miércoles, 16 de abril de 2014

NUNCA ACEPTAR UN ULTIMATUM. CRISTOPHER REEVE. LECCIONES DE LIDERAZGO



Cristopher Reeve, actor y director de cine, cuando tenía 42 años, una caída de su caballo le provocó la fractura de dos vértebras cervicales y le seccionó la médula espinal. Desde entonces permaneció en una silla de ruedas, con respiración asistida. Quedó paralizado y con un 50% de posibilidades de supervivencia. En una de sus últimas conferencias antes de fallecer,  pronunciada en Nueva Orleans ante la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos en junio de 2004, planteaba que de sus experiencias y esfuerzos para sobreponerse a su nueva situación y recrear una nueva vida había aprendido algunas lecciones:

1.- La necesidad de discurrir una nueva forma de vivir y de liderar para saber cómo ir a un plan B rápidamente.

2.- No dejarse llevar por la culpabilidad, la duda y el miedo. Reeves tuvo que aprender a perdonarse por haber sufrido un accidente. Pensaba que desde una posición de liderazgo es necesario eliminar la duda, el miedo al fracaso y cualquier otro sentimiento limitativo que cuestione la capacidad de alguien para estar a la altura de la tarea que tienen ante sí. Fue consciente de que su nuevo trabajo consistía en no autocompadecerse y no vivir en el pasado, sino aceptar que era miembro de un colectivo al cual no quería pertenecer.

3.- No permitir que nadie te diga que algo no se puede hacer. El actor tuvo que sobreponerse al pronóstico de los médicos sobre sus limitadas posibilidades de supervivencia y de recuperar algún tipo de movilidad o su carrera. Por eso decía que su primera regla consistía en no aceptar ultimátums ni las opiniones de las personas que le decían que no podía llegar a hacer algo. 

4.- Basar las esperanzas de futuro en cimientos sólidos. Pensaba que la esperanza debe estar basad en la posibilidad lógica y que para sacar su vida adelante no podía decir de una forma ciega que todo va a salir bien, sino: “Esto es lo posible y es lo que vamos a hacer. Estos son nuestros objetivos”. 

5.- Liderar con una visión y confianza. Estaba convencido de que el liderazgo se basa en la credibilidad y en la confianza que a través de nuestra  visión y de nuestras  palabras  conseguimos generar en los demás.

6.- Involucrar a los demás en nuestra misión. Conseguir que los demás sientan que su contribución es imprescindible para el éxito de la misión. Defendía que los grandes líderes aportan dirección y la capacidad de guiar, pero que siempre aceptan gratamente las ideas de los demás. Todo el mundo da el máximo de sí mismo y trabaja mejor en equipo si tiene claro que la misión es más grande que los individuos que la llevan a cabo.

7.- Tener una vida profesional inspiradora. Si conseguimos que nuestro trabajo tenga un sentido todos se sentirán atraídos hacia él. 

8.- Hacer algo por los demás, por aquellos que tienen menos capacidad que nosotros. Ponía el ejemplo de que él había tenido la suerte de poder acceder a la última tecnología médica y de recibir los mejores cuidados, pero que era consciente de que esta no era la situación general por lo que decidió colaborar con una compañía de seguros para realizar una campaña para educar a las familias en hábitos de vida saludables para intentar evitar la necesidad de la atención sanitaria.

9.- Plantear nuevos objetivos, tras un revés o un fracaso. Si en nuestro camino hacia nuestra visión aparecen obstáculos hay que plantear nuevas estrategias y alternativas y no desfallecer. 

10.- No quedarnos fuera y mirar desde la distancia una situación en la que podemos influir positivamente. Pensaba que con las debilidades y falta de capacidades que todos tenemos, en muchas ocasiones es más sencillo pensar que no podemos hacer nada por cambiar situaciones que nos afectan negativamente, pero creía que la clave para cambiar una situación, o al menos para tener cierta influencia en una decisión era demostrar un sincero interés por alcanzar una solución justa.

Reeve finalizó su intervención animando al auditorio a que extrajesen lecciones de las experiencias vividas y que las compartiesen con sus equipos, ya que aunque todos tenemos carencias, debilidades y fracasos, también tenemos capacidades, fortalezas y éxitos, por lo que es importante tener esperanza en el futuro. 

Christopher Reeve se convirtió en los últimos años de su vida en un verdadero Superman:

1 comentario:

  1. Vaya que me ha gustado este post, y siempre he pensado que el liderazgo se demuestra en los tiempos dificiles y no de fama. Este hombre conocía su passion y como dice el punto 7, eso lo hacía inspirador. Algo que me ha ayudado a comprender más sobre la pasión, éxito y liderazgo se encuentra en: http://www.liderazgo-total.blogspot.mx/2014/04/pasion-sinonimo-de-exito-y-liderazgo.html
    te lo recomiendo

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