miércoles, 1 de febrero de 2023

CÓMO GESTIONAR LOS COTILLEOS EN EL ENTORNO LABORAL

 


Laura Hills, autora de "The problem employee. How to manage the employees no one wants",  en physiciansleaders.org del pasado 26 de enero plantea que las conversaciones informales no ligadas al trabajo pueden ayudar a que las personas se sientan más conectadas unas con otras. Los profesionales quieren compartir sus experiencias personales, intereses e ideas para sentirse más conectados unos con otros. También pueden conversar informalmente para romper el hielo, demostrar su confianza, hacer que los demás se sientan cómodos, para gustar o para iniciar nuevas amistades. Por tanto, estas charlas informales no tienen que ser negativas y pueden resultar beneficiosas para el individuo y para la organización, siempre que no interfieran con el trabajo.

Los cotilleos, por otro lado, son comentarios o conversaciones que tienen consecuencias negativas o destructivas o que tienen el potencial de serlo. Una charla está centrada en los chismorreos si:

1.- Parece que se enfoca y disfruta en el infortunio de los demás.

2.- Tiene una carga emocional negativa.

3.- Parece que tiende a perpetuar el conflicto y/o la negatividad.

4.- Puede dañar potencialmente a las personas de las que se habla.

5.- No se diría delante de la persona afectada.

6.- Consiste en un rumor sin fundamentos sobre una persona que no está presente.

7.- Excluye a los demás fomentando una cultura de “nosotros” y “ellos”.

8.- Utiliza el rango al dar a los oyentes una falsa sensación de superioridad moral.

9.- Arruina reputaciones.

10.- Revela información personal a otros que no tienen por qué conocerla.

Cotillear, como otros hábitos y comportamientos humanos negativos, no es algo que podamos sencillamente decir a las personas que no hagan. Su control requiere entrenamiento, por lo que es necesario que salga el tema repetidamente en las reuniones de equipo.

Hills recomienda seguir una serie de estrategias para su gestión. Entre ellas tenemos las siguientes:

a):- Comunicar de forma regular y consistentemente. De esta forma se minimiza la influencia y la necesidad de los cotilleos porque todos están al día de lo que ocurre en la organización o equipo.

b).- Disuadir de los cotilleos en la política oficial. Incluir información sobre los efectos nocivos de los chismorreos en el manual oficial y la no tolerancia sobre los mismos.

c).- Abordar de forma proactiva al empleado que difunde rumores y comunicarle que se tiene información sobre su comportamiento, describiéndole el potencial negativo que tiene y cómo no va a tener consecuencias para él si modifica su conducta.

d).- Realizar reuniones de equipo en las que se discuta el tema y se responsabilice a sus miembros de crear un entorno libre de cotilleos.

e).- Modelar una conducta sin chismorreos.

f).- Informar a los superiores si el fenómeno está creciendo y ganando adeptos para que tomen las medidas oportunas.

g).- Enseñar a los miembros del equipo a mostrar empatía en relación a las situaciones de sus compañeros.

h).- Abordar a los perpetradores en privado, para indicarles la forma en la que sus comentarios y comportamientos están afectando y entorpeciendo el trabajo.

i).- Fomentar y modelar charlas positivas.

j).- Mantener nuestra vida privada, privada, no comentando ninguna información personal si puede ser una fuente de rumores y cotilleos. Si vemos a alguien cotilleando sobre otros, seguro que lo hace sobre nosotros.

k).- No ser parte de la audiencia y enseñar a los miembros del equipo a decir no. Los chismorreos necesitan una audiencia por lo que hay que negarse a formar parte de ella y enseñar qué hacer cuando alguien quiera compartirlos con nosotros.

l).- Al abordar el tema con el profesional que está cotilleando y difundiendo rumores debemos centrarnos en el hecho y comportamiento y no en la persona. Por ejemplo en lugar de decir: “Eres impresentable por estar cotilleando sobre mí”, decir: “Estoy preocupado por los cotilleos y quero que paren”.

ll).- Avisar, documentar y despedir. Si después de haber hecho todo  lo posible para interrumpir el comportamiento y se ha pedido por escrito cómo y cuándo debe finalizar y éste ha persistido puede haber llegado la hora de despedir al empleado.

Algunos profesionales escuchan estos comentarios simplemente porque no quieren parecer maleducados con la persona que los está haciendo, pero el mero hecho de escuchar supone un apoyo y estímulo para los cotilleos. Para evitarlo la autora sugiere.

1.- Mantenernos ocupados para no tener tiempo para escuchar.

2.- No participar y no compartir las historias.

3.- Decir algo positivo sobre la persona que está siendo atacada.

4.- Evitar al chismoso y tener con él solo las interacciones necesarias.

5.- No compartir secretos para no dar munición a nuestros compañeros.

6.- Elegir a los amigos con inteligencia y rodearnos de amigos en el trabajo que no cotilleen.

7.- Ser directos y enfrentarnos al cotilla y decirle con firmeza que su comportamiento resulta incómodo para nosotros y el resto de compañeros.

8.- No temer acudir a nuestro superior inmediato. Los rumores y cotilleos hacen perder mucho tiempo a la organización y daña su moral. Una organización que esté interesada en mantener un entorno laboral sano para todos valorará la oportunidad de corregir este tipo de problema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario