miércoles, 1 de junio de 2022

CÓMO EVITAR EL PENSAMIENTO GRUPAL

 


Jennifer Mueller, Sarah Harvey y Alec Levenson en  hbr. org del pasado 7 de marzo del pasado y en la web de American Association for Physician Leadership del  26 de mayo plantean que normalmente cuando las organizaciones necesitan resolver un problema con frecuencia crean un equipo de trabajo, un panel de selección o un comité consultivo. A estos grupos se les encomienda la tarea de lograr consenso sobre nuevas ideas, tales como procedimientos, políticas, productos o servicios.

Desgraciadamente diversas investigaciones muestran que estos grupos se transforman  con frecuencia en  el cementerio de las ideas ya que fácilmente caen en el pensamiento grupal, con lo que no se producen discusiones ni deliberaciones antes de llegar a un acuerdo.

Las autoras para aprender de las excepciones realizaron un estudio en el que examinaron palabra a palabra las transcripciones de 4 grupos de trabajo virtuales formados en 2004 por American Health Information Community cuya meta era averiguar y recomendar un proceso al Secretario de Estado de Salud estadounidense para conseguir que en 2014 los registros de salud fuesen electrónicos.

Recomendar un nuevo protocolo nacional suponía un enorme cambio con grandes riesgos. En el momento no existía una plataforma tecnológica para los proveedores de salud, ni un lenguaje técnico común ni esfuerzos de coordinación entre los diferentes estados. También se encontraron ante distintas preocupaciones relativas a aspectos legales, de seguridad y de privacidad.

Los 4 grupos de trabajo se reunían de forma virtual y estaban compuestos por miembros de distintas industrias, incluyendo los sectores de salud: médicos, enfermeras, un director de hospital, seguros: ejecutivos, tecnología: expertos en telemedicina, ejecutivos de empresas tecnológicas de servicios médicos y agencias del gobierno.

Los hallazgos en los grupos que evitaron el pensamiento grupal fue:

1.- Cuestionamiento del estatus quo

Las personas tenemos la tendencia de creer que las soluciones existentes deben ser buenas. Los grupos sienten la tentación de gravitar hacia el estatus quo porque no se enfrentan a un gran coste si se equivocan: “Otros lo han hecho antes y ha funcionado, no es nuestra culpa si no lo ha hecho ahora”.

Lo que se observa en los grupos que evitan el pensamiento grupal es que todo comienza con un miembro expresando su insatisfacción con el estatus quo. Este momento desencadenante ocasiona que el grupo se embarque en nuevos y diferentes enfoques des de distintas perspectivas.

2.- Adopción de una idea de referencia

El siguiente momento clave para evitar el pensamiento grupal es aquel en que un miembro reacciona al “trigger” proponiendo una idea que sirva de referencia como solución. Ésta no tiene que ser la definitiva pero sirve como transición para permitir a  los miembros a pensar de forma concreta (por ejemplo analizando en profundidad cómo puede funcionar la idea) y de forma abstracta.

Tratar a las nuevas ideas como referentes en  lugar de como literales libera presiones y facilita el entrar en un espacio en el que la experimentación se fomenta para ver si la idea puede funcionar.

3.- Celebración de los progresos hacia un acuerdo final

Cuando se encarga a los grupos a que lleguen a un consenso sobre una línea de acción y se llega a un acuerdo, éste denota progreso y el grupo se siente bien. Retrasar el acuerdo puede resultar estresante ya que requiere el reconocimiento de la incertidumbre, que los equipos pueden interpretar como un fracaso o falta de progreso. También el retraso en los acuerdos puede significar algo que a la mayor parte de los miembros de los grupos no les gusta: tener que mantener más reuniones o que éstas sean más largas.

Los equipos que adoptan una idea de referencia pueden llegar a un acuerdo sobre el por qué de la idea aunque estén en desacuerdo todavía sobre la forma de ejecutarla. Pueden formular la falta de un acuerdo final como un progreso con  lo que mantienen la moral del grupo.

Para evitar el pensamiento grupal en los equipos las autoras recomiendan a los directivos que sigan los siguientes pasos:

1º. Al evaluar una serie de opciones reservar tiempo para cuestionar el estatus quo y discutir cómo la solución que se ha utilizado previamente puede que no solucione el problema actual.

2º.- Promover el que el equipo adopte y discuta una idea de referencia.

3ª.- Identificar y celebrar los momentos de acuerdo. Reconocer el progreso positivo del equipo cuando los miembros estén de acuerdo en el por qué aunque no lo estén con el cómo.

Estas tácticas ayudarán a los equipos a mantener las ideas frescas vivas para alimentar la creatividad y la innovación en la organización.

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