Gloria St. Martin –Lowry en SmartBrief on Leadership del pasado 28 de septiembre plantea que al
hablar de la incorporación de los miembros de la generación Z al mercado
laboral la mayoría de los comentarios que se hacen sobre ellos son negativos,
ya que describen a estos nuevos profesionales como vagos, que sienten que tienen solo derechos y
difíciles de gestionar o de agradar.
La realidad muestra que
esta generación se siente incómoda ante los límites estrechos, tienen diferentes
expectativas que las generaciones anteriores sobre lo que tiene que ser el
trabajo y éstas requieren un enfoque diferente de gestión y liderazgo. El
problema es que en lugar de escuchar y
ver cómo afrontar el nuevo enfoque muchos líderes se cierran y esto es algo que
no se pueden permitir el lujo de hacer.
Para liderar con éxito
un equipo multigeneracional la autora recomienda:
1.-
Arrojar las presunciones por la ventana
Es conveniente comenzar
por un intercambio de expectativas. Los líderes deben reservar tiempo para
conversar de forma regular con los empleados de la generación Z y para preguntarles
que pueden necesitar o les puede preocupar. No hay que sumir que desean una
semana de trabajo totalmente flexible, pueden estar de acuerdo con una
estructura diaria pero tener la libertad de irse a casa una vez terminada la
tarea que tengan encomendada. Al ser un intercambio sirve para entender qué es
lo que les motiva desde la perspectiva del trabajo y sus expectativas sobre sus
líderes y para poder compartir las expectativas del líder sobre ellos.
Se trata de liderar escuchando
y si es posible procurar alinear las fortalezas y metas de estos profesionales
con sus roles en lugar de intentar moldearles de acuerdo con las expectativas
del líder sobre cómo debe ser el trabajo. El management debe ser
individualizado para obtener lo mejor de cada persona.
2.-
Abandonar nuestras expectativas como
líderes
Todos tenemos ideas
sobre cómo se deben presentar las personas en el trabajo o en reuniones o en interacciones persona a persona, pero la
expectativa de que se trabaje de determinada forma no es lo que va a hacer que
un miembro del equipo sea más productivo. Tenemos que juzgar lo que importa no
el proceso de llegar hasta allí.
3.-
Tener libertad para pensar en alternativas
Una vez nos hemos liberado
de las telarañas de presunciones y expectativas podemos intentar probar nuevas
formas de trabajar y pensar, por ejemplo cómo podemos empoderar a nuestro
equipo contratando tipos alternativos de compañeros, como freelancers o
trabajadores a tiempo parcial. Una fuerza laboral más flexible nos da más
posibilidades de explorar.
4.-
Celebrar la diferencia
Irónicamente muchos de
los rasgos disruptivos de la generación Z existen debido a la forma en que han sido
educados por sus padres. Sn jóvenes cuyos padres pertenecen a generaciones que
deseaban que sus hijos tuviesen más libertad y que prosperasen sometidos a
menos restricciones y jerarquías. Por tanto, no debemos culparles cuando
hacen lo que esperábamos de ellos y
viven libremente.
Abandonar nuestras
reglas tradicionales puede parecer aterrador, arriesgado o una mala decisión
pero debemos verlo más como una oportunidad que un desafío. El cambio es un
catalizador crucial en la actualidad para el compromiso, la pasión y las nuevas
relaciones con los profesionales más jóvenes. Si nos aferramos a las formas
tradicionales solo porque siempre se ha hecho así estaremos perdiendo las nuevas ideas y oportunidades que la fuerza
laboral actual puede aportar.
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