Lisa Kohn en el blog Thoughtful Leaders del pasado 22 de febrero plantea que con frecuencia
mantenemos las conversaciones con las personas que no debemos porque tememos
miedo a enfrentarnos a conversaciones complicadas con determinados miembros de
nuestros equipos. Comentarios en los pasillos o en la máquina de café o tras
una reunión pero evitando abordar las conversaciones que pueden ser necesarias.
Los miembros de los
equipos tienden a evitar la confrontación en relación con los comportamientos y
actitudes que pueden molestar y como consecuencia estas conductas y actitudes
siguen produciéndose. Los miembros del equipo tienen miedo a hablar y decir lo
que piensan, con lo que los equipos y la organización sufren. Especialmente
cuando es un equipo de liderazgo. Estos comportamientos destructivos y malas
actitudes se extienden e infectan a los profesionales y a la cultura de la
organización.
Para evitar que esto
ocurra la autora propone:
1.-
Mantener conversaciones constructivas a nivel individual, no con todo el equipo
Salvo que el
comportamiento afecte a todo el equipo es mejor ofrecer feedback constructivo
en conversaciones individuales. De esta forma el receptor del feedback estará
más receptivo y no se sentirá expuesto o juzgado.
2.
Asegurarnos de que es el momento correcto para compartir el feedback
La mejor forma de
comenzar una conversación de feedback consiste en preguntar a la persona si se
siente dispuesto a mantener una conversación de este tipo. Aunque no podemos
dejar que una sesión necesaria se posponga indefinidamente si no es un buen
momento o el profesional no está abierto a escuchar la conversación, si se
mantiene, no va a ser eficaz o va a empeorar la situación.
3.-
Comenzar con una conexión positiva
Kohn comenta que cuando
tiene que ofrecer feedback complicado a una persona comienza, para intentar
buscar una actitud más receptiva, diciendo que está de su lado y que está
compartiendo lo que va a decir con la esperanza de ayudar a que las cosas
funcionen mejor y que se dirige a ella con las mejores intenciones, para pasar
luego a preguntar si confían en ella y si la respuesta es afirmativa comenzar
la conversación.
4.-
Centrarnos en el comportamiento y en el impacto
El feedback eficaz debe
centrarse en comportamientos, en lo que realmente se ha dicho y hecho, y no en interpretaciones. Es más útil decir “me
has interrumpido” o “colgaste el teléfono y me dejaste con la palabra en la
boca” que decir: “fuiste maleducado”. También sirve el ayudar a que el otro sea consciente del
impacto de lo que dijo o hizo o cómo lo dijo. Es muy importante que nos
responsabilicemos del impacto que podemos tener sobre los demás.
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