miércoles, 11 de diciembre de 2024

EL PODER DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA) PARA MOLDEAR LAS NEGOCIACIONES

 


Horacio Falcao en INSEAD Knowledge del pasado 10 de diciembre plantea que la idea de unir la IA con el proceso de negociación se podía considerar un sueño pero que el lanzamiento de sistemas de IA más sofisticados puede posibilitar que deje de serlo.

La negociación, tradicionalmente , se ha considerado como un arte o tarea intensamente humana que requiere mezclar movimientos colaborativos y competitivos  para superar la complejidad, la asimetría en la información y la desconfianza para llegar a un resultado aceptable. Solo en las últimas décadas ha evolucionado hacia una ciencia centrada en codificar un enfoque sistemático de resolución de problemas para conseguir el éxito.

Existen tres formas principales en las que la IA puede utilizarse para ofrecer apoyo para las negociaciones:

1.- Asistencia. Sistemas LLMs como ChatGPT, BERT y LaMDA pueden emplearse durante la fase de preparación o actuar como asistentes para la negociación. Pueden facilitar información relevante sobre los mercados, ofrecer consejos sobre mejores prácticas o actuar como negociador oponente en escenarios de role playing, por ejemplo.

Estas herramientas han conseguido abaratar los costes de preparación para obtener información relevante, aprendizaje y consejos básicos y para ensamblar una estrategia fuerte, pudiendo ofrecer , por tanto, unos resultados de mejor calidad en menos tiempo y con un menor coste. Pero, en el momento actual los consejos pueden ser genéricos, la información puede ser errónea y las simulaciones dudosas, lo que se espera que se corrija con los LLMs del  futuro.

2 y 3.- Semiatomatización ( el agente solo cierra la negociación después de una consulta con un negociador humano) y automatización (el agente cierra la negociación sin una consulta con un negociador humano).

La adopción de sistemas de IA para apoyar a las negociaciones puede producir una ventaja competitiva, ganancias a corto plazo y una curva de aprendizaje más breve, pero requiere la inversión de tiempo y dinero para cambiar los procesos y sistemas existentes, por lo que va a pasar algún tiempo antes de que podamos observar un cambio evidente hacia agentes negociadores automatizados o semiautomatizados.

La IA puede equilibrar las debilidades del  equipo negociador, ofrecer ventajas asociadas a la eficiencia de las máquinas y reinventar la forma en la que negociamos.

Las negociaciones humanas están limitadas por las emociones, los prejuicios cognitivos y la ignorancia sobre las mejores prácticas todo lo cual puede entorpecer nuestra habilidad para diseñar y acordar soluciones óptimas. Mientras los sistemas de IA, cargados con datos históricos,  pueden desarrollar prejuicios, éstos pueden ser reducidos o erradicados con más facilidad que los humanos al no experimentar emociones.

Las negociaciones en la actualidad no suelen ser grabadas lo que nos deja sin saber lo que ha pasado durante el proceso, incluyendo posibles prácticas poco éticas o ilegales. Utilizar la IA puede incrementar la trazabilidad y transparencia del proceso y facilitar las auditorías  lo que puede ayudar a las organizaciones a mejorar sus habilidades negociadoras, los resultados, la equidad y la responsabilidad.

En el momento actual los que emplean la IA en las negociaciones lo están haciendo para negociar mejor pero los procesos son esencialmente los mismos. Una posibilidad puede ser que se utilice para rediseñar la forma en la que negociamos, por ejemplo la IA puede manejar tantos datos a la vez que cada parte puede compartir sus intereses y preferencias en una “caja negra” de IA o mediadora, donde ninguna d elas partes va a ver los límites o secretos de  la otra, pero la IA puede usar ese enorme volumen de información para producir soluciones óptimas.

El uso de agentes negociadores a través de la IA puede presentar algunos problemas entre los que se encuentran el que se creen para negociar estrategias ganar –perder, el que desarrollen prejuicios y busquen llegar a acuerdos injustos o poco éticos, si se les entrena para que sean puramente utilitarios. También pueden aparecer problemas relativos a la privacidad de los datos y confidencialidad y compliance. Por ejemplo revelar detalles confidenciales informalmente durante una negociación puede ser una práctica común para genera confianza pero en una negociación automatizada o semiautomatizada información confidencial captada puede tener el riesgo de ser divulgada o explotada en otro momento y  lugar sin un consentimiento previo.

Como conclusión, mientras la tecnología continua su evolución, los investigadores y desarrolladores , así como los que la utilicen, ser muy cuidadosos,  ya que la integración de la IA en el proceso de negociación requiere un enfoque equilibrado que afiance sus ventajas mientras mitiga los riesgos, al tiempo que segura que la tecnología es ética, beneficios y efectiva.

 


domingo, 8 de diciembre de 2024

NEGOCIAR CON PERSONAS COMPLICADAS. CUIDAR LOS EGOS

 


Scott Walker en “Order out of chaos. Win every negotiation. Thrive in adversity. Become a world-class communicator”, que estamos comentando  plantea que cuando estamos negociando con personas complicadas o de mucho peso y valía si no seguimos una serie de reglas básicas nos podemos encontrar inmersos en una batalla de egos. Por tanto, nuestro enfoque debe comenzar por ir más allá de una forma de pensar y comunicar “nosotros versus ellos”. No tiene que existir lugar para un enfoque “yo tengo razón y tú estás equivocado”, si queremos comunicar de forma consistente a un nivel elevado.

En estos casos se trata de comunicar con otra persona que está permitiendo que su sistema operativo subconsciente domine la situación , mientras nos aseguramos de que no salimos malparados como resultado. Alimentar su ego, por tanto, puede ser una opción viable, ya que es lo que necesita y, también, si es necesario permitirle que “salve la cara”. Las personas con frecuencia no tienen intención de meterse en determinadas situaciones, ni quieren mostrar su enfado o hartazgo, por ejemplo una de las cosas que hacen que se prolonguen, en ocasiones, los secuestros  o que una persona se encarame a un tejado y amague tirarse desde él, es que no pueden soportar la idea de encarar el que se rindan o desciendan en presencia de sus familiares, amigos o conocidos. Se preocupan de que el hacerlo se interprete como un signo de debilidad. Por esta razón, la policía se asegura de que ningún miembro del público se encuentre cerca del escenario cuando negocian con una persona en crisis.

Si tenemos que mantener una conversación en la que “salvar la cara” puede ser importante, debemos considerar remover a la audiencia y, quizás, alterar el entorno inmediato, de forma que la persona con la que estamos hablando se sienta más segura y más dispuesta a cambiar su forma de pensar o reconocer sus emociones. Mientras una persona no se sienta segura de este modo, no será capaz de regular sus emociones suficientemente para considerar adoptar un pensamiento racional y objetivo.

Walker propone dos técnicas para ayudarnos a negociar con personas complicadas, basadas en:

I.-Buscar cómo entender su modelo del mundo

II- Tener éxito en negociaciones estresantes, emocionales o sensibles.

I.-BUSCAR CÓMO ENTENDER SU MODELO DEL MUNDO

Debemos comenzar por aclarar lo que entendemos por personas difíciles. Normalmente nos referimos a alguien que es excesivamente demandante o que proyecta un enorme ego. Estas personas adoran tener el control y no siempre valoran sinceramente nuestras contribuciones o a nosotros, tratándonos con poco respeto. Podemos encontrar que nos cuesta sentirnos cómodos o atraídos por ellas, ya que pueden dar la impresión de que sienten que están por encima de nosotros.

Pero no vamos a poder influir o persuadir a alguien, que es realmente el fin de cualquier negociación, si previamente ya  tenemos un juicio formado sobre esa persona. Primero debemos procurar entender “de dónde viene” esa persona y por qué antes de pretender empezar a pensar sobre cómo hacer que comprenda nuestra posición..

Negociar con personas difíciles con frecuencia incluye tener que hacerlo con esas personas cuyas opiniones, motivos y comportamientos nos disgustan o creemos que están completamente equivocados. Puede que hasta desconfiemos de ellas, pero debemos evitar que nuestro ego se entrometa y encontrar las oportunidades donde sea posible para crear valor y progreso en la negociación en la que estamos inmersos.

Mientras existen estrategias bien conocidas que nos pueden ayudar a alcanzar nuestra metas en una negociación, tales como BATNA ( mejor alternativa en un acuerdo negociado o cuál es nuestra alternativa límite si la negociación falla) o ZOPA ( zona de acuerdo posible o terreno común sobre el que ambas partes pueden llegar a un acuerdo), la mayor parte de estas estrategias ignoran el hecho de que los seres humanos no negociamos o tomamos decisiones racionalmente y objetivamente, aunque pensemos que lo hacemos.

Cuando hay mucho en juego las emociones dominan todo. Por lo que dominar el arte de la inteligencia emocional es tan importante para tener éxito en una negociación. Si no somos capaces de identificar y gestionar nuestras emociones y las de los demás, no será una experiencia agradable para las personas implicadas.

En su libro “Thinking fast and slow”, Daniel Kahneman explicaba como los humanos no siempre tenemos el control consciente de nuestros pensamientos y acciones y, por tanto, estamos abiertos a la influencia y persuasión. Destacaba  que tenemos dos sistemas de pensamiento:

a).- Sistema 1: impulsivo, intuitivo y emocional.

b).- Sistema 2: lento, deliberado y lógico.

El sistema 1 impacta directamente en lo que ocurre en el 2, que es el que determina cómo pensamos, sentimos y actuamos. Por tanto si a través de nuestro lenguaje y empatía podemos tener algún efecto en el sistema 1 de la otra persona, podremos predecir las respuestas de su sistema 2. En ocasiones tener éxito con personas difíciles radica simplemente en que puedan “salvar la cara”. Por ejemplo en negociaciones en caso de secuestros si caemos en la tentación de humillar a los secuestradores, el resultado no va a ser bueno para los rehenes.

Debemos recordar que las personas no pueden escuchar realmente cuando se encuentran en un estado altamente emocional (sistema 1). Una forma de conseguir que intervenga el sistema 2 consiste en etiquetar las fuertes emociones que se pueden estar volcando sobre nosotros, tales como rabia y frustración. Podemos hacerlo diciendo, por ejemplo: “parece que” o  “suena a que….” e insertamos la emoción que estamos contemplando. Luego debemos permanecer en silencio y esperar. Esto ofrece a la otra persona el espacio necesario para ser conscientes de lo que les hemos dicho y aclarar y verificar sus emociones. Aunque inicialmente etiquetemos las emociones incorrectamente es útil porque subconscientemente interpretarán que estamos intentando ver y comprender las cosas desde su perspectiva.

En los casos en los que no estemos de acuerdo con la forma en la que está hablando la otra persona o con el contenido de su argumento tenemos que seguir mostrando empatía, ya que aunque nos resulta duro demostrar empatía a las personas si no estamos de acuerdo con sus valores o cuando nos están, por ejemplo, gritando, es necesario que lo hagamos para intentar crear una sintonía.

Walker ofrece las siguientes claves, a tener en cuenta,  sobre la empatía cognitiva.

1.- La empatía no es simpatía, ni estar de acuerdo necesariamente con la otra persona o sentir lo que están experimentando.

2.- La empatía consiste en la identificación de la situación del otro, de sus motivos y sus emociones y comunicárselo para que se sienta visto, escuchado y comprendido.

3.- Hacer el esfuerzo de entender correctamente es lo que importa.

4.- La empatía crea una atmósfera positiva para la resolución de problemas.

5.- La empatía no debe incorporar juicios y debe reconocer el punto de vista de la otra persona.

Otros aspectos que debemos tener en cuenta para procurar comprender a la otra parte son el aceptar que en conversaciones o situaciones difíciles debemos esperar recibir demandas de parte de la otra persona y que éstas serán de todas las formas y tamaños y que tenemos tener en cuenta la posición en que siente que se encuentra con respecto a nosotros.

Por ejemplo, si alguien nos dice que no le podemos ayudar y que digamos lo que digamos no va a servir y que le gustaría tener las oportunidades que tenemos nosotros, nos está transmitiendo una baja autoestima y probablemente se siente en un  plano inferior al nuestro.

Por el contrario, si dice ,por ejemplo: “Escucha, yo me conozco y tu no sabes nada de esto. Se lo que tengo que hacer y no necesito tus consejos”, seguramente esa persona piensa que es mejor que nosotros y está mostrando señales de un ego poco sano, al tiempo que se considera mejor que nosotros.

El ideal en una negociación es encontrar un punto de mutuo respeto en el que ambas partes sientan que sus necesidades y resultados están siendo satisfechos en la situación. Este es el momento en el que las partes están escuchando activamente, demostrando empatía y sintiéndose bien con sí mismas y que seguramente conducirá a que todos estén dispuestos a seguir teniendo contacto unos con otros y haciendo negocios, si es su objetivo.

En el entorno laboral, en ocasiones, los directivos y los líderes de equipo tienen que mantener conversaciones con miembros de sus equipos que pueden ser considerados como “difíciles” de tratar. Estas personas son oponentes que merecen la pena porque nos obligan a dar pasos para sintonizar realmente con su modelo del mundo. Por ejemplo, algún miembro del equipo puede estar teniendo un desempeño peor del esperado y cuando se reúnen para hablar sobre ello puede mostrarse  reticente a revelar las causas de ese bajo desempeño. Puede, también, rechazar nuestra oferta de tomarse un tiempo libre o de reducir su carga de trabajo, afirmando que puede gestionar su problema él mismo y que nos lo notifica por respeto, por si notamos un cambio en su comportamiento.

Otras personas pueden rechazar aceptar nuestros consejos directamente porque consideran que sería una señal de debilidad el pedir ayuda emocional. La forma de atravesar las barreras sería convencerles de que nuestra propuesta o consejo ofrece una ventaja para ellas, diciendo, por ejemplo: “Al hablar de tus preocupaciones podemos ofrecerte asistencia. A veces ayuda el compartir un problema y podemos remitirte a alguien que te pueda apoyar mejor.” Debemos recordar halagar su habilidad para tomar decisiones difíciles: “ Se necesita valor para hablar de estos temas”, “ Eres valiente al hablar sobre tus emociones y sobre cómo te sientes”, “Se necesita fortaleza para admitir que tienen estos pensamientos algo oscuros” o “Es tu decisión el elegir el tipo de apoyo que requieres y el aceptarlo”

Podemos volver a alimentar el ego una vez más en este momento y permitirles que se sigan considerando a cargo de la situación diciendo, por ejemplo: “ Estás en tu derecho a declinar la ayuda”, “ Tu puedes decidir lo que quieres discutir y lo que es importante para ti en este momento” o “Puedes detener la discusión en cualquier momento. Todo es confidencial y nadie tiene por qué conocerlo salvo que lo quieras compartir”.

El autor recalca la importancia de ser conscientes de que los ejemplos anteriores constituyen solo una pequeña parte de la “caja de herramientas” de un negociador y que hay que mostrar grandes dosis de escucha activa, así como utilizar otras técnicas como las preguntas abiertas, las pausas deliberadas y el etiquetado emocional para que estas estrategias sean lo más eficaces posible.

 

 

 

 

miércoles, 4 de diciembre de 2024

CÓMO CREAR UNA CULTURA DE RESPETO A LOS VALORES DE LA ORGANIZACIÓN

 


S. Chris Edmonds en SmartBrief on Leadership del pasado 26 de noviembre plantea que los líderes senior pueden crear una cultura productiva y positiva al modelar y comunicar unos comportamientos y reconocerlos y recompensarlos.

Para sostener y mantener la cultura los líderes deben vivir los valores de la organización en cada interacción y conseguir mediante coaching que lo hagan el resto de los profesionales de su organización. No pueden delegar esta labor de crear la cultura en nadie. Es responsabilidad de ellos el trabajar para movilizar a las personas para generar la cultura ideal y deseada.

El autor recomienda que los líderes sigan estas cinco prácticas, que considera clave, para conseguir una cultura positiva, con un significado y productiva:

1.- Liderar con el ejemplo

Los líderes senior deben abrazar e incorporar los valores y comportamientos que quieren instilar en su organización, ya que son un ejemplo y son observados continuamente  por los líderes de los equipos y por los miembros de éstos. Deben mostrar consistentemente los comportamientos valorados que quieren que su profesionales emulen.

2.- Comunicar

Regularmente los valores y comportamientos  fundamentales para el funcionamiento de  la organización. Al reforzar estas reglas básicas de manera formal e informal los líderes senior se aseguran de que a los empleados se les recuerdan los comportamientos valorados con frecuencia y que entienden su importancia.

3.- Contratar

Los líderes senior deben priorizar contratar profesionales que abracen los valores y comportamientos de la organización. De esta forma se ayuda a crear un entorno laboral en el que los trabajadores están alineados de forma natural con los comportamientos valorados por la organización, lo que asegura que los profesionales modelen estos comportamientos en sus interacciones diarias con sus compañeros, jefes, proveedores  y clientes.

4.- Recompensar

Reconocer y recompensar a aquellos profesionales que muestren los comportamientos valorados definidos. Los líderes senior deben estar alerta para detectar la demostración de los valores esperados.

5.- Validar los comportamientos alineados y reconducir los no alineados

Los líderes deben garantizar que los profesionales sean responsables de sus comportamientos, no tolerando la falta de respeto entre compañeros, por ejemplo

 

domingo, 1 de diciembre de 2024

CÓMO GESTIONAR A PROFESIONALES SOBRECARGADOS DE TRABAJO

 


Laura Hills en “The problem employee. How to manage the emloyees no one wants to manage” que estamos comentando, plantea que existe un coste oculto en el caso de tener profesionales que experimenten de forma continua un exceso de carga de trabajo. Los resultados suelen ser una reducción en la productividad, errores y baja moral de los profesionales, así como la pérdida de oportunidades de crecimiento.

Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores de  la Universidad de Stanford encontró que el output de los profesionales descendía abruptamente después de trabajar 50 horas a la semana y que se despeñaba cuando superaban las 55 horas semanales. Según este estudio un empleado que trabaja 70 horas en una semana no aporta nada en las 15 últimas horas. Exceso de horas trabajadas se asocia, también, con niveles más altos de absentismo y elevada  rotación de los profesionales, lo cual resulta costoso para la organización.

Los trabajadores sometidos a un exceso de trabajo crónico corren el riesgo de desarrollar malos hábitos en relación con su salud, que pueden tener consecuencias severas para ellos, como trastornos del sueño o  malos hábitos alimenticios.

Hills sugiere que, aunque parezca que no podemos hacer nada ante esta situación, existen distintas cosas que podemos hacer para ayudar a los colaboradores que la están padeciendo. Entre ellas.

1.- Mejorar la eficacia de nuestra comunicación. En épocas con exceso de carga de trabajo no es el momento ideal para empezar a saltarnos reuniones para ahorrar tiempo. De hecho, normalmente necesitaremos más oportunidades para la comunicación cara a cara con el equipo en estos momentos, porque no hacerlo puede ser interpretado por los trabajadores afectados como una señal de que no nos preocupamos por ellos o por su situación y se sentirán aislados. Se deben utilizar las reuniones de forma regular para mantener al equipo centrado en las metas de la organización y para reconocer los resultados positivos y esfuerzos que realizan los miembros del mismo diariamente. Independientemente de la carga de trabajo los profesionales se sentirán mejor si trabajan juntos como un equipo, lo que requiere comunicación adecuada y frecuente.

2.- Admitir que existe un problema. Reconocer ante los miembros del equipo que existe un problema por el exceso de carga de trabajo y que lamentamos de verdad el que impacte en ellos de la forma en la que lo está haciendo. No minimizar o tratar de suavizar la realidad ni tratar de ocultarla. Si la carga de trabajo es masiva hay que reconocerlo.

3.- Trabajar duro personalmente. Los profesionales se sentirán molestos si perciben que ellos se están esforzando al máximo mientras sus jefes están tranquilos y sin agobios. Ayudar todo lo que se pueda pero sin tratar de cubrir todos los huecos para evitar nuestra sobrecarga, ya que terminaríamos sufriendo burnout y con la reputación dañada, sin garantizar que el trabajo se haya hecho de la manera correcta. Dejar que los miembros del equipo vean que trabajamos duro para ayudarles pero sin terminar exhaustos.

4- Desarrollar y compartir cuál es la estrategia a largo plazo de la organización para que sus profesionales puedan percibir que es una situación temporal y limitada. No prometer aquello que no se puede ofrecer, pero compartir las aspiraciones reales.

5.- Hacer algo para mejorar la situación inmediatamente, aunque sea menor y temporal. Por ejemplo contratar temporalmente a alguien.

6.- Recordar las metas más inmediatas y celebrarlas cuando se alcanzan.

7.- Ser realista. Puede no ser razonable esperar que se cumplan todas nuestras expectativas cuando nuestro equipo está sobrecargado de trabajo. Puede ser conveniente retrasar algunas metas o desecharlas totalmente.

8.- Hacer todo lo  posible para apoyar a nuestros colaboradores y para facilitar su trabajo. Por ejemplo ayudándoles a establecer prioridades o asegurándonos de que tienen las herramientas y recursos que necesitan para poder realizar bien su trabajo o eliminando todos los obstáculos en su camino que podamos. También debemos escucharles cuando tienen algún problema para completar su trabajo a tiempo y siempre preguntarles cómo podemos ayudarles.

9.- Recompensar los esfuerzos de los trabajadores sobrecargados. Nuestro reconocimiento sincero, felicitaciones y gratitud pueden significar una gran diferencia para un profesional que se está esforzando mucho. Hay que buscar y tener pequeños gestos que demuestren nuestro reconocimiento y aprecio por su trabajo duro.

10.- Agradecer a los profesionales y a sus familias. Es importante reconocer el elevado nivel de estrés que supone el exceso de trabajo para el profesional y para su familia.

11.- Ser un modelo de un estilo de vida sano y cuidarse físicamente y emocionalmente durante los tiempos de sobrecarga de trabajo y fomentar que los miembros del equipo también lo hagan.

