miércoles, 17 de diciembre de 2025

LA DISCIPLINA COMO "SUPERPODER"

 


Naphtali Hoff en SmartBrief on Leadership del pasado 12 de diciembre plantea que la disciplina se puede confundir con rigidez, pero que cuando es deliberada se puede convertir en un superpoder.

En nuestro mundo apresurado actual la disciplina se puede malinterpretar. Vivimos en un entorno que valora la flexibilidad, la espontaneidad y la adaptación instantánea. Admiramos a personas que son capaces de adaptarse rápidamente , de cambiar de dirección  (pivotar), de resolver problemas sobre la marcha y de resolver imprevistos.

Pero, esa admiración en ocasiones se puede tornar en un prejuicio no reconocido, que consiste en la creencia que la estructura implica rigidez o que la consistencia se equipara a control.

La realidad es que la disciplina y la rigidez puede parecer que son lo mismo en la superficie pero proceden de distintos lugares:

·         La rigidez tiene sus raíces en el miedo, ya sea del cambio, de la pérdida de control o de estar equivocado. Se centra en aferrarnos a un método o regla aunque ya no sirva a un propósito.

·         La disciplina tiene sus raíces en la intención. Se centra en escoger una estructura que apoye nuestros valores y metas. Es lo que nos permite mostrar lo mejor de nosotros, todos los días, aunque la motivación falle.

La disciplina facilita la libertad, ya que cuanto más disciplinados seamos, más libres seremos., ya que cuando nuestras prioridades están claras no perdemos el tiempo o la energía en una toma de decisiones constante. Cuando nuestros hábitos son sólidos, no nos apoyamos solo en la fuerza de voluntad. Adicionalmente cuando nuestros límites son firmes dejamos espacio para lo que verdaderamente importa: creatividad, descanso y un trabajo con un significado. Esta es la razón por la que los atletas profesionales y las personas con más alto desempeño se apoyan en la estructura. Saben que sin una disciplina consistente, el talento solo no basta.

Para los líderes esta distinción, entre rigidez y disciplina, es muy importante. Los equipos prosperan cuando sus líderes son un modelo de estabilidad, fiabilidad y capacidad de centrarse. Un líder disciplinado marca el estilo, no a través de la rigidez y el control, sino a través de la claridad y consistencia.

Por ejemplo, comienza las reuniones en el tiempo establecido porque respetan el tiempo de todos, protegen el espacio para pensar porque valoran la estrategia sobre la reactividad y asumen su responsabilidad  porque esperan lo mismo de los demás. Todo esto no es rigidez, es integridad,

Por tanto debemos preguntarnos, si alguien nos dice que estamos siendo demasiado  rígidos si: me estoy resistiendo a un cambio porque temo perder el control o me estoy respetando las rutinas y límites que me permiten prosperar.

Si la respuesta es esta última alternativa no estamos siendo rígidos, estamos siendo disciplinados y, en un mundo que con frecuencia recompensa la rapidez sobre la profundidad y el ajetreo y el parecer estar siempre muy ocupado sobre el pensamiento y actitudes centradas, la disciplina es un superpoder silencioso.

Por tanto debemos mantener nuestras rutinas, proteger nuestro tiempo, guardar nuestra energía. No se trata de ser inflexibles, se trata de ser intencional. Porque cuando nuestras vidas y nuestro liderazgo se construyen sobre la disciplina, estamos creando la libertad para liderar, pensar y vivir con un propósito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario