miércoles, 23 de marzo de 2022

CÓMO PROSPERAR EN EL TRABAJO EN UN MUNDO POST - PANDEMIA

 


Darren Overfield y Wanda T. Wallace en strategy +business del pasado 15 de marzo plantean que los líderes pueden seguir 4 pasos para mostrar a sus profesionales lo valorados que son y aliviar el trauma del COVID – 19.

Los autores en su trabajo como consultores y como investigadores han podido contemplar en estos años como las personas han mostrado una capacidad disminuida para gestionar sus emociones y las de los demás, un incremento de las muestras de ira, tasas más altas de ansiedad y depresión, dificultad de concentración y problemas de memoria. Por este motivo creen que uno de los motivos de esta “gran resignación” es el trauma padecido en tiempos del COVID – 19,por lo que los líderes deben ser capaces de ayudar a los profesionales a reducir su ansiedad y recuperar la energía y el equilibrio. Superar un trauma depende en gran manera de sentirse escuchado y de compartir experiencias comunes. Estos dos elementos son esenciales para que los empleados se sientan comprometidos y ofrezcan su mejor trabajo.

Según un estudio realizado por Glint, compañía que crea plataformas dedicadas al compromiso, en mayo de 2021los dos factores de una cultura organizacional que más influyen en el bienestar y compromiso de los profesionales son la oportunidad de aprender y desarrollarse y el sentido de pertenencia.

Ir hacia delante requiere, también, tener la oportunidad de reconocer y entristecerse por lo que se ha perdido. Para hacerlo las personas necesitan contar con un entorno psicológicamente seguro. En el trabajo esto supone permitir que los compañeros comenten libremente los desafíos a los que se enfrentan, tales como sus miedos sobre las variantes del coronavirus y sus dudas sobre cómo abordar la incertidumbre, por ejemplo. Decir a los profesionales que se olviden de ello no es útil, por lo que los autores recomiendan seguir las siguientes sugerencias:

1.- Escuchar sin intentar solucionar problemas. Parece sencillo pero los líderes lo practican poco. Cuando nos apresuramos a ofrecer soluciones, aunque nuestra intención sea buena, las personas no se sienten escuchadas y piensan que se les desautoriza a buscar soluciones por si mismas. La mejor forma de mostrar que valoramos a las personas es expresar preocupación sincera por sus vidas y bienestar más allá de lo que estén produciendo en el trabajo. Hacer esto requiere paciencia y dejar espacio para que las emociones puedan ser expresadas. Esto no implica que los líderes se tienen que convertir en terapeutas sino que deben añadir una habilidad importante a su repertorio como líderes: saber escuchar atentamente durante al menos 5 minutos sin ofrecer su opinión o consejo.

2.- Fomentar la autonomía. Los líderes pueden incrementar la autonomía estableciendo principios no solo promulgando políticas. Por ejemplo en el retorno al trabajo presencial tener en cuenta la opinión de los profesionales sobre cómo distribuir el trabajo en oficina y en remoto.

3.- Respetar el tiempo de las personas. Durante la pandemia el número de minutos que las personas dedicaban a reuniones on line o llamadas se ha estimado que se duplicó en muchos casos, con un impacto significativo en las cargas de trabajo.  En un intento de facilitar tiempo para realizar el trabajo muchas organizaciones redujeron la duración de sus reuniones a la mitad lo que ocasionó que se duplicase el número de reuniones, con lo que los profesionales se ven sobrecargados. Los líderes pueden mostrar su respeto por el tiempo de sus empleados informando claramente de las razones por las que una reunión es necesaria, cancelando aquellas que no lo sean y dirigiendo las mismas de forma eficiente.

4.- Promover que el profesional se responsabilice de su desarrollo. Las personas se sienten valoradas cuando piensan que sus jefes están intentando ayudarles a desarrollar su carrera. Para ello los líderes deben ofrecer feedback adecuado que ayude a sus colaboradores a progresar. El mejor enfoque es hacer preguntas que canalice el pensamiento del profesional en una dirección productiva. Decir a alguien cómo hacer una tarea, aunque sea con las mejores intenciones, no motiva ni ayuda al crecimiento. Hacer una pregunta que obliga al profesional a pensar en su propio enfoque en relación con una tarea o problema le estimula a que piense por sí mismo, a que se responsabilice de la solución y le ayuda a desarrollarse con más rapidez. Como decía Peter Drucker: “Ser un gran directivo no consiste en tener grandes respuestas, sino en hacer grandes preguntas”.

La pandemia nos ha dejado a todos traumatizados de una forma u otra, y el impacto de este trauma se está mostrando en unos mayores niveles de estrés, en resignación, ira y pérdida de productividad. Aunque los líderes no se debe esperar que actúen como consejeros, si pueden tomar algunas medidas como las recomendadas para ayudar a que los miembros de sus equipos se sientan valorados y conectados, sientan que pueden avanzar en sus carreras profesionales y mejorar sus estados de animo, bienestar y productividad.

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