12.- Valorar los riesgos de contar con un equipo cuyos miembros se sienten exhaustos y por tanto, más proclives a cometer errores.

13.- Evitar los tópicos.  Si sentimos la tentación de dirigirnos a nuestro equipo sobrecargado de trabajo para decirles que se animen o que hagan más con menos, no caigamos en ella, ya que esta estrategia va a volverse casi siempre en contra nuestra y nuestro empleados se sentirán menos comprometidos que nunca. Hay que hablar sobre la crisis de sobrecarga de trabajo con honestidad, sin caer en tópicos o clichés.

14.- Identificar la causa raíz de la sobrecarga de trabajo crónica. Puede ser debida a múltiples causas, por ejemplo: gran rotación de profesionales, absentismo elevado, exceso de emergencias y urgencias para las que la organización no está preparada. Hay que averiguar lo que hay que hacer para resolver las causas de este problema crónico. Si no sabemos lo que podemos hacer puede ser necesario buscar ayuda, interna o externa.

15.- Buscar actividades que se puedan realizar en grupo y sean divertidas y sirvan para aliviar tensiones y estrés.

16.- Evitar pensar que todos deberían estar dispuestos a esforzarse tanto como lo estamos nosotros. Como directivos es probable que hayamos aspirado a desempeñar ese rol y hayamos estado dispuestos a hacer todo lo necesario para alcanzarlo, aceptando la carga de trabajo que conlleva, pero debemos aceptar el hecho de que no todos los miembros del equipo son ni deben ser como nosotros, ya que la productividad de cada profesional está dirigida por su motivación e intereses individuales.

17.- Fomentar pausas y descansos. Los profesionales necesitan hacer pausas en el trabajo a lo largo de su jornada laboral aunque no reconozcan esta necesidad.

18.- Ofrecer incentivos. Pueden servir para que los profesionales sobrecargados se mantengan centrados y se sientan recompensados por sus esfuerzos cuando trabajan duro. No tienen que ser muy costosos y si existen restricciones económicas no tienen que ser de este tipo, pero no por ello hay que dejar de reconocer y recompensar de alguna forma el trabajo bien hecho, a pesar de las circunstancias.

19.- Evaluar lo que funciona y lo que no lo está haciendo. Cuando los profesionales están sobrecargados pueden no dedicar tiempo a evaluar sus sistemas y procesos de trabajo. Dedicar , al menos 20 minutos, para ver cómo está funcionando el equipo puede servir para identificar nuevas y mejores estrategias que puedan mejorar el flujo de trabajo. Hay que preguntar a los miembros del equipo  cómo están empleando su tiempo y junto a ellos tratar de identificar las tareas repetitivas y pasos innecesarios que pueden ser eliminados.

20.- Aprender a decir no cuando se plantea la posibilidad de la asignación de un nuevo trabajo para el equipo. Preguntarnos si es necesario, si otros lo pueden hacer o si se puede hacer más tarde.

A pesar de todo existirán ocasiones en las que no existirán otras alternativas y tendremos que pedir a nuestros profesionales que continúen con el exceso de trabajo. Cuando esto ocurre Karen Miller sugiere una serie de estrategias que ayudan a que los profesionales se sientan valorados y cómodos mientras realizan horas extra. Éstas son:

a).´- Hacer todo lo posible para que el lugar de trabajo se mantenga vibrante, cómodo y atractivo cuando los empleados tengan que extender su horario laboral.

b).- Tomar medidas para garantizarla seguridad de los profesionales.

c).- Alimentar a los empleados. La comida nutritiva mantienen los niveles de energía altos y puede motivar a los profesionales a tener una mejor opinión de la organización.

d).- Reconocer y agradecer a los profesionales que se queden a trabajar más horas, mostrándoles que agradecemos y apreciamos su esfuerzo extra. Buscar ocasiones para el reconocimiento en público y redactar cartas de agradecimiento y reconocimiento para que figuren en sus expedientes personales.

e).- Buscar formas de ayudar a los profesionales para que puedan satisfacer las demandas de su vida personal y laboral, reduciendo procedimientos de trabajo innecesarios, facilitando ayudas para guardería, etc.

Ron Ashkenas sugiere las siguientes estrategias que se pueden proponer a los profesionales que se sientan sobrecargados de trabajo de forma continua:

1.- Reflexionar sobre las metas, tanto profesionales como personales. Pensar en las aspiraciones que tenemos para nuestra carrera profesional y para nuestra vida. Reflexionar sobre qué es lo que queremos conseguir, sobre cuáles son nuestras prioridades y sobre qué nos hace sentirnos plenos. Centrarnos en lo que es verdaderamente importante para nosotros y tenerlo en cuenta cuando nos piden que dediquemos más tiempo y esfuerzo en nuestro trabajo, ya que podemos tener que retrasar nuestra gratificación por el momento, pero lo que hacemos hoy puede tener un impacto beneficioso en el futuro.

2.- Hablar sobre nuestras metas y prioridades con las personas más cercanas a nosotros. Averiguar hasta que punto nuestras expectativas coinciden con las suyas. Buscar su apoyo a que trabajemos más para que no se sientan decepcionados con nosotros , ni nosotros con ellos porque sintamos que no nos entienden.

3.- Abrir un diálogo en el trabajo para buscar formas de rediseñar los proceso de trabajo para poder gestionar mejor nuestras tareas, encontrando formas para hacer mejor y más rápidamente éstas sin sacrificar la calidad.

4.- No quedarnos hasta tarde en el trabajo porque queremos que piensen que trabajamos mucho. No convertirnos en mártires del trabajo, buscando excusas para permanecer más tiempo en él. Quedarnos siempre que exista unos requerimientos de trabajo legítimos.

5.- No crear una nueva situación de normalidad. Una vez que comenzamos a ampliar nuestro horario de trabajo el hecho de trabajar las horas “normales” nos empieza aparecer que es una forma de “escaqueo”. El trabajar en exceso debe ser la excepción, no la norma.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA) GENERARÁ GRANDES CEO´s O ZOMBIES

 


Winston Thomas en Digital&Workforce Trends del pasado 25 de noviembre plantea que la IA generativa actual no solo ofrece datos, sino decisiones. Se va a convertir en el instrumento más potente para un CEO y potencialmente en el motivo de su caída, ya que la IA generativa se puede considerar como una espada de dos filos, capaz de lanzar la organización hasta lo más alto y mandarla directamente al caos.

La intuición humana no puede competir con las capacidades analíticas de la IA, especialmente en la toma de decisiones bajo presión. La IA generativa la están utilizando actualmente los CEO´s para:

1.- Reconocimiento de patrones superhumano, ya que es capaz de analizar simultáneamente décadas de tendencias de mercado, identificar patrones que somos incapaces de detectar y simular cientos de futuros potenciales para el negocio.

2.- Objetividad implacable, ya que ofrece análisis sin prejuicios que pueden validar los instintos o cuestionar las presunciones del CEO antes de cometer un error costoso. Puede plantearse en este caso la pregunta de si la IA generativa va a servir para crear mejores CEO´s o simplemente unos con mayor aversión al riesgo.

3.- Viaje en el tiempo estratégico, ya que sus capacidades de planificar escenarios permiten ver las implicaciones a largo plazo de las elecciones actuales.

