jueves, 13 de octubre de 2011

IDEAS PARA EL DESARROLLO DEL LIDERAZGO EN ENFERMERÍA

La sanidad canadiense se enfrenta, actualmente, al problema de la necesidad de definir y desarrollar políticas sólidas de reclutamiento y retención de los profesionales sanitarios, especialmente de enfermería. El liderazgo aparece como un factor crucial para lograr este objetivo.


Para analizar las claves del liderazgo en enfermería Gail J. Donner, ex-decana de la Facultad de Enfermería de Toronto y Mary M. Wheeler, consultora, se han centrado, en el artículo "Nursing Leadership" publicado en el boletín de Longswood del pasado 4 de octubre,  en el estudio de tres  áreas: lo que los profesionales de enfermería necesitan y quieren para poder ser las mejores, qué facilitadores existen en las organizaciones y cómo sacar provecho de ellos y cómo el mentoring y el coaching pueden ser recursos valiosos para desarrollar y mantener el liderazgo. Los resultados de escuchar las opiniones tanto de directivos de enfermería, como de profesionales de prestigio y de base son los siguientes:


1.- El liderazgo es una forma de ser y no una descripción de un puesto de trabajo. Líderes son aquellos individuos con puestos de liderazgo, formales e informales, que son reconocidos por sus jefes y compañeros como expertos en su trabajo, que consideran que sus prioridades son la atención al paciente y conseguir la excelencia en los cuidados de enfermería, en los que se puede confiar y que se preocupan por el desarrollo profesional de sus colaboradores. Los líderes formales pueden inspirar a los profesionales a su cargo, transmitirles claramente lo que tienen que hacer, deben conocer lo que sus colaboradores quieren hacer y ayudarles a que puedan hacerlo, sin esperar que todos estén de acuerdo, les entiendan o apoyen. Simplemente lo hacen porque es su responsabilidad.


2.- El liderazgo requiere actuaciones. Una de las consecuencias de nuestra socialización en jerarquías es que esperamos hasta que consideramos que tenemos las condiciones adecuadas y el riesgo es mínimo antes de actuar.
Para entonces los cambios han podido perder su impacto. Es conveniente arriesgarse y actuar. No todas las unidades de un hospital tiene que estar organizadas de la misma manera, ni todos los profesionales de enfermería deben tener la misma formación o trabajar los mismos turnos. Resulta estimulante contemplar distintos modelos de formación y de prestación de cuidados utilizando las nuevas tecnologías. No existe evidencia de que la conformidad y la uniformidad sean mejores para los pacientes o para los profesionales de enfermería, es cuestión sólo de mantener las costumbres. La forma de desarrollar la profesión de enfermería pasa, por el contrario, por estimular la diversidad en las prácticas. Es conveniente asegurar que las organizaciones estimulen diversos tipos de liderazgo por parte de distintos tipos de líderes.


3.- El liderazgo en enfermería debe tratar de reconocer y apoyar lo que las enfermeras son y no sólo lo que hacen. Ser un profesional de enfermería está íntimamente unido a lo que somos como personas, los valores, conocimientos y habilidades que poseemos, tanto en nuestra vida profesional como personal. Los líderes deben ayudar a los profesionales de enfermería a articular sus visiones de sus carreras profesionales y su trabajo y posteriormente ayudarles a alcanzarlas. Los profesionales, actualmente, buscan directivos que den respuesta a sus necesidades de desarrollo y aprendizaje y que creen entornos que estimulen el logro de la excelencia en el trabajo. El reto de los líderes es, por lo tanto, crear un ambiente en el que se puedan alcanzar los objetivos de la organización y de los profesionales. Para ello deben fomentar el desarrollo de una cultura en la que se promueva el  aprendizaje continuo y en la que se facilite el que los profesionales identifiquen qué necesitan para llegar a ser los mejores, el que sepan adaptarse a entornos cambiantes y que favorezca su crecimiento, tanto a nivel profesional como personal.

4.- Los directivos son factores fundamentales en la construcción de la "fuerza de las personas" en las organizaciones. Los directivos con su liderazgo deben ayudar a asegurar el éxito en su trabajo a los profesionales de su organización, facilitando el que los profesionales de enfermería hagan lo que es mejor para los pacientes, de manera congruente con la visión de la organización. Es importante para lograr este objetivo que los directivos cuenten, a su vez, con los apoyos necesarios y que tengan la formación adecuada.




5.-  El mentoring y el coaching son dos estrategias efectivas para construir las capacidades de liderazgo de los individuos y las organizaciones. Hay que procurar que la utilización de estas dos metodologías se integren dentro de las funciones de los profesionales. No hay que esperar a que, de forma institucional, se comience un programa de coaching y mentoring. Cualquier directivo puede empezar por seleccionar a un profesional para que le acompañe a las reuniones, puede, también, procurar que en los comités se invite a participar a los compañeros más noveles, puede asegurarse y apoyar a estos profesionales para que vayan asumiendo paulatinamente más tareas y ayudarles a definir y desarrollar su carrera profesional, así como a comprender la cultura de la organización a la que se han incorporado. Estos nuevos profesionales necesitan ayuda y tener objetivos retadores, no ser observados con la intención de ver si cometen errores.

Otro grupo de profesionales de enfermería que tiene otras necesidades diferentes es el que lleva varios años trabajando y necesita estímulos para continuar con ilusión. El coaching les da la oportunidad de reflexionar y adquirir nuevas energías, de articular su visión del futuro y de ver si ese futuro deseado es posible dentro de la organización y ejerciendo funciones de enfermería. estos profesionales que frecuentemente no se sienten apreciados, pueden ser reconocidos por su experiencia al ofrecerles que desempeñen funciones como mentores, consultores o docentes de sus compañeros con menos experiencia. 

Como conclusión, las autoras, plantean que el reto de los líderes es apreciar el gran potencial, con frecuencia desaprovechado, que tienen los profesionales de enfermería, así como encontrar oportunidades que les permitan a esos profesionales conseguir alcanzar su visión de futuro. El liderazgo consistiría en lograr el compromiso de los profesionales de enfermería, escuchándoles y desarrollando las estructuras y los procesos que les van a permitir crecer y llegar a ser unos profesionales excelentes.

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