domingo, 29 de enero de 2023

LOS SEIS TIPOS DE "GENIOS" EN EL TRABAJO

 


Patrick Lencioni,  en “The 6 types of working genius. A better way to understand your gifts, your frustrations, and your team”, plantea que los trabajos son con frecuencia una fuente de frustración par a las personas y que las causas se pueden encontrar, por ejemplo, en los malos jefes, un liderazgo pobre en la organización, relaciones rotas con los compañeros y el hecho de tener que realizar tipos de trabajos que no coinciden con sus talentos naturales.

En la mayor parte de nuestras horas despiertos tenemos que realizar algún tipo de trabajo, ya sea, por ejemplo,  poner en marcha una compañía, atender a los clientes o planificar unas vacaciones, en solitario o con mayor frecuencia en compañía.

Lencioni defiende que todo trabajo debe ser digno y satisfactorio, tanto en términos de la experiencia en sí como de los resultados que produce y aunque cada trabajo implica realizar tareas que no nos apasionan y, en ocasiones, encontramos tediosas o frustrantes, debemos procurar saber sacar el máximo partido al trabajo.

El primer paso, y el más importante, consiste en entender que cada uno de nosotros disfrutamos en distintos tipos de trabajo, para ver cuál es el que se adapta mejor a nosotros. para poder hacerlo el autor ha definido un modelo que llama: “los seis tipos de genios en el trabajo” que integra 6 capacidades generales que mostramos en el trabajo. Éstas son:

1.- EL GENIO DEL CUESTIONAMIENTO

Se relaciona con la habilidad de especular,  meditar y cuestionar el estado de las cosas, haciendo las preguntas que provoquen respuestas y acción. Las personas que poseen este “genio” se muestran naturalmente inclinadas a hacer esas cosas. Encuentran fácil el perderse en la observación del mundo que les rodea, para, posteriormente, preguntarse si las cosas podrían ser diferentes o si existe un potencial oculto que debe ser descubierto.

2.- EL GENIO DE LA INVENCIÓN

Se relaciona con las nuevas ideas y soluciones. Las personas que poseen este “genio” son creativas y originales y muchas de sus ideas parece que vienen de la nada.

3.- EL GENIO DEL DISCERNIMIENTO

Se relaciona con la intuición, el instinto y los juicios insólitos. Las personas que poseen este “genio” tienen una capacidad natural para evaluar una idea o situación, aunque no tengan muchos datos o conocimientos y experiencia sobre el tema. Utilizando patrones de reconocimiento y su instinto son capaces de ofrecer consejos valiosos y feedback sobre los temas en una forma que trasciende sus niveles de información o conocimientos específicos.

4.- EL GENIO DE LA MOVILIZACIÓN

Se ocupa de motivar, unificar y provocar a las personas para que actúen en relación a una idea o iniciativa. La personas con este “genio” tienen la capacidad natural para inspirar y captar  a los demás para involucrarse en un empeño. No tienen problemas y no les importa persuadir a los demás a que cambien o revisen sus planes para embarcarles en algo que merece la pena.

5.- EL GENIO DE LA FACILITACIÓN

Implica ofrecer a las personas apoyo y asistencia de la forma que necesiten. Las personas que poseen este “genio” suelen responder a las necesidades de los demás sin condiciones o restricciones. Sienten una inclinación natural a ayudar a los otros a alcanzar sus metas y con frecuencia pueden anticipar lo que los demás vana a necesitar antes de que éstos lo pidan. Los individuos con este “genio” con frecuencia no son conscientes de que éste es un genio.

6.- EL GENIO DE LA TENACIDAD

Se relaciona con la satisfacción por completar las cosas. Las personas que poseen este “genio” no son solo capaces de terminar los proyectos, sino que tienen una inclinación natural hacia  ello y a asegurase de que se han completado de acuerdo a las especificaciones. Incrementan su energía superando los obstáculos y viendo el impacto de su trabajo y sienten placer al tachar las tareas de su lista por estar finalizadas.

Ninguna persona puede considerar que destaca en todos los genios. Todos poseemos áreas o categorías en las que destacamos, áreas en las que tenemos problemas y otras que están entre éstas:

a).- Area de genialidad. Cada uno de nosotros tienen dos áreas en las que destacamos en el trabajo. Éstas están compuestas por las actividades que nos aportan alegría, pasión y energía. Como resultado solemos ser muy buenos en estas áreas, por lo que lo mejor para nosotros y para nuestra organización es que podamos realizar gran parte de nuestro trabajo, si no puede ser todo, en estas áreas.

b).- Área de competencia. La forman dos de los 6 “genios” y son las actividades que consideramos que nos son completamente agradables ni desagradables por lo que podemos hacerlas bastante bien o muy bien. La mayor parte de las personas pueden operar en ene área de competencia suficientemente bien por un tiempo, pero eventualmente nos cansaremos si no podemos ejercitar nuestros verdaderos “genios”.

c).- Área de frustración. Finalmente, todos nosotros solemos enfrentarnos en nuestra vida laboral a dos tipos de trabajo que pueden arrebatarnos nuestra energía y disfrute y nos frustran. Normalmente nos cuesta realizar estas actividades y aunque nadie puede evitarlas completamente en algunas ocasiones, si dedicamos mucho tiempo a este tipo de actividades nos sentiremos mal en el trabajo y podremos terminar fracasando.