El peligro es que la IA generativa  termine minando el liderazgo entre otras razones por:

a).- La trampa de la automatización: la eficiencia seductora de la IA puede convertir a líderes visionarios en managers de proceso glorificados. Cuando dejamos que los algoritmos tomen todas las decisiones no estamos liderando, estamos manteniendo.

b).- La desconexión humana. Una dependencia excesiva en las aportaciones de la IA puede crear una distancia peligrosa entre el CEO y sus profesionales, ya que éstos necesitan un líder, no un intérprete de datos. Investigaciones muestran que una dependencia extrema en la IA puede promover un estilo de liderazgo frio y mecánico que mata la innovación y aleja al talento. Surge por tanto la pregunta de qué define a un CEO de éxito en la era de la IA: alguien que puede dar entrada a un algoritmo de forma experta o alguien que conoce en profundidad el mercado y los clientes a nivel personal.

c).- El campo de minas ético. Cada decisión movida por la IA deja un rastro digital. En una era de un escrutinio cada vez mayor hay que plantearse si se van a poder defender las decisiones de la IA si afectan a la vida de las personas.

No hay que olvidar que el liderazgo, también, consiste en construir relaciones, asumir riesgos calculados e inspirar al equipo y es en esto en lo que la IA puede convertirse en un apoyo peligroso.

La IA generativa está aquí para quedarse por lo que debemos saber cómo aprovechar sus ventajas sin caer en sus trampas y para ello debemos:

1.- Lograr un equilibrio, utilizando la IA generativa para hacer aquello que hace mejor: analizar vastos conjuntos de datos e identificar patrones., pero reservando el juicio humano para aquello que no hace tan bien: entender el contexto, empatizar y tomar decisiones matizadas que consideren el elemento humano. El futuro pertenece a los líderes que puedan mezclar adecuadamente la intuición humana con las perspectivas de la IA.

2.- Potenciar la transparencia siendo abiertos sobre su rol en el proceso de toma de decisiones. Utilizarla para ampliar no reemplazar nuestro pensamiento estratégico.

3.- Crear una cultura conocedora de la IA. Promover un entorno en el que se estimule el cuestionamiento de las conclusiones de la IA y donde la creatividad se amplíe con las perspectivas de la IA en lugar de ser reprimida por ellas. Esto asegurará que los que toman decisiones no van a seguir ciegamente datos potencialmente cargados de prejuicios o equivocados.

La cuestión radica en cómo incorporar la IA, manteniendo el lado humano. Los mejores líderes en la era de la IA generativa no van a ser aquellos que tomen decisiones fundamentadas en la IA, serán aquellos que sepan cuando confiar en la máquina y cuándo confiar en su humanidad interna.

 

domingo, 24 de noviembre de 2024

SUPERCOMUNICADORES: LA IMPORTANCIA DE LA RISA Y DE LAS SEÑALES NO VERBALES

 


Charles Duhigg en “Supercommunicators. How to unlock the secret of lenguaje connection”, que estamos comentando , plantea que es crucial para una audiencia “escuchar” los sentimientos de un personaje, aunque sus emociones no se estén manifestando en voz alta. Daniel Goleman mantiene que: “Las emociones de las personas raramente las expresamos con palabras. La clave para intuir los sentimientos de los demás es la habilidad para “leer” los canales no verbales: tono de voz, gestos, expresión facial, etc”.

Desde la infancia, antes incluso de aprender a hablar, vamos absorbiendo cómo inferir las emociones de los demás a través de sus comportamientos, tales como su lenguaje corporal, sus inflexiones vocales, miradas, gesticulaciones, suspiros y risas. Al crecer , sin embargo, esta capacidad puede atrofiarse. Comenzamos a prestar cada vez más atención a lo que las personas dicen, en lugar de  a lo que hacen, hasta el punto de que podemos dejar de percibir señales no habladas. El lenguaje hablado es muy rico en información, es fácil apoyarse y creer en él, por lo que nos puede llevar a ignorar pistas de que la otra persona puede estar, por ejemplo, preocupada, tales como los brazos cruzados, la mirada abatida, etc, y centrarnos más en sus palabras cuando dicen: “No es nada, estoy bien”.

Algunas personas, sin embargo, tienen talento para detectar emociones, hasta cuando no son expresadas verbalmente. Muestran un grado de inteligencia emocional que parece que les ayuda a escuchar lo que no se dice, son, por ejemplo, los amigos que parece que intuyen que nos sentimos mal , aunque no digamos nada o los jefes que detectan cuando es necesaria una palabra amable. Muchas investigaciones sobre el tema, en los últimos años, están mostrando que esta es una habilidad que se puede desarrollar y que podemos aprender a identificar las señales no verbales que revelan las verdaderas emociones de las personas y a usar estas pistas para entender cómo se están sintiendo.

En la década de los ochenta del pasado siglo, Terence Mc Guire, psiquiatra, era el responsable principal del screening de las personas que aspiraban a ser astronautas en la NASA, evaluando su posible resistencia al estrés del espacio. Hasta ese momento los astronautas pasaban poco tiempo en el espacio, pero en 1984 el presidente Reagan ordenó a la NASA que empezase a preparar una estación internacional espacial donde las personas pudiesen vivir hasta un año. Esto implicaba la necesidad de nuevas pruebas de evaluación psicológica y Mc Guire pensó que había llegado el momento de valorar la inteligencia emocional. Este concepto estaba en ese momento empezando a ser definido por dos psicólogos de la Universidad de Yale que argumentaban que existía “una forma de inteligencia social que comprende la habilidad de monitorizar nuestros propios sentimientos y los de los demás”. Las personas con inteligencia emocional saben cómo construir relaciones y empatizar con sus compañeros, así como regular sus propias emociones y   las de aquellos que los rodean.

La NASA necesitaba personas que pudiesen controlar sus emociones (habían tenido recientemente problemas y experiencias negativas en algunas misiones debido a la falta de control emocional de los astronautas durante las mismas), que  fuesen sensibles a las emociones de los demás y pudiesen conectar con sus compañeros aunque las tensiones fuesen elevadas y estuviesen encerrados en un espacio reducido en medio del espacio.

Mc Guire se encontró ante el problema, a la hora de evaluar candidatos, de que casi todas las evaluaciones psicológicas de los aspirantes eran muy similares. Independientemente de los tests realizados, no podía meterse con la profundidad suficiente en las mentes de los candidatos para imaginar cómo podrían responder éstos durante una misión de seis meses en el espacio o en un momento de tensión. Decidió comenzar a revisar las entrevistas grabadas de los últimos 20 años  buscando señales que podían haberle pasado inadvertidas, que diferenciasen a los más emocionalmente inteligentes. Tenía acceso a los registros personales por lo que pudo observar quienes, entre los seleccionados, se habían convertido en líderes fuertes y quiénes habían fracasado.

Durante esta revisión detectó algo que no había visto con anterioridad: algunos de los candidatos reían de manera diferente.  La risa es un ejemplo de una verdad básica relativa a la comunicación emocional: “Lo que es importante no es solo tener la capacidad de escuchar los sentimientos de los demás, es importante también mostrar que los hemos escuchado. La risa es una forma de probar que hemos escuchado cómo se siente alguien”.

En la mitad de la década de los ochenta, pocos años antes de que MC Guire comenzase a buscar formas nuevas de evaluar a los candidatos a astronautas, Robert Provine, psicólogo en la Universidad de Maryland, había comenzado a investigar cuándo y por qué se ríen las personas. Su primera hipótesis era que lo hacían porque encontraban algo divertido, pero pronto se dio cuenta de que esto no era correcto. En American Scientist publicó que habían encontrado que la mayor parte de las risas durante las conversaciones no surgían como respuesta ante intentos estructurados de humor, tales como bromas o historias (menos del 20% en sus estudios). Las personas reían porque querían conectar con la persona con la que estaban hablando. La risa es poderosa, escribió, porque es contagiosa, inmediata e involuntaria, implicando la forma de comunicación más directa posible entre personas: mente a mente.

Por tanto, reímos porque queremos mostrar a alguien que queremos conectar con él y nuestros interlocutores lo hacen para demostrar que desean lo mismo con nosotros. La risa y otras expresiones no verbales tales como los gritos de asombro y los suspiros, las sonrisas y los fruncimientos de ceño, son representaciones corporales del principio del “encaje” que dice que nos comunicamos al alinear nuestros comportamientos hasta que nuestras mentes se encuentren sincronizadas.

Provine observó, también, que la forma en la que nos reímos importa y  reír juntos es la evidencia del deseo de conectar y se muestra por la intensidad similar en la risa. Si una persona sonríe mientras otra se está doblando por la risa no están alineadas y , por ejemplo, nos va a decir que una de las personas se está esforzando mucho, mientras la otra no lo está haciendo.   

La risa, como muchas otras expresiones no verbales es útil porque es difícil fingirla. Cuando alguien no está riendo de forma sincera es fácil detectarlo. Un chiste, por ejemplo, puede no ser divertido pero si todas las partes deciden reír de forma similar, están mostrando que quieren conectar entre sí.

Cuando vemos a alguien y está mostrando un comportamiento emocional como una sonrisa, unas risas o un gesto de enfado como fruncir el ceño, lo primero que vamos a percibir es su estado de ánimo (¿tiene la persona sentimientos negativos o positivos? ) y su nivel de energía (alto o bajo). Por ejemplo si nos encontramos a alguien que está frunciendo el ceño (negativo) y callado (baja energía) podemos asumir que se encuentra triste o frustrado, pero no pensaremos que supone una amenaza para nosotros y nuestra mente no empezará a emitir avisos para que huyamos. Pero, si está frunciendo el ceño y gritando (alta energía) inferiremos que está enfadado o que es violento y nos preocuparemos. Nuestra mente generará una ansiedad suave que nos preparará para escapar. Lo único que necesitamos para hacer una predicción es percibir el estado de ánimo y la energía de la otra persona. Es suficiente para evaluar rápidamente lo que están sintiendo.

El estado de ánimo y la energía con frecuencia se muestran a través de señales no verbales que son importantes porque, aunque nos gustaría poder saber con un vistazo si alguien está enfadado o frustrado, ese tipo de emociones específicas resultan muy difíciles de leer con exactitud. Por ejemplo, si alguien está arrugando el ceño, lo hace porque está ansioso o se está concentrando o está sonriendo porque se alegra de vernos o lo hace de forma que sugiere que está muy excitado por otra causa. Por esta razón nuestras mentes han desarrollado el método anteriormente expuesto para examinar el estado de ánimo y la energía y permitirnos tener una idea general del estado emocional de alguien.

Mientras los investigadores sobre la risa realizaban sus estudios surgió un hallazgo interesante: cuando las personas reían juntas sinceramente su estado de ánimo y su energía se volvían muy similares, pero cuando una de ellas estaba riendo sinceramente y la otra estaba fingiendo su estado de ánimo y niveles de energía no eran similares, por lo que no estaban alineadas.

Mostramos inteligencia emocional cuando demostramos a los otros que hemos escuchado sus emociones y que queremos alinearnos con ellos. En ocasiones desearemos que la coincidencia sea exacta: si ríes mostrando mucha alegría, yo haré lo mismo. En otros momentos querremos demostrar que estamos percibiendo sus emociones: “Parece que estás  triste”,  y en, lugar de buscar que sean similares a las nuestras ofrecer nuestra ayuda: “¿Qué te animaría?” En ambos casos estamos mandando un mensaje: estoy escuchando tus sentimientos. Este deseo claro de conectar es un paso esencial para ayudarnos a crear lazos con la otra persona. Este mismo patrón ocurre con otros comportamientos no verbales como el llanto o la sonrisa.

Una de las razones por las que los supercomunicadores muestran tanto talento a la hora de detectar cómo se sienten los demás es porque tienen el hábito de percibir la energía en los gestos de los demás, en el volumen de su voz, en la rapidez con que hablan y en la cadencia. Prestan atención para ver si la postura de alguien puede indicar que está con un estado de ánimo bajo o si está tan excitado que casi no puede contenerse. Los supercomunicadores procuran que su estado de ánimo y energía sea similar, o al menos reconocerlos, para demostrar que desean alinearse con la otra persona. Nos ayudan a ver y escuchar nuestros sentimientos vía sus propios cuerpos y voces.

Mc Guire, al revisar las entrevistas grabadas se dio cuenta que en ocasiones él se había reído en el curso de las mismas y que algunos de los candidatos (aquellos que más tarde se habían convertido en grandes astronautas), con frecuencia procuraban que su estado de ánimo y energía coincidiesen con el suyo de forma natural y espontánea, no fingida. Recordó cómo se había sentido él en esos momentos: relajado, entendido y un poco más cercano al aspirante.

Al revisar encontró, también, otra serie de expresiones emocionales, además de la risa en la que aparecían estos patrones. Estas señales no verbales, inflexiones vocales, tono de voz, posturas, gestos y expresiones faciales eran señales de si alguien deseaba conectar sinceramente y lo conseguía. Por tanto, Mc Guire decidió que en su nueva ronda de entrevistas iba a expresar intencionadamente más emociones y luego iba a pedir a los candidatos que describiesen su propia vida emocional. Al mismo tiempo iba a ir variando su estado de ánimo y niveles de energía para ver si los candidatos intentaban que los suyos fuesen semejantes.

Eventualmente Mc Guire desarrolló una lista de cosas a observar durante las entrevistas, como por ejemplo: cómo reaccionaba el candidato ante los halagos, cómo describían el rechazo y la soledad, cuándo habían sido más felices, etc. Prestaba mucha atención a su lenguaje corporal y a sus expresiones faciales al responder a su preguntas, especialmente si parecía que su posturas estaban tensas o relajadas. Cada vez que hacia una pregunta, después de que el candidato respondiese, él contestaba a la misma pregunta, expresando alegría o pena, asegurándose de mostrar su enfado, alegría o incertidumbre. Luego observaba si el candidato trataba de que sus emociones fuesen similares a las que él había mostrado: si le devolvían la sonrisa o si trataban de consolarle.

Las emociones específicas que un candidato mostraba eran menos importantes que la forma en la que las expresaban. Lo fundamental era si habían prestado atención a las expresiones emocionales de Mc Guire y si habían procurado que las suyas fuesen similares. De esta forma Mc Guire pudo diferenciar aquellos que sospechaba que podían fácilmente conectar emocionalmente con otros y aquellos que, cuando el estrés fuese elevado, se podrían volver más combativos o ponerse a la defensiva.

Cuando procuramos igualar o reconocer los estados de ánimo y niveles de energía de otra persona estamos mostrándoles que queremos entender su vida emocional. Es una forma de generosidad que se convierte en empatía y hace que sea más fácil hablar sobre cómo nos sentimos.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

LAS 3 C´S DEL LIDERAZGO EFICAZ

 


Paul Thornton en SmartBrief on Leadership del pasado 15 de noviembre plantea que el liderazgo eficaz consiste en saber cuándo tu equipo necesita coaching, confianza y seguridad y retos.

