma en que vemos a los demás afecta a cómo interactuamos con ellos.

Para evitarlo podemos crear un “prejuicio consciente” que busque el contemplar la humanidad, potencial y valores de nuestros colaboradores.












No hay comentarios:

Publicar un comentario