Los “genios” se pueden clasificar, también, en función de si primariamente son disruptivos o receptivos. Los segundos tienden a responder a un estímulo externo para comenzar una acción, mientras los primeros, por otro lado, provocan o inician los cambios cuando ven la necesidad de ello, aunque nadie no esté pidiendo. Son más proactivos en la forma en la que interactúan con un proyecto o iniciativa.

Algunas personas tendrán dos “genios” receptivos, lo que significa que pueden mostrarse más cautos a la hora de iniciar una actividad. Otras tendrán dos “genios” disruptivos por lo que tendrán a provocar la acción y otras tendrán uno de cada tipo.

Entender esta mezcla de receptividad y disrupción puede servirnos de ayuda para confirmar cuáles son nuestras áreas de "genialidad" cuando no estamos seguros. También resulta útil para ayudarnos a entender por qué las personas interactuamos con el entorno de una manera determinada, lo que sirve para evitar que efectuemos valoraciones o juicios inexactos sobre su actitud o aptitud.

Los tres “genio” receptivos incluyen el del cuestionamiento, discernimiento y facilitación. Las personas con el “genio” del cuestionamiento responden a su entorno observando la organización, industria o mundo que les rodea para poder generar preguntas, sin necesariamente pretender cambiar el mundo alrededor.  Las que tienen el “genio” del discernimiento responden a las ideas o propuestas de los inventores, ofreciéndoles feedback o consejos. Tienen un papel muy importante en el proceso de innovación pero no suelen necesariamente provocarlo. Aquellas personas con el “genio” de la facilitación responden a los requerimientos de otros, con frecuencia de un “movilizador” pidiendo ayuda. Están preparados para facilitar lo que se necesite, pero no suelen iniciar el apoyo hasta que es necesario.

Los tres “genios” disruptivos incluyen el de la invención, movilización y tenacidad. Las personas con el “genio” de la invención ven un problema y aportan una solución que desafía el estatus quo. Las que tiene el de la movilización inician los cambios movilizando a los demás, pidiéndoles que se incorporen a un proyecto o programa. Reclutan, organizan e inspiran a los demás, lo que ocasiona la disrupción suficiente para que cambien sus prioridades hacia lo que necesita hacerse. Las personas que poseen el “genio” de la tenacidad son disruptivas al identificar los obstáculos o barreras y superarlos. Están decididas a finalizar un proyecto independientemente de lo que encuentren en el camino. Generan los cambios que sean necesarios para alcanzar el éxito, independientemente de las disrupciones que ocasionen en el proceso.

Es frecuente que las personas valoren más los “genios” disruptivos  que a los receptivos, lo cual resulta incorrecto y peligroso. Ambos deben alternarse en el curso del trabajo, creando una especie de equilibrio y de sinergia que es necesario.

Considerar los distintos tipos de “genios” es importante para los profesionales que lideran equipos, proyectos y organizaciones. Lencioni ha identificado tres fases en el trabajo de la que surgen los seis tipos. Éstas son:

a).- Ideación. Incluye tanto el cuestionamiento como la invención. Esta es la parte del trabajo asociada con la identificación de las necesidades y la propuesta de soluciones. La innovación suele estar conectada en esta etapa. Antes de que la invención tenga lugar alguien debe hacerse una gran pregunta o identificar una necesidad. Este es el primer paso crítico en cualquier tipo de trabajo y facilita el contexto para la invención.

b).- Activación. Incluye el discernimiento y la movilización. En esta parte del trabajo se deben evaluar los méritos de las ideas o soluciones propuestas durante la ideación, para después, movilizar a las personas alrededor de las ideas o soluciones sobre las que merece la pena actuar. La mayor parte de las organizaciones no suelen ser conscientes de que esta etapa existe lo que ocasiona que salten de la primera fase o de ideación a la tercera y última.

c).- Implementación. Incluye la facilitación y la tenacidad y se ocupa de que las cosas se hagan. Ya sea respondiendo a una llamada a la acción o consiguiendo que esa acción llegue a las etapas finales de finalización estos “genios” son los que aseguran que las grandes ideas, aquellas que han sido discernidas y movilizadas, lleguen a materializarse.

El aspecto más importante de comprender las tres fases es el reconocer que la de activación existe y que podemos evitar pasar directamente de la ideación a la implementación. Cuando las organizaciones se saltan la etapa intermedia con frecuencia se preguntan las razones por las que suelen fracasar ya que lo que suele ocurrir es lo siguiente:

Las personas que realizan la ideación se sienten frustradas cuando sus ideas no se materializan y culpan a los implementadores, preguntándose cómo no pueden ejecutar su fantásticas invenciones. Al mismo tiempo, los implementadores también s e sienten frustrados por la falta de éxito y se preguntan por qué los que ideaban no les ofrecieron mejores ideas para implementar en primer lugar.

Sin una activación adecuada hasta las buenas ideas no son apropiadamente revisadas, modificadas y mejoradas (discernimiento) y las personas no serán adecuadamente formadas e inspiradas (movilización). Simplemente entendiendo la naturaleza e trascendencia de la activación muchos equipos son capaces de realizar importantes y significativas mejoras para el éxito de sus iniciativas.

 

 

 

 

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