En los últimos 30 años ha observado a muchos líderes y ha descubierto que sus acciones con frecuencia giraban alrededor de tres temas claves para un liderazgo eficaz:

1.- Desafiar a sus equipos para que luchen por alcanzar logros más retadores

Los líderes excepcionales reconocen el potencial latente de cada persona. Establecen estándares elevados, impulsando a los individuos fuera de su zona de confort proponiendo  metas ambiciosas. Estas metas fomentan la innovación, planteando enfoques nuevos al pensamiento y  a la toma de decisiones y promueven el crecimiento y el aprendizaje.

Para que los profesionales acepten estos logros primero deben creer que la mejora es necesaria y posible, por lo que es necesario comenzar por explicar cuáles son las razones del cambio, como, por ejemplo, mantener la competitividad.

Siempre resulta beneficioso actuar como un ejemplo positivo, por lo que el líder debe desafiarse continuamente para evolucionar y refinar sus habilidades. Si los demás ven que lo hace serán más proclives a seguirle.

Hay que tener cuidado de no establecer retos excesivos ya que pueden inducir ansiedad y  entorpecer la creatividad y el aprendizaje. Por tanto, se deben ir incrementando los retos poco a poco, permitiendo un crecimiento gradual y se deben distribuir las metas complejas en pasos manejables, para que las personas nos e sientan sobrepasada s y estresadas.

2.- Generar confianza y seguridad en los equipos.

Se puede conseguir:

a).- Destacando y afirmando los talentos y determinaciones de los profesionales

b).- Ofreciendo oportunidades de mayor responsabilidad a los miembros de los equipos

c).- Destacando pasados éxitos

d).- Empoderando a los profesionales para que se sientan responsables de sus logros. Al hacerlo estamos transmitiendo el mensaje de que confiamos en esa persona y pensamos que puede triunfar. Al incrementar su seguridad en sí mismos los profesionales se sentirán más dispuestos a abordar nuevos retos.

La confianza y seguridad en uno mismo es el combustible que prende la motivación, pero para que los halagos sean más eficaces deben ser sinceros y procurar que no desencadenen un exceso de confianza que lleva a la arrogancia. Hay que enfatizar la importancia de mostrarnos humildes y abiertos, ya que siempre hay algo más que aprender. El líder debe fomentar la introspección y destacar la importancia del aprendizaje, tanto de los éxitos como de los fracasos.  

3.- Actuar como coaches

Implica ofrecer dirección, estímulo, guía y feedback. En algunos casos hay que demostrar lo que hay que hacer y cómo hacerlo, con instrucciones paso a paso. Otras veces requerirá plantear preguntas para que la persona analice su comportamiento e identifique técnicas más eficaces o averiguar qué tiene que dejar de hacer para ser más eficiente.

Algunas personas no se sienten abiertas al coaching y al feedback y ene estos casos se puede procurar generar un interés preguntando: ¿Estás abierto a recibir feedback?, ¿Eres consciente de que puede ayudarte a ser más eficaz en…..? Se puede reforzar, también, actuando como modelo y buscando activamente feedback de nuestro desempeño de los demás y mostrando nuestro agradecimiento por sus sugerencias

domingo, 17 de noviembre de 2024

CÓMO CREAR EQUIPOS SALUDABLES Y EFICACES

 


Aaron de Smet, Gemma D´AuriaLiesje Meijknecht, Maitham Albaharna , Anaïs Fifer y Kim Rubenstein en Mc Kinsey Quarterley del pasado 31 de octubre plantean que crear equipos eficaces depende de múltiples factores, incluyendo altos niveles de confianza y comunicación y la comprensión del contexto del equipo´. Proponen un nuevo enfoque para ayudar a elevar el desempeño del mismo y crear valor.

 En la mayor parte de las organizaciones los equipos generan valor como una unidad primera de desempeño, siendo actualmente más autónomos y empoderados que en modelos organizacionales tradicionales, mientras son, también, parte de una estructura dinámica y colaborativa en un ecosistema de equipos. Pero muchos equipos tienen dificultades para colaborar de forma eficaz y en muchos casos como muestran distintos estudios, tres de cada cuatro equipos multifuncionales tienen un bajo desempeño en métricas clave.

El éxito o el fracaso del equipo con frecuencia se atribuye a sus miembros, preferentemente al líder, el movilizador más importante del desempeño o a un aspecto nebuloso de la “química” del equipo, pero el perfeccionar las competencias del líder puede ser de ayuda pero no es suficiente para garantizar el desempeño del equipo. Los mitos alrededor de la química del equipo ( el equipo sintoniza o no en un click) y el heroico líder del equipo (encontrar un líder capacitado y el equipo florece) con frecuencia evitan que las organizaciones aborden los factores contextuales y estructurales  más difíciles de ver que afectan a las dinámicas de los equipos y a sus resultados.

Cuando las organizaciones abordan la eficacia de los equipos se centran principalmente en los equipos de líderes senior lo que es comprensible porque el desempeño de los equipos se ha comprobado que es mejor si el equipo directivo en lo más alto de la organización comparte la misma visión y significado. Es importante hacerlo pero sin descuidar el resto de equipos que también necesitan ayuda.

Para que los líderes puedan apoyar a todos los equipos para que aumenten su generación de valor el primer paso consiste en entender que mientras crear grandes equipos implica liderazgo experimentado e intuición, esta última puede ser errónea a veces.

Los autores han identificado una serie de mitos sobre el desempeño de los equipos. Entre ellos:

MITO 1: Los equipos deben idealmente estar formados por profesionales con un nivel de talento máximo en cualquier rol para alcanzar la máxima eficacia

REALIDAD: los equipos eficaces se centran en las habilidades individuales y colectivas y en los comportamientos que son más importantes y cada rol necesita que el profesional tenga el talento que encaje, no necesariamente talento máximo.

Un equipo formado por “superestrellas” no constituye inherentemente un gran equipo, ya que de hecho puede conducir a un peor desempeño. Aunque el desempeño individual importa no es suficiente que cada persona ofrezca su mejor desempeño. Las dinámicas sobre cómo los individuos interaccionan son tan o más importantes, ya que van a marcar la diferencia entre operar como un equipo individual u operar como un equipo de individualidades.

Las investigaciones de los autores han encontrado que, distintas variaciones en los comportamientos de los equipos, influyen en el desempeño del mismo: los equipos que muestran los comportamientos correctos son más innovadores y productivos y obtienen mejores resultados. Asimismo han identificado 17 comportamientos específicos a los que llaman “movilizadores de salud” que son importantes en el desempeño del equipo y se agrupan en cuatro áreas clave: configuración, alineación, ejecución y renovación. Estas cuatro categorías ofrecen una visión bastante completa del equipo y reflejan si los miembros del equipo  trabajan de forma eficaz juntos:


 

ÁREA

 

MOVILIZADOR

 

GRADO EN QUE LOS MIEMBROS DEL EQUIPO…..

 

CONFIGURACIÓN

 

¿Existe claridad en los roles?

¿Existe la necesaria mezcla de perspectivas internas y externas?

 

 

Perspectivas diversas

 

 

 

 

Orientación externa

 

 

 

 

Definición de roles

 

Tienen una mezcla de perspectivas que mueven al equipo hacia delante

 

 

Están conectados a redes fuera del grupo central  y/o la organización más amplia para aprender nuevas perspectivas

 



Entienden las expectativas y responsabilidades de los roles individuales y tienen a las personas adecuadas en cada rol

 

 

ALINEACIÓN

 

¿Existe compromiso en el equipo?

¿Existe claridad en relación con el propósito y las metas?

 

 

 

Compromiso

 

 

 

Metas

 

 

 

 Propósito

 

Están comprometidos con el equipo y priorizan su éxito sobre el suyo propio

 

Tienen metas a nivel individual o del equipo que suponen un reto y que están alineadas con las prioridades de la organización

 

Están alineados en un propósito claro para el equipo y pueden articular lo que el equipo debe conseguir

 

 

EJECUCIÓN

 

¿El trabajo cotidiano se está efectuando de forma eficaz?

 

Colaboración

 

 

 

 

Comunicación

 

 

 Toma de decisiones

 

 

 

 

 Feedback

 

 

 Reuniones eficaces

 

 

 

 

 

 

 

Tienen normas acordadas que aceleran la colaboración y mejoran la forma de trabajar

 

Se comunican suficientemente y eficazmente y escogen los métodos adecuados de comunicación

 

Definen roles claros en el proceso de toma de decisiones, toman decisiones de alta calidad con rapidez y aprenden de las malas decisiones

 

Ofrecen feedback sincero y eficaz, invitan a un feedback directo y reciben apoyo por medio de sesiones de coaching

 

Se centran en lo posible, implican a las personas adecuadas en el momento adecuado y plantean un seguimiento de los pasos siguientes


 

RENOVACIÓN

 

¿Existe el correcto entorno de trabajo y se promueven prácticas dirigidas a l aprendizaje a largo plazo y a la mejora?

 

Pertenencia

 

 

 

Gestión del conflicto

 

 

 

Pensamiento innovador

 

 

 

  

Seguridad psicológica

 

 

 

 Reconocimiento

 

 

 

 Confianza

 

 

Sienten que son parte del equipo y pueden ser ellos mismos

 


Abordan los conflictos con eficacia y en formas que mejoran las relaciones

 

Buscan perspectivas opuestas, mantienen discusiones abiertas sobre el cambio y fomentan el pensamiento “out of the box”

 

Se sienten cómodos cuando cometen errores y asumen riesgos sin el temor de consecuencias negativas, muestran su desacuerdo entre ellos de forma constructiva y de forma proactiva buscan el input de cada uno

 

Son reconocidos por su desempeño excelente y  celebran los logros de cada uno

 

Sienten que pueden confiar unos en los otros, tienen el espacio para hacer su trabajo y demuestran buen juicio


 

Los movilizadores si los contemplamos colectivamente explican entre el 69 y el 76% de las diferencias entre equipos de bajo y alto rendimiento si analizamos tres resultados clave. Eficacia ( el equipo es productivo y cumple los plazos), resultados ( el equipo alcanza sus objetivos) e innovación ( el equipo innova de forma importante para el valor de la organización a largo plazo). Aunque todos contribuyen al desempeño, los equipos no tienen que destacar en todos para ser eficaces, ya que hasta los mejores equipos tienen espacio para la mejora. La investigación de los autores encontró que los equipos con un buen desempeño son de media buenos en solo 11 de los 17 movilizadores, pero si que existen cuatro que tienen un mayor impacto. Éstos son: confianza, comunicación, pensamiento innovador y toma de decisiones.

MITO: Los equipos ya saben lo que tienen que hacer

REALIDAD: Los equipos con frecuencia no son conscientes de sus debilidades más importantes y pueden tener puntos ciegos compartidos, lo que les lleva a priorizar cosas erróneas

Los equipos pueden pensar que un comportamiento determinado es una fortaleza, cuando realmente es una debilidad o pueden elegir trabajar en algo que ya hacen bastante bien. Los equipos deben centrarse en los 4 comportamientos clave mencionados (confianza, comunicación, pensamiento innovador y toma de decisiones) así como en aquellos que piensen que son importantes.

MITO: Existe una guía de buenas prácticas para la eficacia de un equipo, que todo equipo debe adoptar

REALIDAD: No existe una solución que encaje para todos

Evidentemente equipos diferentes  operan  de manera diferente, pero muchos equipos no están alineados con el tipo de equipo que son. Los autores, miden dos características clave para clasificar a los equipos basándose en cómo operan: la interdependencia en los resultados y la interdependencia entre las tareas.

 Interdependencia entre los resultados refleja el grado en que el éxito y los resultados individuales de cada miembro del equipo dependen del de otros miembros del equipo y en el equipo como un todo. Cuando es elevado la contribución de cada miembro afecta al éxito colectivo de todo el equipo: fracasan o triunfan juntos. Si es baja, el éxito de cada miembro es independiente del desempeño de los demás o del equipo en su conjunto.

Interdependencia en las tareas es el grado en que cada miembro interactúa para alcanzar las metas. Cuando es elevada los miembros del equipo deben trabajar muy coordinados, ya que el trabajo de cada miembro depende del input y de la cooperación de los demás. Si es baja el trabajo de cada miembro es independiente y no requiere la interacción con los otros miembros del equipo.

Los líderes pueden ayudar a crear equipos que son mejores que la suma de sus partes si adoptan una visión holística de los comportamientos del equipo, mientras prestan más atención a los movilizadores más potentes: confianza, comunicación, innovación y toma de decisiones.

Los autores recomiendan a los líderes, para ayudar a que sus equipos triunfen,  que :

1.- Hagan un diagnóstico en profundidad de la situación de sus equipos

Es una forma excelente de conseguir tener una base de comportamientos clave que van a conducir a formas más sanas de trabajar al poner al descubierto las áreas en las que el equipo funciona bien y al identificar aquellas que necesitan mayor grado de mejora.

2.- Se aseguren de que los cambios se mantienen

Una vez que los equipos comprenden qué comportamientos deben enfatizar y dónde tienen problemas deben adoptar un fuerte compromiso para cambiar lo que sea necesario, con acciones específicas e intervenciones tácticas sobre lo que deben hacer de forma diferente. Es importante, también, establecer normas, procesos y otros mecanismos que aseguren el seguimiento de los compromisos adquiridos y reevaluar continuamente lo que están haciendo para evitar regresiones a los hábitos antiguos. Incorporar nuevos hábitos no es un proceso lineal ya que el camino puede ser largo y complicado, por lo que mantener reuniones de seguimiento regulares para discutir lo que está yendo bien y lo que necesita mejora es crítico.

3.- No entorpezcan los cambios

Los equipos pueden tener las mejores intenciones pero si el líder no está abierto a los cambios es difícil que las mejoras fracasen, como puede ser el caso de líderes que no pueden abandonar sus patrones mentales de control y mando, para pasar a un enfoque colaborativo. Las sesiones de coaching son un método eficaz para ayudar al líder a que se convierta en una fuerza de cambio positiva.

Es importante, también, que los líderes tengan en cuenta las perspectivas del resto de miembros del equipo sobre cómo está operando éste y no solo confiar en las suyas.

4.- Incorporen la eficacia del equipo en el ADN de la organización

El camino hacia una mejor eficacia en los equipos es un viaje continuo, tanto para éstos como para la organización. Para que este enfoque tengan un impacto escalable debe estar integrado de forma sistemática en los procesos estructurales de la organización, para que tenga impacto en todos los equipos dentro de  la misma.